
Así es la modesta casa en la que vive la Locomotora Oliveras
Lejos de los lujos y el brillo mediático, la excampeona mundial de boxeo elige vivir en una casa sencilla y cálida.
Alejandra “La Locomotora” Oliveras, una de las figuras más destacadas del boxeo argentino, no solo es conocida por su garra arriba del ring, sino también por su estilo de vida alejado de toda ostentación.
Mientras atraviesa un delicado momento de salud tras sufrir un ACV, su entorno más íntimo la acompaña en una casa que representa a la perfección su espíritu: humilde, fuerte y auténtico.

Lejos de mansiones con lujos innecesarios, la campeona eligió vivir en una vivienda funcional, segura y luminosa. En su casa no hay excentricidades ni espacios recargados: lo que predomina es la practicidad, la calidez y un fuerte sentido del hogar.
Los ambientes amplios y bien ventilados son protagonistas, al igual que la luz natural que entra por grandes ventanas y potencia los tonos claros de las paredes.
El interior de la casa de Oliveras está pensado para el confort cotidiano. Los muebles son simples, de líneas rectas, pero elegidos con cuidado: sillas de madera, una mesa central modesta y estantes que guardan lo más valioso para ella. Allí se exhiben con orgullo sus trofeos deportivos, fotos familiares y recuerdos de una vida marcada por el esfuerzo y la superación.
Cada rincón parece contar una historia. No hay objetos al azar ni decoraciones impuestas por moda. Todo está dispuesto con un propósito claro: hacer de su casa un espacio donde se respire paz, donde se priorice el bienestar de su familia y donde se valoren las cosas esenciales por encima de lo material.

Uno de los aspectos que más destaca de la vivienda es el énfasis en la seguridad. Rejas bien cuidadas rodean gran parte del perímetro, sin romper con la estética general del lugar. Para la boxeadora, proteger a los suyos es una prioridad, y eso se refleja tanto en la arquitectura como en la energía del hogar.
Allí conviven varias generaciones: hijos, nietos, y seres queridos que la acompañan en el día a día. Los juguetes distribuidos por la casa, los retratos en las paredes y los pequeños detalles hogareños dan cuenta de un hogar vivido, dinámico, donde la familia ocupa un rol central.
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