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Ni Biden ni Sanders: Andrew Cuomo, la nueva estrella del Partido Demócrata

Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York, puede ser la nueva cara del Partido Demócrata tras el fracaso rotundo de sus primarias; a Sanders no lo vota nadie y Biden no puede hilar una frase seguida frente a una cámara. ¿Se animará a enfrentar a Trump o esperará hasta 2024?

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En plena crisis sanitaria, la política parece dar un paso al costado, pero, en la práctica, la misma nunca se detiene. Los Estados Unidos, el país que actualmente muestra la mayor cantidad de casos confirmados del virus chino, no son la excepción, especialmente en este año electoral. 
La crisis sanitaria azota al país norteamericano en pleno proceso de primarias presidenciales, en las cuales el partido demócrata define su candidato entre Joe Biden y Bernie Sanders. El ex-vicepresidente Biden lleva una gran ventaja, pero el mismo proceso de las primarias se encuentra en un virtual suspenso debido a la pandemia, llegando a causar la postergación por 2 meses de la Convención Nacional Demócrata. Como si fuera poco, el lastimoso estado de la campaña de Biden comienza a generar discusiones sobre la posibilidad de reemplazarlo como candidato, y quien figura como favorito en ese hipotético escenario es el gobernador de Nueva York, Andrew Mark Cuomo.
Nueva York es el cuarto Estado con más población en los EE.UU., con casi 20 millones de habitantes, de los cuales 8.6 millones residen en la Ciudad de Nueva York, que es, por mucho, la ciudad más poblada del país, por mucho duplicando a la segunda, Los Angeles, California, con 4 millones. En esta circunstancia, el Estado de Nueva York concentra la mitad de los casos totales y las muertes por COVID-19 en el país: al momento de la redacción de esta nota, son 102.863 casos de un total nacional de 265.506, y 2.935 muertes de un total nacional de 6.786.
Ante esta crisis sin precedentes, Cuomo tomó la decisión de realizar conferencias de prensa diarias informando del estado de la pandemia en Nueva York, imitando el modelo que utiliza el presidente Donald Trump a nivel nacional. Gracias a estas conferencias, las cuales son cubiertas por todos los medios nacionales, ha logrado aumentar la aprobación de su gestión de un 44% en febrero a un 71% en marzo, y captando la atención de los votantes demócratas, muchos de los cuales ven su firmeza frente a la crisis como un atractivo contraste a la débil y confusa respuesta de Biden sobre la pandemia. Una periodista anti-Trump del Washington Post, Katrina Vanden Heuvel, escribió:

"Andrew M. Cuomo está teniendo todo un momento. Utilizando la posición que el primer Gobernador Roosevelt, Theodore, hizo famosa, el actual gobernador [de Nueva York] espera emerger como el equivalente de nuestra era al segundo Gobernador Roosevelt, Franklin. (…) La pandemia es la Gran Depresión de Cuomo. A diferencia de nuestro inmaduro presidente, Cuomo ha sido claro, compasivo e inspirador estas últimas semanas."

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La carrera política de Cuomo comenzó en 1982, a los 25 años, cuando manejó la campaña de su padre, el entonces vicegobernador demócrata Mario Cuomo, por la gobernación de Nueva York. Cuomo padre procedería a ganar esa elección y ser reelecto en 1986 y 1990, perdiendo su tercera reelección en 1994 con el republicano George Pataki. Cuomo hijo continuó su actividad política durante la gestión de su padre, ocupando múltiples cargos, y en 1990 se casó con Kerry Kennedy, hija del fallecido senador Robert F. Kennedy y sobrina del ex-presidente JFK, considerada realeza política.

En 1993, el presidente demócrata Bill Clinton, amigo personal de Mario Cuomo, en un esfuerzo por politizar la Suprema Corte de los Estados Unidos, le pidió al entonces gobernador, con pocas chances de volver a reelegir, que ocupe la vacante que acababa de liberar el juez Byron White con su retiro. Mario terminó rechazando el puesto a pesar de las gestiones de Andrew. Pero la fluida relación que se generó entre los Cuomo y Clinton resultó en una posición en el gabinete nacional para Andrew: fue promovido a Secretario Asistente de Planeamiento y Desarrollo Comunitario dentro de la Secretaría de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD). En 1997, tras la renuncia del Secretario de HUD, Cuomo fue promovido a dicho cargo, en el cual duró hasta el final de la administración Clinton en 2001.

Con esta experiencia en su haber y el nombre de su padre, Cuomo planeó presentarse en 2002 para suceder a Pataki en la gobernación de su Estado, pero terminó declinando la candidatura demócrata en favor de Herman Carl McCall tras un desafortunado comentario en que utilizó el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 para atacar a Pataki. Tras este ataque, Pataki fue respaldado por el entonces inmensamente popular alcalde de NYC, Rudy Giuliani, y Cuomo recibió críticas hasta de su propio partido, incluyendo a su propio padre, quien admitió que el ataque de Cuomo contra Pataki fue un "error". Pataki ganaría esa elección.

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Cuomo insistiría en Nueva York, y en 2006 ganó la elección por el puesto de Procurador General del Estado. Durante su mandato antagonizó con el gobernador demócrata Eliot Spitzer, denunciando su uso político de la policía estatal y, en 2008, apoyó la candidatura presidencial de Hillary Clinton sobre la de Barack Obama, generando controversia con un comentario racista en contra de Obama. En ese momento, Hillary era senadora por Nueva York, de estrecha relación con Cuomo. Al asumir Obama y elegir a Hillary como su Secretaria de Estado, se abrió una vacante en el Senado, para la cual Cuomo sonó con fuerza, aunque no lo consiguió.

En 2010, mediante la intervención de Obama, el gobernador demócrata de Nueva York, David Paterson, declinó la posibilidad de reelegir a su cargo, dejándole el camino libre a Andrew Cuomo. Las encuestas indicaban que Paterson podría perder el Estado en manos del partido republicano, pero que Cuomo como candidato ganaría. Finalmente, venció al republicano Carl Paladino por un cómodo 63,0% contra 33,5%. Cuomo sería reelecto en 2014 con un 54% de los votos, y en 2018 con un 60%. Durante su gestión buscó mostrarse como un progresista moderado, distanciándose de la creciente izquierda radical demócrata, e incluso acordando en varias instancias con republicanos, aunque aprobó el matrimonio igualitario y una reforma del código tributario de Nueva York que terminaría aumentando la carga impositiva. 
Cuomo durante todo su mandato trató de mantener el apoyo de ambos lados del pasillo electoral, por ejemplo, se mostró favorable a proveer beneficios impositivos a las empresas para mudarse a Nueva York y se mostró crítico con el movimiento BDS orientado a "boicotear, desinvertir y sancionar" al Estado de Israel, afirmando: "Si boicoteás a Israel, el estado de Nueva York te va a boicotear a vos."
Por otro lado, Cuomo prohibió la práctica del "fracking", legalizó el uso de la marihuana medicinal y, en 2013, implementó la ley de control de armas más estricta en el país, el NY SAFE Act. Esta ley incluía una ridícula prohibición a todas las armas con cartuchos de capacidad superior a 7 balas, lo cual en la práctica prohíbe todas las pistolas y muchas otras armas. Tras protestas, Cuomo acordó modificar esta restricción para permitir cartuchos de hasta 10 balas, pero que no pueden estar cargadas con más de 7. El gobernador también fue en contra de su fe católica y amplió la legalización del aborto en Nueva York, una medida que le valió críticas del cardenal estadounidense Timothy Dolan, y por la cual múltiples católicos pidieron por la excomunión de Cuomo de la Iglesia Católica.

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Cuomo coqueteó con la candidatura presidencial en 2016 y 2020, pero en ambas ocasiones decidió no presentarse y continuar su mandato como gobernador en NY. Ahora en plena crisis sanitaria y política, y ante el clamor de varias influyentes figuras demócratas, Cuomo insiste en que no se presentará, y hasta confirmó que se volverá a presentar para la gobernación en 2022. En una entrevista con su hermano, el periodista de la CNN, Chris Cuomo, quien se encuentra en cuarentena tras dar positivo de COVID-19, respondió con un escueto pero claro "No" a todas las preguntas relacionadas a su potencial candidatura.


A pesar de la rivalidad partidaria, Cuomo ha alabado la respuesta de Trump ante la pandemia, y la de su asesor y nuero, Jared Kushner.

El presidente Trump también ha utilizado a Cuomo como un ejemplo positivo de acción ante esta crisis. En respuesta a insólitas críticas del líder de la bancada demócrata en el Senado, el neoyorquino Chuck Schumer, Trump le echó en cara el gran trabajo de Cuomo, diciéndole a Schumer que "estás desaparecido en acción, excepto para la prensa" y que, a pesar de la mala relación entre Schumer y Cuomo, "deberías empezar a trabajar con él por el bien de todos los neoyorquinos."

Sin lugar a dudas, el establishment demócrata lo ve con buenos ojos a Cuomo para ser la cara del partido en el mundo pos-coronavirus. La duda está si se arriesgará a poner en juego todo el capital político que está ganando contra la sólida presidencia de Trump, o esperará a 2024.
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Estados Unidos

Ley de Atención Médica: Biden extiende por decreto la salud pública del Obamacare a 1 millón de inmigrantes ilegales

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El presidente demócrata amplió el Obamacare a los extranjeros ilegales inscritos en el programa DACA, un costo adicional de casi 3 mil millones de dólares para el Gobierno Nacional.

Este viernes, Biden emitió un decreto para extender los servicios de salud pública del Obamacare y de Medicaid a los inmigrantes ilegales que estén inscriptos en el programa Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA), que otorga derechos especiales de ciudadanía a casi un millón de extranjeros.

Obama creó por primera vez el programa DACA mediante una orden ejecutiva en 2012, protegiendo a más de 800.000 extranjeros ilegales para que no sean deportados a lo largo de los años, apodados por los demócratas como "soñadores", quienes por estudiar o tener un trabajo podían quedarse en el país a pesar de no tener documentos, aunque con el pasar de los años, se descubrió que no todos cumplían con esos requerimientos.

En este contexto, los investigadores del Centro de Estudios de Inmigración estimaron que el costo de abrir las listas de Obamacare y Medicaid a los extranjeros ilegales costaría a los contribuyentes estadounidenses alrededor de US$ 4.600 por inmigrante.

A ese ritmo, el decreto de Biden tiene el potencial de costarle a los contribuyentes estadounidenses aproximadamente US$ 2.800 millones de dólares cada año. Esto mientras más de 25 millones de estadounidenses al día de hoy no tienen acceso a los beneficios del Obamacare o Medicaid.

En la justificación de la medida, Biden expresó: "Hace casi doce años, el presidente Obama y yo anunciamos el programa DACA para permitir que nuestros jóvenes vivan y trabajen en el único país al que han llamado hogar. Desde entonces, DACA ha brindado a más de 800,000 Dreamers la capacidad de trabajar legalmente, obtener una educación y contribuir con sus inmensos talentos para hacer que nuestras comunidades sean mejores y más fuertes".

"Estoy orgulloso de las contribuciones de los Soñadores a nuestro país y comprometido a brindarles el apoyo que necesitan para tener éxito. Es por eso que anteriormente ordené al Departamento de Seguridad Nacional que tomara todas las medidas apropiadas para preservar y fortalecer DACA", continuó.

"Y es por eso que hoy estamos dando este paso histórico para garantizar que los beneficiarios de DACA tengan el mismo acceso a la atención médica a través de la Ley de Atención Médica Asequible que sus vecinos.

Biden había anunciado por primera vez la iniciativa para obtener exenciones fiscales para extranjeros ilegales de DACA a través de Obamacare en abril del año pasado. En ese momento, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkaselogió la medida, dando una señal para que más inmigrantes intenten ingresar a Estados Unidos y obtener estos beneficios.

Los senadores republicanos JD Vance y Josh Hawley, así como varios diputados conservadores de la Cámara Baja, habían presionado a Biden para que abandonara el plan el año pasado, pero la administración siguió adelante de todos modos.

En su discurso sobre el Estado de la Unión de 2012, Obama prometió a los estadounidenses que los extranjeros ilegales no serían elegibles para Obamacare, pero más de una década después, su sucesor, Biden, tiene la determinación de completar la destrucción del país.

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Estados Unidos

Biden firmó un decreto para promover el voto de los presos, que históricamente votan mayoritariamente por los demócratas

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El gobierno de Biden está manteniendo reuniones con ONGs para conseguir movilizar a la población carcelaria para que voten en las elecciones nacionales.

En marzo de 2021, el recientemente asumido presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva titulada “Promoción del acceso al voto”, que presentó como un esfuerzo “no partidista” de todo el gobierno para lograr expandir las maneras de sufragar de los ciudadanos, de manera de “ampliar las oportunidades de los ciudadanos de registrarse para votar y obtener información y participar en el proceso electoral”.

Luego de la firma del decreto, la administración Biden celebró una “sesión de escucha” con varias ONGs para poner en funcionamiento el decreto, el cual, entre otras cosas, faculta a las organizaciones sin fines de lucro a realizar campañas de afiliación y de votación en lugares donde "hay bajos niveles de acceso al voto".

Según una investigación del Oversight Project, que accedió a notas de dicha reunión, los funcionarios hablaron principalmente sobre registrar a los convictos para votar y crear una masa de votantes masiva.

Cabe aclarar que hay más de 5 millones de personas arrestadas o detenidas en Estados Unidos, lo que implica casi un 2% del padrón electoral, que de votar, certeramente lo haría por el Partido Demócrata, que tiene entre sus propuestas reducir las penas y ser más laxo con el crimen.

En una nota particular, un funcionario del Sentencing Project mencionó la importancia de que la Oficina de Prisiones notifique a los “votantes recién elegibles sobre su derecho a votar”. Ese funcionario también sugirió que “la privación del derecho al voto por un delito grave es supresión de votantes”.

Otro funcionario del Campaign Legal Center dijo que quieren que la Oficina de Prisiones implemente un sistema de registro de votantes que informe a los convictos sobre su derecho a votar después de salir de prisión.

Otras notas de la sesión de escucha se centraron en facilitar que los inmigrantes, presumiblemente ciudadanos recién naturalizados, ingresen en las listas de votantes del país.

Cabe aclarar que en Estados Unidos los presos tienen derecho al voto, pero como el sufragio no es obligatorio, la gran mayoría de los reos no lo hacen, y los niveles de participación electoral de la población carcelaria en el país es ínfima.

Un funcionario de Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF) dijo: “Inmigrantes y no ciudadanos: apoyamos los esfuerzos de registro de votantes. Queremos asegurarnos de que se hagan con cuidado. Todos los empleados federales deben recibir capacitación en esto. Hay que promover la necesidad de confiar en que las personas actúan dentro de los límites de la ley. Especialmente cuando hay problemas de idioma”.

Otro funcionario de Asian Americans Advancing Justice dijo que la “información de registro de votantes debería ser obligatoria en las ceremonias de naturalización” y que el sitio web oficial del gobierno para el registro de votantes debería traducirse a muchos idiomas.

El informe que reveló estas reuniones, calificó la medida de Biden como “un esfuerzo partidista de movilización de votantes” que busca “influir en el resultado de futuras elecciones mediante el uso de recursos, infraestructura y alcance federales”.

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Estados Unidos

Trump le saca 6 puntos a Biden en una encuesta de CNN y suenan las alarmas en la campaña demócrata a cinco meses de las elecciones

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El equipo de campaña del Partido Demócrata entró en crisis esta semana tras la publicación de una encuesta del medio ultra-partidario CNN que solía dar a Biden más de diez puntos arriba de Trump, pero ahora reveló al republicano seis puntos por encima.

El expresidente Donald Trump está midiendo a niveles récord de cara a las elecciones presidenciales del mes de noviembre, obteniendo su mayor ventaja jamás registrada en una encuesta de CNN que se realizó esta semana.

Trump, con un 49%, está seis por ciento por delante del 43% de Biden, una diferencia en su favor nunca antes vista en las encuestas, ni siquiera cuando el republicano le ganó a Hillary Clinton en el 2016.

Cabe aclarar que la encuestadora de CNN, la empresa basada en Pensilvania, SSRS Research, suele tener un fuerte sesgo en favor de los demócratas. De hecho, nunca había medido a Trump por encima de un oponente demócrata hasta ahora.

La diferencia de Trump sobre Biden se agranda cuando se agrega a la encuesta candidatos de terceros partidos como el liberal Robert F. Kennedy Jr., la ecologista Jill Stein y el socialista Cornel West, la ventaja de Trump sobre Biden crece a casi dos dígitos.

Dado que todos estos candidatos de partidos menores le quitan votos a Biden, en ese escenario Trump tiene un 42%, Biden tiene un 33%, Kennedy tiene un 16%, West un 4% y Stein un 3%, poniendo al reppublicano nueve puntos por encima de la oferta demócrata.

Este escenario todavía no mide al candidato del Partido Libertario, que suele sacar entre un 2 y un 3 por ciento de los votos, y le suele robar íntegramente votos al Partido Republicano, por lo que se puede esperar que a fin de cuentas la balanza resulte más equilibrada.

De todos modos, esta medición, aunque indica un fuerte clamor popular por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, no asegura su victoria. Las elecciones en Estados Unidos no se ganan por voto poular, si no que se ganan por quien se impone en la mayor cantidad de estados.

De esta manera, es importante mirar la intención de voto en los estados clave: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Georgia, Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Virginia. Trump, para ganar, necesita no solo ganar los estados usualmente republicanos, sino que tiene que ganar en por lo menos 5 de éstos.

Según las últimas encuestas para estos estados, a la fecha y siguiendo el índice promedio de la agregadora de sondeos RCP, Trump se impone en todos los estados clave menos en dos: Minnesota y Virginia.

  • Pensilvania: Trump: 48,3%; Biden: 47,7%; Indecisos: 4,0%.
  • Michigan: Trump: 46,3%, Biden: 45,0%; Indecisos: 8,7%.
  • Wisconsin: Trump: 49,3%; Biden: 47,5%; Indecisos: 3,2%.
  • Minnesota: Trump: 40,7%; Biden: 43,0%; Indecisos: 16,3%.
  • Georgia: Trump: 49,2%; Biden: 45,2%; Indecisos: 5,6%.
  • Arizona: Trump: 49,3%; Biden: 44,3%; Indecisos: 6,4%.
  • Carolina del Norte: Trump: 48,4%; Biden: 43,0%; Indecisos: 8,6%.
  • Nevada: Trump: 48,8%; Biden: 44,0%; Indecisos: 7,2%.
  • Virginia: Trump: 42,0%; Biden: 46,3%; Indecisos: 11,7%.

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