De socios a enemigos: la pelea pública entre los kirchneristas Azzaro y Ducatenzeiler

Tras el final de "El loco y el cuerdo", el ciclo que los juntó y encendía debates en redes, Andrés Ducatenzeiler y Flavio Azzaro pasaron del compañerismo a la guerra mediática abierta. Con frases punzantes, bloqueos en WhatsApp y reproches en público, ambos ventilaron las internas que terminaron de sepultar cualquier chance de volver a compartir pantalla.

"Nunca va a ser presidente. Presidente vos podés ser presidente de un consorcio, podés ser presidente del bombero voluntario. Pero el presidente es el Duca", disparó Ducatenzeiler, marcando diferencias irreconciliables. En otro tramo, cuando surgieron rumores de que Azzaro influía en periodistas para que lo ataquen, Flavio contestó indignado: "Pensar que yo le voy a decir a una persona que labura en mi canal lo que tiene que hacer… no, maestro, no. Arreglense entre ustedes, son grandes".

El conflicto escaló cuando Ducatenzeiler bloqueó a Azzaro en WhatsApp: "¿En serio, boludo? ¿Me bloqueó? No lo puedo creer", reaccionó Azzaro, visiblemente sorprendido. Según explicó, nunca tuvo oportunidad de saber el motivo: "Seguramente él debe estar enojado por algo. No me da lugar a que yo le pueda preguntar por qué, porque estoy bloqueado".

Además, aclaró que el final del programa no fue una decisión conjunta. "Él es el que no quiso seguir y lo entiendo en un punto, pero después muestra cierto comportamiento que me cuesta entender… nunca me contestó", lamentó Azzaro.

Entre idas y vueltas, apareció el episodio más reciente: la comparación que hizo Azzaro  entre Duca  y el Auckland City. "Esto es como Boca contra el Auckland (referenciando a Duca), si festejás ganarle al Auckand, estás complicado. Al Auckland hay que ganarle", lanzó Flavio, usando al modesto club neozelandés como metáfora para desacreditar la performance de su ex compañero.

Mientras Duca está vinculado a Carnaval, Azzaro continúa al frente de su propio canal AZZ, apostando a contenidos personales y entrevistas picantes. Pero lo que alguna vez fue complicidad hoy es un cruce constante de acusaciones: "Yo quiero, en realidad, le quiero ganar a todos, pero lo que quiero es que salga bien esto…", decía Azzaro intentando bajar el tono, aunque la tensión ya estaba instalada.

Entre reproches, ironías  y comparaciones futboleras, el duelo entre ambos terminó siendo más fuerte que el programa que los unía. Y la grieta, a juzgar por el tono de sus palabras, parece definitiva.