
Un triángulo de mil millones: los acuerdos detrás del Mundial de Clubes
Detrás del torneo hay una historia que involucra millones, intereses cruzados y un triángulo estratégico entre la FIFA, DAZN y Arabia Saudita
La nueva versión del Mundial de Clubes nació con una promesa clara: premios millonarios para los equipos participantes. Ese incentivo económico fue, para muchos clubes, un argumento de peso para apoyar la competencia, incluso cuando el calendario los obliga a competir fuera de temporada y sacrificar semanas que deberían estar destinadas al descanso.
Sin embargo, lo que pocos sabían es que la FIFA, presidida por Gianni Infantino, enfrentó serias dificultades para vender los derechos audiovisuales del torneo. Sin asegurarse esa fuente de ingresos, la organización no podía cumplir con los pagos prometidos a los clubes.

Ahí es donde aparece DAZN, que terminó poniendo mil millones de euros para adquirir los derechos globales de transmisión. Pero la pregunta inevitable fue: ¿de dónde salió ese dinero?
La respuesta está en Arabia Saudita. DAZN anunció a principios de año un acuerdo estratégico con el Fondo de Inversión Pública saudí (PIF), el mismo fondo que impulsa numerosos proyectos deportivos globales, como el LIV Golf o la expansión del fútbol local. Medios como Bloomberg revelaron que ese acuerdo entre el PIF y DAZN estaba valuado, justamente, en mil millones de euros.
Así se cierra el triángulo: DAZN recibe el dinero saudí, paga los derechos del Mundial de Clubes, y la FIFA, gracias a ese respaldo, puede cumplir con los clubes. A cambio, Arabia Saudita obtiene lo que tanto buscaba: el Mundial de Selecciones 2034, que ya fue confirmado por la propia FIFA.

En resumidas cuentas, la celebración del Mundial de Clubes no habría sido posible sin este entramado financiero y geopolítico que vuelve a poner en el centro del deporte global a Arabia Saudí, no solo como anfitrión, sino como inversor estratégico y actor clave en el futuro del fútbol.
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