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Economía

Estalla la inflación pero Juntos por el Cambio no tiene plan: Una a una, todas las contradicciones de la campaña de Patricia Bullrich 

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Las incesantes idas y venidas de Bullrich dejan en evidencia que no existe un plan de acción concreto en Juntos por el Cambio. La candidata expresó propuestas que más tarde deshizo y contradijo a lo largo de toda su campaña, razón por la cual no fue capaz de explicar su programa en ninguno de los dos debates presidenciales.

La candidata Patricia Bullrich, consolidada en la interna de Juntos por el Cambio, repitió en numerosas oportunidades que llevará a cabo un “plan integral” (como proponía Rodríguez Larreta) y que tiene un equipo para hacerlo, pero ese supuesto plan jamás apareció ante la opinión pública.

Las incesantes contradicciones públicas entre las promesas que fue anunciado Bullrich desde su campaña en las PASO dejan en evidencia que nunca hubo un plan concreto, más bien una serie de improvisaciones que se fueron sobrellevando hasta el día de hoy. Juntos por el Cambio no es un espacio homogéneo, y contiene tantas posturas políticas internas que los “consensos” a los que puede llegar son muy acotados en materia económica.

Todas las contradicciones de Patricia Bullrich desde las PASO

Cepo cambiario

Ese espacio de Bullrich ganó la interna en Juntos por el Cambio prometiendo una rápida liberalización del tipo de cambio, eliminado los controles desde el día 1, y calificaba a Larreta como “funcional y amigo de Massa” al proponer más bien una salida gradualista.

Pero más tarde se desdijo de todo esto, y admitió que la transición para la salida del cepo podría demorar un lapso de hasta 12 meses hasta la total eliminación de los controles. Pero Byullrich volvió a recular, tomó distancia de Luciano Laspina como eventual ministro y decidió nombrar a Carlos Melconian en su lugar.

Esta vez con Melconian a la cabeza, la propuesta del “plan integral” de Juntos por el Cambio volvió a cambiar. Ahora se propone avanzar hacia un desdoblamiento cambiario, manteniendo una cotización del dólar para importadores, otra para exportadores, otra para el atesoramiento de ahorristas y otra para el turismo. No se dio ningún plazo específico para la eliminación definitiva del cepo, tirando a la basura todo lo que se dijo antes.

Por otra parte, Bullrich prometió “administrar” el tipo de cambio en el segmento controlado, en una suerte de régimen de flotación sucia con reservas del Banco Central (que no se sabe de dónde podrán salir y tampoco se explica).

Reservas del Banco Central

En una de sus primeras declaraciones públicas de medidas de acción, Bullrich declaró su intención por aprobar un “blindaje” de divisas para el Banco Central a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), acusado a Rodríguez Larreta de no tener un plan concreto para acumilar reservas como puntapié para un plan de estsabilazción.

Se trata de una operación muy similar a la que llevó a cabo Fernando De la Rúa en el año 2000, solo que en lugar de preservar la salida de depósitos, el blindaje que proponía trataría de contener la cotización del dólar tras una eventual liberalización.

Pero toda la propuesta fue desechada por la propia Bullrich semanas más tarde. Con Melconian en su equipo, ahora la candidata promete que no se tomará más deuda externa con el FMI y no se llevará a cabo este blindaje prometido. La candidata no mostró mayor preocupación por la inconsistencia de sus propuestas de cara a los votantes de Juntos por el Cambio, esperando que simplemente acepten todas las contradicciones sin chistar y que tengan una fe ciega en el “plan integral”.

El programa de Bullrich y Melconian no explica de dónde saldrán las reservas para poder emprender la flotación sucia del tipo de cambio y liberalizar los controles. Tampoco se entiende de dónde saldrán los dólares, en un contexto de cepo, para seguir financiando importaciones (que acorde a este sistema deberían pasar por el cambio comercial) y otras obligaciones en divisas. No hay explicación oficial.

Retenciones a la exportación

Este es uno de los puntos más controvertidos de las idas y vueltas de Patricia Bullrich. La candidata de Juntos por el Cambio prometía eliminarlas completamente y desde el día 1 en su campaña en las PASO. Tildaba a Larreta de “tibio” por proponer un esquema de reducción gradual.

Pero otra vez, el “plan” de Patricia demostró tener pies de barro. Más tarde debió recular, y se atrevió a proponer un plan de ahorro forzoso a cuenta de las retenciones, parecido al que aplicó Raúl Alfonsín en los años 80s. 

La idea consistía en que las entidades agropecuarias siguieran pagando retenciones (con un cronograma de reducción gradual), y mientras el Estado reconocía una “deuda” a través de la emisión de bonos, que podría pagar tras un cierto plazo.Este tipo de medidas nunca funcionó eficientemente, porque en la práctica se corre el riesgo de que esa deuda que reconoce el Estado pueda fácilmente licuarse por la inflación. 

Nuevamente Bullrich  reculó con la idea, dio marcha atrás con todo, y ahora asegura simplemente que llevará a cabo un programa de reducción gradual de las retenciones (aunque esta vez no se atrevió a decir qué tan gradual). Prácticamente debió retroceder hasta los mismos lineamientos que Rodríguez Larreta proponía desde un principio.

Guillermo “Willy” Bernaudo, el principal vocero en temas agropecuarios de Bullrich y potencial Ministro de Agricultura en su Gobierno, anticipó que la quita de retenciones podría demorar entre 5 y 6 años. No hay ninguna diferencia con respecto a lo que proponía su principal contrincante en las internas.

Reforma del Estado y ministerios

El ajuste al gasto público tampoco está del todo claro en la propuesta de Juntos por el Cambio. Se anticipó que se propone hacer un fuerte recorte en materia de subsidios económicos, pero no se explicó detalladamente cuál podría ser la nueva estructura del Sector Público Nacional, como sí lo hizo Javier Milei.

En un principio Bullrich decidió copiar la propuesta de Milei y propuso rebajar la cantidad de ministerios a 8. Pero cuando fue interpelada por esta decisión en una entrevista con Alejandro Fantino, la candidata tuvo extremas dificultades para poder explicar cuáles podrían ser sus futuros ministerios, pese al supuesto “plan integral” que dice tener.

Ahora se baraja la posibilidad de incluir entre 8 y 10 ministerios, pero no se sabe bien qué rol podría tener cada uno en el nuevo organigrama de Juntos por el Cambio. Por ejemplo, no se sabe qué ocurrirá con el actual Ministerio de Salud, ni tampoco con el Ministerio de la Mujer (una petición del ala feminista radical de Silvia Lospennato).

No hay propuesta para el sistema previsional y las empresas del Estado

Juntos por el Cambio no presentó una propuesta clara y concreta sobre qué haría su eventual administración con las empresas del Estado y el sistema previsional, dos puntos muy relevantes para el gasto público y el control del déficit fiscal nacional.

Esto fue confirmado nada menos que por Ariel Coremberg, uno de los asesores económicos en el equipo de Patricia Bullrich. La coalición descarta de plano cualquier tipo de intento de privatización, tanto sobre el sistema previsional (con la vuelta de las AFJP) como sobre las numerosas empresas del Estado.

De esta forma, la propuesta de JxC convalida todas las estatizaciones del kirchnerismo, ya no tan solo las que se efectuaron desde 2003, sino también la que emprendió el propio Alberto Fernández desde 2019.

¿Cuál es el plan? Porque lo que se ve es que se recurrió a Melconian a último tiempo. Yo planteé que aunque sea privaticemos aerolíneas, y aunque sea revisemos el sistema jubilatorio porque yo creo que hay que volver al régimen de capitalización. Y bueno acá me tenes, ya no estoy en los medios”, explicó el economista.

Bullrich no solo descarta las privatizaciones, sino que además pretende administrar las empresas con “criterios políticos”. Así lo dejó asentado cuando confirmó a Nicolás Massot para dirigir Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la empresa más importante bajo la órbita del sector público. Massot no cuenta con ninguna experiencia relevante en el ámbito de la energía y mantiene un perfil mucho más político, vinculado a la figura “dialoguista” de Emilio Monzó.

Se garantizará que el Estado conserve el 51% del paquete accionario sin ningún tipo de alteración, y con Massot al frente habrá garantía de que YPF seguirá respondiendo a intereses políticos en vez de servir la demanda de los argentinos. La designación de Massot implica una sola cosa: Bullrich quiere convertir a YPF en un aguantadero de ñoquis del PRO.

Argentina

La reforma del Estado de Milei llegará a las Provincias: “Corten otros gastos y paguen los salarios, no hay más plata”

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El Presidente electo anticipó que la consolidación fiscal del sector público no solamente se limitará al Gobierno nacional, sino a todas las distintas esferas del Estado argentino, incluyendo las Provincias y las municipalidades.

A partir del 10 de diciembre el Gobierno de Javier Milei propone lanzar un plan de ajuste fiscal que llevaría al déficit financiero cero para el ejercicio de 2024. Esto implica ya no tan solo equilibrar las finanzas operativas del Gobierno nacional, sino que además poder afrontar la totalidad del pago de intereses y servicios por la deuda pública.

Pero el proceso de Reforma del Estado no se limitará al Sector Público Nacional, también afectará a las Provincias y los municipios irremediablemente. Una de las partidas responsables de esta dinámica son las transferencias discrecionales que, hasta ahora, el Gobierno kirchnerista asignada a dedo dependiendo de su preferencia política con cada gobernador de turno.

Las transferencias surgen como la diferencia entre los recursos presupuestados a principios de año y la ejecución presupuestaria efectiva, en la cual el Estado recibe más pesos nominales en sus arcas por el efecto de la inflación en la cadena de pagos. Esto permite generar un “colchón” de recursos que no tienen una asignación específica, y dotan de poder discrecional al Gobierno de turno. A partir del 10 de diciembre se termina esta lógica y comienza el ajuste fiscal.

El Presidente electo lo simplificó de la siguiente manera: “Hay que poner los números en orden. Corten otros gastos y paguen los salarios, no hay más plata”. Esto implica, además, sostener las consecuencias de la devolución del IVA y la reducción del impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría sobre los recursos de la coparticipación.

Un total de 5 Provincias anunciaron programas de ajuste fiscal, en alineamiento con la política económica del próximo Gobierno. Los gobernadores de Tucumán, Santa Cruz, Chaco, La Pampa y Entre Ríos se comprometieron con la austeridad para sobrellevar el año 2024.

Incluso el Gobernador peronista Osvaldo Jaldo debió alinearse con Milei, y anunció un masivo recorte de gastos por $220.000 millones de pesos para el presupuesto del año próximo. Se cerrarán hasta 40 organismos y dependencias locales, incluyendo la Unidad de Reconversión Laboral (Unrel) a partir del 30 de noviembre, y se dejarán sin efecto las designaciones realizadas en los 60 días anteriores al 29 de octubre.

Por otra parte, y desde el punto de vista del Gobierno nacional, se dispondrá de un ambicioso programa de privatizaciones para sanear las finanzas públicas. Por otra parte, la obra pública enfrentará grandes recortes presupuestarios.

Todas aquellas obras que ya estén en curso de ejecución no serán paralizadas, y en su lugar se llamará a licitación para que el sector privado se encargue de financiarlas y completarlas en caso de que exista interés inversor. A cambio, el Estado proveerá de un marco regulatorio especial para ofrecer la concesión de los servicios por la infraestructura terminada (algo muy común en rutas nacionales, puertos, caminos, etc).

Aquellas obras públicas que no están en proceso de ejecución pero están planificadas, serán sometidas a evaluación, como parte de una racionalización integral que se llevará a cabo en todo el sistema. La máxima prioridad será la concreción del déficit cero para diciembre de 2024.

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Economía

Estallan los precios en los últimos días de Massa como Ministro de Economía: Subieron 3,1% en la última semana de noviembre

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La Secretaría de Política Económica informó que los precios minoristas aceleraron todos los aumentos en la última semana de noviembre, por lo que la variación mensual volvió a superar cómodamente los dos dígitos.

El ministro Sergio Massa deja una economía sustancialmente más desequilibrada de la que recibió en agosto del año pasado. Según el último sondeo de la Secretaría de Política Económica, la tasa de inflación semanal escaló nuevamente al 3,1% hacia la última semana de noviembre.

La variación intermensual de los precios (es decir, en comparación con la misma semana del mes de octubre) cerró con un alza de casi el 11%, cómodamente apostada en los dos dígitos.

Todo esto se produjo a pesar de que el tipo de cambio oficial sigue corriendo muy por debajo de la inflación general, las tarifas de los servicios públicos persisten congeladas, y la brecha cambiaria oscila supera el 140%.

El colapso de la represión financiera comenzó a afectar al mercado minorista con el desbaratamiento de Precios Justos, y el Gobierno saliente también debió convalidar aumentos en los combustibles para evitar nuevas situaciones de desabastecimiento.

Se estima que la tasa de inflación de noviembre podría llegar a superar el 11%, y las proyecciones de las consultoras privadas sugieren que incluso podría ascender a más del 13% mensual, incluso por encima de los registros observados entre agosto y septiembre (post-devaluación).

Para el mes de diciembre se espera un salto descomunal como resultado de la liberalización de la inflación reprimida por el kirchnerismo. Sin lugar a dudas, esta constituye una de las más pesadas herencias de los últimos 4 años de gestión.

A partir de los próximos 12 meses comenzarán a impactar todos aquellos costos inflacionarios que el kirchnerismo reprimió artificialmente en los últimos años, pero en particular en los 16 meses de gestión massista.

También cabe destacar que debido al rezago de la política monetaria, aún deteniendo la emisión directa del Banco Central para asistir al Tesoro a partir del 10 de diciembre (como de hecho se pretende lograr), la tasa de inflación seguiría subiendo en respuesta a la cantidad de pesos que todavía sigue circulando a una velocidad cada vez más rápida en la economía.

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Economía

Efecto Milei: Se desploma el dólar, la Bolsa cierra el mes con una suba del 40% y el Riesgo País quedó debajo de los 2.000 puntos básicos

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Los mercados financieros respondieron con optimismo a la llegada del nuevo Gobierno presidido por Javier Milei a partir del 10 de diciembre. Las empresas argentinas se revalorizaron en tiempo récord, generando un shock opuesto al que provocó la insurrección del kirchnerismo en agosto del año 2019.

El “efecto Milei” se sigue extendiendo por los mercados financieros. Los mercados reciben con optimismo la salida del Gobierno kirchnerista y la vuelta hacia la ortodoxia económica. El mes de noviembre fue marcado por una profunda revalorización de los activos argentinos: el índice S&P Merval escaló más de un 40% en ese período, y hasta un 44,7% valuado al tipo de cambio Contado con Liquidación (CCL).

El Merval se acerca a romper la barrera de los 1.000 puntos básicos, y en solo dos semanas logró alcanzar y superar los máximos que se habían registrado a mediados de julio. Destacó la increíble suba de las acciones de Aluar (414%), Ternium (262,28%), Pampa Energía (259,96%) y Cresud (244,64%), entre muchas otras que se vieron favorecidas por el impacto.

Se produjo un shock radicalmente opuesto al que generó el regreso del kirchnerismo en agosto del año 2019. Los principales activos de las empresas argentinas se revalorizan cuando el kirchnerismo se mantiene alejado del poder, a medida que crecen las expectativas por una economía más abierta, desregulada y estable.

El dólar se desplomó en todos los mercados alternativos. El tipo de cambio paralelo, que había llegado a superar los $1.080 en la antesala de las elecciones, se derrumbó a solo $905 al cierre del día 30 de noviembre, y la cotización del 1 de diciembre rebotó a los $955. En consecuencia, la brecha cambiaria se redujo del 180% al 150% desde que Milei ganó las elecciones.

El efecto Milei también impactó drásticamente en la cotización del segmento Contado con Liquidación hasta perforar el piso de los $900, razón por la cual la plaza bursátil porteña llegó a aumentar más valuada en dólares que expresada en pesos. Asimismo, el dólar MEP (frecuentemente utilizado por la demanda minorista) osciló en la franja de $850 a $900 durante la última semana.

Los bonos soberanos experimentaron una fuerte suba como reacción a la promesa de disciplina fiscal que esgrimió el Javier Milei en su discurso inaugural tras haber ganado las elecciones, y el impacto fue particularmente destacable en los bonos GD30 y GD29. 

El índice de Riesgo País elaborado por la firma JP Morgan cayó a los 1.983 puntos básicos, el valor más bajo desde la primera semana de agosto. Este indicador mide el rendimiento de los títulos soberanos argentinos en comparación con los que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos. 

El Presidente electo descartó de plano cualquier tipo de operación que implique la violación 

de los contratos asumidos por el Estado. Esto no sólo incluye al pago de los servicios por la deuda externa, sino también al respeto por la deuda interna (se descarta cualquier tipo de reperfilamiento) y los pasivos remunerados del Banco Central.

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