
El Gobierno lanzó el Consejo de Mayo y busca consensos para reformas en 2026
Se inauguró un espacio clave para discutir los cambios estructurales del país.
Con la presencia de funcionarios nacionales, legisladores, empresarios y sindicalistas, el Gobierno inauguró este martes el Consejo de Mayo, un espacio multisectorial destinado a debatir y consensuar reformas estructurales que Javier Milei busca implementar durante la segunda etapa de su mandato. El encuentro, encabezado por el jefe de Gabinete Guillermo Francos, se desarrolló en la Casa Rosada y tuvo carácter inaugural.
El Consejo fue anunciado por Milei hace más de un año, en el marco del llamado Pacto de Mayo, firmado por 19 gobernadores y basado en 10 principios rectores como la reforma tributaria, laboral, previsional, el equilibrio fiscal y la apertura comercial. La iniciativa busca que para diciembre de este año se presente un documento final que sirva de base para nuevas leyes estructurales.
Un cuerpo de diálogo con actores afines
El órgano quedó integrado por seis representantes: Federico Sturzenegger (Ejecutivo), Alfredo Cornejo (provincias firmantes), Carolina Losada (Senado), Cristian Ritondo (Diputados), Gerardo Martínez (CGT-UOCRA) y Martín Rappallini (UIA). Todos fueron designados por decreto y tienen buen vínculo con el Gobierno, lo que augura una dinámica más ágil que en el Congreso.

La reunión duró una hora y media y concluyó con la expectativa de retomar los encuentros el próximo 20 de julio, cuando cada integrante traerá propuestas y prioridades. “Hay ánimo de diálogo y vocación de trabajar para llegar a consensos de acá a diciembre”, dijo Sturzenegger.
El desafío: transformar el consenso en leyes
Uno de los puntos que genera mayores tensiones es la reforma laboral. Aunque el Gobierno la considera clave, desde la CGT evitaron un aval directo. Gerardo Martínez habló de una posible “modernización”, siempre que cuente con certificación sindical.
También se mencionó la dificultad de abordar temas sensibles como la coparticipación federal, en la que hay acuerdo general sobre su revisión, pero sin un espacio político claro para discutirlo.
A pesar del tono optimista del encuentro, el Gobierno busca fortalecer vínculos que se debilitaron en los últimos meses tanto con los gobernadores como con algunos bloques aliados del Congreso. La pérdida de control legislativo quedó en evidencia con el avance de iniciativas como el aumento jubilatorio, que enfrentan la amenaza de un veto presidencial.
Una estrategia de gobernabilidad
En este escenario, el Consejo aparece como una herramienta para reconstruir el diálogo político y avanzar en acuerdos mínimos con sectores clave como los sindicatos y el empresariado. Aunque sus miembros son cercanos al oficialismo, el desafío será traducir las coincidencias en iniciativas legislativas viables para 2026.
Francos definió el momento como una oportunidad: “Tenemos el compromiso de avanzar en las transformaciones profundas que la Argentina necesita, con consensos estratégicos de mediano y largo plazo”.
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