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China

El arresto del Cardenal Zen sacude Hong Kong, mientras Occidente mira para otro lado

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La persecución católica llegó a Hong Kong, centro de una de las mayores comunidades cristianas de todo Asia pacífico.

El Cardenal Joseph Zen, quien fuera el Obispo de Hong Kong, fue arrestado la semana pasada por la policía china, acusado de "conspirar con fuerzas extranjeras" en relación a su rol de administrador de la 612 Humanitarian Relief Fund, la cual apoya a protestantes pro democráticos con gastos legales y médicos.

Además del Cardenal, también fueron arrestados por la policía de seguridad nacional china la conocida abogada Margaret Ng, el académico Hui Po-keung y la cantante y compositora Denise Ho, todos relacionados con la fundación.

Si bien el régimen chino alega que las detenciones se dieron en el marco de una investigación por conspiración, lo cierto es que en realidad fueron acusados por subversión, secesión y terrorismo, lo cual puede tener sentencias de cadena perpetua en la justicia china, a la cual pueden ser extraditados tras la toma por la fuerza de la ciudad-estado.

La detención de Zen era esperable. Desde hace varios meses que distintos medios afines al Partido Comunista Chino venían acusándolo de incentivar revueltas en estudiantes. Asimismo, el Cardenal acusa al gobierno chino de persecución a la comunidad cristiana tanto en Hong Kong (una de las más grandes de Asia) como en China.

La detención del Obispo Emérito de Hong Kong, siendo un Cardenal católico de 90 años, representa la actitud firme de China de aplastar la democracia existente en la ciudad y de brindar un mensaje claro, tanto al mundo como a los ciudadanos y a la comunidad católica del país.

El principal crimen del Cardenal ha sido pedir, incansablemente, por la libertad de culto y por apoyar a las víctimas del partido comunista. Pero China aprendió la lección y ya no usa tanques de guerra para aplastar a los que se le oponen como en Beijing hace 33 años, ahora el mecanismo es silencioso y consiste en utilizar el aparato del estado para acusar y enjuiciar a todos aquellos que se resisten a Xi.

El miedo de los ciudadanos de Hong Kong es real. Más de 200.000 personas se han ido al exterior desde que China ingresó con la Policía y el Ejército a la ciudad-estado que, según el Pacto Sino-Británico, todavía le quedaban unos 30 años de independencia.

En junio de 2020, cuando todo el mundo estaba hablando de la pandemia, la Asamblea Popular china votó para aplicar la Ley de Seguridad China en Hong Kong, lo cual transformó a la ciudad autónoma en un distrito más del país comunista.

Aquellos principales opositores a Xi fueron arrestados en los primeros meses. La Confederación de Sindicatos, un organismo pro-democracia, fue cerrado el año pasado luego que se anunciara que sería acusado de infringir las leyes nacionales. Todas las organizaciones que no se alinean con el régimen comunista son castigadas duramente.

Los mecanismos de persecución son variados, desde acusaciones de fraude, congelamiento de cuentas, acusaciones de subversión, actividades ilegales o incluso terrorismo, periódicos, compañías nacionales o internacionales, organismos internacionales o simples ciudadanos son perseguidos y arrestados.

Es probable que el Cardenal Zen y todos los demás arrestados sean trasladados a alguna provincia de China, donde serán sometidos a trabajos forzosos mientras esperan que se resuelva su juicio. Lamentablemente, todo indica que estas personas desaparecerán y se sumarán a la larga lista de asesinados por la dictadura.

Un agravante a la situación de Zen es que es un representante de la Iglesia Católica, no alineada al régimen. Si bien el Partido Comunista promueve el ateísmo, a fines de la década del ’60 permitió la religión en el país, pero de una manera altamente regulada.

El Estado creó dos iglesias “patrióticas”, una budista y una católica. La "patriótica" católica, denominada oficialmente Asociación Patriótica Católica de China, no es reconocida por el Vaticano, y fue creada y está estrictamente controlada por el gobernante Partido Comunista.

Compitiendo contra ésta, los católicos en China fundaron de manera clandestina la Iglesia Católica de China, que responde a la Santa Sede. Por años, los papas Pio XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI coordinaron la "resistencia" con los curas clandestinos, ayudándolos a llevar a cabo misas en secreto a lo largo de todo el país.

Si, embargo, en 2018, el Papa Francisco firmó un acuerdo para mejorar las relaciones con el Partido Comunista Chino, en el que el Vaticano dio demasiadas concesiones, entre ellas, dejar de dar ayuda a los curas clandestinos, que efectivamente cumplió.

Por otro lado, los sacerdotes católicos son repudiados por los fundamentalistas comunistas por depender de una autoridad extranjera, por lo que sufren todo tipo de persecuciones. Aun así, el cristianismo es la tercera religión más extendida en el país, luego del Budismo Popular Chino y el budismo taoísta.

La pandemia ha sido una útil excusa para arrestar personas y aislarlas, así cómo demorar juicios o incluso brindar respuestas sobre sus paraderos. El régimen chino sabe que la atención de los medios es breve y cuenta con eso para seguir aplastando Hong Kong sin problemas ni críticas internacionales.

El arresto de Zen movilizó a la Unión Europea e inmediatamente conocida la noticia, el canciller europeo Joseph Borrell manifestó su preocupación. Los Estados Unidos tomaron una postura más enérgica y la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, exhortó a las autoridades chinas a "dejar de atacar" a los defensores de la democracia en Hong Kong y a "liberar de inmediato (a aquellos) que han sido injustamente detenidos y acusados, como el cardenal Joseph Zen". El Vaticano, por su parte, manifestó su preocupación con un tibio comunicado.

Sin embargo, estas declaraciones son un montaje, un show que esconde una realidad terrorífica. En vez de aplicarle sanciones a China por cometer actos realmente deleznables, como genocidio, persecución de opositores, manipulación de la moneda y estafa comercial internacional, pocos gobiernos en Occidente se animan realmente a oponerse en los actos al gigante asiático.

China

Medios internacionales difunden rumores sobre un posible derrame cerebral sufrido por el dictador chino, Xi Jinping

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En el marco del "Tercer Pleno" del Partido Comunista Chino, una periodista independiente china que lucha por la libertad del país, afirmó que el dictador Xi Jinping habría sufrido de un accidente cerebrovascular.

Recientemente se ha difundido un rumor sobre un supuesto derrame cerebral del dictador comunista de China, Xi Jinping, durante el "Tercer Pleno del PCC", generando un gran debate y controversia en las redes sociales.

Este tipo de especulaciones no son nuevas en relación con la salud de líderes políticos prominentes, y en este caso, se han difundido principalmente a través de plataformas digitales como YouTube, donde la periodista independiente y activista por la libertad, Jennifer Zeng, ha desempeñado un papel central.

Jennifer Zeng es conocida por su activismo contra la represión de la dictadura china y por divulgar información crítica sobre las políticas del Partido Comunista Chino, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos y la libertad de expresión.

Su canal de YouTube, "Inconvenient Truths", se ha convertido en un medio a través del cual comparte testimonios personales, informes de derechos humanos y críticas al régimen comunista. En el pasado, Zeng ya había logrado difundir información que posteriormente el régimen chino tildó como "falsa".

En el caso específico del supuesto derrame cerebral de Xi Jinping, Zeng afirmó inicialmente que el presidente chino había sufrido un accidente cerebrovascular durante las reuniones del Tercer Pleno del Comité Central del Partido Comunista. Estas afirmaciones se difundieron rápidamente a través de sus seguidores y otros medios alternativos, pero pronto fueron desmentidas por las autoridades comunistas.

Addam Butto, periodista de Forexlive, expresó "cautela al informar sobre estos rumores", reflejando el miedo constante que sufren los periodistas. La reputación de Zeng por difundir información crítica de la dictadura china no ha parado de aumentar, a pesar los constantes ataques por parte de las autoridades, que buscan censurarla.

En contraste con los rumores, las fuentes de la dictadura china, y diversas fuentes de medios "oficiales", que están bajo el control del Partido Comunista Chino, han negado todos los rumores y confirmaron que Xi Jinping "se encuentra en buen estado de salud".

Afirmaron que "sufrió un tropiezo durante las reuniones", pero que "no hubo ninguna indicación de un problema de salud grave como un derrame cerebral". Según las fuentes chinas, el dictador chino continuó participando activamente en las discusiones del Tercer Pleno, donde se está elaborando un plan integral para la dirección política de China en los próximos cinco años, con un enfoque particular en la economía y otros asuntos clave.

La salud de los líderes políticos, especialmente en naciones donde hay censura en la información, como es el caso de la República Popular China, es un tema de interés global y a menudo genera especulaciones y rumores.

A pesar de que las autoridades hayan negado los rumores de un derrame cerebral, la realidad es que, hasta el momento, no han difundido ninguna foto o video que demuestre lo contrario, debido al fuerte hermetismo de la reunión.

La dictadura china está pasando por momento difíciles en términos económicos y, en caso de que los rumores se confirmen, esto les complicaría aún más la situación.


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China

El Partido Comunista Chino amenaza con la pena de muerte a los "separatistas" de Taiwán que reclaman libertad

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La dictadura china acusa de "separatistas" a todas aquellas personas que defiendan la libertad, la democracia y la independencia de Taiwán, y amenaza con aplicarles la pena de muerte.

La República Popular China ha amenazado con aplicarle la pena de muerte a todas aquellas personas que sean consideradas "separatistas independentistas de Taiwán", intensificando la presión política a pesar de que los tribunales chinos no tienen jurisdicción sobre la isla, que está gobernada democráticamente.

La dictadura china considera a Taiwán como parte de su propio territorio y ha expresado fuertes críticas hacia el presidente Lai Ching-te, quien asumió el cargo de manera democrática el mes pasado, calificándolo de "separatista". En respuesta, China ha realizado ejercicios militares y otras acciones hostiles desde la elección de Lai en enero.

Desde entonces, Taiwán ha protestado por el aumento de la presión china, que incluye maniobras militares frecuentes, sanciones económica y patrullajes de guardacostas cerca de las islas controladas por Taiwán y cercanas a China.

Según la agencia estatal china de noticias Xinhua, las nuevas directrices establecen que los tribunales, fiscales y fuerzas de seguridad públicas y estatales de China deben "castigar severamente a los independentistas de Taiwán por dividir el país e incitar a cometer delitos de secesión, de acuerdo con la ley, y defender resueltamente la soberanía nacional, la unidad y la integridad territorial".

Estas directrices fueron publicadas en conformidad con las leyes vigentes, incluida la ley antisecesión de 2005, según informó la agencia de propaganda del régimen chino.

La ley antisecesión de 2005 proporciona a China la "base legal" para tomar medidas militares contra Taiwán en caso de que se declare independiente o parezca estar a punto de hacerlo.

Sun Ping, funcionario del Ministerio de Seguridad Pública de China, declaró en Beijing que la pena máxima por el "crimen de secesión" es la muerte. "La afilada espada de la acción legal siempre estará en alto", amenazó.

Hasta el momento, no ha habido una respuesta inmediata por parte del Gobierno democrático de Taiwán. Un funcionario mencionó a Reuters que aún estaban evaluando el contenido de las nuevas medidas a tomar.

Las directrices detallan lo que se considera un delito merecedor de castigo, incluyendo la promoción de la entrada de Taiwán en organizaciones internacionales donde ser reconocido como Estado es requisito, mantener "intercambios oficiales externos", y "suprimir" partidos, grupos y personas que abogan por la "reunificación".

Además, las normativas agregan una cláusula que podría interpretarse ampliamente, abarcando "otros actos que pretendan separar a Taiwán de China".

Lai Ching-te ha expresado repetidamente su disposición a entablar conversaciones con China, pero estas propuestas han sido rechazadas. Insiste en que únicamente el pueblo de Taiwán tiene el derecho de decidir su propio futuro.

China ha tomado medidas legales previas contra funcionarios taiwaneses, como la imposición de sanciones a Hsiao Bi-khim, quien fue embajador de Taiwán en Estados Unidos y actual vicepresidente de la isla.

Sin embargo, tales castigos tienen poco efecto práctico, dado que los tribunales chinos carecen de jurisdicción en Taiwán. El Gobierno de Taiwán rechaza las reclamaciones de soberanía de Beijing y mantiene una postura de independencia política y democracia, conceptos que al régimen chino no le gusta. Además, los altos funcionarios taiwaneses, evitan visitar China debido a las tensiones políticas y la falta de reconocimiento mutuo entre ambos gobiernos.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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China

La ONU se pone del lado de la dictadura china y afirma que "Taiwán es una provincia de China"

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Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, declaró que "Taiwan es una provincia de China", en un claro gesto de apoyo a la dictadura de Xi Jinping.

Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, declaró que Taiwán es una provincia de China. En una conferencia de prensa, Dujarric enfatizó que la ONU se rige por la "resolución de la Asamblea General de 1971″, y añadió que las observaciones reflejan la postura del propio organismo respecto a la isla como provincia del gigante asiático.

El 25 de octubre de 1971, la 26ª sesión de la Asamblea General de la ONU aprobó, por una mayoría abrumadora, la Resolución 2758, que decidió devolver todos sus derechos a la República Popular China y reconocer a los representantes de su Gobierno como los únicos legítimos ante esta entidad internacional.

Esto se da en un contexto en donde China presentó una queja formal por la visita de funcionarios estadounidenses a Taiwán. "China presentó una queja formal ante Estados Unidos y tomará todas las medidas necesarias para defender su soberanía e integridad territorial en respuesta a la visita de McCaul. Esta visita viola el ‘principio de una sola China’ y los comunicados conjuntos firmados entre ambos países", indicó la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning.

Según Mao, Washington no está cumpliendo con su compromiso de "mantener únicamente relaciones no oficiales" con la isla, además de "enviar una señal equivocada a las fuerzas separatistas que buscan la independencia de Taiwán" con esta visita.

El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Michael McCaul, afirmó este lunes que Taiwán recibirá armamento equipado "con la última tecnología" dentro de un paquete de ayuda militar valorado en 2.000 millones de dólares.

En una escalada de tensiones, la dictadura China realizó ejercicios militares en la cercanías de Taiwán, con el objetivo de ejercer presión política para poder lograr sus objetivos imperialistas, que conllevan la invasión de Taiwán y la eliminación de todo régimen democrático que defienda la libertad y autonomía de las personas.

El Ministerio de Defensa de Taiwán informó que 15 navíos de guerra de la Armada china, junto con 16 embarcaciones de la Guardia Costera china y 42 aeronaves militares chinas fueron avistadas cerca de la isla principal de Taiwán y sus islas periféricas más pequeñas.

"Debemos manifestar nuestra condena hacia este comportamiento que perjudica la paz y la estabilidad en la región", expresó Sun Li-fang, portavoz del Ministerio de Defensa de Taiwán, durante la sesión informativa.

Li Xi, portavoz del Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación de China, afirmó que los recientes ejercicios representaron un "duro castigo" para las "fuerzas independentistas de Taiwán". Además, dijo que sirvieron como "una severa advertencia contra la interferencia y provocación por parte de fuerzas externas", refiriéndose específicamente a Estados Unidos.

Además, el régimen chino se sintió agraviado por la afirmación de Lai de que "ambas partes eran iguales" (había mencionado que "no están subordinadas entre sí") y por su énfasis en la identidad democrática de Taiwán, así como por sus advertencias contra las amenazas provenientes de China.

Por su parte, la ONU en vez de defender a los paises libres del mundo, vuelve a mostrar su apoyo a los regímenes autoritarios, poniéndose del lado de la dictaduras más asesinas de la historia de la humanidad, y traicionando a un país independiente que sufre las constantes amenazas y agresiones de la dictadura de Xi Jinping, que busca eliminar todo rastro de libertad y autonomía que tanto caracteriza a la isla de Taiwán.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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