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Uruguay

Lacalle Pou rechaza la propuesta de Manini para reinstalar la Ley de Caducidad

El Presidente fue contundente con su rechazo al planteo de Guido Manini Ríos para reinstaurar la Ley de Caducidad, aprobada en 1986 pero anulada por el Frente Amplio en 2011, que impedía que se juzgue a los militares que participaron en la última dictadura militar.

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El líder del partido Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, miembro de la Coalición Multicolor que gobierna Uruguay desde el 1° de marzo, le planteó al presidente Lacalle Pou reinstalar la Ley de Caducidad, aprobada en 1986 pero anulada con dudosa legalidad en 2011 por el Frente Amplio.

Esta ley impedía que se juzgue a los militares que participaron en la dictadura militar que atravesó el país entre 1973 y 1985, con el objetivo de sanear a la Nación y de no condenar a los soldados que solo estaban cumpliendo ordenes.

La Ley de Caducidad jamás generó polémica entre los uruguayos y siempre fue muy apoyada por la población. Fue aprobada tan solo un año luego de la dictadura y fue propuesta por el gobierno del colorado Julio María Sanguinetti; redactada por legisladores colorados y del Partido Nacional, se aprobó en 1986 y estableció la caducidad del "ejercicio de la pretensión punitiva del Estado respecto de los delitos cometidos hasta el 1º de marzo de 1985 por funcionarios militares y policiales, equiparados y asimilados por móviles políticos o en ocasión del cumplimiento de sus funciones y en ocasión de acciones ordenadas por los mandos que actuaron durante el período de facto". 

En otras palabras, impedía que se juzgue a todos los ordenes militares que dirigieron el destino del país hasta 1985

Esta ley fue sometida a referéndum nacional en abril del año 1989 y su derogación fue rechazada contundentemente por la ciudadanía. El 56% votó a favor de mantener la Ley y por muchos años ningún candidato propuso discutir el tema, con el temor de dañar su imagen. Este referéndum fue vinculante.

En el año 2009, la izquierda representada mayoritariamente por el Frente Amplio en el Congreso volvió a intentar dar de baja la Ley de Caducidad, y luego de conseguirse las firmas necesarias se sometió la ley a la merced de la ciudadanía una vez más, en esta ocasión en forma de plebiscito no vinculante. En esta oportunidad el 53% votó en favor de la ley, una pequeña baja con respecto a la última votación 20 años antes, pero dejando en claro que la mayoría del pueblo uruguayo no quiere saber de nada con enjuiciar a los militares y reabrir viejas heridas. 

Sin embargo, en 2011, ya con amplias mayorías parlamentarias pero en contra de la voluntad popular y la ciudadanía, el Frente Amplio aprobó una ley interpretativa de la Constitución que anulaba los artículos 1, 3 y 4 de la Ley de Caducidad catalogando a los delitos cometidos en dictadura como de “lesa humanidad”. 

A pesar del contundente apoyo que esta ley tiene entre la población, revitalizada con el triunfo del Partido Nacional, el presidente Lacalle Pou no ve con buenos ojos su reinstauración, y diversas fuentes afirman que "ya le bajó el pulgar” a Manini y le habría dicho que la discusión de la Ley de Caducidad no forma parte del “compromiso por el país”.

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Encarado en una entrevista informal en Montevideo, el presidente Lacalle Pou repitió estas palabras ante las cámaras y aseguró que no es momento para estos temas.

"No forma parte del ‘Compromiso por el país’ que firmamos los cinco partidos de la coalición. Manini Ríos me planteó el tema, es una visión dentro de un socio importante de la coalición de gobierno, pero uno entiende que Uruguay tiene que salir adelante en paz y para salir adelante en paz hay muchos sectores de la sociedad que necesitan respuestas".

Sin embargo, Lacalle agregó que por el momento el gobierno no tomó posición con respecto a esta ley. "No hay posición del gobierno al respecto. Entendemos que hay posición de un partido y es todo lo que tenemos que decir", manifestó, lo que da a entrever que la puerta no está del todo cerrado a este tema, y que en un futuro cercano puede volver a suscitarse esta temática.

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El planteo de Manini Ríos, de todas formas, es el correcto. La imagen del Presidente está en máximos históricos, incluso teniendo en cuenta la tendencia electoral, debido a su exitoso manejo de la pandemia del coronavirus y de la aprobación de la LUC, que implementa una serie de reformar "fundamentales" para poder iniciar su gestión.

Si hay un momento para revertir el gran daño que se le hizo a la voluntad popular en 2011, es este. De no apoyar a Manini en este proyecto, el presidente Lacalle además arriesga perder el apoyo de los sectores más conservadores del Partido Nacional, que consideran que lo que se hizo con la Ley de Caducidad derrumbó uno de los pilares institucionales de Uruguay, además de que una gran parte de su electorado apoya la reinstauración de esta ley.

De todos modos, en poco menos de un mes el Partido Nacional irá a elecciones en una serie de departamentos y municipios muy progresistas, como Montevideo y Canelones, donde deberá apelar al voto de centro y centro-izquierda si quiere tener una remota posibilidad de ganar.

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Argentina

Adorni defiende el liberalismo de Milei: "Nosotros no creemos en un Estado fuerte, creemos en un Estado al revés de lo que plantea Lacalle"

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El vocero argentino opinó sobre los dichos de Lacalle Pou en contra del liberalismo que defiende el presidente Javier Milei.

Unas semanas atrás, el presidente Javier Milei se cruzó con el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou en la cena anual de la Fundación Libertad. Los mandatarios se fundieron en un cálido abrazo, y el argentino le aceptó una invitación a Montevideo, aunque sin una fecha concreta.

Sin embargo, un rato antes, el saliente presidente de la República Oriental propinó una chicana contra el modelo libertario que promueve Milei, asegurando que el "liberalismo a la uruguaya" cree en "políticas liberales pero con Estado fuerte".

"La libertad no se puede gozar si se vive en un rancho, si no se tiene acceso a la salud o no se estudia. Tenemos que tener un Estado fuerte para poder gozar de la libertad", dijo insólitamente en su discurso. Esta frase no fue escuchada por Milei en ese momento, ya que todavía no había arribado al evento y llegó luego de la exposición de Lacalle.

Aunque en su momento no la escuchó el mandatario argentino, resonó fuerte entre los liberales seguidores de Milei, y abrió un debate. El vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó la postura del Gobierno argentino en una entrevista para el diario El País.

"Bueno, es la posición de Lacalle Pou. Nosotros no pensamos así. Nosotros creemos en un Estado al revés de lo que plantea Lacalle Pou. Que sea un Estado que no le complique la vida a la gente. Y creemos en la igualdad de oportunidades reales. En la igualdad ante la ley. Y en el esfuerzo y el sacrificio. Y ahí el Estado no tiene mucho que hacer", explicó el portavoz argentino al periodista Sebastián Fest.

Sobre la postura respecto al Mercosur, Adorni explicó: "Nosotros tenemos una idea clara de lo que queremos en términos de comercio internacional, que es la libertad comercial absoluta. Dentro del Mercosur, nosotros lo que vamos a hacer es siempre promover eso. Todo lo que pueda sugerir trabas o complicaciones o burocracias, nosotros no vamos a estar de acuerdo. Por lo tanto, si el Mercosur puede ir en línea con nuestras ideas, bienvenido sea".

Y expandió: "Nosotros somos afines con los que efectivamente son afines con nosotros. Entendemos que Uruguay, o Chile, o incluso Paraguay, han hecho muchas veces las cosas mejor que nosotros. Tenemos mucho camino por andar".

"Los demás países seguramente también, pero Argentina viene un paso atrás y son pasos que queremos dar de manera acelerada, para salir de esta bancarrota, miseria y decadencia en la que estamos. Después, si el Mercosur es parte de esa agenda, mejor. No hay mucho para cuestionar ni para enaltecer con respecto al Mercosur", completó.

Por último, se refirió a la batalla cultural que está dando Milei en Argentina, algo que nunca pareció importarle a Lacalle Pou en Uruguay. "La batalla cultural es, para nosotros, el debate de la libertad, de lo que pueda significar la desregulación del Estado, de la economía y la baja de impuestos. Normalizar este país. Y creo que lo vamos a hacer, vamos a tener un gran resultado", cerró.

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Uruguay

Las consecuencias del “Estado fuerte” en Uruguay: 22% de los niños viven por debajo de la línea de la pobreza y sufren desnutrición infantil

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Bajo el gobierno de Lacalle Pou en Uruguay, la pobreza infantil persiste sin soluciones contundentes, reflejando una falta de acción frente a las necesidades más básicas de la población.

El problema de la pobreza infantil no es nuevo en Uruguay, y golpea a todo el sistema político, desde el izquierdista Frente Amplio hasta el Partido Nacional, y mucho menos al Partido Colorado; ninguno ha encontrado caminos que logren al menos reducir esta gran dificultad.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó los datos de pobreza en Uruguay medida por nivel de ingreso, correspondientes al año 2023, donde se confirma que el número de personas, la pobreza alcanza al 10,1%, y entre niños, este número aumenta hasta el 22%.

Lo que sorprende es que estos números sean defendidos por el presidente Lacalle Pou en sus recientes declaraciones en la cena anual de la Fundación Libertad, donde quiso imponer su "liberalismo a la uruguaya", donde el Estado "debe ser fuerte" para supuestamente "sacar a las personas de la pobreza".

"La libertad no se puede gozar si se vive en un rancho, si no se tiene acceso a la salud o no se estudia. Tenemos que tener un Estado fuerte para poder gozar de la libertad", dijo insólitamente en su discurso.

Según el informe, el 50% de los niños que nacen lo hacen bajo la línea de pobreza; el 22% de los niños tienen necesidades básicas insatisfechas. Un dato lapidario que debiera no dejar dormir al gobierno de, que en lugar de ocuparse por resolver la terrible realidad que atraviesa su país, prefiere pasearse y hacer vedetismo y farándula en la Argentina y el mundo, imitando a su colega, José Mujica, que prefería el glamour de los medios internacionales a gobernar.

La pobreza en general sigue creciendo; el 10,4% actual ya supera los valores previos a la pandemia. La pobreza entre menores de 6 años es 11,6 veces mayor que la de los adultos mayores de 65, una disparidad que refleja una tendencia.

Uruguay es un país completamente estancado económicamente, con un estado con un peso gigantesco sobre la economía. En Uruguay, el Estado maneja los combustibles, la mayor parte de la electricidad, la mayor parte de la telefonía, la obra pública y privada, el mercado laboral, la educación, la salud. Uruguay es un país que no tiene nada de liberal en lo económico, y las consecuencias están a la vista: la economía no crece, solo un 0,4% en todo el año 2023, y las expectativas no mejoran.

Tan es así que en las escuelas públicas de Uruguay, donde según el Presidente uruguayo, el Estado se encuentra muy presente, los niños almuerzan ensaladas con una cantidad ínfima de vegetales y no los dejan repetir.

Lo que queda claro es que nadie se anima a hacer reformas que liberen la economía y permitan que ésta crezca en Uruguay. Simplemente eligen mantener el país como está, en pos de beneficiar a ciertos intereses corporativos, para beneficiar a la casta prebendaria Uruguaya.

No hay mucha vuelta que darle: el gobierno de Lacalle Pou eligió tomar una postura de respuesta y no de propuesta ante los problemas que atraviesa Uruguay. No propuso desregular el mercado laboral, desregular los combustibles o bajar el gasto público para reducir el peso del estado sobre la economía, nada de eso.

Simplemente eligió hacer la vista gorda ante los problemas y patear la pelota para adelante. En consecuencia de ello, quien lo suceda en el gobierno en el año entrante deberá afrontar estos problemas que el mandato de Lacalle ignoró. Pero el panorama es desolador, ningún actual precandidato propone medidas de este estilo, ni semejantes; todos buscan mantener el Estado gigante que caracteriza al Uruguay desde el año 1900.

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Uruguay

Aborto legal en Uruguay: Caída de la natalidad, menos nacimientos y 20.000 alumnos menos en las escuelas

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La aprobación del aborto legal hace 12 años ya empezó a impactar severamente en la cantidad de nacimientos, y una generación después, las escuelas empiezan a vaciarse de niños.

En el año 2012 se aprobo la ley de aborto legal en Uruguay, lo que ha llevado, en tiempo récord, a un declive poblacional en el país oriental, que atraviesa desde 2016 la mayor caída de nacimientos de su historia.

Esta merma empieza a hacerse notar en los grados escolares, con la mayoría de los nacidos aquel 2016, ahora entrando a segundo grado de escuela, y revelando un preocupante colapso de la natalidad.

En total, unos 300.000 niños comenzaron las clases este mes en Uruguay, distribuidos en 2.300 escuelas de todo el país. Sin embargo, yendo a la comparativa, en las escuelas públicas las clases empiezan con 6.502 alumnos menos que el año anterior, unos 20.000 menos que hace un lustro y casi una generación entera menos que hace 15 años.

El caso más evidente —y curioso— es la generación de primer grado de escuela que inicia las clases este lunes: es 17% más chica que la generación de primero del año pasado, y se convierte en la generación más pequeña de ese grado desde que hay registros.

La última proyección que realizó la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) del Ministerio de Educación, estima que, antes de que acabe la década en curso, la población en edad escolar se reducirá una la cuarta parte respecto a la observada a comienzos de la misma década.

Si bien es el factor principal, el aborto no es la única razón por la caída de natalidad. Hoy, Uruguay es uno de los países mas caros de América Latina y del mundo para tener hijos, culpa de las trabas gigantes a la importación que impone el Estado uruguayo y de los impuestos excesivos que tienen que pagar los comercios y la clase media, llevando a precios locales más altos que los internacionales, pero con sueldos peores. Todo esto afecta gravemente la situación demográfica.

Este impacto también afecta a la oferta. Al haber menos niños en Uruguay y menos ingresos a las escuelas, cada vez las maestras y profesores son menos requeridos. El problema de natalidad ahora se está convirtiendo en una crisis de desempleo para los trabajadores de la educación.

En rueda de prensa la semana pasada, la Directora de Primaria del Ministerio de Educación, Olga de las Heras, dijo que "hay maestros recién recibidos que todavía no han podido elegir cargo" y que en el caso de la carrera de Maestro de Primera Infancia (MPI) hay "mucha demanda, pero no hay tanta oferta para ubicarlos" y por eso hay docentes que aún no pueden trabajar.

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