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Estados Unidos

Tulsa Rally: el acto de campaña de Trump que congregará casi 1 millón de personas y buscará relanzar su campaña presidencial

Luego de la cuarentena por el coronavirus, el presidente Trump busca relanzar su campaña presidencial. Decidió hacerlo en un mega-evento en Tulsa, Oklahoma, donde se espera casi 1 millón de simpatizantes asistiendo al evento o sus inmediaciones.

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Para el primer acto de campaña desde el 2 de marzo, Trump anunció hace unas semanas que estará atendiendo a un masivo evento en Tulsa, Oklahoma, donde se congregarán casi 1 millón de simpatizantes del presidente a escuchar el re-lanzamiento de la campaña presidencial "Keep America Great" pos-cuarentena.


Las últimas semanas fueron una verdadera guerra mediática por la denominada "Tulsa rally". 
Los medios de izquierda, en su enorme hipocresía, criticaron al presidente por convocar un acto de campaña en plena pandemia, a pesar de que estuvieron todo el mes de junio celebrando las marchas violentas de la izquierda tras el asesinato de George Floyd, y que algunos medio como CNN instaron a las personas a salir a la calle a protestar.
Según la Casa Blanca, luego de una larga deliberación con el Equipo Especial de Tratamiento del Coronavirus, se decidió que el nivel de contagio en Oklahoma es lo suficientemente bajo como para que un evento así no presente un peligro de salud pública.
Sin embargo, los votantes de Trump sienten que esta va a ser el evento más importante de la presidencia de Trump y han estado reservando un lugar desde hace semanas. Las 20.000 entradas para el estadio del Oklahoma Center Arena donde se realizará el evento se agotaron el primer día, pero 800.000 personas trataron de sacar entradas desde entonces y se espera que muchas personas asistan al evento para escuchar desde afuera.

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Desde el viernes que los "trumpistas" están haciendo fila para entrar al estadio. Con barbijos y preparados para todo, los simpatizantes fueron entrevistados en la tarde del viernes por NBC News a medida que llegaban con carpas, heladeritas y reposeras. Las preguntas se centraron casi exclusivamente en los temores por el coronavirus.

"No le tengo miedo. Si me muero hoy, me muero hoy", aseguró David Riniker, de 62 años, que viajó en auto a Tulsa desde su casa en Arkansas esta semana para asistir al evento. "Es el primer acto de campaña al que asisto desde los de Reagan en la década del 80. No pude ir a ninguno en 2016 aunque hubiera querido."

Luego entrevistaron a Sheri Todd, una señora que también estaba haciendo fila casi 24 horas antes del evento. "Soy enfermera. Trabajé en ER más de 15 años, y venir a este acto es una decisión que tomamos", aseguró junto a su marido. "He tratado pacientes con COVID en primera persona, y no es algo que me de miedo. Ya sé lo que es y lo que hace."

"Hasta donde yo sé, seguimos siendo Americanos", agregó Tom, su marido, quien aseguró ser un obrero de la construcción jubilado y gran seguidor del presidente Trump.


El evento será transmitido en vivo a las 9:00 p.m. (hora Argentina).


La entrada del evento fue un caos. A eso de las 5 p.m. (hora Argentina), manifestantes de Antifa y Black Lives Matter se congregaron a donde los simpatizantes estaban haciendo la fila y comenzaron a increparlos.
Los conflictos escalaron y alrededor de las 6 p.m. (hora Argentina) la entrada al evento fue cerrada por la Policía para evitar que estos manifestantes entren al estadio.
Se cree que entre 12 mil y 15 mil personas lograron ingresar al evento, de las casi 20 mil que tenían entrada.
La enorme multitud que iba a ver el evento desde afuera con pantallas gigantes que habían sido instaladas la noche anterior se terminó dispersando por orden de la policía luego de que las protestas de la izquierda se fueron de control.

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A la salida del evento, la Policía volvió a fallar en el operativo anti-disturbios, y no llegó a formar un cordón entre los manifestantes de izquierda, que seguían afuera del establecimiento protestando, y los simpatizantes de Trump.

Luego de algunos altercados y de la policía disparando balas de goma, los trumpistas lograron evacuar la zona y los efectivos policiales terminaron abandonando la zona. La izquierda se quedó varias horas más cantando y prendiendo fuego banderas estadounidenses.

Definitivamente, no imperó la ley en la noche del evento político más grande de los últimos años donde debería haberse hecho un operativo policial mucho más estricto.

Más allá de los conflictos, muchos simpatizantes decidieron ver el evento desde sus casas, probablemente temiendo contagiarse de COVID-19.

Según las estadísticas que mostraron las principales emisoras, fue el acto de campaña más visto por internet en vivo en la historia.

La emisora Right Side Broadcasting tuvo 1,4 millones de espectadores en YouTube y 2,8 millones en Facebook; la transmisión de Fox News tuvo otras 1,4 millones en YouTube, 2,1 millones en Facebook y por lo menos 2 millones a través de cable. CNN tuvo casi 1 millón a través Facebook y otro millón por cable, y no se sabe cuántas por YouTube ya que eliminó el video cuando terminó la transmisión.

Solo de YouTube: la transmisión de Bloomberg tuvo 1,7 millones de espectadores, la cuenta oficial de Donald Trump tuvo 500.000 espectadores, la transmisión de NBC tuvo 400.000, la de Fox Business otras 400.000, la de PBS 300.000, la de USA Today 100.000, la de ABC otros 100.000 y la de Breitbart 50.000.

Dando un monstruoso total de casi 16 millones de espectadores para ver el primer acto de campaña de Trump en 2020. En perspectiva, el evento en vivo más visto en la historia de EE.UU. fue el aterrizaje en la luna donde 53 millones de personas sintonizaron.

Además, esto es solo una pequeña selección de las transmisoras más famosas, falta agregar todos los simulcasts (por ejemplo, Fox News transmite en más de 50 canales alternativos en todo el país en las distintas franjas horarias) y todos los que lo vieron a través de cable que no fueron incluidos en esta cuenta.

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Estados Unidos

Trump propone mandar "Escuadrones de la Muerte" a México para eliminar a los jefes de los narcos y sus financistas

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El candidato a presidente republicano vuelve recargado, y entre sus propuestas ahora incluye un plan para exterminar a los mayores líderes de los carteles mexicanos.

El expresidente Donald Trump, incluyó entre sus propuestas de campaña, en caso de ganar las elecciones de noviembre, enviar fuerzas especiales del Ejército de los Estados Unidos a eliminar de manera clandestina a los principales líderes de los carteles de drogas de México.

"La mejor manera de ponerle un freno a la proliferación de los narcos es eliminando a su cúpula, cortándoles los lazos con sus financistas y construir un muro donde se les haga muy difícil enviar sus productos a nuestro país", le confió el republicano a sus asesores recientemente.

En los últimos meses, Trump ha recrudecido su discurso respecto a la crisis fronteriza y de drogas en Estados Unidos, y asegura que hoy en día la respuesta amerita entrar a México, como alguna vez las fuerzas norteamericanas lo hicieron en Colombia, y exterminar a los líderes narcos.

Actualmente, Trump está haciendo campaña para la Casa Blanca con la promesa pública de “hacer un uso apropiado de las Fuerzas Especiales, la guerra cibernética y otras acciones abiertas y encubiertas para infligir el máximo daño a los líderes, la infraestructura y las operaciones de los cárteles”.

Trump ha respaldado la idea de desplegar de manera encubierta, con o sin el consentimiento del gobierno mexicano, unidades de operaciones especiales que tendrían la tarea de, entre otras misiones, asesinar a los líderes y principales ejecutores de los cárteles de la droga más poderosos y notorios de México

En algunas de estas discusiones, Trump ha insistido en que el ejército estadounidense tiene “asesinos más duros que ellos” y se ha preguntado por qué estas misiones de asesinato no se han realizado antes, argumentando que eliminar a los jefes de los cárteles contribuiría en gran medida a obstaculizar sus operaciones e infundir miedo en los corazones de “los capos”.

Trump habla desde la experiencia, y en su tesis usa de ejemplo el combate contra los grupos terroristas islámicos, donde la eliminación de sus líderes ha probado a lo largo de la historia ser uno de los mayores impedimentos para la proliferación de sus actividades delictivas.

Durante algunas de estas conversaciones, comparó su propuesta con la incursión militar que ordenó en 2019 y que resultó en la muerte del líder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, lo cual desarticuló completamente al grupo y prácticamente lo dejó extinto.

Según fuentes consultadas por medios estadounidenses, Trump le pidió a sus asesores políticos que le proporcionaran un menú de opciones militares para atacar a los cárteles de la droga mexicanos, con escenarios de ataques aéreos, ataques con drones, despliegues de tropas estadounidenses y otras formas de guerra, para enfrentarse a los líderes de los principales cárteles de la droga.

La idea que parece alocada, es respaldada por los think tanks más prestigiosos del mundo, como el Center for Renewing America y el America First Policy Institute, que han publicado documentos de políticas que respaldan enérgicamente el uso de una fuerza militar significativa contra estas organizaciones criminales.

Trump no es el único que comparte que esta es la mejor política para frenar de cuajo la creciente ola narco. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien fuera el principal rival de Trump en las primarias presidenciales republicanas, prometió que si fuera elegido presidente, ordenaría a las Fuerzas Especiales que ingresaran a México “el primer día” de su gobierno.

Una lista cada vez mayor de influyentes legisladores republicanos han bendecido públicamente la medida. El año pasado, los senadores Lindsey Graham y John Kennedy anunciaron que presentarían un proyecto de ley que "le daría al presidente la autoridad para perseguir a estas organizaciones dondequiera que existan”.

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Argentina

Elon Musk recomendó invertir en Argentina después de reunirse por una hora con Javier Milei en Los Ángeles

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El presidente y el empresario coincidieron en la convención global de inversores que se realiza en Los Ángeles y hablaron sobre las perspectivas económicas de Argentina.

El presidente Javier Milei y el empresario Elon Musk mantuvieron la segunda reunión en menos de un mes este lunes en Los Ángeles. Después de visitar la Gigafactory de Tesla en Texas, esta vez coincidieron en la cumbre global de inversores del Instituto Milken.

Junto al presidente se alinearon la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el embajador argentino en Estados Unidos, Gerardo Werthein. El cónclave duró casi una hora y las dos figuras dialogaron acerca de la libertad económica y de la importancia de la batalla cultural.

Milei había definido una hoja de ruta sobre posibles inversiones en tecnología y minería que le gustaría que Musk lidere. Además, el presidente tenía intenciones de dialogar sobre el impacto cotidiano de la inteligencia artificial y su aplicación en el desarrollo económico.

“La inteligencia artificial nos hará potencia mundial”, comento Milei en Los Ángeles. Y sobre su cónclave con Musk había adelantado a su comitiva: “Quiero que invierta. Adonde quiera”.

Gran encuentro con el Presidente Milei”, posteó Musk en su propia red social X (ex Twitter), tras su encuentro con el jefe de Estado en California. En la foto que subió se lo vio muy contento, haciendo el gesto con los pulgares arriba característico del presidente argentino.

Horas después, Musk redobló la apuesta y publicó un segundo tuit en el que expresó: “Recomiendo invertir en la Argentina”, una publicación que estalló en viralidad en pocos minutos, por la potencia que tiene una recomendación así del empresario más rico del mundo.

Así como alguna vez generó un frenesí de inversión en el Bitcoin con un tweet, se espera que la recomendación de Musk sobre las perspectivas futuras sobre Argentina incentiven a empresarios de todo el mundo a poner su dinero en en país, generando empleo de calidad, nuevos productos y servicios e ingresos de dólares.

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Estados Unidos

Un informe revela que los manifestantes pro-Palestina en Estados Unidos son financiados por los donantes del Partido Demócrata

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Algunos de los grupos que más protestan contra Biden y contra Israel obtienen financiación de los nombres más importantes de los círculos de donantes demócratas.

Un informe del medio POLITICO reveló que la ola de manifestantes pro-Palestina que está azotando a los Estados Unidos en las últimas semanas, que llevó incluso a estudiantes de extrema izquierda a tomar el campus de algunas universidades y expulsar a alumnos judíos, está siendo financiada por los mismos grupos que donan recurrentemente al Partido Demócrata.

En la lista que el medio confeccionó a partir de una rigurosa investigación, aparecen algunos de los más importantes donantes de los círculos demócratas: Bill Gates, George Soros, la familia Rockefeller y la familia Pritzker, entre otros.

Insólitamente, algunos de estos donantes son de ascendencia judía, que parecen no tener problema en destinar una parte de su fortuna en financiar a las organizaciones detrás de las protestas anti-semitas que defienden el accionar del grupo terrorista Hamás, que asesinó a más de 1.500 judíos el pasado 7 de octubre en un atroz atentado genocida.

Los nombres detrás de las protestas

Dos de los organizadores de las protestas en la Universidad de Columbia son Jewish Voice for Peace y la agrupación IfNotNow. Ambos cuentan con el apoyo público de la Fundación Tides, fundada por el megadonante demócrata George Soros, así como por la Fundación Bill y Melinda Gates.

Otro donante demócrata notable cuya filantropía ha ayudado a financiar el movimiento de protesta es David Rockefeller Jr., miembro de la junta directiva del Fondo de los Hermanos Rockefeller. En 2022, el fondo donó 300.000 dólares a la Fundación Tides.

Según los formularios de impuestos de organizaciones sin fines de lucro, Tides ha donado casi 500.000 dólares en los últimos cinco años a Jewish Voice for Peace, que se describe explícitamente como una organización anti-sionista y pro-Palestina.

Este grupo, que ha tomado varias universidades en todo el país, ha declarado que los ataques del 7 de octubre fueron culpa de Estados Unidos y de Israel: “La fuente de toda esta violencia es el apartheid y las ocupaciones israelíes, además de la complicidad de Estados Unidos en esa opresión”.

Estos grupos también están respaldados por una fundación de Susan y Nick Pritzker, herederos del imperio del hotel Hyatt, y asesores de Biden. Los Pritzker han donado millones a numerosas campañas demócratas, incluidos miles de dólares para el Fondo de Victoria de Biden hace unos meses y más de US$ 300.000 dólares por mes durante la campaña 2020.

Otra de las organizaciones que reciben dinero de los Pritzker es Solidaire Action, un grupo de acción política de extrema izquierda que defiende el terrorismo palestino. Su portavoz, Barni Qaasim, también ha celebrado el ataque del 7 de octubre.

Solidaire ha recibido apoyo financiero de los Pritzker, a través de la Fundación Libra, que financia todos los meses a Solidaire Action, supuestamente por sus acciones respectivas al medio ambiente y la justicia de género.

Entre otros ejemplos, la Fundación Libra financia mensualmente a la Alianza por la Justicia Climática, que participó en marchas pro palestinas con carteles que leen la frase “Joe Genocida”. Mientras tanto, Bla Organización por el Liderazgo y la Dignidad Negra, otro grupo respaldado por la Fundación Libra, muestra en su sitio web la participación en múltiples de estas marchas.

A su vez, el Proyecto de Defensa de Inmigrantes, financiado por los Pritzker, fue parte de una protesta en Washington en la que 13 activistas fueron arrestados por la policía del Capitolio después de exigir un alto el fuego permanente en Gaza destruyendo comercios y atacando agentes de seguridad.

La Fundación Tides, financiada por los Prizkers, también ha apoyado el Proyecto de Justicia Adalah, que también ha formado parte de las protestas en la Universidad de Columbia. El grupo escribió en X, que “las universidades son fondos de cobertura, profundamente arraigados en los fabricantes de armas”.

Tides también apoya a Palestina Legal, un fondo de defensa legal que ofrece asistencia legal a “estudiantes que se movilizan contra el genocidio”.

En la propia Casa Blanca se preguntan por qué los mismos donantes demócratas están financiando a estos manifestantes, que incluso han protestado contra Biden. Jewish Voice for Peace ha liderado protestas perturbadoras contra Biden, incluido la bochornosa interrupción de su ostentoso acto de recaudación de fondos en el Radio City Music Hall de Nueva York en marzo.

"Estamos escuchando a personas que quieren asegurarse de que sus dólares no apoyen a personas que apoyan a Hamas y gritan cosas antisemitas", dijo Daniel Goldwin, director ejecutivo de asuntos públicos del Fondo Judío Unido en Chicago, que otorga subvenciones a pequeñas organizaciones sociales que cada vez se están vinculando más con los manifestantes pro-Palestina.

Entrevistado en el informe de POLITICO, Goldwin aseguró que insta a los donantes que quieran seguir donando a las causas demócratas sin que el dinero le llegue a estos grupos que defienden el terrorismo que llamen a las organizaciones y les "expresen sus inquietudes". "Algunos donantes pueden aprovechar este momento para reevaluar adónde va su dinero", completó.

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