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Se reveló la identidad del terrorista que explotó el coche bomba en la Embajada de Israel en 1992 y mató a 22 argentinos

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Según el informe del Mossad, se trata de Muhammad Nur Al-Din, un libanés de 24 años que fue reclutado en Brasil e ingresó al país a través de la Triple Frontera.

Esta semana, el Mossad, la agencia de inteligencia israelí, concluyó una larga investigación sobre los autores intelectuales y materiales de los dos grandes atentados que el jihadismo cometió en suelo argentino: el ataque contra el Embajada de Israel fue perpetrado el 17 de marzo de 1992 con un balance de 29 muertos y 242 heridos. En tanto, el ataque contra la sede de la AMIA, el 18 de julio de 1994, mató a 85 personas y causó heridas a unas 300 personas.

Si bien el gobierno israelí se mantiene relativamente secretivo sobre las conclusiones, una filtración que reveló el medio Infobae sobre el atentado contra la Embajada de Israel aporta un dato clave: la identidad y la imagen del conductor suicida.

Se trata de Muhammad Nur Al-Din, un libanés que al momento del atentado tenía apenas 24 años, la edad promedio de un miembro de bajo rango de la Yihad Islámica, el brazo armado del Hezbolá, el grupo terrorista iraní-libanés que planificó el ataque.

“Siguiendo la tradición árabe, las personas reciben su nombre en base a tres nombres: su nombre personal (Muhammad), el nombre de su padre (Nur Al-Din) y su apellido (Nur Al-Din). De aquí que su nombre completo según los registros era Muhammad Nur Al-Din Nuer Al-Din”, detalla el informe.

El mismo documento aporta una foto del suicida. Esa imagen fue publicada en noviembre de 1992 en el periódico libanés AI-AHD, donde se afirmaba que había muerto en la guerra de Serbia, combatiendo para los kosovanos. Un clásico de Hezbolá, que a diferencia de otros grupos como ISIS o Al-Qaeda, siempre trata de ocultar la identidad de sus terroristas para que sus familiares no sean atacados por el Mossad en retribución.

En un lamentable accionar de la justicia argentina, luego de 30 años de investigaciones locales, el nombre del suicida no figuraba en los expediente judiciales. Apenas se lo menciona en un legajo paralelo a la causa de la AMIA, por entonces a cargo de Juan José Galeano. Ese legajo investigaba las actividades en la Triple Frontera e identificaba el ingreso ilegal de varias personas vinculadas al Hezbolá, pero en ningún momento se lo vinculó al ataque a la Embajada.

Muhammad nació en el Líbano en 1968, pero se mudó en su adolescencia a Foz de lguazú, Brasil. Allí, Muhammad habría sido reclutado por una persona identificada como Farouk El-Omeiri, quien tenía lazos estrechos con Hezbolá.

El joven que mataría a 22 argentinos fue trasladado a Buenos Aires por un miembro de la Yihad Islámica, a través de la Tripe Frontera, el mayor colador de inmigrantes ilegales al país, desde hace décadas.

Según el informe, entre el 14 y el 17 de marzo, José Salman El Reda, hermano del líder terrorista Samuel El Reda, que tiene pedido de captura vigente por el atentado a la AMIA, se ocupó de la estadía del suicida en una “casa segura” y lo llevó a reconocer el estacionamiento donde estaba escondido el coche bomba. Juntos también habrían estudiado el recorrido hasta la puerta de la Embajada.

De acuerdo a la causa judicial de la Embajada, José Salman El Reda, había sido detenido y procesado por la justicia federal de Rosario por una importante cantidad de dólares falsificados – conocidos como “super dólares”, que eran usados para financiar las actividades terroristas de Hezbolá en la región.

Según el servicio de inteligencia de Israel, el 17 de marzo a las 14:42 el joven suicida libanés retiró la camioneta del estacionamiento ubicado en la calle Cerrito (entre Juncal y Arenales), y la condujo hasta la puerta de la embajada. Tardó entre 4 y 5 minutos hasta llegar a Arroyo 916.

El coche bomba se preparó en una casa ubicada en la provincia de Buenos Aires, en un lugar no identificado. La persona encargada de alquilar esa vivienda habría sido el propio Samuel El Reda. Lo hizo mediante un documento falso a nombre de un ciudadano brasileño identificado como Antonio Hadad, que no existe.

La investigación judicial confirmó que hubo 22 fallecidos: nueve empleados y funcionarios de la Embajada, tres albañiles y dos plomeros, un taxista y tres peatones, un sacerdote de una iglesia vecina y tres ancianos que se alojaban en una residencia a pocos metros. Sus nombres quedaron retratados en una placa en la plaza seca que se levantó en el lugar del ataque. Solo 4 de ellos eran israelíes, el resto argentinos (tres con nacionalidad boliviana, uno con uruguaya, otro paraguaya y uno la italiana).

El inmueble alquilado por El Reda también se habría utilizado para guardar los explosivos. “El pago del alquiler se hacía por adelantado, en dólares y en efectivo. Es lógico pensar que quien le alquiló a Salman el inmueble conoce su rostro ya que ha sido publicado, pero no ha acudido a las autoridades, quizás por temor. Esta persona es inocente, y no tiene ninguna conexión con Hezbolá simplemente alquilo ese inmueble a una persona que hizo un buen pago por el mismo”, sostiene el Mossad, lo cual desmitifica que hayan tenido un contacto local de nacionalidad argentina que los ayudó a sabiendas.

De todos modos, la agencia de inteligencia israelí es contundente sobre la participación de Irán. “De toda la información que se ha acumulado durante los años dedicados a investigar los dos atentados perpetrados en Buenos Aires, surge que estos fueron cometidos mediante la cooperación de Irán y Hezbolá«.

«Estas dos partes se unieron y aprovecharon las ventajas relativas de cada de ellas, para lograr su cometido, causando múltiples víctimas fatales y cientos de heridos”, sostiene el Mossad. Y agrega: “Irán fue quien decidió, autorizó y asistió, y el Hezbolá, mediante su aparato de la Yihad Islámica, fue el brazo operacional, convirtiendo la decisión en una acción, poniendo en la práctica los atentados que causaron la muerte y las heridas de numerosas personas inocentes”.

La preparación de los explosivos se le adjudica al ingeniero libanés Malek Ubeid, apodado como “Houssam”. Esa persona estuvo en Buenos Aires previo al atentado y abandonó el país luego del mismo.

El traslado del coche bomba hasta el estacionamiento estuvo a cargo del propio El Reda y de Mohammad Shourba, un operativo libanés que hizo reconocimiento de campo para Hezbolá.

La camionera Ford F-100, tal como estableció la Justicia argentina, fue comprada el 24 de febrero de 1992 en una agencia de autos ubicada en Juan B. Justo 7537. El encargado de esta tarea habría sido Hussein Karaky, identificado como el jefe de la célula. Para adquirir el vehículo utilizó una fotocopia de un documento brasileño número 34031567, a nombre de Da Luz Elias Ribeiro.

Según el relato del dueño de la agencia, el comprador adujo que se dedicaba a la venta de autos y que la camioneta estaba destinada a una persona que residía en la ciudad de Mar Del Plata. El día de la operación Karaky estuvo dos veces en la agencia, con una diferencia de seis horas. En la segunda utilizó anteojos de sol y una boina para taparse la cara.

La investigación judicial por el atentado nunca tuvo detenidos y en los últimos años acumula escasos avances. Dos órdenes de captura ordenadas en 2015 por la Corte Suprema de Justicia y una serie de exhortos al exterior fueron los últimos movimientos, pero estas personas se mantienen escondidas y luego de 30 años ya deben haber muerto o retirado.

El conductor suicida (abajo a la derecha) aparece como parte de la unidad operativa en Buenos Aires El conductor suicida (abajo a la derecha) aparece como parte de la unidad operativa en Buenos Aires.

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Tras realizar el pago presupuestario y a pesar de la marcha, el Gobierno de Milei considera que la discusión por las universidades “está saldada”

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En la conferencia de presa, Manuel Adorni, portavoz del presidente, afirmó que no hay ninguna intención de cerrar las universidades. Además, calificó como “tren fantasma” a los dirigentes que anunciaron su participación en la movilización.

Manuel Adorni, portavoz presidencial, afirmó este martes en su conferencia de prensa diaria que la disputa en torno al presupuesto asignado a las universidades «está saldada y transferida«, y que para el gobierno de Javier Milei es un tema terminado.

«La cuestión presupuestaria de las universidades y de los hospitales universitarios no solo está solventada, sino también transferida«, expresó durante una rueda de prensa. Además, agregó: «La presencia de diversas organizaciones políticas ha convertido esto en una marcha con tintes políticos«.

En esta misma línea, el funcionario mencionó la posible participación en la protesta de figuras como Sergio Massa, Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Martín Lousteau y Juan Grabois, entre otros. «Es casi como un tren fantasma», afirmó Adorni, pero diferenció este acompañamiento del reclamo que puedan tener los estudiantes y señaló que el gobierno nacional es “super respetuosos de la expresión que tengan los jóvenes”.

«Pocos espacios respetan a los estudiantes tanto como nosotros. Es legítimo cualquier reclamo que planteen en busca de una mejor educación», enfatizó.

La semana pasada, el Ministerio de Capital Humano anunció que había llegado a un acuerdo con las autoridades universitarias para actualizar el presupuesto en dos etapas: una ya entregada en marzo del 70% y otra prevista para mayo, también del 70%. Sin embargo, el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, señaló que la propuesta del Gobierno «no resuelve nada«.

«Una vez resuelta la cuestión presupuestaria, consideramos que no había motivo para continuar fomentando una marcha de este tipo por parte de aquellos que definen políticas universitarias. Creemos que su objetivo principal no es garantizar la calidad educativa y asegurarse de que los estudiantes salgan de la universidad siendo mejores académicamente de lo que eran al ingresar«, argumentó Adorni.

Según el vocero presidencial, la movilización no es motivo de preocupación para el Gobierno. «Estamos atentos y receptivos a todos los reclamos, y estamos al tanto de lo que sucede en todos los ámbitos. Sin embargo, cuando el reclamo tiene una causa específica y esa causa se resuelve, entendemos que algunos dirigentes, al perder el motivo original de la marcha, deberían desalentar su continuación, ya que carecería de sentido. Por supuesto, seguimos vigilantes de los acontecimientos y de cualquier reclamo legítimo que pueda surgir«, señaló.

En otro momento de la conferencia de prensa en Casa Rosada, el funcionario reiteró la importancia de realizar auditorías en el gasto del presupuesto universitario. «Es lo que los argentinos merecen, tanto en este ámbito como en otros«, afirmó. También destacó la necesidad de discutir el acceso a la universidad gratuita para estudiantes extranjeros.

El costo de que un extranjero venga a estudiar a una universidad pública a la Argentina lo pagamos nosotros. Vos, yo y el alumno que está al lado del alumno extranjero. Son temas que hay que atender, debatir, y no nos parece que sea una discusión que no deba darse”, expresó.

Durante la marcha del día de hoy, se defendió todo tipo de cosas menos la educación. Hubo presencia de la CGT, la izquierda, de dirigentes kirchneristas, y del aparato radical de las universidades, entre otros.

Resulta extraño que los «estudiantes universitarios» hayan recibido alegremente a Sergio Massa, responsable del ajuste de más de 50 mil millones de pesos del presupuesto educativo en sus años de gestión, y quien logró casi un 300% de inflación en 2023, destruyendo por completo el valor real del dinero destinado a la educación. ¿Y que hicieron los «estudiantes universitarios» durante esos años? Nada.

Cosas como esas demuestran que poco les importó y les importa la educación a esos «estudiantes universitarios», y lo único que terminaron haciendo fue servir a los intereses de los políticos opositores al Gobierno de Milei.

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El kirchnerismo copó la marcha universitaria del radicalismo y Massa, Kicillof y la CGT se llevaron el foco del día

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La UCR perdió protagonismo en una marcha en la que el foco estuvo puesto en los dirigentes kirchneristas que tienen reclamos contra Milei por fuera de las universidades.

En medio de las negociaciones por la suba del presupuesto universitario, que el anterior gobierno kirchnerista dejó congelado desde 2022, las universidades públicas, fogoneadas por sus líderes radicales, emprendieron este martes una masiva marcha a Plaza de Mayo.

Sin embargo, lejos de ser una movilización de mayoría estudiantil, y ante la confirmación del gobierno de Javier Milei que se aprobaron y se realizaron todos los pagos para los gastos de funcionamiento, la marcha terminó siendo copada por el kirchnerismo.

El exministro Sergio Massa, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, junto a todo su Gabinete; las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y hasta la CGT se adueñaron completamente de la marcha, dejando en ridículo a los radicales.

El primero en aparecer fue Massa, quien a pesar de su defensa de la universidad pública, se recibió de grande de la Universidad de Belgrano (UB), y lo que es peor, durante su gestión fue el responsable de congelar el presupuesto y dejarlo sin aumentos por 18 meses.

El gobierno de Milei se dispuso a terminar con el ciclo de congelamiento de presupuestos, y es por eso que, este viernes el Subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Gallego (h.), anunció la aprobación de un pago de 22 mil millones de pesos para las universidades públicas y para los hospitales universitarios como el Clínicas.

A su vez, el lunes, el día antes de la marcha, el Ministerio de Capital Humano publicó todos los resúmenes de pagos y las facturas para confirmar que se había hecho el desembolso de 11 mil millones para las universidades y otros 11 mil millones para los hospitales estudiantiles.

También estuvo en la marcha Axel Kicillof junto a Verónica Magario, la vicegobernadora. Por último, Cristina Kirchner se asomó por el balcón del Instituto Patria y saludó a los manifestantes, que para esa hora era ciento por ciento militantes kirchneristas

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¿En qué gastan las universidades? Miles de millones se destinan a cursos, materias y carreras de género

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En medio de la polémica por el presupuesto de las universidades, estudiantes revelan un entramado multimillonario de gastos en cuestiones de género en todas las facultades públicas del país.

Este 23 de abril, las universidades nacionales convocaron a una masiva marcha para que el Gobierno Nacional les actualice el presupuesto educativo, a pesar de que el Ministerio de Capital Humano confirmó este mismo viernes que ya fue aprobado, con aumentos del 170% para los gastos operativos (como la luz o salarios docentes) y una suba del 70% adicional para hospitales universitarios.

Sin embargo, la idea de la Marcha Federal Universitaria ya se convirtió en una bandera de resistencia contra el gobierno de Javier Milei de la UCR, del kirchnerismo y del Frente de Izquierda, por lo que la convocatoria se mantiene, aunque carezca de sentido.

En este contexto, los estudiantes indignados con la utilización política de ciertos sectores, han estado investigando en qué gastan las universidades y por qué dicen no tener plata para pagar la factura de luz o por qué no actualizan los salarios docentes hace 2 años.

En un primer análisis, se enfocaron en analizar todos los gastos en cuestiones de género, un porcentaje del presupuesto que se podría recortar íntegramente sin perder calidad educativa. Por el contrario, aumentaría de calidad.

El mayor nivel de gastos está en las carreras de género que lanzó cada universidad nacional. Se destacan por lo absurdo un doctorado y una maestría en Estudios de Género en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y una especialización en Intervenciones Transdiciplinarias en Violencia de Género de la Facultad de Psicología de la UBA.

En la Universidad de La Plata, por ejemplo, se destinan millones del presupuesto para una especialización en Educación en Géneros y Sexualidades de la Facultad de Humanidades, o en una especialización en Perspectiva Feminista y de Derechos Humanos, en la Facultad de Trabajo Social.

Otras universidades que destinan recursos públicos en doctorados, maestrías o especializaciones de género son la Universidad Nacional de Córdoba, la de Cuyo, la de Lomás de Zamora, la de Rosario, la de Lanús, la de Salta, la de San Luis, la de San Martín, la de Tres de Febrero, la de Tucumán, la del Comahue, la de José C. Paz, la de Luján e incluso la Universidad de Defensa Nacional.

Pero esto no termina acá. La locura continúa. En un análisis más riguroso, se encontró que las universidades gastan millones en organismos internos enfocados en implementas políticas de género. Plata hay, pero está mal administrada.

La UBA, que apagó las luces de sus facultades porque dicen que no pueden pagar sueldos, gastan millones en una Comisión de Género para la Facultad de Agronomía, una Unidad de Género para Diseño y Urbanismo, un Espacio de Atención para Discriminación de Género en Económicas, un Programa de Igualdad de Género en Exactas, una Secretaría de Género en la Facultad de Ciencias Sociales, un Programa de Violencia de Género en Veterinaria y un Programa de Género y Derecho en la Facultad de Derecho.

Hay más, en la Facultad de Medicina, que cortó la luz hace una semana porque dice que no tiene plata para pagar la factura de electricidad, gasta millones en un Departamento de Género y Abordaje Inclusivo. Esto incluye salarios de los empleados asignados al departamento, además de docentes y personal educativo.

Pero esto no se limita a la UBA, la UNC tiene hasta una Prosecretaría de Género en la Facultad de Psicología, y una «Escuela Itinerante de Género» en la Facultad de Ciencias Médicas. Lo mismo la Universidad del Litoral, con un Programa de Género en la Facultad de Ciencias Jurídicas.

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