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Economía

Insólito: Massa pidió un préstamo de US$ 1.000 millones a un banco con sede en Venezuela para pagarle al FMI

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Ante la decisión del FMI de enviar los desembolsos en agosto, Massa recurrió al Banco de Desarrollo de América Latina, con sede en Caracas, para conseguir un préstamo y afrontar el vencimiento de julio.

El ministro y precandidato a presidente Sergio Massa, logró este vienres que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anuncie el adelanto de dos desembolsos por US$ 7.500 millones de dólares para volver a tener reservas en el Banco Central y poder seguir controlando el dólar.

Sin embargo, este dinero llegará recién a mediados de agosto, mientras que el Gobierno argentino tiene que afrontar vencimientos a fines de julio y principios de agosto. Por lo que Massa envió una petición oficial a un banco con sede en Caracas vinculado al chavismo para conseguir dinero de manera inmediata.

Se trata del Banco de Desarrollo de América Latina, que es parte de la Corporacion Andina de Fomento (CAF), un organismo creado en 1968 pero que en los últimos años fue lentamente cooptado por la izquierda en la región.

Actualmente, el presidente de este banco es el colombiano Sergio Díaz-Granados, quien si bien empezó su carrera política en el uribismo, en 2010 se unió al ala izquierdista del gobierno de Juan Manuel Santos. Debajo suyo, los vínculos con la izquierda se hacen más evidentes, ya que la vicepresidente de la CAF es la venezolana Carolina España.

Massa pidió la suscripción de un préstamo por US$ 1.000 millones de dólares. Estos recursos se utilizarán como parte del próximo pago al Fondo Monetario a fines de julio, ya que se deben reintegrar hasta US$ 2.600 millones antes del próximo lunes y con las reservas del Banco Central actuales no alcanza.

Argentina ya acumula préstamos con la CAF por un monto que asciende a los US$ 4.100 millones, y el país es uno de los deudores más importantes de la institución. De esta manera, se agotan progresivamente todas las posibilidades de endeudamiento a largo plazo con organismos de crédito multilateral.

El ministro de Economía ya había negociado con esta entidad un acuerdo por US$ 540 millones hacia el mes de enero para el gasoducto Néstor Kirchner, otros préstamo por US$ 840 millones en marzo dedicado a gastos sociales e infraestructura, US$ 690 millones adicionales en la última semana del mes de abril, y US$ 200 millones hace 2 semanas para la financiación de un acueducto en Formosa.

El directorio de la CAF programó una reunión virtual para tratar la petición de Argentina, con elevadas chances de aceptación. Massa esgrime al acuerdo con el FMI como un comodín a utilizar para destrabar nuevas líneas de crédito

Solamente en lo que va de la gestión del ministro Massa, la deuda externa saltó de los US$ 169.558 millones en agosto de 2022 a US$ 174.292 millones al término de junio de 2023, un endeudamiento por más de 4.700 millones de dólares.

Asimismo, la deuda externa de la Administración Nacional creció en 18.877 millones desde que Cristina Kirchner y Alberto Fernández llegaron al poder en diciembre de 2019, y la deuda bruta total ya representa un monto de hasta 403.000 millones de dólares contabilizando los títulos que se colocaron en el mercado de capitales local (la mayor parte de la misma indexada por inflación o por el dólar).

La deuda con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aumentó en casi US$ 2.000 millones en términos netos desde que Massa asumió el ministerio de Economía, y cerca de US$ 500 millones con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

Por otra parte, el Gobierno ya activó un valor equivalente a US$ 3.768 millones del swap con el Banco Popular de China, que se transformaron automáticamente en nuevo endeudamiento con el régimen de Xi Jinping. La mayor parte de los recursos en yuanes se emplearon para hacer frente a vencimientos con el FMI entre la última semana de junio y la primera de julio.

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

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El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

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Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

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Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

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Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

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La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

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