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Economía

Resumen económico de la semana: La inflación se recalienta, el BCRA pierde millones y se enfría la pesificación forzosa

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Todo lo que necesitas saber que pasó en la semana del lunes 27 hasta la fecha. Por el economista Felipe Núñez.

Las expectativas inflacionarias se recalentaron, el Tesoro logró renovar los vencimientos de marzo y el canje de títulos de entidades públicas se enfrió, pero no se apagó. A pesar de que suena trillado, la situación económica en Argentina está en uno de sus momentos más difíciles de su historia, nuevamente.

Las consultoras privadas ubican el incremento en la inflación de marzo entorno al 7,5% mes a mes, lo cual resulta lógico teniendo en cuenta que durante este mes la demanda de dinero suele ser menor y dado que había aumentos pactados en los sectores regulados.

En esta misma línea, el Tesoro obtuvo un financiamiento neto durante este mes de AR$ 76.500 millones, pero lo destacable de esta licitación es que para las Ledes con vencimiento en junio y julio debió pagar una TEA del 125%. Por lo tanto, podríamos concluir que el mercado está observando una aceleración de la inflación interanual o bien un riesgo cada vez mayor en los instrumentos de corto plazo en pesos.

Por otra parte, la mayor demanda de instrumentos estuvo localizada en el bono dólar link con vencimiento en 2024 (TV24) a una tasa de devaluación +5,26% y la Lecer de julio a una tasa de CER +5,52%.

Así las cosas, el Tesoro enfrentará vencimientos por AR$ 1,1 billones en abril, que se ubican principalmente en manos de inversores privados y deberá atravesar el desafío de colocar deuda a corto plazo luego de las elecciones PASO 2023.

Por último, el Ministerio de Economía que conduce el abogado Sergio Massa envió el pedido del dictamen sobre el canje de los títulos de entidades públicas a la UBA pero solamente le solicitó su opinión desde el óptica del FGS. En consecuencia, y si el canje se efectiviza tal como manifiesta el equipo económico, a valor de mercado 1 a 1 de valor nominal, es esperable que la UBA apruebe esta operación.

De todos modos, si no se registra demanda por estos bonos, una venta de los mismos para bajar la paridad del CCL solamente destrozaría las paridades de la deuda.

Las proyecciones de la cosecha continúan agravándose y persiste la venta de dólares por parte del Banco Central. La Bolsa de Cereales informó que los rindes de los primeros lotes cosechados fueron menores a los esperados y que la estimación sobre la cosecha de 25 millones de toneladas de soja y 36 millones de toneladas de maíz podría descender aún mas.

En este contexto, el drenaje de reservas continúa; el Banco Central vendió en marzo más de USD 1900 millones y USD 3.000 en el primer trimestre del año. Del mismo modo, cuenta con tan solo USD 2.200 millones de reservas netas y negativo USD 6.900 millones de reservas líquidas.

Consecuentemente, y en parte también debido al ruido generado por la “pesificación” de depósitos públicos, comenzó una salida de depósitos en dólares de los ahorristas privados que, hasta el último dato, fue de USD 220 millones, siendo la mayor desde la renuncia de Guzmán.

A raíz de esto, Massa dejó trascender que implementarán un nuevo esquema de liquidaciones llamado “dólar agro” que rondaría los AR$ 300 y que sería de 30 días para la soja y 90 días para las economías regionales.

Se desploma la cobertura de los depósitos en dólares.

Por otra parte, el FMI aprobó el desembolso de USD 5.700 millones de dólares. No obstante, estos DEGs se irían en pagos pactados para mediados de abril hacia el mismo organismo. Cabe recordar que el actual préstamo que está recibiendo Argentina por parte del Fondo Internacional está dedicado casi integramente a pagar el anterior préstamo que le habían prestado a Mauricio Macri en 2018.

En conclusión, es esperable que, además de implementar nuevos regímenes de liquidación especiales, el equipo económico de Massa restringa aún más las importaciones y, consecuentemente, se observe un impacto negativo en la actividad. Las perspectivas para este año ya no son buenas, la incertidumbre política las agrava y por esto, todos en el sector entienden que este modelo cierra con una mayor inflación, tipos de cambios más altos y menor nivel de actividad.

Continúa el drenaje de reservas.

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

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El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

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Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

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Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

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Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

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La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

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