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Economía

Para terminar con la censura en Twiter, Elon Musk ofrece comprar el 100% de la empresa

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El presidente de Tesla pretende retirar a Twitter de la bolsa y recobrar la libertad de expresión después de años de censura. Los detalles de uno de los movimientos financieros más importantes de la historia.

El carismático y excéntrico multimillonario Elon Musk lanzó oficialmente su oferta para comprar el 100% de Twitter, con el objetivo de reformar la red social y garantizar la libertad de expresión de los usuarios.

La oferta lanzada supone un valor de 54,2 dólares por cada acción, y suma un total de 41.390 millones de dólares. Para poner en magnitud, este dinero es un monto equivalente al préstamo del FMI con la Argentina.

La oferta de Musk es ampliamente generosa, pues supone un diferencial de hasta el 54% con respecto al valor que tenían las acciones de Twitter al cierre del pasado 28 de enero, el día que Elon Musk reporta haber empezado a invertir en la compañía.

Considerando el alza bursátil provocada por el propio Musk al momento de sumarse como principal accionista de la empresa, la oferta del multimillonario añade de todos modos un diferencial del 38% con respecto a la cotización al cierre de la jornada del 13 de abril.

La oferta está siendo analizada por el directorio de Twitter, con la asesoría especial de Goldman Sachs y Wilson Sonsini Goodrich & Rosati. Según estas firmas, el “valor técnico” de las acciones de Twitter ronda los 30 dólares, y esto da cierta dimensión de la verdadera generosidad de la oferta de Musk, que estaría comprando casi al doble del valor técnico de la empresa.

En cualquier comparación que se pueda hacer, la oferta presentada al directorio de Twitter comprende una suma extremadamente generosa, por lo que, al menos económicamente, no existen razones claras para no cerrar la transacción.

Los mercados recibieron la noticia con un fuerte optimismo, y las acciones de Twitter se dispararon un 14% solamente en la jornada del jueves. Esto se debe a la expectativa por la concreción de la transacción, y el enorme diferencial que ofrece la propuesta compra.

Musk ofrece comprar: ¿Y ahora qué?

Para que se concrete la operación, se debe contar con el visto bueno de la Junta Directiva (Board) de Twitter Inc., y también el aval de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos. El Board será el encargado de votar por aceptar o rechazar la propuesta de compra.

Si no diera su aprobación, otra alternativa que tiene Musk podría ser la negociación particular con cada uno de los grandes grupos accionistas de la empresa hasta llegar a un acuerdo total.

Pero el presidente de Tesla lanzó una clara advertencia: asegura que esta será su mejor y última oferta, y que de no concretarse la venta por cuestiones políticas, entonces reconsiderará su posición como accionista.

Actualmente, la red social es controlada en un 40,22% por fondos de inversión, 37,74% instituciones privadas, y un 12,34% por personas particulares, y en este último grupo se encuentra Elon Musk con más del 9% de la compañía. Si Musk decidiera eventualmente vender su posición accionaria actual en poco tiempo, el impacto bursátil para Twitter podría ser profundamente negativo.

Si el Board de Twitter rechaza la oferta de Musk por dogmas políticos, esto significaría casi una sentencia de renuncia para Parag Agrawal y otros miembros de la Junta, debido a incumplir abiertamente su deber fiduciario con la empresa, en contra de los intereses económicos de los accionistas.

El deber fiduciario de la Junta directiva es muy claro: maximizar el valor del precio de las acciones. La oferta de Elon Musk es ampliamente superior al precio de mercado actual, y al precio “técnico” potencial estimado por Goldman Sachs y Wilson Sonsini Goodrich & Rosati.

“Invertí en Twitter porque creo en su potencial para ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo, y creo que la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia que funcione. Sin embargo, desde que hice mi inversión, ahora me doy cuenta de que la empresa no prosperará ni cumplirá con este imperativo social en su forma actual. Twitter debe transformarse en una empresa privada”, explicó Musk en una carta hacia el directorio de Twitter.

Según explica en su propio reporte a la Comisión de Valores, Musk pretende convertir a Twitter en una empresa enteramente bajo control privado, es decir, quiere que deje de cotizar en bolsa y las decisiones dejen de ser influenciadas por una junta directiva de accionistas.

Las empresas de este tipo no pueden levantar capital a través de la emisión de acciones, por lo que tiene un limite de crecimiento, pero esto no le importa a Musk, ya que su objetivo no es que Twitter sea la empresa de tecnología número 1 de mercado, si no que quiere que la empresa se convierta en “la plataforma líder en libertad de expresión”.

Esto probablemente implicará no solo la disolución del Board, si no también la remoción del CEO, Parag Agrawal, quien desde su reciente llegada a profundizado la política censuradora de la empresa y suspendió las cuentas de dos diputados republicanos en funciones por apoyar los dichos de Trump. No debería sorprender que si el acuerdo prospera, Elon Musk se convierta también en CEO de Twitter.

Economía

¿Nueva guerra comercial con China? Biden apunta a triplicar los aranceles para la importación de acero y aluminio

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La administración Biden amenaza con lanzar una nueva ofensiva arancelaria contra el ingreso de productos chinos, una maniobra que podría conducir a una pronta respuesta por parte del gigante asiático.

El giro proteccionista de la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden se hace cada vez más evidente. Pese a prometer lo contrario en su campaña electoral, Biden promete redoblar los aumentos tarifarios contra China y otros países del mundo.

Hasta ahora, las medidas proteccionistas del Gobierno se focalizaron en subsidios encubiertos, como por ejemplo los dispuesto en la llamada “Ley de Reducción de la inflación” del 2021. Pero esta vez se estudia abiertamente un nuevo rediseño del sistema arancelario.

El Presidente Biden propuso triplicar el arancel de importación para el acero y el aluminio provenientes de China, del 7,5% al 25%. Esta resolución amplía una anterior que ya había adoptado el expresidente Donald Trump, en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial (establecida en 2018). Pero la ley sancionada durante la administración anterior sólo alcanzaba a unos productos específicos, y la propuesta de Biden es generalizar el aumento arancelario sin excepción en todo el sector.

Estados Unidos se constituye actualmente como el cuarto productor mundial de acero, mientras que China ocupa el primer lugar. Semejante participación en el mercado haría muy efectivo el impacto de un arancel sobre la importación de China (con beneficios positivos para la industria local), pero este tipo de medidas resultan en su mayoría estériles, debido a que se espera una pronta respuesta por parte de China y la situación volvería al punto de inicio (o aún peor debido a la persistente volatilidad).

Siguiendo el mismo patrón, la administración Biden intervendrá deliberadamente en la adquisición de US Steel por parte de inversores japoneses, un acto populista y desesperado en medio del clima de la campaña electoral.

Asimismo, el Presidente Biden propuso incrementar los aranceles para la importación de madera canadiense del 8% al 14%, sin ningún tipo de justificación convencional. Esto supone un golpe hacia uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos en la región.Queda en evidencia que la política comercial de Biden no se limita exclusivamente a China.

Biden despliega este paquete de propuestas como respuesta a las medidas prometidas por Trump, entre las cuales se encuentra el establecimiento de un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones, y una tasa especial del 60% sobre todas las importaciones de China.

Como es de amplio conocimiento, la dictadura comunista en China se negó a cumplir con la liberalización total de su mercado de divisas, un requisito al que se había expresamente comprometido tras su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 2000. En lugar de ello, solo se dio lugar a una serie de desregulaciones parciales y progresivas que, hasta el momento, no llegaron a desembocar en un mercado libre.

Las políticas proteccionistas se utilizaron como una medida coercitiva para forzar la liberalización cambiaria de China durante la administración de Donald Trump, aunque una vez finalizada la guerra comercial (2018-2020) se llegó a un nuevo status-quo sin mayores cambios en esta materia y con aranceles más elevados entre ambos países (la relación final entre ellos favoreció ligeramente a Estados Unidos).

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Economía

Caída en picada de la inflación: Los precios mayoristas subieron un 5,4% en marzo, después de haber alcanzado la hiper en diciembre del año pasado

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La variación mensual de los precios al por mayor se derrumba a un ritmo incluso más rápido que en los precios minoristas. La tasa de inflación general podría retroceder al 6% a partir del mes de abril, según estimaciones privadas.

El INDEC confirmó una nueva y fuerte caída de la tasa de inflación en Argentina: el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento del 5,4% en marzo, la variación más baja en lo que va del año. Retrocedió implacablemente con respecto al salto del 10,2% producido en febrero, al 18% de enero, y al estallido del 54% registrado en diciembre de 2023. Esta última cifra constituye técnicamente una situación de hiperinflación.

Se observó un incremento mensual del 6,2% sobre productos de origen estrictamente nacional, mientras que los bienes importados cayeron en un promedio del 1,7% en marzo. La energía destacó de entre los aumentos mensuales, marcando una suba del 12% (debido a la corrección de precios relativos que lleva adelante el equipo económico).

Los precios mayoristas acumularon una suba del 37% entre enero y marzo, muy por debajo del 51,6% de aumento que se registró en los precios minoristas. La inflación mayorista está bajando a un ritmo mucho más acelerado que la minorista, un fenómeno muy común entre los programas de estabilización. Se registró un aumento interanual del 330,6%, debido al efecto de arrastre estadístico después del salto de diciembre. 

El programa de ajuste fiscal y monetario del Gobierno logró tumbar la hiperinflación que había dejado plantada el kirchnerismo en los últimos meses de la gestión de Massa. Este fue sin lugar a dudas el principal objetivo de las medidas de emergencia que se tomaron a partir del 10 de diciembre.

La caída de la variación mensual en los precios mayoristas fue contundente. El Índice de precios básicos al por mayor (IPIB) registró un aumento incluso menor y en torno al 4,9% al cierre de marzo, un indicador que excluye el efecto impositivo sobre los precios relevados.

Asimismo, el Índice de precios básicos del productor (IPP) marcó un aumento del 5% en marzo, y nuevamente el salto de la energía destacó de entre las principales aperturas que componen el indicador.

Con esta dinámica en los precios al por mayor, se estima que el IPC minorista volverá a registrar una nueva rebaja en su ritmo de aumento en abril. En este sentido, el exministro de Economía Domingo Cavallo sugiere que la inflación de precios al consumidor podría estabilizarse en el 9,5% a partir de abril, y retroceder hasta un umbral del 6% al 7% a partir del mes de mayo. Esto es coincidente con la desaceleración de los precios online.

La reactivación de la actividad real dependerá casi exclusivamente de la velocidad en la salida del cepo cambiario, ya que resulta un elemento imprescindible para la tan esperada recuperación en “V”. 

Por otra parte, para que la liberalización del mercado cambiario pueda ser posible sin conducir a un nuevo proceso hiperinflacionario, resulta necesario continuar con el saneamiento del balance del Banco Central (BCRA). El director de la institución, Santiago Bausili, logró recomponer el salto de las reservas netas en sus primeros meses de gestión. 

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Contundente fracaso de la Ley de Alquileres en Cataluña: La oferta de viviendas se derrumbó y los alquileres suben al doble que la inflación

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Nuevamente se observaron de primera mano los resultados desastrosos de la regulación de los alquileres, esta vez en la experiencia catalana. El valor real de los alquileres se incrementó casi un 5% desde la vigencia de las normativas regulatorias.

El gobierno socialista-independentista de Cataluña lanzó un masivo programa estatal para tratar de controlar arbitrariamente el precio de los alquileres en la región. Así como en Argentina, el gobierno comunitario lanzó una Ley de Alquileres que dispuso la regulación total de los contratos entre inquilinos y propietarios.

Nuevamente como en Argentina, las regulaciones no cumplieron su cometido y no ofrecieron ningún tipo de alivio a los ciudadanos para acceder a una vivienda más asequible, más bien ocurrió lo contrario.

El primer experimento regulatorio de Cataluña se lanzó en septiembre de 2020, en plena pandemia, con la llamada “Ley Autonómica de Alquileres”. Dicha legislación se mantuvo casi sin cambios hasta abril de 2022. Durante este período, la oferta de viviendas cayó un 35,5%, y el valor real de los alquileres más baratos y accesibles se disparó un 12,7%, el doble que la inflación para esa misma etapa. Los datos fueron computados por un estudio del Centro de Política Económica de España (ESEADE) en base a los dos años de evidencia empírica de la regulación.

El presidente de Cataluña, Quim Torra, salió expulsado del gobierno en 2021, y tomó el control Pere Aragonès, quien a pesar de ser más moderado en cuestiones económicas, demostró no haber aprendido absolutamente nada del fracaso regulando los alquileres, y volvió a lanzar una nueva ofensiva de controles a partir de marzo de este año.

Se dictó un estricto control sobre 140 municipios en toda Cataluña, y más tarde la cantidad de localidades alcanzadas se extendió a un total de 241, abarcando territorios que representan hasta el 90% de la población catalana.

Los primeros resultados de la nueva normativa regulatoria son tan deplorables como los que cosechó la primera ley de alquileres de 2020. La oferta de viviendas respondió rápidamente con una reducción del 13% según estimaciones de la compañía inmobiliaria Idealista.

“Es innegable que el origen del problema del alquiler en España está en la poquísima oferta disponible, por lo que se hace imprescindible un cambio de rumbo que reequilibre las relaciones entre inquilinos y propietarios, que asuma que los propietarios no son el problema sino la solución al aumento de la oferta y el ajuste de los precios”, confirmó la firma inmobiliaria.

En la Ciudad de Girona la caída de la cantidad de viviendas disponibles para un alquiler cayó un 21%, en Tarragona la reducción fue del 16%, y en Barcelona se desplomó no menos de un 14%.

Sin excepción, todas las localidades afectadas por las regulaciones experimentaron fuertes caídas en la oferta disponible de inmuebles, tal y como anticiparon la mayoría de los agentes del mercado inmobiliario, y del mismo modo en que ocurrió durante el periodo 2020-2022. El Gobierno cometió dos veces el mismo error estrafalario, por motivo de un cinismo ideológico.

Dada una demanda relativamente estable (como la que de hecho se observa), la fuerte caída de la oferta de inmuebles empujó los precios hacia arriba en términos reales. Los alquileres aumentaron un 4,6% por encima de la inflación en Barcelona desde el pasado mes de marzo, siendo esta una de las regiones más afectadas por la aplicación efectiva de los controles.

El aumento real promedio de los alquileres en toda Cataluña fue del 4% en solo un mes, y el panorama luce sombrío conforme el Gobierno se niegue a torcer el rumbo económico para permitir una mayor libertad de negociación entre las partes.

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