
A pesar de gobernar durante casi 20 años, ahora el PRO promete bajar impuestos en CABA
A lo largo de su gestión, el PRO impulsó reiteradas subas de impuestos y un elevado gasto público.
En los últimos años, el PRO, liderado por figuras como Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y ahora Jorge Macri, consolidó su hegemonía en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), gobernando ininterrumpidamente desde 2007, sumando un total de 18 años de gestión.
Sin embargo, su gestión revela una contradicción muy notable entre sus prácticas y el discurso que adoptan en tiempos de campaña electoral. Mientras el partido se presenta ahora como defensor de la reducción de impuestos y el gasto público, su trayectoria muestra un patrón de fuertes incrementos impositivos y un manejo del presupuesto que, en muchos casos, respondió a intereses políticos más que a una visión de eficiencia fiscal.
A lo largo de su gestión, el PRO ha impulsado reiterados aumentos en impuestos locales como el ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza) y las patentes, que impactaron directamente en el bolsillo de los porteños. Por ejemplo, ajustes anuales del ABL han superado ampliamente la inflación en varios períodos, justificándose en la necesidad de "financiar obras y servicios".

Sin embargo, el gasto público en CABA no es eficiente, con partidas significativas destinadas a la pauta oficial, eventos de alto perfil y proyectos de infraestructura que, aunque vistosos, no siempre responden a prioridades de la gente.
Además, el crecimiento de la planta de empleados públicos y la creación de organismos con funciones superpuestas han contribuido a un aumento sostenido del gasto, contradiciendo la narrativa de austeridad que el PRO intenta proyectar ahora.
La llegada de Milei y el nuevo discurso del PRO
Con la llegada de la campaña electoral, el PRO cambió su discurso hacia la promesa de bajar impuestos, apelando a un electorado cansado de la presión fiscal. Esta estrategia está claramente inspirada en el ascenso del presidente Javier Milei, cuya gestión a nivel nacional ha implementado un ajuste fiscal profundo, reduciendo el gasto público y promoviendo una baja de impuestos como parte de su agenda libertaria.

Sin embargo, el giro discursivo del PRO resulta claramente oportunista, ya que el partido no solo no aplicó estas políticas en sus casi dos décadas de gobierno en CABA, sino que ahora busca capitalizar políticamente el relato de Milei sin un historial que lo respalde.
La contradicción del PRO pone en evidencia una estrategia electoral que prioriza el rédito político por sobre la coherencia. Mientras Milei avanza con medidas concretas a nivel nacional, los porteños ven como las promesas del PRO son simplemente un intento de subirse a la ola de un discurso que no les pertenece.
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