Seguinos en redes

Economía

Las tarifas eléctricas acumulan más de un año de congelamiento

El sinceramiento tarifario llevado a cabo por la gestión Macri finalizó en marzo de 2019, y desde entonces se acumulan 13 meses de congelamiento y atraso en términos reales. En plena pandemia este tema pasó a segundo plano, pero el suministro eléctrico cuelga de un hilo.

Publicado

en

La tarifa de servicios eléctricos medida en pesos
constantes, se mantuvo nominalmente congelada desde abril de 2019
, cuando el
entonces presidente Mauricio Macri había decidido finalizar y eventualmente
suspender la actualización tarifaria hasta próximo aviso. Por supuesto, Alberto Fernández
no objetó la medida. En su eje de
campaña destacaban las críticas hacia el gobierno anterior por el manejo del
ajuste tarifario y el comportamiento de las empresas eléctricas, y no resulta
extraño que mantenga su posición.

Si bien el jefe de gabinete Santiago Cafiero mencionó hace
dos meses la posibilidad de un ajuste tarifario futuro, el presidente descartó
la medida a corto plazo
, y argumentó que primero se revisarán con detenimiento los
costos de la energía antes de tomar cualquier decisión. 

Desde que el COVID-19 fomentó la destrucción de la ya debilitada economía, es razonable entender que el asunto tarifario pasó a un
plano muy menor. El gobierno anunció que las tarifas no serán actualizadas hasta
el 31 de octubre
.

Es compresible que un contexto tan adverso como el actual, la
actualización de tarifas no pase a ser un asunto de relativa relevancia. Sin
embargo, esto significará a futuro un duro dolor de cabeza para el gobierno,
pues se pone en tela de juicio la sostenibilidad del sistema y el abastecimiento energético
.

La Asociación de Generadoras de Energía Eléctrica de la Argentina
(AGEERA), ya planteaba en el mes de abril que el sistema energético estaba al
borde del quiebre de la cadena de pagos
, y que difícilmente se podría sostener el
abastecimiento común de los servicios.

Ad

Las tarifas experimentaron una depreciación real muy
pronunciada a partir de abril del año pasado
y, usando como medición pesos
constantes, la tarifa real se encontraría por debajo del promedio que ostentaba
en las décadas de 1980 y 1990. Medida en dólares constantes, la tarifa real se
ubicaría ligeramente por encima de estos promedios, pero los costos experimentaron
un comportamiento similar.

Históricamente, los problemas de atraso tarifario en
contextos sumamente inflacionarios produjeron un gran deterioro en los precios
relativos, y una descoordinación general en la economía

La crisis energética en
la última etapa del gobierno alfonsinista fue sorteada después de una gran
actualización en los precios, y posteriormente la privatización, modernización y
descentralización
del sistema eléctrico de la mano de Menem.

La crisis energética que produjo la insólita política kirchnerista, que había llevado el precio de las tarifas a niveles ridículamente bajos, se buscó resolver con una gradual y consistente actualización. El nivel bajo
en las tarifas se resumía principalmente al Gran Buenos Aires y la Ciudad de
Buenos Aires por cuestiones electorales, mientras que otras provincias no
gozaban de los mismos beneficios.

El proceso de sinceramiento a partir de 2016, logró poner un
precio de la energía más parecido a la realidad, y al mismo tiempo reducir el
costo que significaba para el Estado
.

Sin embargo, esto no fue un proceso que perseverara por el
tiempo suficiente como para volver a capitalizar el sistema
. Por lo tanto,
Argentina siguió inmersa en un sistema energético muy disfuncional, más eficiente
que antes, pero sin lograr capitalizarse y reorganizarse como debería.

Ad

¿Qué hizo el gobierno de Alberto Fernández al respecto?

En primer lugar, desde el Ministerio de Desarrollo
Productivo, el ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad) ordenó a las
empresas Edesur y Edenor facturar el consumo real y no la capacidad de suministro
convenida
. Lo mismo se buscó establecer para las empresas PyMEs, para que solamente
pagaran por el consumo real, y no el consumo de convenio. Es decir, se va a
pagar solamente por lo que se consume, y no por lo que se estima que se debería
consumir.

Estos alivios resultan trascendentales para pequeñas empresas,
pero el problema subyacente es cómo se pretende garantizar el abastecimiento eléctrico

De nada serviría garantizar precios y servicios justos, sin generar esos servicios. En
este sentido, el gobierno no hizo demasiado para garantizar el suministro eléctrico adecuado.

Luego de que termine la pandemia y la vida de los argentinos pueda volver a la normalidad, si no tiene una hiperinflación por delante o una severa crisis política, una crisis energética puede ser lo que ponga en jaque al país.

Haga clic para comentar

Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión

Deja una Respuesta

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

Publicado

en

El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

Seguir Leyendo

Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

Publicado

en

Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

Seguir Leyendo

Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

Publicado

en

La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

Seguir Leyendo

Tendencias