Alemania
El nuevo gobierno socialista en Alemania cierra tres centrales nucleares y queda dependiente del gas de Rusia
Ahora quedan tres centrales operativas que se cerrarán este año. Alemania deja de ser así un país nuclear, justo cuando Europa atraviesa una crisis energética por la suba del precio del gas.

En menos de un año Alemania se convertirá en un país sin energía atómica. Las centrales nucleares de Brockdorf, Emsland y Gröhnde, en el norte de Alemania, dejaron de funcionar el último día de 2021, en tanto en 2022 correrán la misma suerte las de Neckarshaim 2, Isar 2 y Gundremingen C, ubicadas en el sur de ese país.
Lo notable es que esto sucede en un contexto donde los precios de la energía a nivel mundial están por las nubes por diversas razones, pero uno de los principales motivos es que las principales economías del mundo están impulsando una transición verde a pesar de que la tecnología todavía no está lo suficientemente optimizada.
La temprana y forzada transición verde lleva a severos déficits energéticos que terminan supliendo comprando gas a países como Argelia o Rusia, o petróleo a Arabia Saudita o Irán. Esto genera la misma contaminación a nivel global (pero en otros países) y lleva a fuertes subas de precios, ya que estos países se pueden cartelizar al ser los únicos proveedores a gran escala de los hidrocarburos.
Países como Francia han decidido invertir fuertemente en las plantas nucleares, ya que, sin fallas en el proceso productivo, es la manera de generar energía más limpia que existe en la actualidad.
Pero en Alemania tienen otra concepción de las plantas nucleares. Desde la catástrofe de Chernobil en 1986, se creó un fuerte movimiento anti-nuclear en el país, y cuando cayó la Unión Soviética, todos los partidos alemanes acordaron imponer fuertes medidas regulatorias al sector.
La movida desembocó en una ley que se firmó en 2001, donde se estipuló que toda central debía desconectarse después de 32 años de funcionamiento. En ese momento la energía atómica representaba un 30% de la matriz energética en Alemania. El carbón representaba el 52% y las energías renovables apenas un 8%.
Pero después del accidente en Fukushima en 2011, cuando un tsunami impactó contra la central nuclear en Okuma, el gobierno de Merkel en Alemania decidió no construir nunca más nuevas plantas nucleares, por lo que las que se apaguen siguiendo la ley de 2001, no serán reemplazadas.
Es importante aclarar que la explosión en Chérnobil fue culpa de la desidia del régimen comunista soviético de una tecnología tan sensible como es la nuclear. Mientras que el accidente en Japón fue culpa de un tsunami. Dado que Alemania no tiene ni un régimen comunista ni la posibilidad de recibir el impacto de un tsunami, no debería preocuparse, pero la cuestión adquirió un fuerte tine político en las últimas décadas.
A partir del cierre de estas centrales térmicas, se agudizan las preocupaciones sobre el abastecimiento energético y el proceso de descarbonización.
Alemania es el país que más paga por la electricidad en Europa, lo que explica una suba del precio acumulada de más del 4% en el último año, cifra inusualmente alta para los países del Viejo Continente.
La mitad de la tarifa de energía esta compuesta por impuestos y recargos que sancionó el gobierno de Merkel para financiar la transición energética hacia energías renovables. Estas tasas no fueron suspendidas ni siquiera en pandemia y el nuevo gobierno socialista de Olaf Scholz prometió en campaña subirlas.
En otras palabras, Alemania ha decidido eliminar la energía más limpia de la humanidad por un miedo irracional, y en su lugar ha decidido comprar la energía más contaminante del mundo — el gas ruso — y ponerle un impuesto sideral que recae en los ciudadanos alemanes, para algún día en el futuro lejano incorporar energías renovables optimizadas a la matriz energética.
Esta decisión, además del claro problema económico, tiene un fuerte impacto geopolítico, ya que agudiza la dependencia de la enorme industria alemana del gas ruso, justo cuando la tensión de la Unión Europea con el gobierno de Putin por Ucrania está al límite.
Sobre el consenso de la medida, tres cuartas partes de los alemanes quieren que su gobierno tome medidas más duras contra la subida de precios y el 31 por ciento, casi un tercio, afirma que apoyaría el mantenimiento de la energía atómica si sirve para estabilizar los precios de la electricidad, según una encuesta del servicio de comparación de precios Verivox. Representa un aumento del 11 por ciento en el apoyo a la energía nuclear desde 2018.

Alemania
El Gobierno alemán al borde de caer tras un fallo constitucional que frenó la masiva expansión del gasto público
El Tribunal Constitucional declaró nulo el último presupuesto del gobierno de Scholz debido a que se excede el limite de deuda. El líder socialdemócrata ahora presionó a sus aliados liberales para pasar una ley que modifique la Constitución.

En la última semana y media reinó un clima de caos político total en Alemania, luego de que la Justicia declare inconstitucional el uso de 60 mil millones de euros del presupuesto para la agenda climática, ya que excede el límite de deuda. La decisión jurídica desató una crisis presupuestaria, obligando al gobierno a congelar todos los gastos federales y poniendo al borde del colapso a la coalición que lidera el socialista Olaf Scholz.
Cabe recordar que el actual gobierno alemán se compone de una coalición entre socialdemócratas, miembros del Partido Verde, y liberales progresistas del partido FDP. Los continuos roces entre la agenda socialista y liberal de los partidos gobernantes han llevado a un estallido presupuestario.
Tras ceder en la negociación interna y contradiciendo sus declaraciones iniciales sobre “acostumbrarse a gastar menos y ser más eficientes“, ahora el ministro de finanzas Christian Lindner, perteneciente al liberal FDP, anunció que el próximo miércoles presentará en el Parlamento un presupuesto suplementario para el 2023.
El nuevo presupuesto de Lindner incluirá la suspensión al freno de deuda, o Schuldenbremse, una regla fiscal agregada a la Constitución en 2009, luego de la crisis financiera internacional, que buscaba restringir el déficit presupuestario estructural a nivel federal al 0,35% del PBI, limitando así la emisión de deuda pública.
Lindner, principal figura del partido liberal FDP dentro del gobierno, comunicó a los medios que el proyecto de presupuesto ha sido consensuado con el canciller Olaf Scholz, del partido socialdemócrata SPD, y el vicecanciller y ministro de economía Robert Habeck, del partido ambientalista de Los Verdes y principal impulsor de esta medida.
La aprobación en el Parlamento será clave para mostrar la estabilidad o el fin de una coalición tripartita que, desde su asunción en 2021, ha tenido variadas divisiones internas y ha sido criticada por la opinión pública. Las próximas elecciones federales son en 2025 y hasta ahora las encuestas de opinión indicarían un cambio en el gobierno.
El partido de derecha Alternativa para Alemania, AfD por sus siglas en alemán, con una agenda anti inmigratoria y de derecha, ha sido la formación política que más ha crecido en el último año.
Propiciado por el estancamiento económico, los altos precios en la energía y un creciente descontento con el abordaje de la cuestión inmigratoria, el partido pasó de una participación marginal en el Parlamento a medir más de 20 puntos en la reconocida encuesta de DeutschlandTrend, colocándose en segundo lugar tras los democristianos, y a ganar sus primeros gobiernos locales.
Son los altos precios de la electricidad y el gas uno de los motivos por los cuales el gobierno buscará abandonar la disciplina fiscal de la que Alemania es paladín. “Ahora hay claridad jurídica sobre cómo debemos abordar los fondos especiales y los préstamos de emergencia“, dijo el ministro de Finanzas Lindner quien fue la principal persona detrás de la recolocación de los fondos en contra de la cuál falló el Tribunal Constitucional alemán.
El presupuesto presentará una excepción al “freno de la deuda” que había sido suspendido por primera vez entre 2020 y 2022 por la crisis del COVID-19 pero que se suponía volvería a aplicarse este año. Las negociaciones para el presupuesto 2024 todavía están demoradas y lo más probable es que el gobierno no alcance a aprobarlo antes de que termine el año. Esta incertidumbre ha interrumpido todas las licitaciones y negociaciones gubernamentales que involucren gastos planeados para el año que viene.
En el medio de este desajuste fiscal se encuentra el fondo especial de 100 mil millones de euros para la modernización de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa dijo que los fondos del proyecto aprobado en 2022, para le cuál ya se han realizado varios desembolsos, están “exentos del congelamiento presupuestario”.
A pesar de esto, compañías alemanas contratistas de defensa todavía no están seguras de que esto sea así. Las dudas están puestas sobre todo en 20 mil millones de euros incluidos en proyectos de largo plazo cuya financiación requiere autorización gubernamental.
La crisis podría perjudicar a la economía europea en general, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París. “Si hay menos inversión y gasto en Alemania en los próximos años por la menor disponibilidad de dinero, habrá inevitablemente un impacto en la economía de la UE“, dijo a Reuters el jefe de la oficina de Alemania de la OCDE, Robert Grundke.
El sector siderúrgico alemán sumó su voz al creciente nerviosismo, advirtiendo que el fallo judicial habría puesto en duda más de 40.000 millones de euros en inversiones previstas. Estos comentarios resaltan una gran incertidumbre entre las empresas industriales de Alemania, que ya están luchando con una inflación y tasas de interés altas y miran cada vez más hacia mercados más favorables como Estados Unidos.
Con información de Radar Internacional (https://radarint.com)
Alemania
Alemania rompe las reglas fiscales de la Unión Europea tras una masiva expansión del gasto público del Gobierno socialista
El balance financiero del Gobierno general registró un rojo equivalente al 3,4% del PBI en el segundo trimestre del año, sobrepasando los criterios de convergencia de Maastricht. Se trata del cuarto aumento trimestral consecutivo del déficit, principalmente impulsado por el paquete de subsidios energéticos.

El Gobierno “semáforo” de Alemania, presidido por el Partido Socialdemócrata de Olaf Scholz, pero que también tiene el apoyo del Partido Verde y del Partido Liberal Demócrata, rompió con la tradicional disciplina fiscal que caracterizó al país en las últimas dos décadas cuando la excanciller Ángela Merkel estaba a la cabeza del poder ejecutivo.
Tras una masiva explosión del gasto público, el resultado financiero del Gobierno general marcó un déficit equivalente al 3,36% del PBI en el segundo trimestre del año, según las más recientes publicaciones de la Oficina Federal de Estadística de Alemania.
No solamente es el cuarto aumento trimestral consecutivo del déficit, sino que además constituye una ruptura con los criterios de convergencia de Maastricht, los cuales establecen un tope de 3 puntos del PBI para el déficit financiero en “circunstancias normales”, excluyendo la emergencia por la pandemia y la crisis internacional de 2008.
El stock de deuda pública también rompe con las normativas de Maastricht, ya que aún permanece cómodamente por encima del límite fijado en 60 puntos del PBI (alcanzó el 65% del producto en el primer trimestre del año).
Tras haberse recuperado del impacto en 2020, Alemania se había comprometido a volver a converger hacia el equilibrio fiscal primario y financiero, pero nada de esto ocurrió. El Gobierno de Scholz optó por desplegar un masivo paquete de “estímulo” fiscal orientado al subsidio de las tarifas energéticas, en respuesta al shock de precios relativos que provocó el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Las medidas no fueron compensadas por una mayor recaudación o por recortes alternativos en otras áreas del presupuesto, sino más bien todo lo contrario. Por otra parte, el Gobierno se negó a replantear su política energética como una herramienta para combatir el encarecimiento de los precios de la energía, y avanzó dogmáticamente hacia el cierre de todas las centrales nucleares del país, elevando los costos para los ciudadanos en miles de millones de euros al año.
El FMI sugiere que el déficit alemán seguirá aumentando y finalizará el año 2023 en torno al 3,7% del PBI, mientras que el resultado fiscal primario (sin intereses de deuda) marcará un rojo de por lo menos 3 puntos del PBI.
El programa fiscal preparado por el Ministro de Finanzas Christian Lindner entrará en vigencia a partir del año fiscal 2024, esta vez sí incluyendo un amplio paquete de recortes presupuestarios. Pero en lo que resta del 2023 las finanzas públicas de Alemania seguirán deteriorándose por iniciativa del sector socialdemócrata e izquierdista de la coalición.
La actividad acumula 5 trimestres de estancamiento secular, de los cuáles los últimos tres denotaron el inicio de una recesión técnica. Todo esto incrementará la presión para las finanzas públicas desde el punto de vista de la pérdida de ingresos por parte del fisco.
Alemania
Alemania e Israel firman un acuerdo multimillonario histórico en materia militar
Tras 80 años del Holocausto, Alemania firma un acuerdo multimillonario para adquirir un sistema antimisiles de fabricación israelí, el mayor acuerdo para la industria militar de Israel.

Alemania ha firmado un acuerdo para adquirir el sistema de defensa antimisiles de fabricación israelí llamado Arrow 3, el cual está compuesto por misiles hipersónicos, que se convertirá en una parte clave de la defensa de Europa contra ataques aéreos. Berlín ha dicho que espera que el sistema Arrow 3 se entregue en el último trimestre de 2025.
La firma del acuerdo en Berlín durante al jornada del jueves fue un “día histórico” para ambos países, confirmó el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, en una conferencia de prensa junto a su homólogo israelí, Yoav Gallant.
Con un valor aproximado de 3.500 millones de dólares, la venta se convierte en el mayor acuerdo para la industria militar de Israel. El sistema Arrow 3 hará que “la defensa aérea alemana esté lista para el futuro”, aseguró Pistorius.
Con sus fuerzas armadas fortalecidas, Israel es ahora el noveno mayor exportador de equipo y tecnología militar, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). Además, las exportaciones de armas israelíes alcanzaron un nuevo récord de 12.500 millones de dólares el año pasado, doblando la cantidad en solo tres años, según informan desde el Ministerio de Defensa.
Por su parte, Alemania ha liderado un impulso para reforzar las defensas aéreas de la OTAN en Europa después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. “Podemos ver con los ataques rusos diarios contra Ucrania cuán importante es la defensa antiaérea“, dijo Pistorius en la ceremonia de firma del acuerdo.
La firma del acuerdo fue un “evento conmovedor para cada judío“, dijo Gallant, haciendo referencia al Holocausto ocurrido en la Segunda Guerra Mundial. “Solo 80 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Israel y Alemania se unen hoy para construir un futuro más seguro“, afirmó.

El sistema Arrow 3, diseñado para derribar misiles sobre la atmósfera de la Tierra, tiene como objetivo proteger a Alemania y sus vecinos de los misiles balísticos que pueden transportar ojivas nucleares interceptándolas hasta 2.400 kilómetros de distancia. El sistema fue desarrollado y producido por Israel y Estados Unidos, razón por la cual la venta tuvo que ser aprobada por Washington antes de que pudiera finalizarse.
El sistema se desplegó por primera vez en una base de la fuerza aérea israelí en 2017 y se ha utilizado para proteger a Israel contra los ataques de Irán y Siria. Arrow 3 es un “sistema móvil” que se puede implementar dependiendo de las amenazas enfrentadas, según el fabricante Israel Aerospace Industries.
Cabe recordar que Israel ha recibido ayuda militar estadounidense, equivalente a más de 125.000 millones, según un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos publicado en 2021. Esto le ha ayudado a construir “uno de los ejércitos más capaces y efectivos del mundo y ha convertido a la industria militar israelí y al sector tecnológico en uno de los mayores exportadores de capacidades militares en todo el mundo”, según el informe.
El dinero para el acuerdo proviene de un fondo de 100.000 millones de euros presentado por el canciller alemán, Olaf Scholz, para reforzar las defensas del país a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
Más de una docena de países europeos se han adherido hasta ahora al proyecto común de defensa aérea de Alemania, conocido como European Sky Shield Initiative. El proyecto implicaría la adquisición conjunta de sistemas de corto, mediano y largo alcance, incluido el IRIS-T de fabricación alemana, el sistema Patriot estadounidense y el Arrow 3 israelí. Sin embargo, algunos de los vecinos de Alemania se han negado hasta ahora a firmar el pacto, incluidos Francia y Polonia.

Cabe recordarse que, a medida que las ventas de armas israelíes han sido alimentadas por la guerra de Ucrania, Israel se ha abstenido de vender armas a dicho país en un aparente esfuerzo por evitar enemistarse con Rusia.
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