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Argentina

La bancada de Juntos por el Cambio rechazó la rebaja de Ganancias, a pesar de haber prometido lo contrario hace menos de un mes

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La supuesta “oposición” manifestó abiertamente su intención de eliminar el impuesto a las Ganancias a través de Cristian Ritondo y la propia Patricia Bullrich hace tan solo dos semanas, pero ahora se desdicen de sus promesas sin mayor resquemor y votarán en contra del proyecto.

El proyecto para eliminar el impuesto a las Ganancias de personas físicas sobre la mayor parte de los contribuyentes fue enviado al Congreso por Sergio Massa, en una medida claramente electoralista pero que ayudará a descomprimir el infierno tributario que vive la clase media argentina.

A pesar de haberle votado todo a favor en los pultimos 4 años, esta vez el espacio de Juntos por el Cambio puso por delante sus intereses electorales y anunció que votará en contra del proyecto.

Esto va directamente en contra a la promesa histórica de Cambiemos de que su gobierno eliminaría dicho impuesto. De hecho, esta fue una de las propuestas económicas centrales de la campaña de Mauricio Macri en 2015.

Pero no es necesario irse tan atrás. Hace tan solo 12 días, la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, expresó su apoyo a la medida e incluso provocó a Massa diciendo que por qué no lo hacía ahora mismo en vez de esperar a ser electo presidente.

Incluso una serie de importantes dirigentes del espacio se manifestaron abiertamente a favor de eliminar el impuesto para los contribuyentes de la cuarta categoría, demostrando una vez más que sólo constituía un eslogan de campaña que no se traduce en hechos concretos para la gente.

No se trata de ningún hecho aislado. Entre las voces que hace 2 semanas arremetían contra Massa por no animarse a presentar el proyecto en el Congreso, se encuentran Cristian Ritondo, Sabrina Ajmechet, Ricardo López Murphy, y nada menos que la propia Patricia Bullrich, la cabeza de la coalición y su principal candidata.

Todos ellos denunciaron que Massa prometía eliminar el impuesto como candidato, pero como Ministro no lo hacía, y que su bloque lo estaba esperando para hacerlo desde el Congreso con los brazos abiertos. Ahora que finalmente Massa se decidió a hacerlo, Juntos por el Cambio se contradice y se opone a la iniciativa, dejando en claro que jamás hubo ni la menor intención de rebajar el impuesto.

De hecho, la cantidad de personas que abonaron el impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría creció enormemente durante la última administración de Cambiemos. La estrategia fue ampliar la progresividad del impuesto, modificando la escala que había sido heredada de Machinea desde el año 2000, ampliar las deducciones pero a cambio ampliar también la base imponible.

Mientras que en el año 2015 un total de 1.194.100 de personas pagaron Ganancias, al término de la administración de Mauricio Macri el umbral de personas afectadas creció hasta las 2.139.400. Se acumuló un aumento del 79% durante la administración de Cambiemos, similar al que se produjo entre 2003 y 2015 por la falta de actualización nominal en las escalas.

Juntos por el Cambio denunció que la rebaja de Ganancias en realidad implica un aumento del impuesto inflacionario, ya que la generación de más déficit fiscal sólo podrá ser financiada por medio de la emisión monetaria. Esto es correcto, e incluso el candidato Javier Milei lo reconoció públicamente en su discurso ante el Congreso, pero acorde con el ideario liberal, toda rebaja de impuestos es bienvenida.

Sobran los ejemplos históricos donde la estrangulación de la recaudación por una baja de impuestos lleva a un inevitable ajuste fiscal por parte del Gobierno de turno. Esto ha pasado a lo largo de toda la historia, y se está viendo ahora mismo en Estados Unidos.

La hipocresía que demuestra JxC queda en amplia evidencia, porque estas mismas condiciones que ahora denuncia también estaban presentes hace solo 2 semanas, cuando contrariamente a la postura que adoptan hoy sí estaban dispuestos a derogar Ganancias. Simplemente arremetían contra la falta de acción de Massa por una cuestión electoralista, comparable con la votación electoralista que tiene el propio Ministro

Ninguno de los dos espacios apoyan o reniegan del proyecto por cuestiones morales, sino que sus posturas varían dependiendo de la conveniencia coyuntural. Por el contrario, Milei se manifestó abiertamente a apoyar cualquier rebaja impositiva desde el principio de su asunción como Diputado nacional, independientemente del rédito político o la coyuntura de turno.

Argentina

Insólito: Juntos por el Cambio anunció en comisión que respaldará la reducción de la jornada laboral del kirchnerismo

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El espacio de Patricia Bullrich respaldó el debate por la reducción de la jornada laboral legal en Argentina, aunque buscará presentar su propio proyecto. Los dos espacios del establishment político buscan aprobar una reforma que ahogaría al sector privado, en medio de la peor crisis de los últimos 20 años.

La bancada kirchnerista en la Cámara de Diputados presentó un borrador que estudia rebajar la jornada laboral legal de Argentina hasta las 36 horas semanales como máximo, y propone como mínimo un piso de 40 horas.

Contrariamente a su discurso “opositor”, el espacio de Juntos por el Cambio, que votó en contra de la eliminación del Impuesto a las Ganancias en Cuarta Categoría para no apoyar las medidas del kirchnerismo, se mostró favorable a las reformas para rebajar la jornada, solamente marcando ciertas diferencias “cosméticas” en detalles de la ley con el oficialismo.

Algunos integrantes del bloque de Patricia Bullrich, como por ejemplo el diputado radical Martín Tetaz, aceptaron la rebaja de la jornada legal como una “prueba piloto” para algunas empresas, ofreciendo incentivos fiscales para poder efectuarla.

Nadie en Juntos por el Cambio mencionó el problema de que reducir la jornada laboral, pulverizará los sueldos mensuales y generará una caída en el nivel de salarios de Argentina, en un momento de alta inflación cuando lo que se debería buscar es recomponer los jornales, no reducirlos.

En esta oportunidad, Juntos por el Cambio no demuestra el mismo reparo “fiscalista” que mantuvo en la discusión por la rebaja del impuesto a las Ganancias. Tetaz no explicó de dónde saldrían los recursos para financiar tales rebajas tributarias, algo que para la jerga de JxC podría constituir una estafa a su propio electorado.

Por su parte, la diputada de JxC Mónica Frade manifestó su apoyo explícito a la reducción de la jornada laboral legal, pero se diferenció del proyecto oficialista marcando que el rango de 36 horas semanales resulta excesivo. Propuso establecer un sendero de reducción gradual similar al que aprobó el presidente socialsita Gabriel Boric en Chile.

Bajo el punto de vista de Justos por el Cambio, en lugar de aplicar una ley que fomente activamente la informalidad y la desocupación de un día para el otro, buscará establecer un proyecto que produzca exactamente el mismo efecto pero “en cuotas”.

Tanto el espacio de Bullrich como el oficialismo conducido por Sergio Massa y Cristina Kirchner consideran necesario y oportuno que Argentina aplique una jornada legal similar a la que tienen los países más desarrollados del planeta, aún cuando el nivel de productividad del país se asemeja más a la de un país africano.

De hecho, el producto medio por trabajador (una métrica usual para medir la proactividad) se encuentra en los valores más bajos de los últimos 20 años, y por la misma razón los salarios en términos reales también retrocedieron a los niveles más bajos desde 2003.

Argentina no muestra las condiciones mínimas e indispensables para llevar a cabo una reforma de la jornada laboral de estas características. Más aún cuando la mayor parte del empleo creado en los últimos 4 años fue altamente precario (generalmente empleo informal), y cada vez son más las personas que deben recurrir a un segundo o incluso un tercer trabajo para poder llegar a un umbral de ingresos razonable.

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Argentina

Un modelo que no da para más: El kirchnerismo deja a la Argentina entre las 10 economías más reprimidas del mundo

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El país se ubicó en el puesto 158 sobre un total de 165 países seleccionados por la medición del Instituto Fraser. El modelo económico kirchnerista se encuentra completamente agotado y al borde de la hiperinflación.

El último sondeo del Índice de Libertad Económica elaborado por el Instituto Fraser reveló un fuerte derrumbe para la métrica de Argentina: sobre una muestra de 165 países seleccionados en el año 2021, Argentina ocupó el puesto 158. De esta manera, bajo el kirchnerismo el país se encuentra entre las 10 economías más reprimidas del planeta.

Se registró una puntuación de 4,77 en un indicador que va del 0 a 10, y que evalúa una serie de aspectos como el tamaño del sector público, la protección de los derechos de propiedad, la calidad del dinero, la libertad de comercio y el peso de las regulaciones sobre la iniciativa privada.

El índice para Argentina sufrió una caída del 12,4% desde que Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa asumieron el Gobierno en diciembre de 2019. En este mismo período, el país retrocedió del puesto 151 en 2019 al 158.

El desempeño de Argentina es únicamente comparable con algunas economías africanas disfuncionales y estado de guerra como Sudán y el Congo, así como en países regidos por dictaduras socialistas como el caso de Venezuela (el país con la peor puntuación a nivel global). Con estas reglas de juego, el crecimiento sostenido a largo plazo resulta imposible, y con ello cualquier posibilidad de desarrollo.

De hecho, la puntuación de Argentina se encuentra lejos ya no tan solo de las economías desarrolladas, sino incluso en comparación con los países de la región. Brasil ocupó el puesto 90 de entre la muestra de 165 países, Colombia se ubicó en el puesto número 89, Paraguay se ubicó en el 68, Uruguay en el 65, Perú en el 37 y Chile lideró el ranking regional posicionándose en el puesto número 30.

Incluso Bolivia registró una métrica que superó a la Argentina en más de un 27%, atendiendo a nociones básicas de organización económica como por ejemplo la libertad cambiaria en un mercado unificado (algo que parece poco más que un sueño en Argentina). Hasta el régimen socialsita de Luis Arce y Evo Morales mantuvo al país en el puesto 117 de entre los 165 seleccionados, 41 puestos por encima de la Argentina dirigida por el kirchnerismo.

De la misma manera que ocurrió con el chavismo en Venezuela, la economía argentina coquetea con la hiperinflación y la pérdida definitiva de cualquier parámetro de “calidad” en el uso de la moneda doméstica. La última medición de la inflación del INDEC arrojó una variación interanual del 124% en los precios minoristas, y más de 130% en los mayoristas.

La libertad comercial también fue completamente obliterada, no solo por un arsenal de licencias no automáticas y cupos de exportación, sino también por la suma de un recargo de 7,5% (en concepto de impuesto PAIS) para la mayor parte de las importaciones.

Las incesantes circulares del Banco Central y las resoluciones de la Comisión Nacional de Valores incrementan la presión regulatoria todas las semanas casi sin excepción, limitando cada vez más la cantidad de transacciones financieras que pueden operar en los mercados convencionales y condicionando el modo en que deben hacerlo.

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Argentina

Las tres medidas de Milei para revitalizar el mercado inmobiliario tras el colapso de la Ley de Alquileres

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La plataforma del candidato más votado en las PASO propone una serie de reformas que involucran incentivos para la construcción de viviendas familiares, para la puesta en alquiler de una mayor cantidad de inmuebles, y un alivio fiscal para el sector agropecuario.

Después de dos décadas plagadas de incesantes distorsiones, el candidato liberal Javier Milei propone un giro de 180° en el tratamiento regulatorio del país para el mercado inmobiliario. Este sector fue dramáticamente afectado por la Ley de Alquileres en los últimos cuatro años, perjudicando a propietarios, inquilinos y familias carenciadas.

El programa de La Libertad Avanza sintetiza tres ejes para el mercado inmobiliario: el mayor incentivo a la construcción de viviendas familiares, mayores incentivos para la puesta en alquiler de inmuebles que hoy permanecen fuera del mercado, y un necesario alivio fiscal para la propiedad inmueble en el sector agropecuario.

Bajo el sistema regulatorio actual, la presión fiscal para el campo es la más elevada del mundo. Asimismo, se mantiene un déficit habitacional que afecta a 3 millones de viviendas. Al menos 10.000 barrios necesitan mejorar su infraestructura en más de 200.000 edificios multifamiliares. Y en el mercado de alquileres la oferta se contrae cada vez más, incrementando las barreras a la entrada por parte de las personas que más necesitan de una vivienda.

Las propuestas de Javier Milei para revitalizar el mercado inmobiliario

Promoción de fideicomisos inmobiliarios al costo

El programa de LLA propone generalizar esta modalidad de contratos, a través de los cuales una o varias personas aportan bienes, dinero, servicios o derechos a un administrador Fiduciario. Este administrador los destina al fideicomiso, el cual tiene por finalidad con dichos bienes construir o desarrollar el proyecto de vivienda que finalmente se terminará adjudicando a los fiduciantes.

En este sentido, se instrumentará una promoción directa a través del Banco Hipotecario, y se instará a otras entidades financieras del sector privado que hagan lo mismo y actúen como administradores fiduciarios para la construcción de viviendas. Los recursos aportados por los fiduciantes podrían equivaler a no más del 25% del flujo futuro de ingresos por un período de 10 años.

La ventaja de este tipo de programas es que el costo fiscal desde el punto de vista del Estado es mínimo, pero al mismo tiempo supone un gran potencial para aminorar el déficit habitacional que sufre el país.

Eliminación de la Ley de Alquileres y desregulación de los contratos

La segunda medida será la derogación total de los parámetros de la fallida Ley de Alquileres, algo que ni el kirchnerismo ni Juntos por el Cambio están dispuestos a hacer. Se propone eliminar todas las regulaciones que fueron establecidas desde el año 2020, e incluso desarmar las que ya existían previamente.

Se propone eliminar todos los cupos de períodos temporales para la celebración de contratos de alquileres, desregular la indexación de las cuotas mensuales a la libre elección entre las partes interesadas, y finalmente eliminar la pesificación forzosa que se rige por ley en este tipo de contratos. Las partes podrán acordar un contrato de alquileres en la moneda que definan conveniente, sin ninguna restricción.

La principal apuesta de esta medida es provocar un boom de oferta de viviendas en el mercado, ya que los propietarios buscarán aprovechar al máximo las mayores facilidades legales para poder obtener una renta

Al mismo tiempo, los inquilinos disfrutarán de precios iniciales más bajos debido a la mayor oferta, permitiendo que una gran cantidad de personas que hoy no pueden alquilar por las elevadas barreras a la entrada en este mercado, ahora puedan hacerlo.

Eliminación de los impuestos inmobiliarios rurales y desregulación de la titularización de tierras

El proyecto de La Libertad Avanza promete derogar todos los gravámenes que afectan a la propiedad rural, en un intento por revertir casi dos décadas de constante espurio fiscal contra el sector más dinámico de la economía.

En este sentido, se apunta directamente contra la más reciente medida impositiva de Sergio Massa, que promete gravar la propiedad rural con una tasa similar a la más elevada de Bienes Personales (en torno al 2,25% del monto imponible). Todo esto quedaría completamente desmantelado con la reforma de Milei.

Por otra parte, se propone derogar la Ley 26.737, el llamado “Régimen de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de las Tierras Rurales”, por medio del cual se limita la titularización de tierras por parte de inversores extranjeros. El sistema será desregulado, permitiendo una apertura a la inversión extranjera directa y permitiendo aprovechar mejor las fuerzas productivas del país (especialmente para la generación de divisas).

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