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Economía

Promete pero no hace: Massa anuncia nuevas medidas para “aspirar pesos” y contener la desbordante inflación

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El Ministro de Economía dará a conocer esta semana un conjunto de medidas vinculadas a la deuda en pesos, los pasivos remunerados del Banco Central y la inflación. Los anuncios llegan en respuesta a los dramáticos resultados inflacionarios del mes de enero. 

Apurado por el tenso y delicado clima electoral, el ministro de Economía Sergio Massa anunció que esta semana se darán a conocer nuevas medidas para “contener la inflación”, haciendo especial énfasis en la baja en la tasa de expansión de la base monetaria y la ampliación de la política de esterilización de pesos a través del Banco Central.

Los anuncios llegan en respuesta a los dramáticos resultados inflacionarios observados durante el mes de enero. Los precios minoristas aumentaron un 6% y los mayoristas hasta un 6,5% contra diciembre del año pasado. La inflación interanual alcanzó el 98,8% en el mercado minorista relevado por el IPC, y en los precios mayoristas ya superó los 3 dígitos. Ambas métricas señalan los resultados más adversos desde octubre de 1991.

Massa anticipó objetivos que, en principio, parecen contradictorios. Advirtió por el enorme y creciente peso de los pasivos remunerados (que devengan cada vez más intereses), pero al mismo tiempo señaló la necesidad de reducir la cantidad de pesos en circulación para bajar la inflación (algo que se consigue colocando más pasivos remunerados).

“Este es un trabajo que en los próximos días se va a conocer públicamente con algunas medidas que vamos a tomar. Tenemos que reducir las Leliq, reducir la cantidad de pesos que hoy están circulantes en el sistema financiero y producen una espiral, y tratar de que el Estado responda a eso de una manera inteligente y eficiente”, anunció Sergio Massa. 

En efecto, el stock de pasivos remunerados (Leliq y Pases) representa el 210% de la base monetaria y cerca del 10% del PBI. Los intereses devengados alcanzaron el 6,4% del PBI a un año vista en el cuarto trimestre del año pasado, y se estima que ya escalaron al 7,4% del producto durante el mes de enero.

Esta factura de intereses demanda un ritmo constante de emisión monetaria por parte del Central, y actualmente se constituye como uno de los principales factores explicativos de la expansión misma de la base monetaria.

Las posibles alternativas de Sergio Massa

Aunque el Ministro no dio ningún tipo de detalle ni primicia acerca de cuáles serán las medidas a tomar, la capacidad de maniobra del Gobierno es limitada y las alternativas son pocas.

Hay algo que el Gobierno puede hacer, y que va a hacer en los próximos días para seguir consolidando el camino de esterilización de pesos que son pesos excedentes, producto de un país que tenía un crédito en dólares con el Fondo que tenía que renegociar y que no tuvo mercado de capitales por una negociación muy desgastante con los bonistas”, explicó Massa. 

Para el economista Gabriel Caamaño de la consultora Ledesma, una posible alternativa para el Gobierno sería profundizar mucho más la política de colocación de títulos públicos en el mercado doméstico local, títulos colocados contra liquidez bancaria (pesos excedentes). Esta opción expondría aún más al sistema financiero ante el sector público (con los debidos riesgos que esto implica).

Otra alternativa es la vuelta al aumento de la tasa de política monetaria de las Leliq, que permanece estable en el 75% nominal anual (107% de tasa efectiva anual) desde el último trimestre del año pasado. El problema de esta opción es que si bien se captarían más fondos en concepto de esterilización de pesos, también se vería incrementada la emisión monetaria necesaria para financiar los intereses devengados cada semana. 

El economista del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur), Amílcar Collante, explicó que otra posible medida a tomar podría ser la emisión de un nuevo bono del Tesoro que sea utilizable como encaje bancario. Esta estrategia pretende que los bancos desarmen sus posiciones en Leliq y adopten estos bonos, a cambio de una mayor tasa de interés efectiva. 

Pero nuevamente, esta opción tampoco parece viable porque en términos prácticos se produce un cambio de instrumentos para disminuir el stock de Leliq, y solo se canjea una deuda del BCRA por otra del Tesoro y mientras el excedente de pesos sigue circulando

Una última opción podría ser el rescate de Leliq y Pases usando dólares. El Banco Central sufre una severa escasez de reservas y no está en condiciones de hacer una intervención semejante, pero el Tesoro podría avanzar con una operación REPO (como ya anunció el propio Massa) por un monto de US$ 1.500 millones. Este monto podría utilizarse para rescatar al menos una parte sustancial del stock de Leliq, pero solo se cambiaría una deuda en pesos por otra en dólares

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

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El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

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Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

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Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

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Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

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La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

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