Seguinos en redes

Economía

Arrasa Javier Milei: El electorado apostó por las ideas liberales y le dio la espalda a los dos modelos que fracasaron

Publicado

en

La derecha dio un batacazo en las elecciones primarias, dejando en evidencia el hartazgo de la sociedad en dos modelos económicos que fracasaron irremediablemente: el kirchnerismo y Juntos por el Cambio.

El contundente triunfo de Javier Milei como el candidato más votado de las elecciones primarias dejó en manifiesto el hartazgo de la sociedad por opciones políticas que no ofrecieron ningún tipo de solución. 

Tanto el Gobierno de Cambiemos como el kirchnerismo fracasaron irremediablemente en la lucha contra la inflación, y la vuelta hacia la “normalidad” económica bajo los estándares de cualquier economía desarrollada en el mundo.

Tasa de inflación interanual desde el año 2004.

Un modelo fallido que ya acumula 20 años

Los primeros Gobiernos kirchneristas fueron responsables de reintroducir la inflación crónica en el país, un problema que ya se había superado con éxito durante la década de 1990.

La política monetaria irresponsable conducida por el economista Martín Redrado (bajo la supervisión de Kirchner) quintuplicó la tasa de inflación hasta su renuncia forzada en el año 2010. La administración de Cristina Kirchner no se propuso ningún tipo de plan de estabilización, reintrodujo los controles cambiarios a partir de 2012 (abandonados en la década del 90) y dilapidó el stock de reservas en el Banco Central.

La tasa de inflación heredada por los primeros 12 años de kirchnerismo superó el 27%, más de 10 veces la cifra observada en el año 2004. El déficit fiscal escaló a proporciones históricamente elevadas, y la economía acumuló un proceso de estancamiento desde mediados de 2011.

La administración de Cambiemos (hoy Juntos por el Cambio) propuso una solución “gradualista” que no generó ningún cambio significativo a los problemas que arrastraba el país. Tras una primera etapa de liberalización y unificación cambiaria, la tasa de inflación se disparó al 46% en julio de 2016, y el Gobierno implementó un régimen de metas de inflación bajo la dirección de Federico Sturzenegger desde el Banco Central.

Para combatir el problema de “sobrante monetario” el Gobierno hizo uso de la emisión de pasivos remunerados (primero Lebacs y más tarde Leliq) para absorber pesos. Esto también se utilizó como una herramienta para controlar el tipo de cambio del dólar, ya que se buscó desalentar la apreciación del peso generada por el masivo endeudamiento externo.

El Gobierno de Cambiemos no corrigió ninguno de los fuertes desequilibrios fiscales que habían sido heredados del kirchnerismo, y para abril de 2018 el país sufrió una detención súbita de capitales que abortó el financiamiento externo del fisco. Las metas de inflación colapsaron al perderse toda la credibilidad y ante el avance del Gobierno sobre la independencia del BCRA en diciembre de 2017.

El Plan Sandleris implementó un estricto control de los agregados monetarios, pero antes de poder generar resultados el programa se vio interrumpido por el colapso electoral del Gobierno en las PASO de 2019 (algo muy esperable tras dos años de recesión), y en consecuencia la demanda de pesos volvió a caer.

La administración de Cambiemos dejó una tasa de inflación superior al 53% interanual en diciembre de 2019, prácticamente duplicando a lo que había dejado el kirchnerismo en 2015.

Con la llegada del presidente Alberto Fernández y nuevamente Cristina Kirchner al poder, la situación no hizo más que empeorar todavía más. Se profundizaron todos los desequilibrios fiscales y la principal fuente para lidiar con ellos fue la emisión de pesos sin ningún tipo de respaldo. 

El ministro Martín Guzmán (discípulo de Stiglitz) no logró retornar a la normalidad en el ordenamiento de las finanzas públicas una vez superada la pandemia, y la suma de desequilibrios contribuyó a su renuncia definitiva en julio de 2022, generando así una peligrosa corrida contra el peso y los bonos soberanos.

La fugaz gestión de la exministra Silvina Batakis no logró contener las corridas, y bajo la administración de Sergio Massa la inflación continuó su sendero alcista pese a los numerosos controles implementados. El último dato del INDEC confirmó que la inflación ya superó el 115% en junio, y para el mes de agosto se la estima en el 122% interanual. Una vez más, el Gobierno actual volvió a duplicar la inflación del predecesor.

Economía

El Banco Central encontró pérdidas adicionales por US$ 45.000 millones de dólares que el kirchnerismo había dejado escondidas

Publicado

en

Se trata de la valuación de las Letras Intransferibles deliberadamente encajadas al Tesoro computando valores ficticios y artificiales, una maniobra iniciada durante la gestión del expresidente Kirchner pero que profundizó Massa en su paso como Ministro de Economía. 

Tras años de maquillaje en las estadísticas del Banco Central, el presidente Santiago Bausili al frente de la institución decidió llevar a cabo un sinceramiento monetario para mostrar el verdadero resultado del balance según las normas contables vigentes.

De acuerdo a las correcciones exhaustivas llevadas a cabo, el BCRA sumó un quebranto a su balance de por lo menos US$ 45.000 millones como resultado de las pésimas administraciones kirchneristas en los últimos 20 años.

Este resultado se debe a la valuación de las Letras Intransferibles que el Tesoro utilizó para hacerse de las divisas en el BCRA en la gestión del expresidente Néstor Kirchner, práctica que se continuó desde el año 2007.

Estos instrumentos se utilizaron para canjear deliberadamente las reservas del Central a cambio de un papel sin mayor importancia y meramente ceremonial en los asientos contables, una práctica que impulsó el entonces ministro de Economía Sergio Massa a todo vapor.

“El principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”, resalta el comunicado de la autoridad monetaria.

Se calcula que la verdadera valuación de las Letras Intransferibles es hasta un 60% inferior al resultado que hasta ahora se contemplaba en la hoja de balance del BCRA, y como resultado se obtiene el “costo de sinceramiento” por la suma equivalente a los US$ 45.000 millones de dólares respectivamente.

Asimismo, la administración de Bausili dispuso de un nuevo cambio en el funcionamiento de la institución y su comportamiento con respecto al Tesoro: se detendrá abruptamente el envío de transferencias de utilidades al Tesoro Nacional, ya que estas simplemente constituían un artilugio contable que escondía la monetización del déficit fiscal.

Lo que ocurría anteriormente es que el Banco Central reportaba supuestas “ganancias” por la mera tenencia de divisas en su poder, ya que estas se veían revaluadas en pesos con cada devaluación ejecutada sobre el cambio oficial. Pero estas ganancias fueron meramente contables, jamás existieron y no se explicaron por la propia operativa del banco.

Desde el 10 de diciembre del año pasado el BCRA también abortó cualquier tipo de transferencia por concepto de Adelantos Transitorios, la principal fuente de monetización fiscal por vía directa. Son pasos necesarios para 

Seguir Leyendo

Brasil

Desastre del socialismo en Brasil: Lula destruyó las finanzas del Estado, puso al país bajo déficit y se espera una explosión de deuda

Publicado

en

El Gobierno brasileño abandonó rápidamente el superávit primario heredado de la gestión de Bolsonaro, y el déficit financiero ya es el más alto desde el estallido de la pandemia. Las metas fiscales trazadas por el Ministro Haddad se desdibujan cada vez más.

El socialismo brasileño promulgó una agenda fiscal extremista y completamente irresponsable, que condujo al desequilibrio de las finanzas públicas de Brasil en tiempo récord.

Solamente en los primeros 6 meses de gestión del Presidente Lula da Silva se agotó todo el superávit primario que había dejado Jair Bolsonaro. Al cabo de 15 meses, el último dato publicado por el IBGE y convalidado por el Banco Central de Brasil registró un déficit primario equivalente al 2,47% del PBI para el término de marzo de 2024. Cuando Lula asumió la presidencia, había un superávit en torno al 0,56% del producto respectivamente.

Asimismo, en conjunto con el pago de intereses de la deuda pública, el Gobierno federal de Brasil registró un déficit financiero del 7,5% del PBI en marzo, 3,2 puntos porcentuales por encima del que recibió en enero de 2023. 

La recaudación tributaria se vio favorecida por la introducción de nuevos impuestos, pero la agenda socialista desde el punto de vista de las erogaciones simplemente agotó cualquier posibilidad de saneamiento presupuestario.

El Ministro de Finanzas Fernando Haddad anunció un “bloqueo” de gastos por al menos R$ 2.900 millones de reales, entre inversión pública y gastos prescindibles en el corto plazo. Sin embargo, el déficit fiscal se encuentra en los niveles más altos desde la pandemia, el núcleo radicalizado y de extrema izquierda dentro del oficialismo avanza sobre el posicionamiento de Haddad para profundizar la agenda extremista.

Pese a que el Ministro se comprometió con el déficit primario cero para fin de año, esta meta parece completamente imposible de cumplir. El Gobierno federal incurrió en un desequilibrio de hasta R$ 114.000 millones de reales en febrero, y R$ 63.000 millones adicionales en marzo, pese al tenue superávit por R$ 22.000 millones correspondiente a enero.

El superávit primario puntual en el mes de enero se debe a un efecto propio de la estacionalidad del mes, ya que ciertos impuestos impactan de manera directa en dicho período. Pero el saldo observado en enero de 2024 fue inferior al que se registró en el mismo mes de 2023, 2022 e incluso en comparación con enero de 2021 (en plena pandemia).

La mayor parte de las consultoras privadas de Brasil sugieren que la meta fiscal de Haddad carece de fundamentos, y fundamentalmente de apoyo político interno dentro de la coalición oficialista.

Seguir Leyendo

Economía

El Gobierno va camino a reportar superávit fiscal en abril: Se consolida la disciplina fiscal para erradicar la inflación

Publicado

en

Los depósitos del Sector Público Nacional se incrementaron en $2,2 billones de pesos al cierre del mes pasado, una cifra superior a la registrada en marzo. Esta tendencia sugiere la consolidación de un nuevo superávit incluso más grande que el de marzo.

Incluso a pesar de la sanción o el rechazo de la Ley Bases, el Gobierno del Presidente Javier Milei está logrando ejecutar un ajuste fiscal pocas veces visto en la historia argentina. La disciplina fiscal es el principal baluarte del programa económico para combatir la inflación, ya que es la única manera para garantizar la verdadera independencia del Banco Central del poder político.

Pese a que aún no existen datos fiscales oficiales correspondientes al pasado mes de abril, se sabe que los depósitos del sector público se incrementaron en $2,2 billones con respecto a marzo, la tercera cifra más importante en lo que va de la presidencia de Milei.

Con cada aumento de la cantidad de depósitos del sector público es plausible esperar una mejora del resultado fiscal, con lo cual estas cifras preliminares sugieren que el Gobierno podría haber alcanzado el superávit financiero en abril y sería incluso más grande que el del mes de marzo.

Se debe tener en cuenta que en marzo el incremento de los depósitos del sector público fue de $1,62 billones de pesos, y se registró un superávit financiero en torno a los $276.638 millones respectivamente. En otras palabras, el superávit primario fue tan importante que incluso logró más que compensar el pago neto de intereses por la deuda pública.

Si el Gobierno lograra nuevamente el superávit, el resultado del déficit primario acumulado de 12 meses podría acercarse nuevamente al equilibrio en relación al PBI, algo que no se veía desde noviembre de 2019 hacia el final de la administración Macri.

Lo que la gestión de Cambiemos logró ejecutar al cabo de 2 años de lento gradualismo, el Gobierno del Presidente Milei lo logró en tan solo 4 meses. El decidido ordenamiento de las finanzas públicas permitió que el Banco Central pudiera cortar de cuajo la emisión de Adelantos Transitorios para financiar el rojo del Tesoro.

Otra manera de anticipar el posible resultado fiscal de abril consiste en observar las licitaciones llevadas a cabo por el Tesoro. En este mes, el Gobierno aprobó colocaciones por 5,7 billones de pesos y tuvo vencimientos por 3,3 billones de pesos, arrojando un financiamiento neto positivo de $2,4 billones

Y pese a observarse un incremento con respecto al saldo neto del mes anterior, la mayor parte de estas colocaciones se utilizaron para postergar vencimientos de la deuda interna a plazos más razonables, y para absorber pesos de circulación cancelando deuda contra el Banco Central.

Seguir Leyendo

Tendencias