Francia
La derecha y la izquierda francesa se unieron para derribar el pase sanitario de Macron en el Congreso de Francia
El gobierno quería institucionalizar el pase sanitario para viajar dentro del país y en las fronteras, pero el derechista Rally Nacional y el izquierdista NUPES se unieron para rechazar la propuesta de ley.

Los parlamentarios de la oposición rechazaron el proyecto de Ley de Covid que pretendía institucionalizar el pase sanitario de vacunación contra el COVID para viajar dentro y fuera de Francia más allá del 31 de julio, cuando expira el decreto que firmó Macron a principio de año.
La coalición gobernante de Francia, Juntos, no logró obtener la mayoría en las elecciones parlamentarias de junio, y debió respaldarse en el centroderechista Los Republicanos para mantener a la primera ministra Élisabeth Borne.
Pero a pesar de su apoyo, no logró la mayoría para aprobar esta controvertida ley. Diputados de todo el espectro político, incluido el partido de Marine Le Pen, el derechista Rally Nacional, y la coalición de izquierda de Jean-Luc Melenchon, el comunista NUPES, unieron fuerzas por primera vez en la historia legislativa para bloquear este proyecto.
En total, 219 diputados votaron en contra de la institucionalización del pase de salud para viajes tanto internos entre las diferentes provincias como internacionales, y solo 195 votaron a favor. Además, hubo 142 abstenciones o ausencias.
Si bien el oficialismo de Juntos y Los Republicanos tiene un total de 312 bancas, mucho más que las 289 que necesita para la mayoría simple, no todos los diputados republicanos votaron a favor, con muchos decidiendo abstenerse.
Los Republicanos no entró en una alianza formal con el gobierno, y simplemente prometió apoyar las leyes más importantes como el Presupuesto Anual y la elección del primer ministro, lo cual quiere decir que no todas las leyes que envíe Macron serán aprobadas automáticamente.
Pero la coalición gobernante tampoco se vio favorecida por el hecho de que actualmente no cuenta con los 21 diputados nombrados recientemente para funciones ministeriales, para los cuales, según el código electoral, se debe esperar al menos 30 días para reemplazar en el Congreso.
Rally Nacional y NUPES, dos partidos que se encuentran en el opuesto del espectro político, celebraron de pie el rechazo histórico a esta ley. Ambos tienen un total de 164 diputados (89 la derecha y 75 la izquierda), que se respalda en otro bloque comunista, el GDR, que tiene 22 diputados, y hay otros 16 diputados independientes, mayormente outsiders populistas, que también votan en contra del gobierno en este tipo de proyectos.
La primera ministra Elisabeth Borne recurrió a Twitter para criticar la inusual alianza de la oposición. “Este es un momento serio. Al unir fuerzas para votar en contra de las medidas para proteger a los franceses contra el covid, los partidos de la oposición están impidiendo cualquier control fronterizo contra el virus”, escribió. Una frase bastante irónica considerando que Borne ha dicho en el pasado que los controles fronterizos son “racistas y xenofóbicos”.
El proyecto de ley asegura que Francia está atravesando la “séptima ola de covid” y que está en camino de convertirse en una enfermedad endémica, por lo que se necesita crear una ley que le dé facultades al Ejecutivo para enfrentar el virus de manera sistémica y no coyunturalmente.
El pase sanitario seguirá siendo requerido para comer en restaurantes, entrar a cines y demás actividades cotidianas, una política que no requiere de la aprobación del Congreso, pero ya no podrá ser pedido a quienes viajen entre las provincias francesas, ni en los puntos de ingreso/egreso del país.
A pesar del rechazo en general, se aprobó en particular un artículo que introduce la posibilidad de extender el uso de la base de datos de pruebas de Covid de Francia SI-DEP y su sistema de alerta a los contactos cercanos de personas con Covid hasta el 31 de marzo de 2023.
El nuevo ministro de Salud de Francia, François Braun, ha dicho que el gobierno hará todo lo posible para restablecer la parte rechazada del proyecto, y que el Senado todavía puede salvar la ley si hace algunas modificaciones y la vuelve a enviar a la Asamblea, donde ya los 21 diputados elevados a ministros estén reemplazados y Los Republicanos otorguen un mayor apoyo.
Economía
La resurreción de las estatizaciones en Francia: Macron es el presidente que más empresas expropió en los últimos 40 años
El presidente francés emprendió el proceso de nacionalizaciones más ambicioso desde los tiempos de François Mitterrand, en contraposición con sus primeros discursos de campaña en 2017. El Estado aumentó su participación en el sector de la energía, el transporte y la industria.

Desde su llegada al poder con un mensaje centrista y moderado, Emmanuel Macron no titubeó en llevar a cabo el proceso de estatizaciones más importante de los últimos 40 años en Francia. No se veía una convicción estatista tan pronunciada desde la administración del expresidente socialista François Mitterrand, como parte de su “programa común de Gobierno”.
La administración Macron avanzó incluso más allá de las pretensiones del expresidente socialista François Hollande, quién solo llevó a cabo un aumento temporal en la participación accionaria estatal de la firma Groupe PSA.
El primer episodio de estatización bajo el mandato de Macron se produjo con la expropiación de la empresa de astilleros STX Francia en mayo de 2017. El Gobierno se adueñó temporalmente de la firma a fin de “defender los intereses estratégicos de Francia”.
Luego, en septiembre de 2017, se llegó a un acuerdo con la empresa italiana Fincantieri para que el sector privado retuviera hasta el 51% del paquete accionario hasta 2018, y a partir de julio de ese mismo año el Estado francés adquirió el 84,34% del total y pasó a denominarse “Astilleros Atlánticos”.
Con una superficie de 150 hectáreas, Astilleros Atlánticos se perfila como una de las firmas más importantes de Europa y del mundo en materia de construcción naval. Incluso posee operaciones vinculadas con la fabricación militar, y en menor medida las subestaciones eléctricas.
Más tarde, a mediados de 2018, el Gobierno anunció la nacionalización mayoritaria de la firma multinacional Areva, empresa líder en el programa nuclear del país y un gran peso en la industria energética francesa, fuertemente dependiente de este tipo de actividades.
El Estado culminó la nacionalización durante el primer trimestre de 2021, y asignó un monto de hasta 560 millones de euros para aumentar su participación accionaria hasta el 90% para llevar a cabo un control más exhaustivo, dejando a la iniciativa privada en un lugar completamente marginal.
La economía francesa se encuentra cada vez más intervenida, más regulada y con un menor grado de competitividad relativa a la propia Unión Europea y el resto del mundo. Macron, que muchos al día de hoy reconocen como de ideología liberal, en términos económicos es el más estatista en más de cuatro décadas.
En 2021 el ministro de Economía Bruno Le Maire dio marcha atrás con sus propias declaraciones negando “cualquier posibilidad de nuevas estatizaciones”, y se decidió incrementar el peso accionario del Gobierno francés en la firma aeronáutica Air France-KLM hasta el 28,6%.
El Estado retenía hasta el 54,4% del paquete accionario en 2003, su participación cayó por debajo del 14,3% tras la privatización parcial del expresidente Jacques Chirac en 2004, pero bajo la administración de Emmanuel Macron se volvió a retroceder en la apertura hacia la iniciativa privada.
La última gran apuesta del oficialismo fue la estatización total de Electricité de France (EDF), la principal empresa de generación de electricidad en el país en junio de 2022. EDF es una de las empresas eléctricas más importantes del mundo y la principal proveedora de electricidad no solo en Francia si no que en toda Europa occidental. En el año 2017, esta empresa llegó incluso a ocupar el segundo lugar en la producción eléctrica mundial, solo por detrás de la China Energy Investment Corporation.
Macron tiene pensado seguir con las estatizaciones a lo largo de su segundo mandato que tiene duración hasta 2027, tras su reelección el año pasado, estuvo muy cerca de perder frente a la derechista Marine Le Pen, a la que irónicamente había acusado de “estatista” en la campaña de 2017.
Economía
Francia aprueba la reforma previsional de Macron y la edad jubilatoria aumentará de 62 a 64 años
El aumento de la edad de jubilación ofrece una alternativa para evitar el colapso de las finanzas públicas, pero aún así la reforma de Macron implica mantener elevados déficits fiscales hasta 2026.

El presidente francés Emmanuel Macron finalmente logró la aprobación de su reforma previsional, la cual tendrá un gran impacto sobre las finanzas públicas en vista a los próximos años. El Senado resolvió su aprobación por 201 votos a favor contra, 115 en contra, y solo 29 abstenciones.
Si bien muchos esperaban que la largamente prometida reforma tendría un mayor involucramiento del sector privado, finalmente Macron resolvió por mantener el sistema público, y el único ajuste será el aumento de la edad mínima para acceder a una jubilación, que se incrementará de los 62 años actuales hasta los 64 años.
Francia tenía estándares etarios completamente desacoplados a su condición demográfica, poniendo en peligro la sostenibilidad del sistema. Principalmente, cada profesión tenía su propia edad jubilatoria lo cual generaba enormes baches fiscales en las cuentas públicas.
El aumento de la edad jubilatoria no será retroactivo, por lo que no se afectarán “derechos adquiridos” por cotizantes que ya están retirados. Además, el aumento gradual se llevará a cabo a razón de 3 meses por año a partir de septiembre de 2023, y sólo se llegará a una edad efectiva de 64 años para todos en 2030.
También se llevará a cabo un ajuste sobre la cantidad mínima de años de cotización requerida para percibir el 100% de la pensión en la edad de retiro. Este período se incrementará de 42 a 43 años, pero lo hará gradualmente entre 2023 y 2027.
El ajuste extremadamente gradualista no responde a cuestiones de solvencia financiera, sino que más bien es consecuencia de fuertes presiones políticas y falta de consenso dentro la propia coalición que preside Macron, un frente político con ideas variopintas y sin ningún tipo de identidad propia.
La negativa de un mayor ajuste le significa un costo sideral para las cuentas públicas de Francia. Con la reforma aprobada, el déficit primario (sin contar los intereses de deuda) aumentará del 3,4% del PBI en 2022 al 4,1% en 2023, y se reducirá muy gradualmente al 3,07% para el año 2026. Se trata de un sendero incluso más gradualista que el trazado por el presidente Alberto Fernández en las negociaciones con el FMI.
Macron se negó sistemáticamente a una reforma estructural del sistema, es decir, la privatización parcial o total del régimen de contribuciones sociales para atacar el problema de la insolvencia de manera definitiva. En lugar de eso, se optó por reparametrizar el sistema, y adecuarlo al envejecimiento poblacional por un cierto período de tiempo.
Sin haberse modificado los cimientos básicos del régimen previsional, el sistema de reparto entrará en crisis fiscal una y otra vez mientras se siga incrementando la cantidad de jubilados por cada trabajador activo aportando. Dentro del sistema no existe ninguna solución más que subir nuevamente la edad jubilatoria, recortar pensiones o endurecer los requisitos mínimos de aportes cada vez más.
Economía
Igual al kirchnerismo: Macron lanza un masivo plan de control de precios por 90 días para “combatir la inflación”
El presidente francés abandonó la moderación y lanzó el programa “trimestre anti-inflación”, un paquete de medidas de extrema izquierda similar a los “Precios Justos” que se aplican en Argentina y Venezuela.

Lejos quedó la figura de mandatario moderado que alguna vez mostró el francés Emmanuel Macron. Este lunes, el presidente de la Quinta República anunció un paquete de medidas de extrema izquierda para “combatir la inflación”.
En un acto completamente desesperado, y yendo en contra de sus aliados liberales en el gobierno, Macron anunció un congelamiento generalizado de precios por 90 días (un trimestre), bajo el programa “trimestre anti-inflación” con características muy similares a las que se emplean en el programa de “Precios Justos” en Argentina y Venezuela.
Las principales cadenas de supermercados galas se verán afectadas, principalmente Carrefour e Intermarché, que deberán mantener fija una canasta de entre 400 y 500 productos. De igual manera, la cadena Casino desplegó su propia lista de 500 precios congelados por 90 días, la cual tendrá vigencia a partir del próximo 15 de marzo.
Cabe destacar que a lo largo de la historia, todas y cada una de las intervenciones fiscales fracasaron en sus pretensiones por contener el impacto de la inflación, ya que la suba generalizada de los precios es un fenómeno que se desprende de la expansión de la oferta monetaria.
“Será una medida masiva, efectiva y de protección, que garantizará el precio más bajo posible en una serie de artículos, que serán elegidos libremente por los distribuidores, tomando el nivel de precio más bajo posible de los márgenes de los minoristas”, declaró el ministro de Economía Bruno Le Maire.
Se trata de un programa que combina el acuerdo con el control de precios. Se le permite a los supermercados establecer sus propias listas de precios congelados por 90 días, aunque se los insta a hacerlo, y como resultado se genera un costo de millones de euros sobre los márgenes del comercio minorista. A cambio, el Gobierno galo promete interceder como negociador frente a proveedores mayoristas, a fin de compensar parte de las pérdidas.
“Reabriremos las negociaciones comerciales con los grandes industriales para que la rebaja de los precios al por mayor, que estamos viendo en los mercados”, anunció el ministro de Economía.
Lo cierto es que este tipo de programas conforman una suerte de parche temporal más que una solución a mediano y largo plazo. La inflación volvió a aumentar en febrero y alcanzó el 6,2% interanual y es la más alta desde 1985, mientras que en el rubro de los alimentos (el más preocupante para la opinión pública) la inflación superó el 14%.
Conforme no se corrija el excedente monetario en la economía, la demanda nominal de todos los bienes y servicios seguirá aumentando generalizadamente y los precios deberán ajustarse al alza. El Banco Central Europeo elevó la tasa de interés al 3% anual a partir de febrero, pero reaccionó muy tardíamente a la inflación.
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