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Alemania

Crisis en Alemania: El Bundesbank acumula pérdidas por la compra de hasta 650.000 millones de euros en bonos públicos

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El principal accionista del Banco Central Europeo ahora corre el riesgo de ser rescatado debido a la acumulación de fuertes pérdidas y la necesidad de recapitalizar fondos. La economía entró en recesión y la tasa de inflación interanual aún supera el 6%.

La economía de Alemania enfrenta un proceso de deterioro cada vez más notable. Muy a pesar de las críticas al Reino Unido por impulsar el Brexit, el “corazón” económico de la Unión Europea enfrenta una situación mucho más dramática en materia de estanflación.

Tras los sucesivos lanzamientos de estímulos fiscales entre 2020 y 2022, el Bundesbank (a través de la autoridad monetaria europea) se encargó de monetizar los desequilibrios emitiendo sin respaldo, y para ello emprendió un histórico programa de compra de bonos públicos (la famosa flexibilización cuantitativa).

Esta maniobra fue la principal responsable de generar las tasas de inflación más altas observadas desde la década de 1970, pero las consecuencias no se quedan ahí. El Bundesbank reporta pérdidas por la compra y monetización de 650.000 millones de euros en títulos públicos alemanes (el equivalente a las 570.000 libras esterlinas), y la situación podría implicar un eventual rescate por parte del Gobierno con un costo presupuestario muy elevado.

De hecho, solamente en el mes de marzo el Banco Central alemán confirmó oficialmente pérdidas de hasta 1.000 millones de euros por sus tenencias de bonos. Esto no hará más que profundizar en los próximos meses. Se trata de un desequilibrio sobre el principal accionista del Banco Central Europeo, responsable de hasta el 18% del capital social.

El Gobierno alemán no solo se verá afectado por el desembolso de rescates eventuales, sino que además se constituye como el único accionista del banco. Esto implica que, al haber pérdidas, dejará de percibir el pago de dividendos (o transferencias de utilidades) y esto provocará una caída sustancial en los ingresos totales para el fisco

Esto no resulta un dato menor, ya que solo en la última década el flujo de ingresos por ganancias contables del Bundesbank transferidas al Tesoro ascendieron a los 22.000 millones de euros, recursos que ya no estarán disponibles en el cómputo de ingresos fiscales.

Las finanzas públicas de Alemania siguen con los desequilibrios más altos de las últimas décadas, el Gobierno socialista de Olaf Scholz aún no emprender medidas correctivas de relevancia y resulta imposible seguir recurriendo a las compras de bonos públicos financiadas con emisión monetaria con lo cual el único canal posible es profundizar todavía más el endeudamiento.

Con el rebrote inflacionario más alto en décadas el Banco Central Europeo se vio obligado a subir las tasas de interés a un ritmo veloz, pero esto provocó una brecha entre los crecientes intereses que deben pagar el Bundesbank por los depósitos que recibe, en contraposición con los intereses que recibe por los bonos públicos que compró como activos entre 2020 y 2021 (que no rinden de la misma manera). 

Se genera entonces una diferencia de intereses que juega en contra del balance del Bundesbank. El presidente de la institución, Joachim Nagel, anunció que muy probablemente será necesario desarmar una serie de fondos especiales de uso en emergencia, como el fondo de provisiones de guerra por 19.200 millones de euros y un fondo de emergencia adicional por 2.500 millones de euros.

Asimismo, el banco más importante de Alemania cuenta con una posición neta de hasta 170.000 millones de euros en reservas por tenencia de oro y divisas, las cuales podrían eventualmente utilizarse para afrontar obligaciones.

Sin embargo, la estrategia principal será repagar progresivamente las pérdidas no solo a través de reservas y fondos especiales sino también por el flujo de ganancias futuras tal y como se hizo entre las décadas de 1970 y 1980.

Alemania

El Gobierno socialista de Olaf Scholz propone congelar el precio de los alquileres de Alemania por 3 años

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El grupo parlamentario socialdemócrata se muestra abiertamente partidario de introducir una histórica y aplastante regulación sobre el mercado inmobiliario alemán. Se trata de una respuesta desesperada a la escasez de viviendas, algo que también es resultado de la falta de desregulación y la escasez de permisos de edificación en el país.

La agenda política del socialismo alemán se radicaliza cada vez más. En esta oportunidad, el canciller Olaf Scholz propone congelar el precio de los alquileres por un período de 3 años, una medida que cuenta con el respaldo del grupo parlamentario socialdemócrata (la principal cabeza de la coalición oficialista).

La polémica “coalición semáforo”, compuesta por el Partido Socialdemócrata (SPD), el partido de Los Verdes (Grüne) y los supuestos “liberales” del Partido Democrático Libre (FDP), ya habían acordado endurecer el tope de aumentos legales para los alquileres del 20% a solo el 11% anual en 2021. Pero Scholz ahora quiere cambiar el acuerdo unilateralmente y exige una mayor regulación e intervención discrecional del Estado.

Se propone congelar los alquileres para todos aquellos nuevos contratos que entren en vigencia. Pero para los contratos ya firmados, el Gobierno socialista propone lisa y llanamente vulnerarlos y modificar deliberadamente las cláusulas para las cuales ambas partes se habían comprometido.

Los alquileres que se encuentren indexados por la inflación serán intervenidos, y la nueva cláusula de actualización se corresponderá con un índice de “costos” elaborado por el Estado, que tendría en consideración los gastos promedio de alquileres sin servicios públicos.

Las medidas se toman en respuesta a la dramática escasez de viviendas que ya se observa en los grandes centros urbanos de Alemania. Entre otras explicaciones, la rigidez regulatoria para la construcción de nuevas unidades es una de las causas principales detrás de este fenómeno.

En lugar de ampliar y favorecer la oferta de viviendas permitiendo nuevas construcciones, Scholz optó por la receta facilista y sin ninguna chance de éxito, interviniendo los alquileres. Este tipo de programas solo contribuyen a desalentar activamente la oferta de inmuebles en el mercado, ya que los propietarios responden a incentivos y tratarán de protegerse frente a la reducción de su ingreso.

De hecho, no es necesario buscar evidencia fuera de Alemania para encontrar el fracaso de los controles de alquileres. Las restricciones llevadas a cabo recientemente en Berlín demostraron que la intervención discrecional de los contratos no beneficia a los inquilinos, sólo se desalienta la oferta de viviendas en desmedro de ambas partes (y especialmente de las personas que más necesitan alquilar).

La evidencia empírica sugiere que el control de los alquileres beneficia a los inquilinos que pudieron firmar un contrato regulado (en una primera instancia), produciendo una locución del valor real de los pagos en detrimento del propietario.

En una segunda instancia, los nuevos contratos llegan con recargos debido a la contracción de la oferta de viviendas, en perjuicio de los nuevos inquilinos. Y en una tercera etapa, cuando no solo se firman nuevos contratos sino que además vencen los originales, el encarecimiento en el precio de los alquileres los afecta a todos.

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Alemania

Crisis en Alemania: La actividad económica ya acumula 3 trimestres con recesión y se dispara el déficit fiscal

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El déficit volvió a superar el 3% del PBI y el Gobierno estima que para fin de año llegará por lo menos al 4,25% del producto. Con estos resultados, Alemania volvió a incumplir el Tratado de Maastricht de la Unión Europea.

El Gobierno socialista de Alemania presidido por Olaf Scholz volvió a incumplir sus compromisos para recuperar la disciplina fiscal. El déficit financiero total de Alemania volvió a superar el 3% del PBI al término del primer trimestre del año.

De esta forma, el país volvió a incumplir oficialmente las reglas fiscales previstas en el Tratado de Maastricht, incluso habiéndo superado la pandemia y considerando que el nivel de actividad se recuperó del impacto con respecto a la fuerte caída del 2020. La actividad y el empleo se recuperaron, pero las finanzas públicas jamás retornaron a la normalidad.

El resultado primario (excluyendo el creciente pago de intereses de deuda pública) marcó un déficit equivalente al 2,36% del PBI en los primeros tres meses del año, por lo que prácticamente se duplicó desde el segundo trimestre del año pasado.

Déficit fiscal de Alemania desde 2002.

Esto responde a los estímulos fiscales desplegados por el Gobierno de Scholz en respuesta al shock energético de la guerra de Ucrania. El estímulo anunciado totalizó los 200.000 millones de euros para ser aplicados hasta el año fiscal 2024, boicoteando completamente las metas fiscales convencionales.

La actividad económica se estancó en el segundo trimestre, y la recesión ya acumula 9 meses de duración. Los ingresos del Estado alemán se contrajeron fuertemente por la retracción de la economía en la primera mitad del año.

Las estimaciones oficiales sugieren que el déficit financiero total seguirá creciendo hasta el 4,25% del PBI para fin de año, más de 1,25 puntos del PBI por encima del límite de Maastricht. Dada esta peligrosa trayectoria, el stock de deuda pública en relación al PBI tampoco podrá converger al 60% que establece el acuerdo fiscal de la UE.

La deuda pública cerraría el año llegando a representar el 67,8% del PBI, partiendo del 66,3% al cierre del año pasado. La relación deuda/PBI no podrá bajar del 65% del PBI hasta 2026, según sugieren las estimaciones de la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania.

El ministro de Finanzas liberal Christian Lindner anunció un programa de ajuste fiscal por 30.600 millones de euros para 2024, junto con una meta de déficit presupuestario equivalente al 0,35% del PBI y superávit programado para 2025. Pero para lo que resta del 2023, los desequilibrios no lograrán adecuarse a los compromisos de la UE.

A diferencia de lo que ocurrió en la crisis internacional de 2008, la mayor parte del déficit lo componen los gastos corrientes del Estado y no los intereses de deuda (incluso a pesar de la política restrictiva del Banco Central Europeo). 

Mientra que en aquel entonces Alemania solo demoró 8 trimestres en volver a conseguir el superávit primario, desde el estallido de la pandemia ya se acumulan 12 trimestres con déficit primario, algo que no ocurría desde hace casi dos décadas.

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Alemania

Recesión en Alemania: La producción industrial se desploma y hace 12 meses que no crece, en plena crisis del Gobierno socialista

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Se registró la peor caída desde el impacto de la pandemia hace tres años. Alemania oficializa su entrada en la recesión desde el último trimestre del año pasado, y la tasa de desocupación ya acumula cuatro meses en alza.

El gobierno socialdemócrata de Olaf Scholz se enfrenta a una doble crisis: recesión en el plano de la actividad real y desequilibrios inconclusos en el frente de las finanzas públicas. Los paquetes de rescate irresponsables lanzados a mediados del año pasado ahora suponen una fuerte carga para el Estado, mientras que la recaudación se muestra sensible al nivel de actividad.

La producción industrial de Alemania acumuló hasta 12 meses de caídas consecutivas. Así lo constató el índice PMI de gerentes de compras sobre un panel de alrededor de 420 fabricantes. El indicador retrocedió a los 38,8 puntos básicos, y cada valor por debajo de los 50 puntos sugiere una caída de la producción con respecto al mismo mes del año anterior.

Se trata de la caída más pronunciada desde el shock que provocó la pandemia en 2020, esta vez como resultado del proceso de estanflación. Asimismo, el PBI sufrió una fuerte caída del 0,5% en el último trimestre de 2022, y un 0,3% durante los primeros tres meses de este año. De esta manera, Alemania entró oficialmente en recesión con dos caídas trimestrales consecutivas.

El Producto Bruto acumuló una reversión de hasta el 0,5% con respecto al último trimestre de 2019, con lo cual el país volvió a retroceder por debajo del nivel que tenía antes de la pandemia.

Se registró una fuerte retracción del consumo de los hogares en términos reales debido a la erosión de los salarios a manos de la inflación, esto afectó principalmente a las ventas en  alimentos y bebidas, ropa y calzado, y muebles. Hacia el primer trimestre del año, la caída del consumo llegó al 1,2% con respecto al período precedente.

También se observó una fuerte caída en las ventas en el sector automotriz, entre otras razones por la reducción de las subvenciones para vehículos eléctricos a principios de 2023.

El déficit fiscal del Gobierno federal alemán volvió a superar el 3% del PBI en el primer trimestre del año, el resultado más dramático de los últimos 15 meses. El resultado primario marcó un rojo cercano a los 2 puntos del PBI sin contabilizar el pago neto por intereses de deuda pública.

Los recortes fiscales anunciados por el ministro de Finanzas Christian Lindner tendrán lugar en el año fiscal 2024, pero para este año las proyecciones oficiales sugieren un incremento de los desequilibrios (principalmente por la caída de ingresos tributarios vinculada a la recesión).

El FMI estima que el déficit financiero total de Alemania seguirá creciendo hasta el 3,7% del PBI para fin de año, mientras que el déficit primario antes del pago de intereses llegará al 2,9% del producto en el mismo período.

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