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Estados Unidos

El Colegio Electoral eligió a Joe Biden pero 7 Estados disputaron el resultado en favor de Trump y se decidirá el 6 de enero en el Congreso

Los Estados de Georgia, Pensilvania, Nevada, Arizona, Michigan, Wisconsin y Nueva México enviaron dos grupos de electores, uno a favor de Trump y otro a favor de Biden, y será el Congreso quien decidirá con cuál quedarse.

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Este 14 de diciembre, como estipula la Constitución, los 538 electores de los 50 Estados se reunieron en el Colegio Electoral y emitieron su voto para el próximo Presidente y Vicepresidente de Estados Unidos: como era esperable, Joe Biden y Kamala Harris fueron elegidos como la fórmula ganadora.

Las denuncias de fraude por parte del equipo legal de Trump e incluso de 18 Estados republicanos no prosperaron en la Justicia, ya que si bien la gran mayoría de éstas no fueron denegadas, distintas Cortes rechazaron las medidas cautelares que hubieran evitado la elección de Biden.
Sin embargo, de manera sorpresiva, mientras los electores certificados por los gobernadores demócratas daban su voto, las legislaturas de siete Estados (Georgia, Pensilvania, Nevada, Arizona, Michigan, Wisconsin y Nueva México) registraron “electores paralelos” republicanos.
Acá la situación se pone extremadamente compleja pero el resultado es simple: la elección del Colegio Electoral está oficialmente disputada y deberá ser resuelta por el Congreso, que sesionará con su nueva composición el próximo 6 de enero.

En rojo los Estados confirmados para Trump, en azul los confirmados para Biden, y en marrón, los disputados. En total, son 84 votos que tienen un par de electores en cada uno de los Estados.

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La elección disputada no es una novedad para Estados Unidos, ya ocurrió en varias ocasiones a lo largo de la historia del país e incluso 2 veces prosperaron: Thomas Jefferson fue electo de esta manera en 1801 y John Quincy Adams en 1825

El procedimiento es el siguiente: el 6 de enero el Congreso contará formalmente los 538 votos del Colegio Electoral, sin embargo, habrá 84 votos disputados, de los 7 Estados que enviaron votos “paralelos”. El actual Vicepresidente, en este caso Mike Pence, valiéndose del apoyo de por lo menos 1 diputado y 1 senador que firmen oficialmente la disputa de la elección, puede llamar al recinto una votación para decidir si se quedan con los 84 votos “oficiales” o con los votos “paralelos”. 
Para que prospere esta moción, se necesita de una mayoría simple tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado; actualmente los republicanos sólo controlan el Senado por lo tanto deberán lograr el apoyo de algunos diputados demócratas para que prospere este camino. Si se logra esto, Trump obtendría la mayoría de los votos electorales y sería electo Presidente.
De todos modos, una situación mucho más realista en esta ocasión, es que también se puede considerar en el recinto que ni los electores “oficiales” ni los “paralelos” tienen suficiente mérito para ser contados, lo que provocaría que ninguno de los dos candidatos llegue a los 270 electores, la mayoría mínima necesaria para ser electo Presidente según la Constitución.
Para resolver estas situaciones, muy común en los primeros años de la Unión, en 1804 se legisló la 12ava Enmienda, que especifica que en caso de que ningún candidato llegue a los 270 electores, será el Congreso quien elija a los nuevos mandatarios; Diputados elige al Presidente y el Senado elige al Vicepresidente.

Sin embargo, hay un giro más. En esta llamada “elección de contingencia” no se toman los votos uno por uno, si no que los votos se agrupan según su Estado. Esto quiere decir que, por ejemplo, los 9 diputados de Arizona votan entre ellos y luego emiten 1 sólo voto para Presidente. En esta elección, Trump mantendría una amplia ventaja contra Biden, ya que los republicanos tienen mayoría en más Estados que los demócratas (28 a 22).

Duodécima Enmienda a la Constitución: “La persona que tenga el mayor número de votos para Presidente será Presidente, siempre que dicho número represente la mayoría de todos los electores nombrados (270), y si ninguna persona tiene mayoría, entonces la Cámara de Representantes escogerá inmediatamente el Presidente de entre las tres personas que han recibido sufragio para Presidente y cuenten con más votos. Téngase presente que al elegir al Presidente la votación se hará por Estados y que la representación de cada Estado gozará de un voto”.

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Esto se intentó hacer en múltiples ocasiones a lo largo de las elecciones en Estados Unidos. De hecho, la más reciente fue el 6 de enero del 2016, cuando un bloque del Partido Demócrata presentó la disputa del Colegio Electoral, asegurando que Trump había sido electo gracias a un fraude perpetrado por Rusia

Esta disputa contó con la firma de la líder de los demócratas, la diputada Nancy Pelosi, pero no obtuvo el apoyo de ningún Senador, probablemente sabiendo que por más que se fuera a una elección de contingencia también ganaría Trump, ya que en esa época los republicanos contaban tanto con la Cámara de Diputados como con la Cámara de Senadores.

Finalmente Joe Biden, que en ese entonces era el Vicepresidente, rechazó la disputa ya que no contaba con méritos suficientes, a pesar de que él mismo había dicho que la hubiera apoyado. En la sesión, incluso, entraron unos manifestantes de Black Lives Matter y le gritaron a Biden que estaba “siendo cómplice de la elección de un nazi“.

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En el año 2000 ocurrió algo parecido. La elección había sido hasta ese entonces la más disputada en la historia del país, con el resultado incluso llegando a la Corte Suprema quien decidió mantener la victoria de George Bush. Sin embargo, dadas las irregularidades que se habían notado en aquél entonces, los demócratas también intentaron llegar a una elección de contingencia.

Nuevamente, sin el control de las Cámaras, ningún senador dio su firma y el mismo vicepresidente Al Gore, que era el candidato perdedor disputando el resultado, tuvo que firmar su propia derrota.

En esta oportunidad, nunca hubo tanta evidencia de fraude presentada ante la justicia y ya hay diputados y senadores que expresaron públicamente que firmarán la disputada de la elección, por lo que por primera vez desde 1825 podría irse a una elección de contingencia en Estados Unidos.
Trump y Pence no la tienen fácil, y la sesión del 6 de enero dará lugar a feroces debates entre los demócratas y los republicanos. Estos últimos deberán convencer a por lo menos seis diputados demócratas de los 222 electos para que voten en contra de Joe Biden o que a lo sumo se abstengan.
Además, el Presidente deberá consolidar su voto en el Senado ya que a pesar de contar con una mayoría republicana, hay 3 senadores (Romney, Murkowski y Collins) que son fervientes anti-Trump y en esta ocasión podrían votar por los demócratas. Además, hay 2 senadores de Georgia que decidirán su elección en una segunda vuelta que se llevará a cabo el 5 de enero. Ninguno de estos dos llegarán a asumir su cargo a tiempo por lo que quedará 1 senador del periodo anterior y 1 vacante.  
Así, al 6 de enero habrá 51 senadores republicanos, 48 demócratas y 1 vacante. Trump debe consolidar el apoyo de por lo menos 48 senadores para aprobar la disputa.

Una detallada explicación de este proceso por parte del periodista de FOX, Chad Pergram.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Estados Unidos

Un informe revela el lado oscuro de Powell en la Reserva Federal y expone sus intentos por bloquear las medidas de Trump

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Un nuevo archivo videográfico del periodista James O’Keefe revela como la máxima autoridad de la FED junto a otros empleados de la banca central colaboraron para impedir el éxito del expresidente.

En la última semana, un nuevo proyecto investigativo de James O’Keefe logró sacar a la luz las verdaderas intenciones del actual presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, para entorpecer las políticas monetarias que el presidente Donald Trump propuso durante su mandato con el fin de imposibilitar su reelección.

Conjuntamente con otros empleados de la máxima autoridad monetaria en el país, Powell buscaba posicionarse como una figura moderada, bloqueando todas las medidas que tomaba Trump desde el Poder Ejecutivo, a lo largo de sus 4 años de gestión.

Si bien Powell fue designado por el propio Trump al principio de su mandato, el funcionario fue elegido por la cúpula del Partido Republicano, que en aquel entonces era anti-trumpista. Así, el entonces presidente debió lidiar todo su mandato con un “rebelde” en el Banco Central estadounidense. Hoy, permanece en sus funciones y fue ratificado en el cargo por Joe Biden, con quien colabora de cerca y sin rispideces.

La cámara oculta

A partir de una cámara oculta a la que fue sometido uno de estos altos empleados del órgano gubernamental, se descubrió un entramado de corrupción detrás de las políticas de la FED.

a la construcción de un relato asociado a políticas progresistas vinculadas a temáticas como teoría racial; feminismo y políticas medioambientales, las cuales nada tienen que ver con la estabilidad económica de un país.

Aurel Hizmo, quien se desempeña como economista en jefe de la Reserva Federal, es el encargado de elaborar los discursos de Jerome Powell en sus declaraciones públicas. También trabajó en el mismo rol durante la presidencia de Janet Yellen, quien hoy se desempeña como Secretaria del Tesoro de Biden.

Durante la cámara oculta, Hizmo aseguró que durante la administración de Trump, el presidente buscaba mantener una política de estabilidad económica, pero que Powell desde la Reserva Federal entorpecía a propósito los objetivos macroeconómicos del gobierno.

Hizmo es un especialista en finanzas pero mantiene una ideología de izquierda muy marcada, de corte progresista en sus visiones sociales y dentro del espíritu de su profesión, aboga por políticas que se relacionan con las visiones socialistas de la economía.

En la conversación que no pensaba que estaba siendo grabada, se rio de que todo esto se hablaba libremente en las reuniones de la FED, pero que nunca había salido a la luz ya que todo lo relacionado a la Reserva Federal se encuentra bajo el concepto de “información clasificada“.

La relación entre Trump y Powell

El economista de la FED tildó a Trump de ser una ”persona loca” y lo caracterizó con términos peyorativos, antes de admitir que es un fanático de Joe Biden, en relación a sus ideas económicas.

Para describir la relación entre Trump y Powell, Hizmo aseguró que ambos se llevaban extremadamente mal entre sí, al punto de que el expresidente intentó en múltiples ocasiones despedirlo del cargo, pero no podía ya que no contaba con los suficientes votos en el Senado para nombrar un reemplazo.

Según contó, en la reunión que tuvieron previo a la nominación de Powell, Trump le dijo que buscaba a alguien que sea capaz de subir las tasas de interés al principio del mandato para luego ir relajándolas a medida que creciera la economía. Sin embargo, Powell boicoteó esta visión macro de Trump ni bien llegó a la FED.

En una sintonía contraria a las intenciones de Trump por mantener una economía estable, la gestión de Joe Biden busca constantemente mantener las tasas de interés elevadas con el objetivo adicional de mantener los índices inflacionarios bajos, luego del bochornoso accionar de Powell durante la pandemia.

Hizmo incluso llegó a mencionar que Powell tiene el deseo de pasar a la historia como una clase de ”mártir que intentó detener a Trump a toda costa” mediante la desobediencia en sus políticas y establecerse él como quien reflotó la economía luego de la crisis del coronavirus.

Ante los preocupantes índices de inflación que los Estados Unidos han tenido durante toda la administración Biden, Powell ahora busca impedir la recesión para beneficiar a Biden en las elecciones de noviembre y evitar que Trump regrese a la Casa Blanca.

En otra parte de la conversación, Hizmo aseguró que los sectores conservadores son ”estúpidos” y aseguró que no existen personas con dicha ideología en el campo de la economía, a pesar de que el propio Powell se considera un conservador.

Entre risas, el desubicado economista de la FED dijo con mucha confianza que si Trump regresa a la presidencia este año, todos los empleados de la entidad monetaria buscarán nuevamente entorpecer las políticas económicas del Ejecutivo.

Cambio climático y políticas de género

Hizmo destacó que Powell, a pesar de ser un conservador, hoy mantiene una excelente relación con Biden y con los sectores más progresistas del Partido Demócrata, y que en los últimos 3 años ha implementado cambios en favor de la promoción de políticas medioambientales, políticas de género y temáticas raciales.

Uno de los mayores cambios que Powell ha implementado en la Reserva Federal desde la llegada de Biden, ha sido la promoción de espacios dentro del banco central en el cual solo se discuten temas relacionados al cambio climático y a cuestiones de género.

Powell además se ha gastado millones en un programa a través del cual la Reserva Federal contrata a “científicos” ecologistas, especializados en género o expertos en cuestiones raciales, para que “estudien maneras de enriquecer las discusiones del directorio de la Reserva Federal“.

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Estados Unidos

Trump promete restaurar la paz a través de la fuerza en un masivo evento en Pensilvania donde condenó a Irán por atacar a Israel

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El mandatario responsabilizó a Biden por su liderazgo débil que llevó al mundo a otra situación de guerra más en menos de 3 años.

El candidato a presidente Donald Trump habló esta noche en un masivo acto de campaña ante más de 40.000 personas en Schnecksville, Pensilvania. El evento estaba planeado con antelación para hablar de la campaña pero el ataque misilístico de Irán contra Israel se llevó la centralidad de su discurso.

En el principio de su discurso expresó su total apoyo a Israel y fustigó al presidente Joe Biden por permitir que algo así sucediera, además de atacarlo por todavía no haber salido a hablar. Trump prometió que restablecería la paz en el mundo mediante la fuerza y ​​dijo que el ataque nunca habría ocurrido si él fuera presidente.

Devolveremos al mundo la paz a través de la fuerza. Reviviré la fuerza estadounidense en el exterior y restauraremos la fuerza estadounidense en casa“, dijo Trump a la multitud masiva que vitoreó su discurso.

Cabe recordar que durante su mandato de 4 años, el mundo no experimentó ninguna nueva guerra y el globo estuvo en relativa paz por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Por el contrario, tras el triunfo de Biden, el mundo fue rápidamente sumergido en guerras.

Los talibanes lanzaron una nueva guerra civil y se apropiaron de Afganistán, Corea del Norte volvió a entrar en conflicto con Corea del Sur, Rusia invadió a Ucrania, estallaron cinco guerras civiles en el continente africano, Hamás lanzó un ataque contra Israel que desencadenó una guerra en Gaza, y ahora Irán le declara la guerra a Israel. Todo en menos de 3 años.

Estados Unidos ora por Israel. Enviamos nuestro apoyo absoluto a todos los que están en peligro. Este es un ataque que no habría ocurrido si yo estuviera en el poder“, aseveró Trump. Los comentarios de Trump fueron recibidos con cánticos eufóricos por parte de la multitud: “¡Amamos a Trump!”.

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