
Histórica rebaja impositiva: el nuevo monotributo llega a casi US$ 74.500 al año
La actualización del régimen simplificado eleva el tope de facturación a $95 millones de pesos anuales.
El régimen del monotributo será actualizado con una medida histórica: el tope de facturación anual pasará a ser de $95 millones, lo que equivale a unos US$ 74.500 al tipo de cambio actual, en una fuerte señal de reducción impositiva real. La cifra representa una mejora sin precedentes para pequeños contribuyentes y profesionales independientes.
En diciembre de 2023, el tope no llegaba ni a US$ 8.000 anuales, lo que dejaba fuera del régimen simplificado a miles de trabajadores, empujándolos hacia el régimen general, con mayor carga administrativa e impositiva. Con esta medida, el sistema vuelve a parecerse al esquema original previo a 2003, cuando el monotributo fue pensado como una herramienta real de inclusión fiscal.
La modificación se aplicará tras la difusión de la inflación de junio del INDEC, la cual cerró en 1,6%, se habilitan los ajustes previstos en el paquete fiscal aprobado por el Congreso en 2024. En lo que va del año, la inflación acumulada es de alrededor del 15,1%.

La medida no sólo ajusta el límite de facturación, sino también las cuotas mensuales, las cuales se incrementarán en línea con la inflación. De todos modos, el impacto neto es una fuerte rebaja de impuestos en términos reales: se tributa más sobre ingresos considerablemente mayores, lo que reduce la presión fiscal efectiva.
Recategorización obligatoria
ARCA recuerda que los monotributistas deberán realizar la recategorización semestral antes del 5 de agosto. El sistema informará el total facturado en los últimos 12 meses y sugerirá la categoría correspondiente. Si el contribuyente no realiza ninguna acción, la recategorización se efectuará de oficio.
Un cambio de época fiscal
La suba del tope a $95 millones es una reforma de fondo, que devuelve al monotributo su razón de ser: facilitar la inclusión de trabajadores independientes en el sistema tributario, sin ahogarlos con exigencias fiscales desproporcionadas.
A diferencia de años anteriores, donde la inflación licuaba rápidamente los topes y distorsionaba el régimen, esta vez se logró una corrección de magnitud histórica.
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