Seguinos en redes

Reino Unido

Farage evalúa volver a la política si Boris Johnson y los conservadores no controlan la crisis migratoria

Publicado

en

Después de su pacto de no agresión en 2019 con Boris Johnson, y la firma del Brexit, Farage abandonó la vida política para dedicarse a la actividad privada, pero las constantes derrotas del gobierno conservador pueden propiciar su vuelta.

Nigel Farage, el líder del Brexit y uno de los más importantes referentes de la derecha británica, amenazó esta semana con volver a la política si Boris Johnson no toma medidas para frenar la profunda crisis migratoria con foco en el Canal de la Mancha.

Apartado de la escena política luego de que el Reino Unido finalmente saliera de la Unión Europea a fines de enero de este año, Nigel Farage decidió volver a la vida privada con un trabajo en el sector privado. El fundador del Partido del Brexit trabaja hace casi un año como conductor y presentador de noticias en el canal de noticias GB News, en uno de los horarios con mayor audiencia de la televisión inglesa.

Es preciso destacar que en 2019, el Partido del Brexit (hoy renombrado Reform UK) había logrado superar a los conservadores en las elecciones para el Parlamento europeo, logrando así 29 escaños y propiciando la peor derrota de los conservadores en su historia y una fuerte crisis interna que resultó en la renuncia de Theresa May como premier.

Luego del ascenso de Boris Johnson a Downing Street y las elecciones del 2019 que convocó de manera anticipada para legitimar su gobierno, Farage decidió bajar las candidaturas de los parlamentarios de su partido en aquellas circunscripciones en las que las elecciones estuvieran más disputadas, para no dividir el voto de la derecha y permitir que los conservadores se impongan ante los laboristas.

Esa estrategia fue clave: los candidatos del Partido del Brexit no lograron ningún escaño, pero los conservadores lograron el mejor resultado en 40 años en esas elecciones del 12 de diciembre del 2019. Boris, por su parte, le prometió a Farage que haría todo para aprobar el Brexit, objetivo que cumplió a fines del año pasado.

Sin embargo, la idea de salir de la Unión Europea era independizarse de las políticas migratorias de Bruselas, poniendo un fuerte control a la inmigración ilegal, especialmente la proveniente de países árabes y africanos. Pero Boris Johnson, hasta el momento, ha fallado estrepitosamente en este último paso.

Farage eligió elo diario The Telegraph para expresarse. “Desde marzo de 2020, he pasado mucho tiempo monitoreando los inmigrantes ilegales cruzando el Canal inglés”, sostuvo.

“El mayor problema que enfrenta Boris Johnson no es el gasto que generan estos inmigrantes ilegales, sino la seguridad de Gran Bretaña y la de sus ciudadanos”, agregó con preocupación. Y remató: "El actual ocupante del número 10 de Downing Street parece haber abandonado su puesto".

Farage advirtió que estaría dispuesto a volver a la política si el primer ministro Boris Johnson no logra frenar la crisis que produjo la inmigración ilegal en los próximos meses. “Durante las últimas semanas, varios empresarios y funcionarios de alto rango me consultaron si consideraba volver a la política. Mi instinto es no hacerlo, pero tendré que pensarlo seriamente”, aseguró.

El derechista recordó uno de los últimos atentados terroristas cometidos por un inmigrante iraquí hace tan solo dos semanas, cuando intentó suicidarse con un coche bomba en el Hospital de Mujeres de Liverpool.

“Era otro solicitante de asilo fallido. Usó documentos falsos para ingresar a Reino Unido en 2014 y pudo burlar a los funcionarios durante todo este tiempo, permaneciendo en este país y viviendo de los contribuyentes”, sostuvo Farage en referencia al terrorista Emad Al Swealmeen.

¿Quién es el terrorista de Liverpool?

Emad Al Swealmeen, un iraquí de 32 años, había ingresado al Reino Unido de forma ilegal en 2014 luego de que su solicitud de asilo había sido rechazada dos veces.

Según destacó Farage, no falló el sistema de veto migratorio, que efectivamente identificó a esta persona como peligrosa, si no que falló el control fronterizo, ya que pudo ingresar de manera ilegal ante la inacción del Estado.

Al Swealmeen, quien supuestamente se habría convertido en un cristiano comprometido con Jesús, oriundo de Oriente Medio, habría estado practicando el Islam en los meses previos al ataque del 14 de noviembre en Liverpool, cuando intentó hacer explotar un taxi frente al hospital de mujeres de aquella zona.

Sin embargo, el acto se vio frustrado por una acción heroica del conductor del taxi, quien al darse cuenta de lo que estaba por hacer su pasajero, arriesgó su vida para así evitar una catástrofe aún peor.

El caso aún está bajo investigación, por lo que no puedo comentar los detalles ni decir exactamente qué tipo de incidente fue (…) pero parece que el taxista en cuestión se comportó con un temple y una valentía increíbles", dijo Boris Johnson, durante una visita a un centro médico de Londres, donde no hizo mención a la crisis migratoria.

Liverpool bomb: Police trace relative of Emad Al Swealmeen - BBC News

En referencia a la crisis migratoria, Farage ironizó sobre la promesa del ministro del Interior, Priti Patel, quien sostuvo que busca convertir los cruces ilegales del Canal de la Manca en algo “poco frecuente”.

"Lo que se convirtió en algo poco frecuente han sido las deportaciones de inmigrantes ilegales como consecuencia de que Gran Bretaña permanezca adherida a la ideología de la Unión Europea y de la Convención de Derechos Humanos", replicó Farage.

Hoy en día, la situación vinculada la inmigración ilegal representa uno de los principales problemas políticos y sociales del país. Se estima que alrededor de 25.000 inmigrantes han cruzado hacía Gran Bretaña en lo que va del año y solamente 5 personas han sido deportadas con éxito por el gobierno en 2021.

En una encuesta reciente, el 55% del público británico cree que el enfoque del gobierno para manejar la crisis ha sido “demasiado suave”. Este numero asciende al 77% si se consideran a los que votaron a los conservadores en las últimas elecciones generales británicas.

Según la prensa local, Boris Johnson está “indignado” por la incapacidad de su propio gobierno para enfrentarse a la inmigración ilegal masiva que llega en gran parte a través de Francia, y ha solicitado una revisión, a cargo del ministro de Oficina del Gabinete, Stephen Barclay, para armar un plan de respuesta.

Farage aún no confirmó su regreso a la vida política de Gran Bretaña. Sin embargo, la presencia de su nombre en los distintos titulares del país ya comienza nuevamente a generar dolores de cabeza para Boris Johnson y todo el Partido Conservador.

Reino Unido

Un inmigrante ilegal que había marchado con un cartel de "los inmigrantes no somos criminales" fue arrestado por violar una niña de 15

Publicado

en

Un congolés que sobrevivió tres intentos de deportación y que se había hecho famoso protestando en contra de la política migratoria conservadora, se declaró culpable esta semana de violar a una niña de 15 años.

Anicet Mayela, un inmigrante ilegal que llegó en 2004 a Londres de la República del Congo, se viralizó unos años atrás cuando en una marcha en contra de las políticas migratorias del gobierno de Boris Johnson, protestó frente a un centro de deportaciones con un cartel que leía: "los inmigrantes no somos criminales".

El hombre, que estuvo en múltiples ocasiones a punto de ser deportado, logró esquivar todos los intentos de la Policía británica, y esta semana fue arrestado, no por su condición de inmigrante ilegal, sino por algo mucho peor: fue encontrado culpable de violar a una niña inglesa de 15 años.

El Tribunal de la Corona de Oxford se está encargando de su caso, y aseguró en el expediente que hubo un alto nivel de violencia durante el ataque sexual de Mayela contra la niña, según informa The Sun.

Tras su arribo al país en 2004, el Gobierno británico intentó deportarlo inmediatamente, pero la medida tuvo que ser suspendida después de que alegara que fue herido en una celda de aislamiento en el Centro de Deportación de Inmigrantes de Colnbrook, cerca del aeropuerto de Heathrow.

Poco después, las autoridades hicieron un segundo intento, donde incluso lograron subirlo a un avión de la línea Air France que viajaba al Congo. Sin embargo, la tripulación francesa del avión hizo una protesta para evitar su deportación, asegurando que se había convertido en la "cara visible" de la poco humana política migratoria del gobierno.

Los pilotos del avión que salían del aeropuerto de Southampton se negaron a despegar, y finalmente el gobierno de Tony Blair decidió suspender su deportación. Semanas más tarde, Mayela obtuvo permiso para quedarse en el país después de que sus abogados dijeran que los agentes encargados de subirlo al vuelo lo habían agredido y hasta le habían roto una mano.

Mayela quedó en una situación rarísima: no fue otorgado ciudadanía pero la Justicia decidió que no sería deportado, por lo que se le dio vía libre para quedarse en el Reino Unido. El diputado conservador Marco Longhi protestó en el Parlamento por este caso que fue paradigmático en aquel entonces, pero nada cambió su situación.

Casi 20 años después, el africano jamás se adaptó a la civilización inglesa, y unas semanas atrás fue arrestado luego de ser identificado como el principal culpable en la violación de una niña de 15 años en Oxford, ante lo cual confesó su culpabilidad.

Longhi, quien todavía es diputado, ha estado recorriendo los medios acusando al Gobierno de no ser lo suficientemente duro con la inmigración. “Mis electores seguramente estarán furiosos al descubrir que se quedó aquí con lo que parece ser una excusa endeble antes de cometer este horrible crimen”, dijo.

Seguir Leyendo

Economía

La Comisión de Crecimiento del Reino Unido determinó que reducir la migración elevaría la renta per cápita del país a largo plazo

Publicado

en

Así lo determinó el organismo lanzado por la exprimer ministra Liz Truss, implementado para encontrar soluciones al anémico crecimiento de la economía británica. También se determinó que la reducción del impuesto a la herencia generaría un mayor impacto positivo que cualquier otro impuesto en el país.

Uno de los mayores problemas para el sostenimiento de las finanzas públicas del Reino Unido es la migración ilegal fuera de control, un fenómeno que encarece el costo de la salud pública en detrimento del grueso de los contribuyentes que deben pagar cada vez más para mantenerla pero que no reciben beneficios adicionales por tal esfuerzo.

La migración descontrolada parece incompatible con el llamado “Estado de bienestar”, y así lo deja ver un reciente estudio de la Comisión de Crecimiento del Reino Unido, un ente lanzado por la administración de Liz Truss para estudiar las razones detrás del estancamiento de la economía.

La Comisión encontró que reducir la migración neta anual de 350.000 personas a 150.000 en los próximos años, posibilitaría un aumento del nivel de ingreso promedio por habitante de hasta 1.100 libras al año. Esto se explica fundamentalmente por dos cuestiones: el menor costo presupuestario a cuenta de las redes de seguridad social del país, y por otra parte una mayor proporción de PBI distribuido entre menos personas.

El organismo señaló que la migración descontrolada también genera fuertes presiones sobre el mercado inmobiliario, ya que este fenómeno no se desarrolla de manera ecuánime en todo el territorio del Reino Unido, sino que se concentra principalmente en los grandes centros urbanos. 

La migración sin restricciones condujo al encarecimiento general del precio de las viviendas y de los alquileres en las grandes ciudades. Las jurisdicciones con menores regulaciones inmobiliarias pudieron adaptarse mejor al shock de demanda, mientras que otras (como por ejemplo Londres bajo el control del laborismo) sufrieron un alza significativa de los precios de la vivienda.

Douglas McWilliams, copresidente de la Comisión de Crecimiento, explicó que las regulaciones y la excesiva burocracia detrás de los permisos de construcción urbana impidieron una rápida adaptación del mercado inmobiliario a los sucesivos shocks migratorios. Remarcó la necesidad de reformar y desregular el sistema de planificación urbana para hacer más fácil la construcción de nuevas viviendas.

La Comisión también estudió las posibles rebajas tributarias que podrían estimular la inversión y el crecimiento de largo plazo de la economía. En este sentido, concluyó que cualquier rebaja (o incluso la eliminación) del Impuesto a la Herencia tendría un efecto positivo mayor a la de casi cualquier otro impuesto del país.

La eliminación del gravámen sobre las herencias generaría un repunte potencial del 1,4% sobre el PBI per cápita para el año 2044, alrededor de 865 libras adicionales cada año para los ciudadanos. Esto contemplaría una rebaja tributaria de 7,6 millones de libras para el período 2024-2025.

Si se aplicara una rebaja tributaria similar pero para el Impuesto de Sociedades, entonces el crecimiento de la renta por habitante se incrementaría en un 1,6% para 2044, mientras que la misma receta para el impuesto a las Ganancias de personas físicas daría como resultado un incremento de sólo el 0,3% respectivamente.

La principal razón explicativa detrás de estas cifras es el envejecimiento poblacional. Conforme se incrementa la participación de personas mayores como porcentaje de la población total, aumenta desmedidamente la recaudación por herencias y por lo tanto también su impacto negativo en el desarrollo de la economía.

“Con una población que envejece y con tantos otros países con tasas bajas o nulas de impuesto a la herencia, mantener este impuesto por razones puramente ideológicas parece ser un lujo que el Reino Unido no puede permitirse”, declaró McWilliams.

Seguir Leyendo

Reino Unido

El Reino Unido intenta controlar el colapso social y endurece su política migratoria: Los inmigrantes ilegales serán deportados a Ruanda

Publicado

en

Una enmienda aprobada en la Cámara de los Comunes, que debe ratificarse, permitirá ignorar las órdenes globalistas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y proceder a la deportación de los inmigrantes ilegales en suelo británico a Ruanda.

El primer ministro británico Rishi Sunak se anotó una masiva victoria en su agenda anti inmigración que viene trabajando con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, al aprobar este jueves, con el apoyo de 320 diputados, una ley que permite deportar inmigrantes ilegales a Ruanda.

Si bien resta la aprobación de la Cámara de los Lores (lo que sería como la Cámara Alta de su sistema legislativo), se espera que sea homologada fácilmente y el Partido Conservador logra un importante éxito en un año electoral.

Los conservadores vienen de una serie de derrotas legislativas brutales, y se ve golpeado en las encuestas por dos aspectos centrales: una pésima gestión del COVID-19 y la explícita traición al Brexit que los británicos votaron, luego de que en 4 años tras su salida de la Unión Europea, solo se eliminaran 600 de las 4.000 regulaciones vigentes del bloque europeo.

Esta medida se trata de una de las promesas electorales de Sunak, quien había prometido frenar la llegada de indocumentados a través del Canal de la Mancha y llevar a la práctica el sistema de deportaciones que había empezado a negociar el ex primer ministro Boris Johnson.

La Corte Suprema británica había fallado previamente en contra de esta política, respaldándose en la falta de garantías de seguridad de esos migrantes una vez llegados a Ruanda y en un fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero esta legislación aprobada sobrepasa la decisión del tribunal eurpeo que avala año a año el tráfico de personas indocumentadas.

El Reino Unido tiene un trabajo de largos años enfrentando una profunda crisis social y laboral provocada por la inmigración indiscriminada, especialmente la intromisión de células terroristas o ligadas al narcotráfico que llegan en estas embarcaciones.

Las cifras son alarmantes, ya que entre el 2022 y el 2023 llegaron al Reino Unido 75.000 embarcaciones cargadas de inmigrantes indocumentados, con un promedio de 500 personas por cada bote. La gran mayoría cruzando, desde Francia, a través del Canal de la Mancha.

El año pasado, el gobierno conservador logró llegar a un acuerdo con Turquía para el establecimiento de un nuevo centro operativo para abordar el crimen de inmigración organizado. En ese entonces, la ministra británica del Interior Suella Braverman aseguró que debían "hacer todo lo posible para acabar con las bandas de contrabandistas de personas y detener los barcos".

Este texto enfrentará esta semana el primer debate en la Cámara de los Lores que podría proponer algunas modificaciones, pero sin alterar el espíritu que plantea el proyecto. El Comité de Acuerdos Internacionales de la Cámara recomendó no aprobarlo hasta que los ministros no puedan demostrar que el acuerdo es seguro.

Los laboristas, encabezados por su líder Keir Starmer, han asegurado que la derogarán en caso de llegar al poder, además de prometer una fuerte suba de impuestos en una economía en recesión.

Todas las encuestas indican que, de no mejorar las cifras para el gobierno conservador, el laborismo británico estaría a las puertas de volver a gobernar el Reino Unido luego de 14 años marginado a la oposición. El panorama es muy distinto a lo ocurrido en la última elección, donde Boris Johnson arrasó con una mayoría histórica para los Conservadores.

Boris era polémico pero efectivo, y consiguió la mayor cantidad de votos de la historia para un candidato conservador en 2019. Sunak es todo lo contrario; con un perfil moderado y alejado de las polémicas, las encuestas muestran una intención de voto por el piso.

Por fuera de la discusión parlamentaria de la enmienda migratoria, durante esta semana Sunak deberá enfrentar la rebelión de más de 40 parlamentarios conservadores, que demandaron más fondos para sus consejos locales (los gobiernos territoriales de Reino Unido), ya que enfrentan la bancarrota ante el aumento de costos y los recortes producidos por el gobierno central en busca de mayor austeridad.

Seguir Leyendo

Tendencias