Histórico: El ajuste fiscal de Milei es el más profundo en más de 60 años

Durante los últimos 64 años, la mejora más importante en el resultado financiero del  Sector Público Nacional (SPN) se produjo en el primer semestre de 2024,  bajo el gobierno de  Javier Milei, con un ajuste equivalente a 5,6 puntos del PBI.

“Estamos haciendo el ajuste más grande no solo de la historia argentina, sino el ajuste más grande de la historia de la humanidad”, afirmó el presidente Javier Milei durante su discurso en las celebraciones del 214° Aniversario de la Revolución de Mayo.

“Si sólo se tienen en cuenta las mejoras en el resultado financiero de 1% del PBI o superiores, se trata de  8 casos  en 6 décadas y media, encabezados por el mencionado primer semestre de 2024, seguido por el año 1985, cuando con el Plan Austral ocurrió una mejora de 4,6 puntos del PBI en el resultado fiscal, ubicándose luego los ajustes fiscales de los años 2003  (1,8 puntos  del PIB), 2002  (1,7), 1977  (1,7), 1967  (1,5), 1984  (1,4) y 1991  (1,0)”, detalla un informe del IERAL.

El instituto destacó que la característica distintiva del ajuste realizado en los primeros seis meses de este año es que  toda la mejora en el resultado financiero se debió a una reducción del gasto público. En 1985, la mejora en el resultado financiero fue impulsada por el  aumento de los ingresos (+6,2%  del PBI), mientras que el  gasto creció en 1,6puntos del PBI.

“En realidad, en los 8 años en que se observaron mejoras importantes en el resultado financiero del SPN entre 1961 a 2024, sólo en 3 ocasiones el ajuste en el gasto aportó más que la suba de los ingresos, siendo el caso más destacado el del primer semestre de 2024”, indica el informe.

En 2024, el ajuste de 5,4 puntos del PBI  en el gasto se explica por la reducción en transferencias (subsidios por tarifas, transferencias corrientes a provincias, etc.), que disminuyó en 3,7 puntos del PBI, seguido por una reducción en el gasto de capital (1,4 puntos) y una disminución en el gasto en personal (0,3 puntos).

En 2002, cuando las erogaciones bajaron en 1,6 puntos del PBI, la mayor contribución provino de la reducción en el gasto en intereses (1,5 puntos, probablemente debido al default de la deuda), así como la baja en el gasto de capital (0,2 puntos) y en personal (0,2 puntos).

El ajuste en números

Durante el primer semestre, la reducción anual del gasto fue del 35%, mientras que los ingresos totales disminuyeron un  5%. Los mayores ajustes anuales en el gasto se produjeron en las transferencias a provincias (con una reducción del 98% en las de capital y del 74%  en las corrientes), en la inversión pública (-71%), en los subsidios económicos (-43%) y en las jubilaciones (-27%).

“El ajuste del gasto primario fue del 39% anual en enero, disminuyendo su ritmo hasta un 24% anual en abril. Desde mayo, el ajuste se aceleró nuevamente, culminando el semestre con una caída del 35% en junio”, señaló el IERAL.

En cuanto a partidas específicas, el gasto en Personal, Jubilaciones y erogaciones de Capital mostraron una desaceleración en la caída durante los últimos tres meses del semestre, en comparación con los primeros meses del año. En contraste, los ajustes en los últimos dos meses se aceleraron para los Otros Gastos de Funcionamiento, Transferencias a Universidades y Subsidios a Energía y Transporte.

“En el caso de los Subsidios a la Energía, el gasto devengado en junio cayó un 74%, mientras que el pagado  disminuyó un 71%, lo que sugiere que probablemente no se devengaron determinadas erogaciones. Por otro lado, en Transferencias a Universidades, las erogaciones pagadas cayeron más (-96%) que las devengadas (-44%)”, explicaron.

La premisa del Gobierno, y el acuerdo social implícito, es mantener el  superávit fiscal, que alcanzó el  0,4% del PBI  en la primera mitad del año, mientras que el superávit primario fue del 1,1%. Al mismo tiempo, la recaudación está cayendo debido a la recesión y un fuerte ajuste monetario. Por ello, para mantener el saldo positivo en las cuentas públicas, será necesario continuar con el ajuste hasta que se vislumbre una recuperación económica que permita aumentar los ingresos del Estado.