
Andrea Rincón reveló el exorcismo que le hicieron: 'gritaba con otra voz'
La actriz dio a conocer que para dejar sus adicciones fue sometida a una fuerte experiencia esotérica.
Años después de haber enfrentado una dura batalla contra las adicciones, Andrea Rincón sorprendió con un relatosobre un episodio que, asegura, marcó un antes y un después en su vida.
La actriz confesó que fue sometida a un exorcismo, experiencia que —según contó— estuvo vinculada a su acercamiento a la fe.
En diálogo con Majo Riera y Pata Liberati en el podcast Dos pendejas de 50 (Resumido), Rincón recordó que en ese momento atravesaba una etapa de inestabilidad emocional y física.
Andrea Rincón contó su exorcismo
“No dormía, estaba agotada. En las grabaciones de la primera temporada de Argentina, tierra de amor y venganza se me notaba en la cara, tenía ojeras profundas y un malestar constante. Soñaba con calaveras que me asfixiaban y situaciones extrañas, como encontrar la moto de mi hermano cubierta de hormigas”, describió.
La actriz relató que llegó a sentirse atrapada en un ciclo sin salida. “Me mandaron a ver a unas brujas y pensé: ‘Si les hago caso, ¿a quién le estoy debiendo algo?’. Sentía que era una rueda que no terminaba nunca”, recordó.
El cambio llegó gracias a una amiga de su pasado, con quien solía salir de fiesta y que ahora asistía a una iglesia. Fue ella quien la llevó a una ceremonia que, asegura, fue determinante.

Según Rincón, un grupo de personas acudió a su casa y percibió “olor a azufre” en distintos lugares. “Me ponen una mano en la espalda y empiezan a orar. Yo pensaba que era como de ciencia ficción. De repente me dicen: ‘En el nombre poderoso de Jesús, ¡fuera demonios!’. Ahí mi cuerpo se puso rígido, las manos se me pegaron al torso, empecé a convulsionar y caí al piso”, relató.
El momento más impactante, dijo que fue cuando su amiga le aseguró que gritaba con una voz que no era la suya. “Por dentro pensaba qué me estaba pasando. Veía todo naranja, tenía los ojos dados vuelta. Cuando reaccioné, creí que me habían drogado. Al final, me quebré y me puse a llorar. Ellos también estaban llorando, muy asustados”, contó.
Tras lo ocurrido, las personas que la acompañaban le dijeron que ya estaba “libre”. Para la actriz, esa experiencia marcó el inicio de una transformación personal y espiritual. Encontró refugio en el trabajo solidario, visitando cárceles y ayudando a personas en situación de calle.
“Jesús está en cada uno de nosotros y cuando ayudás al prójimo, lo estás atendiendo a Él. Yo estaba perdida, en el infierno. Abrí todas las puertas equivocadas, pero Dios decidió que merecía ser redimida”, afirmó.
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