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Venezuela: sin nafta ni libertad

El país petrolero que tiene escasez de petróleo y filas interminables para cargar nafta ahora enfrenta, además una pandemia, protestas sociales y agresiones del ejército a los médicos. Esto tiene una historia, en la que una narcotiranía socialista destruyó la producción nacional.

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Venezuela ha sido saqueada de su combustible por un gobierno dictatorial, socialista y estúpido. Desde hace más de una semana que el país está atravesando una delicada situación con respecto a la escasez de combustible que, a su vez, ha generado interminables filas que hacen imposible cumplir con las medidas de prevención del COVID-19. En los últimos días se registraron enfrentamientos entre los civiles, desesperados por la situación que están viviendo, y protestas en las calles en contra del régimen.

Una encuesta publicada por el Centro de Comunicación Nacional administrada por el gobierno encargado de Juan Guaidó, reveló que el 90,74% de los venezolanos afirman ausencia de combustible a nivel nacional.
Las postales de la semana fueron las terribles imágenes que los venezolanos subieron a sus redes sociales sobre la escasez: kilómetros y kilómetros de filas repletas de personas que fueron a cargar combustible en las estaciones de servicio usando las últimas gotas en el tanque. Se toparon con la ausencia del suministro, y muchos quedaron varados allí con su auto.
Subimos a nuestro canal de YouTube (La Derecha Diario) un recopilado de la terrorífica evidencia que demuestra que el socialismo logra dejar sin arena inclusive al desierto de Sahara.

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Las imágenes asustan porque Venezuela hoy está siendo gravemente azotada también por el brote de coronavirus. El gobierno de Maduro dice que tiene alrededor de 300 casos, pero se sabe que están ocultando descaradamente la información. Tenga el nivel de casos que tenga, las filas que se vieron, con decenas de miles de personas amontonadas una al lado de la otra, es un enorme foco de contagio.

Además del imperante riesgo de un pico alto de contagios por la situación que se está viviendo, a los médicos tampoco les surten gasolina, por lo que se les hace imposible llegar a los hospitales. Esta semana se reportó una fuerte baja en la capacidad sanitaria del país por falta de personal.

Esto también generó que habieran escuadrillas enteras de ambulancias sin nafta. Como se puede ver en el siguiente video, una persona tuvo que ser ingresada desde la ambulancia que se frenó por falta de combustible al hospital en camilla.

Los médicos que se salvan de las largas filas, porque viven cerca de su hospital asignado, son agredidos ferozmente por la policía bolivariana. Las órdenes de censura del régimen de Maduro son claras: no se graba, no se filtra información y no se cuenta la verdad.
Una médica en Cabimas se grabó manejando su bicicleta mientras iba a su Sanatorio y, como en el video aparece una cola para surtir gasolina, un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) la interceptó y, tras agredirla, le arrebató el teléfono celular de sus manos.

Esta bochornosa situación no ha pasado desapercibida y, tras un intento de agresión por parte de la GNB a unos médicos en Zaragoza, Estado de Guárico, ciudadanos de a pie se abalanzaron sobre los militares. Estos tiraron las armas y salieron corriendo despavoridos.

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Otro sector muy afectado son los productores agrícolas que sin combustible no pueden operar y toda la cadena de suministros está comprometida. En la Colonia de Tovar, Estado de Aragua, algunos productores tuvieron que desechar sus alimentos ya vencidos debido a que, por la falta de gasolina, no pudieron ser transportados desde los campos productores a las demás regiones del país. 

Las impactantes imágenes del paraíso socialista no terminan acá. En el Estado de Zulia, se vieron burros siendo utilizados para el transporte público. Este sistema de transporte es casi marca registrada de Cuba, pero lentamente está llegando a Venezuela, el país con más petróleo del mundo.

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Pero, ¿por qué no hay combustible en todo el país?

Es importante que nuestros lectores entiendan lo que pasa en Venezuela.


Los problemas de distribución de gasolina datan desde 2002, cuando Hugo Chávez despidió a 20.000 trabajadores de la petrolera venezolana (PDVSA)
 por no acatar las órdenes del gobierno. Entre todos los ingenieros sumaban 300 mil años de experiencia, y fueron reemplazados por jóvenes militantes del partido chavista. Esto terminó en la tragedia de la Explosión en la Refinería de Amuay unos años después, que dejó 55 muertos y cientos de heridos. Desde entonces, la capacidad de producción de Venezuela se vio realmente comprometida. 

El verdadero golpe a la cadena productiva vino en 2007, cuando la nacionalización de todos los emprendimientos petroleros generó un éxodo masivo de empresas fuera del país. Los argentinos recordarán la expropiación de la enorme planta siderúrgica de la empresa Techint, construida con tecnología de última generación, que fue expropiada por Chávez e, inclusive, retuvo a los trabajadores argentinos en la empresa. En esos fatídicos días, tuvo que interceder el entonces Presidente Kirchner para repatriar a los ingenieros.
Desde entonces, el intento de planificar la producción de petróleo de manera centralizada demostró ser un fracaso rotundo. Alejados de la demanda, con una estructura endeble y casi sin inversión: la caída de los precios del petróleo en 2014 terminó de derrumbar a la economía venezolana.
Actualmente, se llegó a tal nivel de pobreza que el gobierno ni siquiera tiene los recursos para invertir y volver a poner en marcha las máquinas que trabajan los pozos y extraen el petróleo. Al no poder producir las cantidades que requiere el país, cuyo consumo se estima entre 129 mil y 150 mil barriles diarios, PDVSA  terminó precisando de importar el combustible a precios internacionales.
Cabe destacar que el petróleo del suelo venezolano es abundante, a pesar de la baja calidad, y es necesario agregarle una cantidad de aditivos que permiten su refinería para su venta. La petrolera PDVSA ya estaba teniendo problemas para conseguir estos aditivos en el mercado internacional que, obviamente, Venezuela no puede producir, pues su industria está destruida. El embargo reciente, impuesto por el gobierno de Donald Trump, e instaurado por primera vez en febrero de 2019, prohibió totalmente la compra de estos aditivos por parte de cualquier petrolera que esté afiliada al gobierno de Maduro, profundizando aún más la ya destruida matriz energética de Venezuela.

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Todo el sistema de suministro de gasolina está estatizado en Venezuela pero, como el mercado es imparable, ya han surgido suministros alternativos del producto.

En primer lugar, muchos venezolanos que se encuentran cerca de la frontera con Colombia adquieren combustible en el país vecino y lo ingresan de contrabando.

A su vez, mercados negros ya surgieron en varios Estados del país, donde la gran extensión territorial hace que el combustible sea uno de los productos más preciados.

En el Estado de Zulia arrestaron, esta semana, a un teniente coronel y otros doce funcionarios militares del régimen por la venta ilegal de gasolina en dólares. El medio Notitotal reseñó, el día 16 de abril de este año, que funcionarios adscritos al Servicio de Investigación Penal lograron detener a los sujetos vinculados en la estación de servicio El Palotal, donde “se efectuaban ventas ilícitas de combustible y el paso VIP en las estación de servicio con pagos de divisas y monedas extranjeras como dólares americanos”. La venta de combustible, por parte de privados, está prohibida en Venezuela, y el régimen reprime a todos aquellos que busquen hacer ganancias con la venta del petróleo.

En el Estado de Táchira, el contrabando ya monopolizó el mercado (ahora negro) de combustibles, tras la importante escasez que vemos en esta región hace años. Desde 2012 se registran problemas en su suministro de combustible y, pese a los controles que el régimen de Nicolás Maduro trató de implementar (desde chips, racionamientos, pico y placa y hasta el carnet de la patria), nada ha resultado, y el mercado negro de Táchira es uno de los más grandes del país.

El bidón de 20 litros de gasolina cotiza actualmente en el mercado negro de Táchira entre 20 y 40 mil pesos colombianos, que al cambio a dólar equivale a 8 y 16 dólares; lo que es igual a 3 y 6 salarios mínimos en Venezuela.

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La narcodictadura argumenta que la escasez es culpa de las sanciones petroleras por parte del gobierno de los Estados Unidos, pero éstas empezaron, recién, en febrero del año 2019, cuando Trump anunció restricciones a la compra de crudo de la petrolera estatal venezolana PDVSA y sanciones contra la petrolera estatal rusa Rosneft.


"Rosneft Trading S.A. y su presidente negociaron la venta y transporte de crudo venezolano. Estados Unidos está decidido a prevenir el saqueo de la riqueza petrolera de Venezuela por el régimen corrupto de Maduro
", dijo en un comunicado el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin.


Si esta escasez fue generada por las sanciones de EE.UU., ¿quién habrá generado la escasez de los años 2016, 2017 y 2018?


Escasez de gasolina en el año 2016:

Escasez de gasolina en el año 2017:

Escasez de gasolina en el año 2018:


Ya en el año 2012, Venezuela estaba importando gasolina
, algo que desde PDVSA le aseguraban, en su momento, a la BBC Mundo que era un fenómeno "coyuntural". Un fenómeno coyuntural que ya cumple más de 20 años en Venezuela, y se llama socialismo.

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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la "paz y estabilidad política, social y económica" en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un "golpe antidemocrático".

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la "paz política" en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a "valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)".

A pesar de las "declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración", la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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