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Estados Unidos

Así llegan Trump y Biden a la elección más importante de la historia de Estados Unidos

Ambos candidatos llegan con realidades diferentes: mientras Trump está realizando actos masivos todos los días y se mantiene fuerte en el voto anticipado, Joe Biden casi no se muestra públicamente pero lidera ampliamente en las encuestas.

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Faltando menos de 24 horas para la elección presidencial más importante de la historia de Estados Unidos y después de una carrera presidencial única por el hecho de haber tenido lugar en medio de una pandemia mundial, los candidatos Donald Trump y Joe Biden llegan por caminos opuestas al trecho final de la campaña.

Las encuestas contradictorias, los masivos actos de campaña de Trump contra los pequeños encuentros de menos de 20 personas de Biden, la ayuda de todo el sistema mediático y político para el candidato demócrata y un nivel de voto anticipado por mail nunca antes visto, han marcado los últimos meses de campaña.
Los estadounidenses pueden votar en muchos Estados desde principios de octubre, y a diferencia de otros años, casi la mitad del padrón electoral lo hará de manera anticipada, sea por voto por mail o en persona, en mesas habilitadas para este propósito.
Según las estimaciones para este año, un 60% de los demócratas votó antes del 3 de noviembre, mientras que solo un 30% de los republicanos lo hizo. Esta clara diferencia de intenciones electorales podrá ser decisiva de cara a los resultados de mañana. Mientras los demócratas lideran en voto anticipado en prácticamente todo el país, todavía faltaría que vote un 70% de los simpatizantes de Trump, contra solo un 40% de los demócratas.

Al 2 de noviembre, casi 88 millones de votos por mail fueron emitidos, donde los demócratas lideran con un 43% contra un 37% de los republicanos.

Trump y Biden se enfrentan en una elección histórica que decidirá el futuro de Estados Unidos para siempre. Ilustración por Ignacio Ledesma, para La Derecha Diario.

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Las encuestas

Al igual que en 2016, cuando fracasaron totalmente y no vieron venir una amplia victoria del presidente Trump, las encuestas dan como gran favorito a Biden, incluso, por un margen aún mayor del que pronosticaban para Clinton

Periódicos como The Economist le otorgan a Biden un absurdo porcentaje de 96% de chances de ganar la elección. Por su parte, el sitio de pronósticos presidenciales Fivethirthyeight le concede al ex-vicepresidente un 89% de probabilidades de salir victorioso.

La tendencia se repite y casi todas las encuestadoras pronostican que Biden será el ganador de la contienda muy cómodamente, pudiendo llegar a capturar Estados históricamente republicanos como Texas, que lo llevaría a la suma de 413 votos electorales obtenidos.

El famoso encuestador Nate Silver, que erró por un grosero margen de 4 puntos en 2016 a nivel nacional, y con errores de más de 7 puntos en algunos Estados, esta vez le da una diferencia aún mayor a Biden, posicionándolo con un 53,3% de voto popular.

Pero, cuando analizamos más en profundidad tanto las encuestas como los asuntos que históricamente han sido mas confiables para predecir elecciones, como la gestión económica, la política exterior y la incumbencia presidencial, el panorama cambia totalmente.

El humillante tweet del New York Times unos días antes de la elección de 2016. Le dieron un 92% de chances de ganar a Hillary Clinton contra un 8% para Donald Trump. 

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Los Estados más importantes de la elección serán Florida, Carolina del Norte, Georgia, Arizona, Ohio y Pensilvania, a los que se sumarán probablemente otros Estados del Rust Belt americano como Wisconsin, Michigan o Minnesota. También es posible que se sumen algunos con una ligera tendencia demócrata, como Nevada, Nueva México y Nuevo Hampshire.

Si nos fijamos en las últimas encuestas realizadas en los Estados más importantes nos encontramos con que:

– El jueves pasado la encuestadora izquierdista ABC News/Washington Post publicó un sondeo que tenía a Trump arriba en Florida por una diferencia de +2 puntos
– En Carolina del Norte, la encuestadora Insider Advantage/Center for American Greatness publicó el sábado una encuesta que tenía al Presidente arriba en el Estado por +4 puntos.
–  En Georgia, el grupo Trafalgar (una de las pocas encuestadoras que correctamente predijeron una victoria del Presidente en 2016) sondeó el jueves que Trump está arriba en el Estado por +1 punto.
– En Arizona, Rasmussen Reports, una de las encuestadoras de las que más se fía Trumppublicó el jueves que el mandatario está arriba por +4 puntos.
– En Ohio, el Grupo Fox, una de las encuestadoras más pesimistas con Trump durante todo el ciclo a pesar de su afinidad política, reportó el 20 de octubre que el candidato republicano llevaba la delantera en el Estado con una diferencia de +3 puntos.
– En Pensilvania, el Estado que probablemente decidirá la elecciónInsider Advantage/Center for American Greatness publicó el 25 de octubre que Trump tenía una ventaja de +2 puntos.
A estos resultados favorables se le suman ciertas circunstancias propicias para Trump, como que la economía americana se está recuperando de la crisis del coronavirus con números históricos (el PBI creció un 33.1% anualizado en el último cuatrimestre), el hecho de que históricamente los presidentes que se presentan a reelección han ganado la gran mayoría de las veces y que la política exterior de la administración Trump no inició ninguna guerra en el exterior, algo que suele considerarse muy favorable para el Presidente de turno. 

Además, la base de seguidores del Presidente es una de las más leales del mundo, contando con hasta el 96% de apoyo entre los votantes del Partido Republicano. Sumado a esto, durante los últimos cuatro años, Trump mejoró notablemente sus números con las minorías, especialmente los latinos y los afroamericanos.

En el Estado clave de Florida, el importantísimo voto latino está prácticamente empatado. En 2016, Hillary Clinton obtuvo el 62% de la población latina en Florida, ahora Biden ronda el 50%.

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Los eventos

El presidente Trump cierra su campaña con un nivel de energía difícil de comprender para un hombre de 74 años de edad recuperado hace sólo dos semanas de COVID-19, haciendo múltiples eventos multitudinarios todos los días sin parar
Trump completó un impensado total de 17 eventos políticos sus últimos 4 días de campaña, en una operación logística sin precedentes que abarca distancias enormes a lo largo y ancho de los Estados Unidos, haciendo apariciones en Estados como Florida, Pensilvania, Georgia, Michigan y Arizona, entre muchos otros más. 
Los eventos políticos, denominados "rally" en Estados Unidos, tuvieron una asistencia masiva de simpatizantes, solo semejables a recitales de rock
En uno de los rally en Pensilvania, se contaron hasta 57.000 personas asistiendo al evento. En perspectiva, exactamente la capacidad del estadio mundialista Mario Alberto Kempes, el segundo más grande de Argentina.

Con el ex-vicepresidente Biden ocurre todo lo contrario: hace muy pocos eventos, y cuando los hace, asiste muy poca gente. Su estrategia se basa en simplemente esperar a que llegue el día de la elección en su casa en Delaware sin hacer muchas apariciones públicas, contando más en el voto anti-Trump que en favor suyo. 

Incluso con la ayuda del ex presidente Barack Obama, los eventos de campaña de Joe Biden muestran una realidad totalmente distinta. La asistencia es bajísima y, en cuanto al entusiasmo de la gente, no hay comparación alguna. 

La excusa de la campaña demócrata es que todo se debe a que ellos toman medidas de precaución por el coronavirus y por ello evitan las grandes concentraciones, pero resulta claro que la diferencia entre ambas campañas es abismal y se confirma lo que es el verdadero objeto de esta elección: un referéndum para aprobar o no la continuidad de Trump en el poder.

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El voto temprano 

Por ocurrir en medio de una pandemia global, un altísimo porcentaje de votos fueron emitidos antes del día de la elección. La mayoría por correo y otros en urnas electorales presenciales. 

Este año, hay una marcada tendencia de los votantes demócratas a votar por correo y de los votantes republicanos a votar en persona el día de las elecciones. Mientras los votantes demócratas ya salieron a votar en masa los días anteriores utilizando esta modalidad, la mayoría de los republicanos lo harán el 3 de noviembre en las urnas de manera física. 

Para el domingo ya se habían emitido más de 93 millones de votos, un número que rompe cualquier récord previo. Si bien es difícil analizar con certeza el voto temprano, en cuanto a las registraciones de nuevos votantes en los últimos 4 años hay signos positivos para el presidente Trump.

En Florida, por ejemplo, la ventaja del Partido Demócrata sobre el Republicano en cuanto a la registración de votantes pasó de 327.483 en 2016, cuando el presidente triunfó en el Estado sureño, a menos de 95.000

"Voté por un tipo que se llama Donald Trump" dijo el presidente tras emitir su voto temprano en el estado de Florida.

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Una posible batalla legal

La modalidad de voto por correo impulsada por los Demócratas añade una cuota escepticismo e incertidumbre que puede llegar a perjudicar gravemente al sistema electoral estadounidense. 

Gracias a la Corte Suprema de los Estados Unidos, algunos Estados clave, como Carolina del Norte o Pensilvania, pueden recibir boletas de voto por correo hasta 9 días después del día de la elección, lo que puede generar un caos en el recuento de votos los días posteriores y un terreno fértil para la alteración de los mismos en beneficio de los partidos.  

Debido a esto, los asesores de Biden han preparado una verdadera maquinaria legal a lo largo y ancho del país, que incluye hasta a 4.000 abogados distribuidos por el territorio, para impugnar una eventual victoria del presidente Trump en las urnas en caso de que la elección sea ajustada.

De todos modos, Trump tampoco se quedó atrás y también está preparando su equipos de abogados para evitar un posible fraude demócrata, por lo que se deduce que será una larga y frenética noche electoral.

Trump además cuenta ahora con una mayoría en la Corte Suprema, con la que no contaba en la última decisión del Tribunal, por lo que si se judicializa la elección y se llega a la última instancia, éste le daría indudablemente la ventaja al candidato republicano.

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Economía

Crisis fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un déficit por casi 2 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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Estados Unidos

Estudiantes de extrema izquierda tomaron la Universidad de Columbia en apoyo al terrorismo palestino

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Los adolescentes más ricos del mundo tomaron control del campus de la prestigiosa universidad neoyorquina en apoyo al terrorismo de Hamás.

La situación social en los Estados Unidos se torna cada vez más preocupante a medida que la izquierda destruye el tejido social con manifestaciones violentas que atentan contra los valores occidentales.

En los últimos días, esta situación mostró un nuevo punto crítico luego de que un grupo de alumnos activistas de extrema izquierda de la Universidad de Columbia en Nueva York tomaran el campus de la institución en apoyo a la causa palestina con consignas en defensa del terrorismo islámico y con un marcado antisemitismo.

Docenas de alumnos y activistas de izquierda ajenos a la universidad se instalaron de manera ilegal dentro de la prestigiosa institución en carpas para expresarse en contra de la operación militar especial que lleva a cabo Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque genocida del grupo terrorista palestino Hamás, donde más de 1.500 judíos fueron asesinados a sangre fría el 7 de octubre.

La toma fue impulsada por la asociación izquierdista "Students For Justice In Palestine" y contó con el apoyo de múltiples organizaciones universitarias, que agredieron a estudiantes de religión judía y a otros que no compartieran su visión acerca del conflicto en Medio Oriente.

Lo que hace aún más insólita la situación es que los estudiantes que participaron de la manifestación, lejos están de ser árabes o palestinos; por el contrario, son blancos de clase alta. Se trata de los hijos adolescentes de las familias más adineradas del planeta jugando a disfrazaese de terroristas.

Los manifestantes que confraternizan con el terrorismo islámico bloquearon el acceso a la prensa y aseguran que solo permitirán el acceso de periodistas "afines a la causa". Entre otros, rechazaron el acceso de periodistas judíos, por su religión.

Si bien las autoridades de la universidad habían mencionado que los protestantes serían desalojados en el transcurso de la primera noche de la ocupación, ningún tipo de acción fue llevada a cabo.

Los estudiantes judíos debieron abandonar el campus universitario y la zona quedó completamente en manos de los grupos estudiantiles de extrema izquierda, que aprovecharon la ocasión para dar discursos violentos y cargados de odio contra la comunidad judía.

Recién el jueves, la policía de Nueva York se hizo presente y en un operativo arrestó alrededor de 110 personas participantes de la protesta, incluida la hija de la representante demócrata del estado de Minnesota Ilhan Omar, Isra Hirsi.

La intervención por parte de la policía de Nueva York se dio luego de que las autoridades de la universidad encabezadas por la presidente de la institución, Minouche Shakif, dieran aviso acerca de los ilícitos que se estaban cometiendo dentro de la institución sumado a la hostil recepción de los estudiantes contra las fuerzas policiales a las cuales llamaron "asesinos de bebés".

Los incidentes con los grupos pro-Palestina se originaron luego de que Shakif hablara frente al Comité de Educación del Congreso de los Estados Unidos acerca de los crecientes casos de antisemitismo en las universidades, por lo que los mencionados grupos de estudiantes comenzaron a acampar de forma ilegal en el campus y a tomar actitudes violentas y hostiles contra estudiantes de religión judía.

Uno de los factores determinantes para la escalada en el conflicto de las agrupaciones estudiantiles con la universidad, fue la prohibición de dos agrupaciones izquierdistas a fines del año pasado, las cuales se les imputó el incumplimiento con las políticas de la Universidad de Columbia respecto al código de conducta y abuso contra otros estudiantes.

De acuerdo a la presidente de Columbia, se autorizó a la Policía de Nueva York a desalojar el campamento establecido en el ala sur del campus, lo que provocó incidentes. En concordancia con las acciones legales que la dirigencia de la universidad tomó contra los alumnos, se les informó a su vez que a cualquier alumno que participe de cualquier manera en las protestas y ocupación del territorio universitario se encuentra suspendido.

A pesar de que docenas de revoltosos protestantes hayan sido arrestados durante el desalojo, el acampe por parte de las organizaciones pro-Palestina no ha podido ser desmantelado, sino que incluso se incrementó en tamaño luego de que quienes lideran la protesta declarasen que han "tomado" la universidad y la declaren como una "universidad popular’‘.

Ataques antisemitas y apoyo al terrorismo islámico

Uno de los factores distintivos que las protestas llevadas a cabo en los últimos días en la Universidad de Columbia, es el profundo sentimiento anti-Israel que profesan, el cual ha llevado a quienes participan del acampe a ser perpetradores de violentos ataques antisemitas contra aquellos estudiantes que profesan la religión judía, e incluso a aquellos que no defiendan sus reclamos.

Uno de los casos de marcado sentimiento anti-judío que se ha llevado a cabo en los últimos días han sido las graves agresiones perpetradas contra la estudiante judía Elisha Baker, de 21 años, quien denunció que un grupo de protestantes le expresó en repetidas ocasiones que "se mate a sí misma" y le causaron heridas de moderada gravedad tras patearla en varias ocasiones en el estómago durante el acampe.

Otro incidente de extrema gravedad se dio en el momento en el cual un participante de la protesta terrorista fue enfocado sujetando un cartel que decía "El próximo objetivo de las brigadas Al-Qasam" mientras apuntaba a un grupo de estudiantes judíos.

Las brigadas Al-Qasam son el brazo armado de la organización terrorista Hamás, la cual ha gobernado al territorio ocupado de Palestina en las últimas décadas y fue el responsable de los ataques terroristas contra distintos poblados israelíes el pasado 7 de octubre de 2023 donde miles de ciudadanos judíos fueron asesinados por Hamás.

Los preocupantes incidentes que tienen por objetivo el acoso y agresiones a los estudiantes judíos despertó la preocupación de empleados de la universidad que pertenecen a la colectividad.

El rabino ortodoxo Elie Buechler, quien se desempeña como profesor tanto en la Universidad de Columbia como en la Universidad Barnard, instó mediante un mensaje abierto de Whatsapp a los estudiantes judíos a abandonar el campus universitario e irse a sus hogares mientras dure el acampe debido a los crecientes ataques antisemitas.

Otro profesor de la universidad, Shai Davidai, mencionó que los estudiantes no lo dejan entrar a la facultad por ser judío y que las protestas llevadas a cabo por las agrupaciones estudiantiles habían cruzado un límite convirtiéndose en actos terroristas llevados a cabo por grupos terroristas.

En concordancia con el sentimiento anti-Israel que las protestas mantienen, además se encuentra presente una profunda adoración por los grupos terroristas islámicos como Hamás, con el cual los estudiantes participantes de los acampes se sienten identificados al punto de que mencionan frases como "Todos somos Hamás" e incluso celebraron el ataque del 7 de octubre, conocido por los palestinos como la "Inundación de Al-Aqsa".

Extensión a otras universidades

Si bien el foco principal de las protestas que se desarrollaron con intensidad en la última semana está puesta en la Universidad de Columbia, en las últimas horas la Universidad de Yale ha visto sucesos similares en sus instalaciones, además de que varios de sus estudiantes hayan irrumpido en el campus de Columbia para mostrar su apoyo para con los protestantes locales.

La situación descrita devuelve a la memoria aquellos incidentes en estados demócratas como Oregon y Washington unos años atrás cuando protestantes tomaban partes de las ciudades con la idea de convertirlas en un "espacio independiente" y de "liberación". Esta misma situación se repite en las universidades hoy en día luego de que el suceso inicial en Columbia de pie a estudiantes en la Universidad de Yale en Connecticut para tomar una porción del campus y proclamarlo como una "zona liberada".

Así como en Columbia, ataques contra alumnos judíos fueron reportados a lo largo de la protesta, pero un caso de extrema gravedad fue reportado en las últimas horas en el cual la estudiante judía de periodismo Sahar Tartak fuera apuñalada en el ojo con el asta de una bandera por parte de un protestante en el campus quien en todo momento se cubrió el rostro con un trapo musulmán.

De manera similar que en la universidad localizada en Nueva York, la policía irrumpió y trató de desalojar la protesta desarrollada en el campus localizado en New Haven, Connecticut, pero los estudiantes pertenecientes a las organizaciones terroristas pro-Palestina se mantienen en el lugar.

En paralelo a los distintos hechos que se están desarrollando tanto en Columbia como en Yale y otras universidades en cuyos campus grupos de estudiantes subversivos, la reacción por parte de todo el arco político se hizo presente, tanto en defensa de los estudiantes comunes como también en defensa de aquellas agrupaciones estudiantiles terroristas.

Por el lado de aquellos estudiantes que decidieron tomar la propiedad de las universidades y agredir alumnos por su pensamiento, las diputadas revoltosas Ilhan Omar (cuya hija fue arrestada en la redada en Columbia) y Rashida Tlaib de Michigan y Minnesota respectivamente se alzaron en defensa de las subversivas actitudes de aquellos grupos pro-Hamás que buscan esclavizar al sistema educativo.

En cambio, desde la Casa Blanca, condenaron eufóricamente las tomas de campus en las universidades y la agresión constante que los estudiantes de religión judía han sufrido en las instalaciones, de acuerdo al vice-secretario de prensa del órgano gubernamental Andrew Bates.

Desde el ámbito del Partido Republicano, quien se expresó de manera más rotunda fue la representante de Neuva York, Elise Stefanik, quien a su vez también instó a la presidente de la Universidad de Columbia Shafik a renunciar debido a la falta de acciones tomadas por la universidad para proteger a los estudiantes de religión judía.

La representante republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx quien a su vez preside el Comité de Asuntos Educativos, envió una carta a la Universidad de Columbia demandando que se tomen acciones concretas frente a la situación que se está desarrollando y se pueda otorgar un ambiente seguro a los estudiantes. Dentro de la carta que la diputada envió a la universidad señaló que ante la ausencia de medidas contra los estudiantes que mantienen cautiva a la universidad, el comité educativo del Congreso no dudaría en hacerlos responsables por dichos resultados.

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Estados Unidos

Enloqueció Biden: El presidente de EEUU busca sancionar al jefe de las Fuerzas de Defensa Israelíes por combatir al terrorismo

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El gobierno de Biden sancionó al principal financista de Netanyahu en Israel y, según se informa, evalúa expandir las sanciones contra las FDI, que están peleando contra el terrorismo palestino.

Según un informe publicado por Axios, el presidente Joe Biden está preparando una resolución para sancionar económicamente a Herzi Halevi, el actual jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), por sus acciones contra los terroristas vinculados al grupo palestino Hamás.

Particularmente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, está analizando las acciones del batallón israelí "Netzah Yehuda" en la región de Cisjordania para combatir a los terroristas palestinos, antes del ataque del 7 de octubre.

Si se imponen sanciones, el batallón y sus miembros ya no recibirían ningún tipo de entrenamiento o asistencia del ejército estadounidense, y el comandante Halevi no podría viajar más a Estados Unidos o países aliados. Se trataría de la primera vez en la historia que Estados Unidos impone sanciones contra Israel.

Según las fuentes, Blinken está analizando aplicar la Ley Leahy, que prohíbe a Estados Unidos proporcionar cualquier tipo de ayuda exterior o capacitación militar a países responsables de presuntas violaciones de derechos humanos basadas en información creíble.

Si bien el canciller norteamericano rechazó preguntas sobre el tema, recalcó el viernes que "la Ley Leahy es muy importante y se debe aplicar en todos los ámbitos", y confirmó que la Casa Blanca está analizando el tema.

"Cuando hacemos estas investigaciones, estas indagaciones, es algo que lleva tiempo, que debe hacerse con mucho cuidado tanto al recopilar los hechos como al analizarlos, y eso es exactamente lo que hemos hecho", dijo. "Y creo que es justo decir que verán resultados muy pronto. He tomado determinaciones; pueden esperar verlas en los próximos días", completó.

La semana pasada, la administración de Biden impuso sanciones al principal financista de Benjamin Netanyahu en Israel, el empresario Ben-Zion Gopstein, fundador y líder del grupo de derecha Lehava. El grupo promueve los asentamientos judíos en Judea y Samaria y tiene alrededor de 5.000 miembros en el país.

Según la Casa Blanca demócrata, los grupos vinculados a Gopstein cometieron actos de violencia contra palestinos, pero no se presentaron evidencias y se especula que Biden está utilizando esto como excusa para imponerle sanciones a los empresarios que apoyan a Netanyahu.

Cabe recordar que el Partido Demócrata de los Estados Unidos apoya políticamente a Yair Lapid, principal líder opositor a Netanyahu. Lapid se convirtió en el primer opositor de la historia en rechazar unirse al Gabinete de Guerra de Israel, algo que siempre ocurre cuando el país entra en un conflicto armado, para mostrar unidad en momentos de extrema peligrosidad.

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