
Motosierra en BNA: menos sucursales, más digitalización y reformas estructurales
En línea con la política de austeridad del Gobierno, la entidad busca reducir costos y modernizar su funcionamiento.
En línea con las políticas de austeridad impulsadas por el Gobierno nacional, el Banco de la Nación Argentina (BNA) puso en marcha un profundo rediseño de su estructura operativa, que incluye el cierre de sucursales, la reducción de gerencias zonales y una apuesta fuerte por los canales digitales. Las reformas forman parte del Plan Estratégico 2024-2027, con el objetivo de modernizar la institución y mejorar su rentabilidad.
Uno de los puntos centrales del nuevo esquema es la disminución de la cantidad de puntos de atención al público. Según datos oficiales, en diciembre de 2024 el banco contaba con 769 unidades operativas en todo el país. El nuevo objetivo es reducir esa cifra a 709, un número similar al registrado en 2015. La estrategia incluye la fusión de sucursales, el cierre de unidades superpuestas y la reasignación del personal, lo que permitirá —según estimaciones internas— un ahorro mensual de aproximadamente $139 millones, cifra que proyectada al segundo semestre representa un recorte cercano a los $837 millones.
A la par, se iniciaron cambios en los Centros de Atención PyME. De los 45 existentes, 14 operan actualmente en locales alquilados. Bajo el nuevo modelo, el banco adoptará un esquema itinerante, con ejecutivos que visitarán directamente a los clientes. Esto permitirá prescindir de esos alquileres, lo que generará un ahorro adicional de $30 millones por mes, o $180 millones semestrales.

Más digital, menos presencial
La transformación también incluye una fuerte apuesta por la digitalización. Según datos de mayo, el 98% de las operaciones de los clientes del BNA se realizaban a través de plataformas electrónicas. Las transacciones presenciales de tesorería, en tanto, caen a un ritmo del 25% interanual, como resultado de la migración a soluciones sin papeles, sin horarios fijos ni necesidad de traslado físico.
Este proceso alcanza también a las empresas del grupo. Nación Servicios, por ejemplo, ya procesó más de un millón de viajes a través de su nuevo sistema de pago abierto para el transporte público.
En términos organizativos, el banco redujo la cantidad de Gerencias Zonales, que pasaron de 33 a 29, en base a una reorganización territorial respaldada por segmentaciones económicas del Indec. Algunas sucursales fueron reasignadas a nuevas zonas, con el objetivo de unificar equipos y optimizar recursos.
Reconversión institucional en debate

Este rediseño se inscribe en un contexto más amplio de revisión del rol del Banco Nación. Según voceros oficiales, el plan busca equilibrar la histórica función social del banco con un modelo de negocios más eficiente y sostenible. Uno de los pasos que ya genera debate en el Congreso es la posible transformación del BNA en una sociedad anónima, lo que requeriría una reforma legislativa.
Desde el Ejecutivo aseguran que el proceso apunta a “racionalizar el funcionamiento del Estado” y fomentar una gestión más profesional, capaz de enfrentar la creciente competencia en el sistema financiero. La clave, advierten analistas, será lograr ese equilibrio sin debilitar la presencia del banco en las regiones menos rentables del país.
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