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Economía

El Gobierno ya tiene su plan económico para la reactivación: más impuestos para subsidiar el consumo

El Gobierno comienza a tomar medidas drásticas con el fin de contener el golpe económico que ya comienza a sentirse: impuesto a la riqueza, Plan “Ahora 36” y re-financiamiento de los cargos de las tarjetas de crédito. El plan habría salido de Alberto Fernández y Máximo Kirchner.

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El Gobierno nacional junto con el bloque del Frente de Todos en el Congreso, comienza a preparar los lineamientos de un plan económico macro, con más impuestos, más financiación al consumo y mucho gasto público.
Las propuestas habrían sido consensuadas entre Alberto Fernández, Matías Kulfas, Cecilia Todesca, Miguel Ángel Pesce y Máximo Kirchner. El ministro de Economía, Martín Guzmán, enfocado en la renegociación de la deuda, no habría participado en la conformación de este plan económico; fomentando la teoría del ex ministro Domingo Cavallo de que Guzman en realidad es un mero secretario de Finanzas mientras que el verdadero ministro de Hacienda es Kulfas.

Impuesto a los Ricos

El diputado Máximo Kirchner está impulsando, junto con el diputado Carlos Heller, un sideral "impuesto a los ricos" para buscar recaudar, en principio, fondos para destinar a políticas sociales, económicas y de salud. La distribución la realizaría el Poder Ejecutivo de manera federal y esta semana el proyecto será tratado en la Comisión de Presupuesto.

Se espera juntar $300.000 millones por única vez, aunque como la historia Argentina nos enseña, jamás un impuesto extraordinario se fue cuando se fueron los tiempos de crisis.

Se supone que aportarán aquellos que, al 31 de diciembre de 2019 tenían declarado un patrimonio superior a 200 millones de pesos. Este número abarca aproximadamente a 12.000 personas.

Humberto Bertazza, Presidente del Centro Argentino de Estudios en lo Penal Tributario, confrontó esta medida y objetó que afecta los principios de equidad, igualdad y propiedad. 

“Más allá del nombre que le dieron, esto es un impuesto, no hay vuelta que darle. La justificación en el momento actual, por la pandemia, es razonable, pero cuando uno lleva esto al campo tributario, la cuestión se complica” señaló Humberto Bertazza.

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En contraparte, el abogado tributarista Daniel Domínguez considera que "los recursos para enfrentar la pandemia de algún lado tienen que salir" y respaldó el impuesto a las ganancias extraordinario impulsado por el oficialismo.

"Estados de todo el mundo tuvieron que afrontar enormes gastos. Se necesitan enormes recursos para esta situación de pandemia. Tal vez, puede generar un marco de mayor apoyo de otros sectores en esta crisis para llevar adelante la ley, entre quienes no tenían voluntad de gravar las grandes fortunas", sostuvo Domínguez. 

Independientemente de la iniciativa y la necesidad de urgencia, sería prudente que los políticos se detengan a analizar el motivo raíz por el cual un país con tanta riqueza como Argentina no tiene recursos, y que se deba recurrir, una vez más, a imponer impuestos.

El proyecto, como modifica el esquema impositivo no puede salir por decreto y requiere para su aprobación de mayorías especiales en el Congreso. En el caso de Diputados, va a necesitar 129 votos. 

Así quedarían las escalas tributarias:

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Refinanciamiento en tarjetas de crédito

El Banco Central (BCRA) apuesta nuevamente al refinanciamiento de las tarjetas de crédito como en abril. El interés del total refinanciado indica que será del 40%, pero sin contar IVA, seguros e impuestos provinciales.
El BCRA decidió volver a refinanciar de manera automática el importe total que quede pendiente por pagar del resumen de septiembre. Por ejemplo, si el total del resumen es de $10.000 y se paga $2000, la diferencia ($8000) entrará en el plan de financiación de manera automática. El cliente podrá elegir entre pagar el total y no ingresar al plan, pagar un parcial y que ingrese al plan el importe restante, o bien no pagar nada y que ingrese la totalidad del saldo pendiente. 
Esta medida ya fue ejecutada en abril y tiene las mismas características: refinanciar el total a pagar que quede pendiente en septiembre, con tres meses de gracia hasta comenzar a pagar el saldo total refinanciado, y el total estará dividido en nueve cuotas fijas a pagar.
El comunicado del Banco Central también detalla: 

“El plan de financiamiento tiene carácter automático y en el caso de que se ejecute algún pago (por ejemplo, por débito automático) hay un plazo de 30 días para pedir al banco la reversión de la operación. Las personas podrán cancelar anticipadamente total o parcialmente, en cualquier momento y sin costo, excepto el interés compensatorio devengado hasta el momento del pago”

Voceros del BCRA informaron que el monto total a pagar, además del interés del 40%, se le debe sumar impuestos provinciales, seguro de vida e IVA. La iniciativa está pensada para aliviar a aquellas familias que vieron cesar sus ingresos.

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Ahora 36 

El actual plan “Ahora 12”, que subsidia a diferentes comercios para que acepten realizar ventas en 12 cuotas sin interés, pasará a triplicar su disponibilidad para facilitar el financiamiento a fin de reactivar la actividad económica y la industria.
El gobierno lanzará el plan con 36 cuotas fijas y estará dirigido, principalmente, a los sectores más castigados por el cese de actividad a partir de la cuarentena más larga del mundo. La construcción, gastronómicos, comercios minoristas y el turismo son los sectores que pretenden incentivar.
De esta manera se podrá comprar a tres años y se intenta incrementar la cantidad de compradores dentro del sector minorista. La iniciativa, según el gobierno, también apunta a dar una señal alentadora a los sectores que tienen dudas acera de continuar con sus negocios.

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Esta medida es una de las 60 que el Gobierno indica tener planeadas para para reactivar la economía. El objetivo de esta batería de acciones es generar “un shock productivo. Por otro lado anticipan que están trabajando para el desarrollo de las economías regionales y la transformación de los planes asistenciales en puesto de trabajo.

Las autoridades del gobierno insisten en dejar en claro que la finalidad de reconvertir los subsidios que da el Estado, tanto a individuos como a empresas, es que estos sean traducidos no solo en incentivar el consumo sino también en generación de empleo y mayor producción.

Con todas estas medidas detalladas el Gobierno intenta buscar soluciones para la inminente crisis que ya empieza a hacerse sentir en los distintos sectores sociales. Todas estas acciones ya han sido utilizadas en el pasado, si bien en el corto plazo generan un impacto creciente en el consumo, el éxito sostenible en el largo plazo difícilmente es logrado.

El problema raíz, entre tantos, es la intensa y fuerte carga tributaria que hay en el país. Bien como ha explicado el nuevo presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, no se puede ponerle más impuestos a los productores y a los empresarios, ya que son ellos quienes, a través de su actividad empresarial, darán empleo, venderán productos y reactviarán la economía.
El Estado no produce, el Estado no genera un beneficio neto a la economía al emplear más y más gente y sin ninguna duda, el Estado no será quien reactive la actividad económica, sino que será éste quien al instalar las condiciones necesarias permita que otros lo hagan.
Es fundamental que para este periodo, se creen nuevas leyes que faciliten a las empresas a contratar nuevos trabajadores, en vez de pensar en cerrar o irse del país, como bien nos enseñó Brasil y Estados Unidos estos últimos 3 meses.

Por Matías Magnético, para La Derecha Diario.
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Economía

El esfuerzo vale la pena: La inflación núcleo cerró en 0% en las últimas cuatro semanas, la variación más baja desde 2013

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Las estimaciones semanales del Alphacast sugieren un fuerte derrumbe de la tasa de inflación, como resultado del ajuste fiscal y monetario que está llevando a cabo el Gobierno. El esfuerzo que está realizando el pueblo argentino es titánico, y ya se están vislumbrando los primeros resultados.

La desaceleración inflacionaria se hace cada vez más evidente en la realidad cotidiana. El equipo económico del oficialismo, encabezado por Luis Caputo desde el Ministerio de Economía y Santiago Bausili desde el Banco Central, está ejecutando el ajuste fiscal y monetario más importante de los últimos años y probablemente uno de los más drásticos de toda la historia argentina.

Los precios aumentan a un ritmo cada vez más bajo. Todas y cada una de las mediciones públicas y privadas convalidan esta tendencia que parece imparable. El sondeo semanal de la tasa de inflación núcleo de Alphacast estima una variación cercana al 0% como promedio de las últimas cuatro semanas (al cierre de la tercera semana de abril con respecto a la misma semana de marzo).

No se veía una variación semejante para ningún promedio de cuatro semanas desde que comenzó a medirse la serie de inflación de Alphacast a partir de 2013 (en respuesta a la falta de datos por la intervención del INDEC en ese entonces).

La tasa de inflación núcleo estrictamente medida entre la segunda y la tercera semana del mes de abril fue negativa en hasta un 1,8%, mientras que los precios al consumidor cayeron ligeramente un 0,8%. El IPC mensual arrojó una suba del 7,6% con respecto a marzo, y la tasa de inflación interanual fue del 299,8%. Este panorama muestra de primera mano el rotundo éxito que está cosechando el Gobierno en la lucha contra la inflación.

Analizando la composición de los aumentos inflacionarios, la tendencia hacia la estabilización se hace aún más notoria. Según explica el economista co-fundador de Alphacast, Luciano Cohan, entre diciembre y febrero cerca del 90% de las categorías de precios relevados en el índice marcaban aumentos superiores al 10%. En cambio, para el mes de abril, aproximadamente un 25% de los precios relevados registraron rebajas, y un umbral del 50% no registró subas superiores al 1%.

La tendencia de las series oficiales y mensuales de la inflación también arrojan resultados sumamente optimistas. El IPC minorista arrojó una suba superior al 25% en diciembre, y los precios mayoristas llegaron a aumentar hasta un 54% en ese mismo mes. 

Para el término de marzo, la variación del IPC se redujo al 11% y el salto de los precios mayoristas superó ligeramente el 5%. En otras palabras, el equipo económico logró tumbar la hiperinflación que había dejado plantada el kirchnerismo en los últimos meses de la gestión massista. Todo esto se consiguió al mismo tiempo en que fueron eliminados todos los controles de precios en supermercados y grandes comercios de referencia.

Estos resultados no fueron sino el efecto natural de las medidas que rápidamente se pusieron en marcha a partir del 10 de diciembre del año pasado. El Sector Público Nacional (SPN) sumó hasta 3 meses consecutivos con superávit financiero (después del pago de intereses).

Por su parte, el Banco Central ejecutó un proceso de saneamiento implacable mientras que se logró contener la expansión de los agregados monetarios (los aumentos no se convalidaron con nueva emisión de pesos).

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Economía

Las prepagas empiezan a bajar los precios: OSDE anunció una reducción del 22% con respecto a la factura de marzo

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Tras la resolución del Gobierno que obliga a las prepagas a retrotraer sus precios como penalización a conductas anticompetitivas, los usuarios comenzarán a percibir prontamente las primeras rebajas correspondientes al mes de abril. Se apunta a extender las medidas sobre un total de 23 entidades.

El Gobierno del Presidente Javier Milei anunció medidas contundentes para penalizar cualquier tipo de práctica anticompetitiva en el mercado de la medicina prepaga. La cartelización de las principales empresas con poder de mercado se afianzó en los últimos años, como resultado natural del deterioro de la competencia por fuertes restricciones a la entrada de nuevos actores en el mercado.

La Secretaría de Comercio intimó a las prepagas más representativas del mercado para que retrotraigan sus precios, y aplicar una ajuste mensual máximo equivalente a la variación del IPC durante los próximos 6 meses. Las entidades afectadas fueron las siguientes:

  • OSDE
  • Galeno
  • Hospital Británico
  • Hospital Alemán
  • Medifé
  • Swiss Medical
  • Omint
  • Unión Argentina de Salud (UAS)

Estas entidades concentran aproximadamente hasta el 75% de la participación del mercado de la salud privada. La primera en acatar el amparo del Gobierno fue OSDE, que ya anunció una reducción de la cuota mensual a sus afiliados de hasta el 22% con respecto al mes de marzo.

La presunta cartelización en el mercado es actualmente investigada por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), que opera aplicando las mismas reglas de juego que en cualquier economía moderna.

Argentina se incorpora así al marco regulatorio que se aplica en la mayor parte de los países del mundo, incluyendo a los Estados Unidos. A partir del DNU 70/2023 se dispuso la desregulación de los precios de la medicina privada, es decir, dejaron de existir los controles arbitrarios por mera justificación de “políticas de ingresos” como ocurría hasta ahora. Este tipo de prácticas solo se limitan a un grupo muy marginal de países con economías socialistas y reprimidas.

Muy por el contrario, las medidas adoptadas en contra de la cartelización no pretenden intervenir arbitrariamente sobre los precios como un mecanismo para controlar la inflación (como se hacía antes). 

El objetivo exclusivo de las penalizaciones es combatir la cartelización, generar algún tipo de incentivo que sea capaz de disuadir a las empresas de incurrir en este tipo de prácticas, y en este sentido las medidas anunciadas no tienen un carácter universal. Podrían también haberse adoptado otras alternativas, como por ejemplo multas directas o requisitos de desinversión para entidades muy grandes.

El amparo que presentó el Gobierno pretende extender las obligaciones de devolución para otras entidades como Medicus, el Hospital Italiano, la Obra Social Luis Pasteur, Medicina Esencial, la Asociación Mutual del Personal Jerárquico de Bancos Oficiales Nacionales, el Grupo DDM, Sancor Salud y ACA Salud, entre muchas otras que se vieron presuntamente envueltas en actos de colusión.

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Economía

El Banco Central redujo la tasa de los Pases del 70% al 60% anual, y continúa la licuación de la deuda remunerada en pesos

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Se trata de la segunda rebaja en lo que va del mes de abril. Se espera un impacto considerable en pos de la reducción de la carga por la deuda remunerada, un elemento fundamental para la pronta desregulación del mercado cambiario.

Por decisión de Santiago Bausili el Banco Central emprendió una nueva rebaja de su tasa de política monetaria aplicada a los Pases, la segunda en lo que va del mes de abril. Se redujo la tasa nominal anual del 70% al 60% sobre el principal instrumento que tiene el BCRA para controlar las tasas de interés en el sistema, y así determinar endógenamente la cantidad de dinero en circulación.

Como resultado, la tasa de interés efectiva que surge por reinvertir un capital a 12 meses se redujo al 81,2%, por interés compuesto. Se espera un impacto casi inmediato sobre la tasa de los plazos fijos y las billeteras remuneradas, entre otras opciones que ofrecen retornos en pesos dentro del sistema.

El objetivo de esta medida es muy claro: reducir el peso que tiene el stock de pasivos remunerados en términos reales, y con ello la carga de intereses que genera. Esto también es conocido como “déficit cuasi-fiscal”, y su virtual eliminación forma parte del proceso de saneamiento que está llevando a cabo la autoridad monetaria.

La carga devengada de intereses por pasivos remunerados había llegado a representar más del 17% del PBI hacia el final de la gestión de Sergio Massa (en términos anualizados y como la suma de 12 meses), y el dato más reciente de esta medición ya sitúa una cifra inferior al 8% del PBI. 

Visto de otra forma, la cantidad de pesos ajustados por inflación que se emiten para pagar intereses por Pases y otros instrumentos del BCRA ya es la más baja desde mediados de 2022, y la tendencia es firme. La continúa reducción de la tasa de interés nominal sólo apuntala más este proceso.

Es importante señalar que el Gobierno está evitando desarmar el cepo cambiario precisamente para poder continuar con la licuación real de los pasivos remunerados. Sin el control cambiario, la política monetaria que actualmente aplica el BCRA no podría ser posible, y generaría indefectiblemente una corrida cambiaria y una fuerte caída de la demanda de saldos reales. Todo esto no ocurre porque las restricciones no permiten que los pesos circulen libremente fuera del sistema.

Pero al mismo tiempo, el Gobierno pretende sanear la hoja de balance del Banco Central (reduciendo la carga por pasivos remunerados a una mínima expresión) precisamente para que la salida del cepo cambiario no sea traumática. La licuación de la deuda remunerada del BCRA es una condición necesaria para una salida racional de los controles cambiarios.

La segunda “pata” del saneamiento del BCRA consiste en la compra de divisas, y de hecho el saldo de reservas netas ya habría vuelto a valores positivos (habiendo partido de un rojo de US$ 11.000 millones en diciembre de 2023). Ambos procesos, la compra de divisas y la caída de la tasa de los Pases, implican una mayor expansión de pesos (ya sea endógena o emisión directa).

Pero estos pesos inyectados en el sistema fueron deliberadamente compensados por nuevas absorciones, y de esta manera el Gobierno neutralizó su impacto inflacionario. Las principales fuentes de absorción fueron las siguientes: emisión de nuevos Pases, colocación de bonos BOPREAL, licitaciones de títulos públicos para cancelar Adelantos Transitorios, y supresión absoluta del financiamiento monetario al Tesoro (ahora con superávit fiscal).

El Gobierno logró cortar abruptamente con la llamada “inercia inflacionaria” debido a que los aumentos de las principales variables nominales del país (salarios, tarifas, precios liberados, etc) no fueron convalidados con la emisión de nuevos pesos como usualmente solía ocurrir en la Argentina durante la ejecución de ajustes de precios relativos.

Durante otros períodos de ordenamiento de precios relativos, como por ejemplo lo que ocurrió durante el Rodrigazo de 1975, el BCRA simplemente convalidó monetariamente todos los aumentos salariales y de tarifas públicas, desatando un auténtico infierno inflacionario que no acabaría sino hasta 1991 con la Convertibilidad. 

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