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Estados Unidos

Tras colocar un Primer Ministro de consenso con Irán, Joe Biden empieza a planificar el retiro de tropas estadounidenses de Irak

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El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dice que las conversaciones se llevarán a cabo para planificar una retirada que "podría tardar varios meses o años".

Los gobiernos de los Estados Unidos y de Irak han acordado iniciar conversaciones sobre el fin de la misión militar liderada por los norteamericanos en el país árabe, empezando a diagramar un calendario para una retirada gradual de las tropas.

La noticia llega un año y medio después de la asunción de Mohammed Shia’ Al Sudani, el actual Primer Ministro de Irak, quien llegó al poder luego de un acuerdo sin precedentes entre el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente iraní Ebrahim Raisi.

Al Sudani fue votado por los bloques pro-Estados Unidos y pro-Irán, históricamente enemistados, y dejó en la oposición al conservador Muqtada al-Sadr, líder del movimiento sadrista, que abandonó el Parlamento en protesta por este acuerdo, a pesar de que era el bloque más grande del Poder Legislativo.

Los sadristas abogan por la salida tanto de la presencia militar estadounidense como de la influencia política iraní en la nación que alguna vez gobernó con puño de hierro el dictador Sadam Huseín, pero parece que podrían cumplirse sus objetivos de la peor manera posible.

Según asegura la prensa local, Al Sudani en el poder garantiza que los intereses tanto de los Estados Unidos como los de Irán estén cubiertos, algo que no había ocurrido con ningún otro títere que había sido puesto al frente del gobierno iraquí, por lo que la presencia militar se hace redundante.

Estados Unidos ha tenido una presencia militar continua en Irak desde su invasión de 2003. Si bien gran mayoría de las fuerzas de combate estadounidenses se marcharon en 2011, quedó un importante contingente, y luego en 2014 regresó toda la coalición liderada por Estados Unidos para ayudar al gobierno iraquí a derrotar a ISIS.

Obama había prometido sacar a las tropas de Irak y si bien redujo considerablemente el número entre 2011 y 2014, en enero del 2017, al final de su mandato, entregó la presidencia con una mayor presencia militar que la que había recibido.

Donald Trump, tras vencer y aniquilar al Estado Islámico en Irak entre 2017 y 2018, comenzó una retirada de tropas hasta dejar tan solo 2.500 soldados al fin de su mandato, la menor cantidad desde 2003. Biden subió este número en los últimos años, pero lo volvió a bajar desde la asunción de Al Sudani en 2022, y ahora proyecta retirarlos a todos para fin de año.

Actualmente, la presencia de fuerzas estadounidenses, que han permanecido allí para llevar a cabo misiones y entrenamiento de las tropas iraquíes contra la insurgenica yihadista, ha sido un pararrayos para una facción cada vez más influyente de milicias y políticos alineados con Irán en Irak.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak expresó en un comunicado el jueves que Bagdad pretende "formular un calendario específico y claro que especifique la duración de la presencia de los asesores de la coalición internacional en Irak" e "iniciar la reducción gradual y deliberada de sus asesores en suelo iraquí, lo que finalmente llevó al final de la misión de la coalición".

Añadió que Irak está comprometido a garantizar la "seguridad de los asesores de la coalición internacional durante el período de negociación en todas partes del país" y a "mantener la estabilidad y prevenir una escalada".

Según trascendió, Al Sudani le dijo al secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que quiere "evitar un Afganistán" a toda costa, cuando la desastrosa retirada de tropas que organizó el Pentágono de Joe Biden llevó a que en poco menos de una semana tomaran el control del gobierno los talibanes.

Desde Washington aseguran que ISIS está derrotado y que el trabajo de la coalición ha terminado, pero hay grupos rebeldes pro-iraníes que están ganando poder en el interior del país, y si bien Al Sudani mantiene una buena relación con la teocracia de Teherán, sin la presencia de tropas estadounidenses, la estabilidad podría colapsar rápidamente.

Estados Unidos

Elon Musk opinó sobre la persecución política a Trump: "Cuanto más intenten meterlo preso, más subirá en las encuestas"

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En medio de un juicio político en contra de Trump, el dueño de Tesla, SpaceX y Twitter advirtió que lo único que van a lograr los demócratas es que termine volviendo a ser presidente.

Donald Trump está atravesando una brutal persecución política por parte del Partido Demócrata, que ha iniciado más de 8 causas en su contra con el objetivo de que reciba una condena a prisión y deba bajarse de las elecciones presidenciales de noviembre.

En estos días, el líder republicano está peleando un juicio en Nueva York por un supuesto soborno que le habría dado a una actriz porno en 2016, para que no revele públicamente que había tenido relaciones con él.

La mayor evidencia que tienen los fiscales demócratas es el testimonio de la propia mujer, Stormy Daniels, y desde la defensa de Trump aseguran que el pago lo realizó su ex abogado Michael Cohen, quien utilizó su propio dinero para pagarle a Daniels, sin nunca consultarlo con Trump.

En este contexto, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien recientemente recomendó invertir en Argentina, opinó sobre la persecución contra Trump, y advirtió: “Cuanto más injustos le parezcan al público los ataques a Trump, más subirá en las encuestas”.

El comentario de Musk surge en respuesta a un posteo de X (ex Twitter) publicado el 13 de mayo, luego de la comparecencia de Trump en el estrado y el testimonio de uno de los testigos clave, del candidato republicano Blake Masters, quien escribió: "Es difícil expresar con palabras la asombrosa corrupción del tribunal canguro de Alvin Bragg en la ciudad de Nueva York".

La advertencia tiene que ver también con que el expresidente lidera las encuestas en todos los estados en disputa, excepto Wisconsin. Trump está por delante en Arizona, Georgia, Pensilvania, Virginia, Michigan, Carolina del Norte y en Nevada.

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Estados Unidos

Trump y Biden aceptaron hacer un debate presidencial el próximo 27 de junio en los estudios de CNN

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Los mandatarios se cruzarán en el debate de la emisora demócrata. El republicano jugará de visitante.

El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump aceptaron una invitación de CNN para debatir el 27 de junio, un enfrentamiento que romperá el récord por ser el más temprano en una campaña presidencial, que marcará la pauta las elecciones de este año.

Recibí y acepté una invitación de @CNN para un debate el 27 de junio. Depende de usted, Donald. Como dijiste: en cualquier lugar, en cualquier momento y en cualquier lugar”, dijo Biden en una publicación en X.

Trump le respondió inmediatamente a Kaitlan Collins, periodista de CNN: "La respuesta es sí, lo aceptaré". El republicano confirmó que no tiene ningún problema en "jugar de visitante" y le aclaró a la CNN: "Pongan el moderador que quieran, no les tengo miedo".

Según un comunicado de prensa de CNN, el debate se llevará a cabo en los estudios de la cadena en Atlanta sin audiencia presente, algo que nunca había ocurrido en los debates entre candidatos presidenciales, ni siquiera cuando estaba la pandemia.

Más tarde el miércoles por la mañana, ambos mandatarios confirmaron que habían aceptado otra invitación de ABC para celebrar un segundo debate el 10 de septiembre.

A pesar de sus claros problemas de senilidad, Biden dijo recientemente que tenía ganas de debatir con Trump, aunque no se comprometió con el formato de dicho debate y le dijo al locutor de radio Howard Stern: "Estoy feliz de debatir con él".

En un patético video en las redes sociales que luego ratificó en una carta a la Comisión de Debates Presidenciales, Biden expuso los términos propuestos, incluidas posibles fechas de debate en junio y septiembre.

El video de Biden hablando directamente a una cámara publicado el miércoles por la mañana se viralizó por la enorme cantidad de edición que se le tuvo que hacer, probablemente debido a la dificultad del actual presidente para hablar de corrido.

Donald Trump perdió dos debates contra mí en 2020. Desde entonces no se ha presentado a ningún debate. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo de nuevo”, dijo Biden.

Bueno, alégrame el día, amigo, incluso lo haré dos veces. Así que elijamos las fechas, Donald. He oído que estás libre los miércoles”, continuó Biden , en alusión al calendario judicial de Trump. En la carta, la campaña de Biden reconoció que el primer debate probablemente tendría lugar después de que concluya el juicio criminal de Trump por la presecución política de su gobierno.

En una publicación en Truth Social el miércoles, Trump aceptó el cronograma revisado: "Estoy listo y dispuesto a debatir contra Delincuente Joe en los dos momentos propuestos en junio y septiembre", y agregó que "recomendaría firmemente" más de los dos debates propuestos. . Un alto asesor de Trump le dijo a CNN que están “listos para debatir” con Biden y revisar los términos, pero que están ansiosos por un enfrentamiento en el escenario.

El equipo de Trump también pidió que los candidatos participaran en cuatro debates en total, el doble de lo solicitado por Biden. La campaña de Biden por el momento no ha aceptado la propuesta.

El formato está en línea con una propuesta de la campaña de Biden a la comisión en su carta, que Trump rechazó en su publicación de Truth Social, diciendo que preferiría, “para propósitos de emoción, un lugar muy grande, aunque Biden supuestamente tiene miedo de multitudes”.

Sólo dime cuándo estaré allí”, dijo Trump, y remató: "¡¡¡Preparémonos para la fiesta!!!"

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Economía

El Presidente Biden anunció una nueva guerra comercial contra China: Se establecieron aranceles de entre el 25% y el 100%

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Biden desató una agresiva impronta arancelaria contra China como no se veía desde el año 2019. Se espera una pronta respuesta arancelaria por parte del régimen de Xi Jinping, desatando así una nueva guerra comercial que repercutirá a nivel global.

En medio de la campaña electoral, y viéndose superado por las principales encuestas frente a su contrincante republicano Donald Trump, el Presidente Joe Biden anunció una oleada de represalias arancelarias en contra de las importaciones provenientes de China, muchas de las cuales afectan a sectores especialmente dinámicos y competitivos.

Biden tomó la decisión de establecer recargos drásticamente más elevados en comparación a los que había establecido su predecesor entre 2018 y 2019, pero con una lógica sustancialmente diferente: esta vez se pretende articular una protección de carácter permanente, y los aranceles ya no se ven inmiscuidos como una mera regla de negociación para que China profundice la desregulación sobre su mercado de divisas.

El Presidente Biden anunció una impronta abiertamente proteccionista, y los principales damnificados de esta política serán los propios consumidores estadounidenses que deberán enfrentarse a precios y costos más elevados. Se anunciaron las siguientes disposiciones contra las importaciones chinas:

  • Arancel del 25% sobre el acero y el aluminio
  • Arancel del 50% sobre semiconductores y paneles solares
  • Arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos

Los aranceles anunciados protegerán a la industria estadounidense frente a la competencia china, en detrimento de la calidad de sus productos y del poder adquisitivo de los consumidores locales. Muchas enfrentas enfrentarán un gran aumento de costos que sin lugar a dudas será trasladado al bolsillo del consumidor.

También constituye un fuerte desaliento para la inversión extranjera directa de largo plazo, ya que la constante alteración de las reglas de juego generan un clima de inestabilidad que hace imposible la previsión.

Pero incluso a pesar de los evidentes daños generados para los consumidores, los beneficios para la industria estadounidense podrían verse diluídos rápidamente, tan pronto como aparecieron en primer lugar.

Dado el gran tamaño de la economía estadounidense, resulta factible que la aplicación de aranceles puntales revitalicen frente a su par asiático. Sin embargo, es casi un hecho el régimen chino adoptará medidas arancelarias de represalia en la dirección opuesta, desatando una nueva y agresiva guerra comercial.

En caso de que esto ocurra, y con toda seguridad resulta el escenario más probable, entonces quedarían erradicadas todas las ganancias de competitividad que pudiera tener Estados Unidos frente a China. 

El resultado de equilibrio podría traer aparejado un nivel más alto de precios internos tanto en China como en Estados Unidos, pero ninguna ganancia de competitividad para ninguno de los dos países debido a que la relación entre aranceles permanecería relativamente constante.

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