Seguinos en redes

Argentina

¿Quién es Carolina Serrano? La montonera que hoy quiere llegar a la presidencia en Argentina

Publicado

en

Hoy se muestra como la candidata más de derecha de la coalición de Juntos por el Cambio, pero tiene sus raíces en el mismo sector que lo peor del kirchnerismo.

Restan poco más de 10 días para una de las elecciones más trascendentales de la historia democrática argentina. Allí, se disputan tres modelos, el otrora hegemónico kirchnerismo, en su versión más desgastada; el modelo liberal de derecha antisistema que busca un cambio rotundo en la manera que se lleva a cabo la política y la economía en el país; y el modelo “Juntos por el Cambio“, que no se decide entre continuar el modelo K con “buena gestión” o animarse a hacer un cambio más profundo.

Lo único claro que define a Juntos por el Cambio en esta elección es su oposición política al kirchnerismo, pero esto resulta contradictorio. Por ejemplo, las listas de la coalición opositora están repletas de ex funcionarios (e incluso actuales funcionarios) del Frente de Todos, como es el caso de Florencia Casamiquela en Varela o Guillermo Viñuales en Lomas de Zamora.

Pero no es necesario bajar por la boleta. Por el contrario, esta contradicción esencial empieza desde lo más arriba. Su candidata, la varias veces ministra y presidente del PRO, Patricia Bullrich, tiene el mismo pasado político que los más importantes dirigentes del kirchnerismo duro.

Militancia juvenil en la JP y participación activa del grupo armado Montoneros en los 70s, militancia violenta en el justicialismo tras el regreso a la democracia en los 80s y acceso al poder con el PJ en los años 90s. Si uno estuviera leyendo esta nota con poca atención, se pensaría que se está hablando de un alto dirigente kirchnerista, pero no, esta es la historia de Patricia Bullrich Luro Pueyrredon, mejor conocida como “Carolina Serrano” en el peronismo.

¿Quién es Carolina Serrano?

Para entender esta pregunta hay que entender primero el contexto histórico de los años 70s. En plena Guerra Fría, en el apogeo de la Unión Soviética, se decide, a través de Cuba, empezar a abrir células terroristas en toda Latinoamérica.

Se hizo en Perú, Colombia, Chile, Uruguay y Brasil. Pero también en Argentina, donde hubo dos casos sobresalientes dentro de la corriente comunista, la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Sin embargo, como todo en Argentina, la lucha armada quedaría atravesada por el peronismo y así nacería, un 29 de mayo de 1970, la agrupación peronista revolucionaria, Montoneros.

En este contexto, Patricia Bullrich, que era una adolescente proveniente de una familia adinerada de la aristocracia argentina, terminaría siendo parte del mando guerrillero del peronismo revolucionario.

Dice la historia que Bullrich comenzó a militar en la Juventud Peronista de la Capital Federal por un novio peronista del cual la historia ya no recuerda su nombre, pero la realidad es que su inmiscuición en la lucha armada tiene nombre y apellido: Rodolfo Galimberti.

Galimberti era uno de los altos mandos de Montoneros, y visitaba con frecuencia a Perón durante su exilio en España. En uno de esos viajes, lo lleva a Diego Muniz Barreto Bunge, un político argentino de la misma familia aristocrática que Bullrich. De hecho, Diego era integrante de la familia Born, dueños de un importante conglomerado agrícola industrial, cuyo apellido volverá a aparecer varias veces en esta historia.

Según cuenta el propio Galimberti, fue Perón quien lo vio deprimido en aquella visita por un mal de amores y le pidió a Diego Muniz, quizás en chiste, que le consiga una pareja. El marplatense inmediatamente le presentó, cuando regresaron a Buenos Aires, a una prima, una tal Julieta Bullrich. Sí, era la hermana de Patricia Bullrich.

Galimberti y Julieta Bullrich se enamoran rápidamente, y como no podía ser de otra manera, la mete de lleno en el peronismo revolucionario. Pero también hace su magia con Julieta Luro Pueyrredón de Bullrich, la madre de Patricia y Julieta. Galimberti, un seductor, la convence a la dueña de casa de ser anfitriona de varias cenas de alto impacto político, que incluyeron a Juan Manuel Abal Medina y al propio Héctor Cámpora, que luego sería presidente.

Patricia Bullrich, viendo todo lo que estaba pasando en su casa, y en medio de la integración de la JP a Montoneros, se enamora de quien luego sería su futuro marido, Marcelo Langieri, mano derecha de Galimberti, y se mete de lleno en la guerrilla.

Junto a toda esta banda, Bullrich abandonó la plaza el 1ro de mayo de 1974 cuando el entonces presidente Perón, enojado por la disputa ideológica que tenía lugar en su partido, y ante los silbidos de la JP, los insulta y llama “estúpidos imberbes”.

Esa fecha marcaría un antes y un después en la historia argentina; a partir de ese momento, los terroristas peronistas deciden continuar su lucha armada a pesar de que Perón estaba en el poder. Y también sería un momento definitorio en la historia de Patricia Bullrich.

Galimberti y toda su banda de operaciones a la que nombra “Columna Norte” se muda a San Martín a comienzos de 1974, y se convierte en una de las facciones más violentas de Montoneros, realizando múltiples atentados en pleno gobierno democrático.

En 1975, Patricia fue detenida por vandalismo y pasó dos meses presa en la Superintendencia de la Policía Federal en la Ciudad, y unos meses más en Devoto, lo cual le subiría el precio en el marco de la militancia, ascendiendo de escalafón. Tras su arresto, Bullrich decide convertirse plenamente en un soldado de Montoneros y, como todos, se bautiza con el alias de guerra: “Carolina Serrano”, o “Cali”, el diminutivo que aparece en los partes de las operaciones militares de la guerrilla.

Hasta su exilio en 1977, “Carolina Serrano” sería una pieza fundamental en una serie de ataques terroristas, secuestros extorsivos y violencia armada que sanciona el propio Galimberti en Zona Norte y la Ciudad de Buenos Aires.

La Acción Armada

El secuestro, el botín y el tío

Una de las fuentes primarias que se tiene de la trama revolucionaria de Patricia Bullrich es el propio Galimberti, quien años después de todos estos conflictos, termina aceptando contar su historia para un impresionante libro biográfico llamado “Galimberti: De Perón a Susana, de Montoneros a la CIA.

El galardonado periodista Marcelo Larraquy identifica a Patricia Bullrich en tres operativos de Montoneros a partir de lo que le cuenta Galimberti. El primero es quizás el más lamentable ya que ocurre en plena democracia y en medio del gobierno peronista, se trata del secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born, directivos y herederos del Grupo Bunge y Born, ocurrido el 19 de septiembre de 1974.

El secuestro extorsivo fue un éxito rotundo para Montoneros, ya que la familia Born, esa que estaba vinculada con la propia familia de Bullrich, pagó por los hermanos el rescate más importante de la historia argentina.

Del operativo participaron más de 50 soldados de Montoneros, y buena parte quedó a cargo de Galimberti. El jefe de Columna Norte le encomendó a “Cali” tareas de inteligencia como el relevo topográfico para monitorear el flujo del tránsito hacia la Capital Federal.

Además, debía calcular el tiempo estimado del recorrido y determinar junto a su hermana las vías de repliegue para la emboscada, que finalmente tuvo lugar en la esquina de Elflein y Acassuso.

El secuestro implicaba cortar la Avenida Libertador para que el auto de Born se desviara y al interceptarlo, escapar con el empresario. El objetivo era retenerlo en el sótano de una carpintería en la calle Profesor Manuel García 5030/5050, entre Mariano Acha y Armenia, en Vicente López, que era propiedad de Columna Norte. En la carpintería, se encontraba un sótano con celdas preparadas y acustizadas con placas de telgopor, que funcionaban como una de las “cárceles del pueblo”.

La Operación Mellizas, como se llamó militarmente al secuestro de los hermanos Born, es hasta el día de hoy el rescate más caro de la historia, porque los US$ 60 millones de dólares que terminó pagando la familia son equivalentes a US$ 250 millones de hoy.

Según el investigador Juan Bautista “Tata” Yofre, la planificación de este secuestro quedaría en manos de Enrique De Pedro, padre del actual ministro del Interior y candidato a senador kirchnerista Wado de Pedro. Enrique tenía de nombre de guerra “Quique Miranda”, y era el secretario militar de la Columna Norte. Galimberti tenía a cargo la ejecución del plan.

Según las fuentes de Yofre, además de Galimberti, estuvieron manejando autos en el operativo “Alejo” Gutiérrez, “Andrés” Castelnuovo, “Atilio” Fernández, “Alcides” Polchesky, y Horacio “Chacho” Pietragalla, padre del actual Secretario de Derechos Humanos de la Nación Argentina.

Los hermanos Born fueron liberados después de 6 y 9 meses, en cautiverio, donde fueron torturados, maltratados y hambreados. Los dos empresarios fueron interrogados durante su “detención popular” por Rodolfo Walsh, el “carnicero de Montoneros“, hoy adorado como un autor y un intelectual de la izquierda, pero quien en los 70s fue uno de los más sangrientos guerrilleros de Montoneros.

El secuestro, del que participaron las dos hermanas Bullrich, tuvo un impacto muy cercano para ellas. No solo se trataba del secuestro de dos personas de la familia Born, cercana a la suya, si no que moriría durante el atentado un tío directo de ellas.

Cuando comienza el operativo, Montoneros se entera que además del chofer Juan Carlos Pérez y de los Born, también se había subido al auto Alberto Cayetano Bosch, por entonces gerente de la empresa Molinos Río de la Plata, con quién habían tenido una reunión de negocios poco antes.

Sin saber bien quién era la persona que se había subido al auto que sería pronto atracado, Galimberti dio la orden de ejecutarlo de la misma manera en la que habían planeado ejecutar al chófer, para no dejar cabos sueltos.

Y así se hizo. Cuando logran detener el vehículo, cuatro montoneros abren las puertas del auto, acribillan al conductor y a la persona “desconocida” y se llevan a los hermanos Born en una furgoneta que conducía el propio Galimberti.

El trágico final del acribillado Alberto Cayetano Bosch encierra una lamentable conexión con la familia Bullrich. Herido de muerte, Galimberti relata que Bosch pudo salir del auto, caminó unos pasos y se desplomó sin vida sobre la vereda. Al quedar sobre la calle, fue una de las primeras personas identificadas por la prensa.

Es por eso que unas horas después, cuando llega Galimberti a un departamento de la Avenida del Tejar, donde las hermanas Bullrich lo estaban esperando, y les muestra una copia del diario Crónica con las últimas noticias del secuestro, en las primeras páginas leen que Alberto Cayetano Bosch había sido ejecutado. En ese momento, rompen en llanto, cayendo en la cuenta que el operativo del que ellas mismas habían colaborado, había resultado en el asesinato de su propio tío.

El asesinato fallido: el atentado contra el gerente de Sudamtex

Si bien no hay dudas que Patricia Bullrich siguió participando de operativos de Montoneros en los años siguientes, en el siguiente atentado que describe Galimberti en el libro donde explícitamente se nombra a “Carolina Serrano” ocurre recién en 1976.

Se trata del ataque al gerente de la textil Sudamtex. La operación estaba bien planeada y era aparentemente sencilla, pero fue un fiasco. La víctima se desplazaba sola, en compañía de su chofer, un policía retirado; mientras que los terroristas eran muchos y fuertemente armados.

El plan era cerrarle el paso al auto en Paraná y Maipu, Olivos, ejecutar al blanco y marcharse. Para ese entonces los montoneros estaban bien financiados y no necesitaban secuestrar a sus objetivos, directamente los asesinaban como actos de guerra en contra del recientemente asumido Proceso de Reorganización Nacional.

A las 8 de la mañana del 14 de septiembre de 1976, “Cali” debía hacer, disfrazada de colegiala, la caminata de reconocimiento por el lugar de la cita antes de la hora establecida. Como siempre, cumplía tareas de inteligencia.

En un Rastrojero estaban el “Gordo” Miguel Lizaso y el “Gringo” Christian Caretti, y en un 504 verde, Sergio Gass “Gabriel” y Jorge Eduardo Gonzales “Ramon”. Al día de hoy no se sabe bien qué pasó, si alguien los delató (incluso se sospecha de la propia Bullrich) pero pronto se dieron cuenta que el régimen militar estaba al tanto del operativo.

A poco de empezar la caminata, Patricia comenzó a cruzarse con varios sujetos que identificó como agentes encubiertos. Al sentir que la estaban siguiendo, abortó el plan, dobló en una esquina y cuando estuvo fuera de la vista corrió hasta zambullirse en el jardín de una casa.

Desde su escondite pudo escuchar el intercambio de balazos. Los ocupantes del Rastrojero y del 504 cayeron acribillados por policías encubiertos sin siquiera poder bajarse de los autos. Según Galimberti, Bullrich fue la única sobreviviente, y todo este relato provino de sus propias palabras, que le contó cuando se reencontraron en un escondite a las 9:45 de la mañana.

La última operación de Columna Norte

Por último, Galimberti también la ubica a “Cali” en el ataque explosivo contra la casa del entonces intendente de San Isidro, el teniente coronel José María Pedro Noguer, ya no como operativo de inteligencia si no como autora material del atentado.

Este ataque sería el último de Columna Norte, ya que la agrupación había sido diezmada por las Fuerzas Armadas y Galimberti había iniciado los preparativos para irse del país. Pero antes de irse quería irse de manera explosiva, atacando directamente la casa de Noguer, uno de sus mayores enemigos durante la guerra subversiva.

De esta manera, junto a las Bullrich, organiza un ataque más “personal”. Esta vez no habría 50 terroristas en escena, no habría intercepción de vehículos, no habría espectáculo. Esta vez buscaría atacar al corazón de la dictadura militar, sin importar víctimas civiles.

Según el propio Galimberti, los dos guerrilleros que fueron parte del ataque junto a él fueron “Cali“, el alias de guerra bajo el que operaba en aquél entonces Patricia Bullrich, y “Yuyo“, el alias de otro guerrillero, cuyo nombre real era Jorge Rubino.

Galimberti manejaba, mientras Bullrich, con 21 años, se bajó del Fiat 128, se escabulló al interior del jardín de la casa del intendente, en la calle Eduardo Costa 448, y colocó un artefacto explosivo de 1,5kg de trotyl (TNT), junto a la puerta de entrada a la casa por el patio. Yuyo se bajó con ella con un rifle a hacer guardia.

El dispositivo estaba configurado para que explotara a los cinco minutos, con el objetivo de asesinar al intendente y a toda su familia, pero también fue un fiasco, ya que Noguer estaba en un cuarto alejado del jardín y si bien la explosión lo arrojó al suelo, no fue herido.

Las que sí resultaron gravemente heridas fueron su hija Ana María Noguer y su nuera Hortensia de Noguer, que estaban jugando adentro de la casa, en un cuarto al lado de donde fue colocada la bomba.

Afortunadamente, la inexperta Bullrich colocó el núcleo de la carga de TNT contra el piso, y no hacia arriba. Por lo que la mayor parte de la explosión de la bomba casera derivó, a través de uno de los boquetes abiertos en el piso, hacia el sótano de la casa.

Según el reporte policial de la época, esta es la única razón por la que la explosión no asesinó a la niña y a la nuera del intendente, ya que si el dispositivo hubiera estado bien colocado, la detonación hubiera dejado sin vida instantáneamente a las dos mujeres.

Para este atentado hay incluso varias fuentes. Además del libro de Galimberti, está la biografía no autorizada de Ricardo Ragendorfer, autor del libro “Patricia, de la lucha armada a la seguridad“, donde se cita directamente a Marcelo Langieri, su ex marido y quien ayudó a planificar dicho operativo.

La retirada

La cúpula de Montoneros había diagnosticado que luego del Golpe Militar se agudizarían las contradicciones en los ciudadanos y que el pueblo unido volcaría su apoyo a las organizaciones armadas, pero esto no ocurrió.

Al revés, las bajas en las filas guerrilleras y los malos manejos tácticos y económicos generaron duras internas en la “Orga”, y Galimberti realizó cuestionamientos por la militarización, la centralización del poder y la distribución del dinero, inclusive el botín de los Born. Su reclamo apuntaba a que las columnas manejaran su propio dinero, las armas y su práctica política y militar en base a las necesidades locales en las que operaban.

Cerca de 1977, el grupo de Galimberti empezó a operar sin autorización de sus superiores. Un ejemplo fue el secuestro de la hija de 24 años de un ejecutivo extranjero a la que tuvieron tres días encerrada en un armario, y con cuyo rescate Rodolfo compró armas que nunca fueron declaradas ante la conducción.

Este segundo nivel de clandestinidad se haría insostenible, y Rodolfo Galimberti y Julieta Bullrich se fueron del país en febrero de 1977. Para esa época Mario Firmenich, Roberto Perdía y Fernando Vaca Narvaja ya estaban resguardados en Cuba.

El 3 de marzo de 1977, Patricia Bullrich y Marcelo Langieri se casaron en secreto y partieron hacia el exilio con documentos falsos fingiendo que se iban de vacaciones a Colonia, Uruguay, y de allí se escabulleron a Río de Janeiro, donde Galimberti se había instalado y tenía una pequeña base de operaciones.

Pronto se le terminaría el dinero a Galimberti y el exilio se convirtió en un sálvese quien pueda. Bullrich pasaría por México y España, hasta que en 1978, embarazada, se anima a regresar de manera clandestina a la Argentina, amparada por su familia adinerada, para que naciera su hijo, Francisco Langieri.

Francisco, como todos los hijos de políticos en Argentina, terminaría trabajando para el Estado, siendo designado como director de la Dirección de Gestión de Proyecto Sur, dependiente del Ministerio de Modernización, durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), mientras su madre era Ministra de Seguridad.

El exilio en París

A comienzos de 1979, Bullrich, Langieri y su hijo se vuelven a exiliar de Argentina, pero esta vez parten hacia Francia. En París, se inauguraba la Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico integrada por el propio Galimberti, Juan Gelman, Pablo Fernández Long, Arnaldo Lizaso, Héctor Mauriño y el ex secretario de Columna Norte, Raúl Magario.

Magario, padre de la actual vicegobernadora de la Provincia de Buenos Aires y ex intendenta de La Matanza, Verónica Magario, era de los que habían manejado los destinos de los 60 millones de dólares de Born, y puso gran parte del dinero para bancar la operación en París. Como nota al pié, volvería al país y tendría altos cargos junto a Eduardo Duhalde, convirtiéndose en un verdadero señor feudal de La Matanza.

Patricia Bullrich y Marcelo Langieri estaban tan arriba en la estructura montonera que al llegar a territorio parisino, se les ofrece ser parte de la Mesa Promotora, que buscaba acompañar desde el exterior la resistencia a la dictadura, lanzando la llamada Contraofensiva de Montoneros, que consistía en el regreso al país de un contingente de guerrilleros para enfrentar a la dictadura.

El periodista Juan Gasparini denunció en un artículo publicado en 2010 que Patricia Bullrich fue reclutadora para la Contraofensiva, incluso siendo la autora intelectual del famoso “animémonos y vayan“, que promovió mandar al muere a cientos de miembros de Montoneros que se habían logrado exiliar mientras los principales jefes se quedaron afuera del país, gozando de la buena vida en París.

En la nota de Gasparini, se puso como ejemplo el caso de una chica de 16 años, Veronica Cabillaque, que habría sido reclutada personalmente por Bullrich. Según documentó, le había prometido que viajaría con ella de vuelta a la Argentina, pero a la hora de subirse al avión, la abandonó. Caballique fue capturada y fusilada a los pocos días de llegar al país.

La otra evidencia de su paso por Montoneros: Su vida sentimental

Además de los testimonios de sus jefes y los documentos que la ubican en el mando de Montoneros, sus ex parejas también dan cuenta de su participación en la guerrilla peronista. Según publica la revista Noticias, Patricia Bullrich estuvo involucrada sentimentalmente con varios militantes cuyos finales fueron trágicos.

Antes (o durante, no está claro) de Marcelo “Pancho” Langieri, con quien se casaría y se exiliarían y tendrían un hijo juntos, Bullrich estuvo con el “Gallego” Ernesto Fernández Vidal, un librero que colaboraba con Montoneros y que había sido secuestrado y desaparecido el 23 de septiembre de 1976 cerca del Obelisco.

Luego, también estuvo con Juan Manuel “Cacho” Puebla, que tenía cuatro años más que Bullrich y era un soldado del Ejército Montonero. Acorde a las fuentes consultadas, se separaron poco antes de que Puebla desapareciera, secuestrado por la dictadura el 26 de enero de 1977, en Plaza Miserere.

El regreso y la “transformación”

En 1980, tras el fracaso de la Contraofensiva, Galimberti dejó París y puso una oficina en la calle Uruguay, en lo que era conocido como el Centro de Estudios para la Democracia Argentina (Cendra). El instituto fue fundado con las firmas de Roberto “el Vasco” Mauriño, Daniel Llano y la propia Patricia Bullrich.

Tras la Guerra de Malvinas, el régimen militar pierde gran parte de su poder de vigilancia, y con la excusa del Cendra, Bullrich regresó a la Argentina en 1982. Cuando pisa Buenos Aires, Bullrich tenía por entonces unos 641 pedidos de captura, pero la conmoción social y los vientos de democracia la permiten vivir con libertad.

Rápidamente, se reposicionó como una dirigente representativa del regreso de la democracia y se acercó a Saúl Ubaldini y a Juan Carlos “Canca” Gullo. Se enroló en el PJ porteño, y empezó a borrar su pasado guerrillero y a imponer la narrativa de que ella nunca se había ido de la Argentina, y que por el contrario, se había quedado como militante de la JP.

Fue puntera de la candidatura presidencial de Ítalo Lúder en 1983, incluso poniendo una Unidad Básica en Pompeya, pero tras su derrota contra Alfonsín, se acerca a Cafiero. En 1984, se hace pública su figura como la primera oradora y organizadora del acto de la Juventud Peronista del Luna Park, que resultó ser un éxito y fue el primer encuentro de la JP unificada desde 1974.

En ese momento, además, se convirtió en una de las jefas de redacción de la revista del galimbertismo, la Jotapé, junto con Jorge “Topo” Devoto, Liliana Mazure y Graciela Daleo. Patricia tituló la nota sobre el acto del Luna Park: “Volvió la izquierda peronista en el Luna Park”. En tanto Galimberti, su mentor, decidió enrolarse en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Si bien había estado haciendo política, la crisis económica le daría el pie para volver a sus raíces violentas. El Plan Austral sería un fracaso, el sindicalismo empezaría a declararse en huelga, y Bullrich se acomodaba en el marco de Intransigencia y Movilización, la picante corriente peronista del senador Vicente Saadi.

Hay videos que la ubican a Bullrich en el centro de las columnas de las violentas protestas del PJ entre los años 1986 y 1989. En un video que surgió recientemente, se la ve forcejeando con policías y quemando autos en una protesta en contra de la visita de David Rockefeller a la Argentina, quien venía para apoyar el Plan Austral. Irónicamente, hoy Bullrich promueve una política similar al Plan Austral para salir de la crisis.

Años 90s y limpieza de imagen

La “Piba”, como le decían sus compañeros de militancia, se terminaría tranquilizando en los años 90s, luego de conocer a Julio Bárbaro, por entonces Secretario de Cultura de Menem, quien la convenció de bajar el perfil y presentarse como candidata a diputada por el PJ.

A pesar de que ella se había enlistado en el sector de Cafiero, daría el salto al menemismo, y se sumaría a la lista de Erman González como candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires en las elecciones de medio término de 1993, su primer ingreso formal a un cargo público, después de toda una vida viviendo en la clandestinidad y en la militancia.

En 1995, la convocó el intendente de Hurlingham, Juan José Álvarez, donde compartió gabinete con los (años después) ultra-kirchneristas Juliana Di Tullio y Jorge Coscia. Ya asentada en la Argentina y sintiéndose segura luego de los indultos de Menem, ese año se presentaría a cobrar la indemnización por el tiempo que había estado detenida durante los años 70s.

Bajo el Expediente 378745/95 (Ley 24.043), Bullrich cobró U$S 5.590 dólares en marzo de 1996, la cual, a plata de hoy, serían alrededor de US$ 10.938 dólares.

En 1998, entró en el gobierno de Eduardo Duhalde, como funcionaria del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, comandado por León Arslanian. Pero en las elecciones del año siguiente, sería cortejada por Chacho Álvarez, junto a tantos otros peronistas de la época, para sumarse al gobierno de la Alianza.

En las elecciones de 1999, ganaría la Alianza, que unía a la UCR y al FREPASO. Este engendro tendría funcionarios de todos los colores políticos, desde radicales a peronistas, desde socialistas hasta conservadores, y Patricia Bullrich sería uno de ellos.

Gobierno de De La Rúa y dos cambios de imágen más

Por recomendación del corrupto Fernando de Santibañes, jefe de la SIDE de De La Rúa que estuvo envuelto en el escándalo de coimas en el Senado, Bullrich ocupó la Secretaría de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

Pero seguiría escalando y el 6 de octubre del año 2000, en medio del conflicto con los sindicatos, asume como Ministra de Trabajo. En esa época declaraba que se identificaba con los principios del radicalismo, pero en el Gobierno todos sabían que estaba allí porque era la única que podía hablar con el sindicalismo peronista; hace tan solo 2 años atrás ella estaba militando con ellos.

En el medio del caos del año 2001, el 31 de octubre, De La Rúa la pondría a manejar la difícil caja del Ministerio de Desarrollo Social, encargada de todos los planes sociales y programas de contención en Argentina. Bullrich se vería abrumada por el cargo y renunciaría tan solo dos semanas después, el 13 de noviembre, un mes antes que colapse el gobierno de la Alianza.

En ese momento decide volver a transformarse. Si lo hizo una vez pasando de peronista a radical, ¿por qué no lo podría hacer de vuelta? En las elecciones del 2003 se presenta como candidata liberal en la Ciudad de Buenos Aires, una candidatura que, al igual que la de este año, dividió el voto anti-kirchnerista que estaba englobando Mauricio Macri, y le permitió a Andrés Ibarra ganar la Capital.

Luego vuelve a transformarse en “socialdemócrata” y se integra a la Coalición Cívica de Elisa Carrió, siendo su jefa de campaña en sus sucesivos intentos presidenciales, todos fallidos. En 2015, se unió a Cambiemos, y durante el gobierno de Macri fue ministra de Seguridad de Argentina, donde decide finalmente abandonar a Carrió y a su propio partido pseudo-liberal Unión por la Libertad, y se afilia al PRO. El resto de su historia, la estamos viviendo hoy en día.

Argentina

La reforma del Estado de Milei llegará a las Provincias: “Corten otros gastos y paguen los salarios, no hay más plata”

Publicado

en

El Presidente electo anticipó que la consolidación fiscal del sector público no solamente se limitará al Gobierno nacional, sino a todas las distintas esferas del Estado argentino, incluyendo las Provincias y las municipalidades.

A partir del 10 de diciembre el Gobierno de Javier Milei propone lanzar un plan de ajuste fiscal que llevaría al déficit financiero cero para el ejercicio de 2024. Esto implica ya no tan solo equilibrar las finanzas operativas del Gobierno nacional, sino que además poder afrontar la totalidad del pago de intereses y servicios por la deuda pública.

Pero el proceso de Reforma del Estado no se limitará al Sector Público Nacional, también afectará a las Provincias y los municipios irremediablemente. Una de las partidas responsables de esta dinámica son las transferencias discrecionales que, hasta ahora, el Gobierno kirchnerista asignada a dedo dependiendo de su preferencia política con cada gobernador de turno.

Las transferencias surgen como la diferencia entre los recursos presupuestados a principios de año y la ejecución presupuestaria efectiva, en la cual el Estado recibe más pesos nominales en sus arcas por el efecto de la inflación en la cadena de pagos. Esto permite generar un “colchón” de recursos que no tienen una asignación específica, y dotan de poder discrecional al Gobierno de turno. A partir del 10 de diciembre se termina esta lógica y comienza el ajuste fiscal.

El Presidente electo lo simplificó de la siguiente manera: “Hay que poner los números en orden. Corten otros gastos y paguen los salarios, no hay más plata”. Esto implica, además, sostener las consecuencias de la devolución del IVA y la reducción del impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría sobre los recursos de la coparticipación.

Un total de 5 Provincias anunciaron programas de ajuste fiscal, en alineamiento con la política económica del próximo Gobierno. Los gobernadores de Tucumán, Santa Cruz, Chaco, La Pampa y Entre Ríos se comprometieron con la austeridad para sobrellevar el año 2024.

Incluso el Gobernador peronista Osvaldo Jaldo debió alinearse con Milei, y anunció un masivo recorte de gastos por $220.000 millones de pesos para el presupuesto del año próximo. Se cerrarán hasta 40 organismos y dependencias locales, incluyendo la Unidad de Reconversión Laboral (Unrel) a partir del 30 de noviembre, y se dejarán sin efecto las designaciones realizadas en los 60 días anteriores al 29 de octubre.

Por otra parte, y desde el punto de vista del Gobierno nacional, se dispondrá de un ambicioso programa de privatizaciones para sanear las finanzas públicas. Por otra parte, la obra pública enfrentará grandes recortes presupuestarios.

Todas aquellas obras que ya estén en curso de ejecución no serán paralizadas, y en su lugar se llamará a licitación para que el sector privado se encargue de financiarlas y completarlas en caso de que exista interés inversor. A cambio, el Estado proveerá de un marco regulatorio especial para ofrecer la concesión de los servicios por la infraestructura terminada (algo muy común en rutas nacionales, puertos, caminos, etc).

Aquellas obras públicas que no están en proceso de ejecución pero están planificadas, serán sometidas a evaluación, como parte de una racionalización integral que se llevará a cabo en todo el sistema. La máxima prioridad será la concreción del déficit cero para diciembre de 2024.

Seguir Leyendo

Argentina

El mayor experto en vouchers de Argentina, Carlos Horacio Torrendell, será el secretario de Educación de Milei

Publicado

en

Tendrá la tarea de despolitizar las aulas, quitarle poder a los partidos políticos en la gestión escolar, modernizar la educación, e implementar el sistema de vouchers que prometió Milei durante la campaña.

La Oficina del Presidente Electo confirmó este jueves que Carlos Horacio Torrendell, profesor de la UCA, autor y considerado el mayor experto en el sistema de vouchers en la Argentina, será el Secretario de Educación de Javier Milei.

La cartera de Educación, que tendrá como mayor desafío implementar el sistema de vouchers para las escuelas y universidades nacionales en el país, dependerá del “Super-Ministerio” de Capital Humano, que también absorberá, Salud, Trabajo y Desarrollo Social, comandado por Sandra Pettovello.

La oficina del Presidente electo de la Republica Argentina comunica que el Doctor en Ciencias de la Educación Carlos Horacio Torrendell será el secretario de Educación de la Nación a partir del 10 de diciembre”, confirmaron por redes sociales desde La Libertad Avanza.

La trayectoria de Torrendell se encuentra ligada a la Universidad Católica Argentina (UCA) y en la educación privada, en donde inició sus estudios y trabajó como profesor titular ordinario de tiempo completo en el Departamento de Educación.

Es Licenciado en Ciencias de la Educación y actualmente se desempeña como docente. Además, es miembro electo del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales y del Consejo Nacional de Calidad de la Educación como representante del mundo académico. Allí trabaja desde hace 27 años.

También se licenció como especialista en Educación por la Universidad de San Andrés y como Doctor en Ciencias de la Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Sin embargo, su trayectoria no se limita únicamente al ámbito académico y su experiencia en la gestión fue lo que llevó a Milei a tomar la decisión, eligiéndolo por encima de Martín Krause, quien tiene una trayectoria académica envidiable pero carece de gestión pública.

Torrendell ejerció la función pública en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entre el año 2012 y 2017, habiéndose mantenido en el cargo durante las gestiones de Mauricio Macri e incluso de Horacio Rodríguez Larreta. 

En esos años se desempeñó en el rol de Coordinador y Asesor de Planeamiento Educativo y en Formación Docente dentro del Ministerio de Educación. Con la salida de Macri de la Ciudad, entre 2016 y 2017 pasó a ser Miembro del Consejo Consultivo, como parte de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa del distrito porteño.

Para el puesto de la Secretaría de Educación, Milei había estado trabajando originalmente con Krause, Doctor en Administración por la Universidad Católica de La Plata y Profesor Titular de Economía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA, pero tras irse del país a enseñar afuera y la importancia que le quiere dar el presidente electo a la gestión, se decantó por Torrendell.

Torrendell tendrá el difícil desafió de negociar con los distintos sectores para implementar las reformas que adelantó el presidente electo para el área de Educación durante la campaña.

Estas incluyen, despolitizar las aulas, quitarle poder a los partidos políticos en la gestión escolar, modernizar la educación, y eventualmente implementar un sistema de vouchers con el fin de cambiar la forma en la que el Estado distribuye el dinero para la educación pública.

Torrendell es considerado uno de los mayores estudiosos de cómo funcionan los vouchers y cómo se podrían implementar en la Argentina. A través de esos vouchers, como ocurre con la SUBE o con la Tarjeta Alimentar, los ciudadanos elegirían a qué institución enviar a sus hijos, sea pública o privada.

Esto llevaría a que las escuelas públicas tengan que competir sin la ayuda directa del Estado por el alumnado, lo cual llevará a una mejora en su calidad educativa y la profesionalización del profesorado.

Actualmente lo que ocurre es que las escuelas y universidades públicas reciben una suma fija de dinero que decide la política, sin importar la cantidad de alumnos, la tasa de egresados, las condiciones edilicias, entre otras.

Seguir Leyendo

Argentina

Milei excluyó de su asunción a los representantes de los dictadores de Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua

Publicado

en

El presidente electo le puso un cordón para evitar que ningún funcionario de Ebrahim Raisi, Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega aparezcan en los actos oficiales del 10 de diciembre.

En una movida geopolítica que no se veía hace años, Javier Milei decidió poner un cordón para que no haya ningún representante de los dictadores de Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua en su ceremonia de asunción presidencial.

En particular, el presidente electo no quiere que ningún funcionario de Ebrahim Raisi, Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, quienes tienen oprimidos a sus pueblos, participen de los actos oficiales del 10 de diciembre.

La decisión de Milei contrasta con la agenda internacional de la actual administración de Cristina Kirchner y Alberto Fernández, e incluso con la de Mauricio Macri, a cuya asunción vino aunque sea algún diplomático de cada uno de estos países.

La separación de Argentina del “eje comunista” será total. No solo romperá relaciones con las tres dictaduras socialistas de América Latina y con la dictadura islámica iraní, si no que la canciller Diana Mondino confirmó que Argentina no ingresará a los BRICS, el grupo político que lidera China.

Si bien Mondino busca entablar un puente con China, Brasil y Rusia, y se extendió formalmente la invitación a la asunción de los presidentes de estos países, la posición de Argentina estará del lado de Estados Unidos e Israel, alejado de la influencia china y sunita iraní.

En este contexto, la Cancillería envió invitaciones oficiales a Xi Jinping, Vladimir Putin y Lula da Silva, un poco esperando que la respuesta sea negativa, para dejar en evidencia que ellos son los que no quieren tener relaciones diplomáticas con la Argentina si no pueden depredarla.

Durante la campaña, Milei mencionó que si bien se mantendrán todas las relaciones comerciales e incluso se impulsarán, no habrá relaciones diplomáticas con los países alineados con el “eje comunista” que actualmente lidera el dictador chino Xi Jinping desde Beijing.

Pero las relaciones con Brasil no pueden obviarse, debido a la existencia del Mercosur. Si bien los Bolsonaro vendrán a la Argentina para asistir a la asunción de Milei, se invitó formalmente a Lula y se le daría la bienvenida como Jefe de Estado de Brasil, pero el líder socialista no se animó.

El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, apuesta a hablar con Lula en un encuentro del Mercosur que se hará el 7 de diciembre, y dependiendo el resultado de dicha reunión, el ex gobernador de Buenos Aires podría quedarse como embajador durante el gobierno de Milei.

Seguir Leyendo

Tendencias