Italia
El primer año de Meloni: Menos subsidios, menos impuestos y récord de puestos de trabajo en Italia
La administración de Meloni inició el sendero de reformas estructurales que Italia necesita, apuntando a rebajar la presión fiscal y eliminar las barreras para el crecimiento después de casi dos décadas de estancamiento secular. El desempleo se redujo al umbral más bajo de los últimos 14 años.

Este 25 de septiembre se cumple exactamente un año desde el triunfo histórico de Giorgia Meloni en las elecciones generales de 2022, iniciando un camino de reformas estructurales para revertir el estancamiento que sufre la economía italiana desde principios de la década del 2000.
Meloni logró la aprobación de la reforma del sistema tributario para rebajar las alícuotas sobre los ingresos de personas físicas y sociedades. También consiguió el respaldo parlamentario para flexibilizar y modernizar la legislación laboral, y emprendió un ambicioso ajuste al gigantesco “Estado de Bienestar” que asfixia al país.
En vista al año 2024, la Presidenta de Italia prometió abordar los cambios pendientes en el sistema impositivo para continuar con las rebajas sobre la clase media y las empresas, así como desarrollar un combate frontal contra la inmigración legal en el país.
Las reformas que conquistó Meloni en sus primeros meses de gestión
Reforma tributaria
El Gobierno de la “Coalición de centroderecha” consiguió aprobar un total de dos reformas que avanzan en una dirección clara: el objetivo es pasar de un sistema de tasas progresivas sobre los ingresos de personas físicas (sumamente distorsivo) a uno que aplique una tasa unificada y rebajada, lo que se conoce como “flat-tax”.
Este sistema fue propuesto en múltiples oportunidades en los países desarrollados, por ejemplo durante las administraciones de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, entre muchos otros. Actualmente tiene vigencia en algunos países, por ejemplo en Rusia desde el año 2002 por iniciativa de Vladimir Putin.
El impuesto sobre la renta IRPF mantenía hasta 5 escalas progresivas en 2021 que iban del 23% al 43% respectivamente. Para el año fiscal 2022 el sistema se redujo a 4 categorías, en las cuales se rebajaron considerablemente las tasas aplicables para los ingresos medios y bajos.
Más tarde la reforma tributaria de 2023, ratificada por el Senado italiano en agosto, nuevamente modificó el sistema para imponer solo 3 categorías. Se estableció una tasa del 23% para ingresos de hasta 15.000 euros anuales, 27% para el umbral de 15.000 a 50.000 euros, y finalmente una tasa marginal superior del 43% para ingresos más elevados. Nuevamente, el alivio fiscal recayó sobre las categorías medias y bajas.
La apuesta para el año fiscal 2024 será volver a profundizar la simplificación del sistema tributario hasta converger, eventualmente, a una tasa unificada. Se apunta a consolidar una tasa única y reducida para el año fiscal 2027. De esta manera, las distorsiones generadas por el impuesto serían virtualmente eliminadas y se estimularía de una mejor manera el crecimiento de la oferta laboral.
Reforma laboral
El Gobierno avanzó con una fuerte desregulación de los contratos de duración determinada. El decreto de Meloni anunciado el día 1° de mayo, el día del trabajador a nivel internacional, dispuso la ampliación de 12 a 24 meses el límite para este tipo de contratos.
Se ampliaron los incentivos fiscales para la contratación de jóvenes menores de 30 años que no estudian ni trabajan, principalmente mediante una reducción de cargas patronales a cargo del empleador. Meloni anunció una histórica reforma sobre la tasa de impuesto de sociedades, aplicable sobre las utilidades no distribuidas.
En Italia se pagaba una tasa media del 24%, pero tras la reforma de Meloni se creó una alícuota preferencial del 15% aplicada para empresas que declaren una ampliación de su planta permanente de personal.
El mercado laboral respondió positivamente a todos los cambios que se fueron acumulando desde octubre del año pasado. La tasa de desocupación retrocedió al 7,6% de la población activa al término de julio, registrando los valores más bajos desde 2009. La tasa de ocupación alcanzó el 61,3% de la población total de referencia, dos puntos porcentuales por encima del nivel que había antes de la pandemia.
Recorte del “Estado de Bienestar”
El ajuste al tamaño del sector público comenzó a través de las onerosas transferencias sociales que el Estado italiano otorgaba para personas que realmente no las necesitaban. El gigantesco peso del “Estado de bienestar” requiere una presión fiscal que resulta incompatible con el crecimiento, por lo que la reestructuración es de suma importancia.
Meloni anunció la quita de subsidios para un total de 202.000 personas entre julio y agosto, todo esto a cuenta del programa “Renta Ciudadana”. En el recorte no fueron incluidas aquellas familias con hijos menores de edad, o con algún integrante en situación de discapacidad que requiere de constante asistencia económica.
Todas las personas que percibieron este subsidio del Estado, en perfectas condiciones de trabajar, pero que rechazaron por lo menos dos ofertas laborales concretas, fueron despojadas de los beneficios. Asimismo, el Gobierno ofreció un Apoyo para la Formación y el Trabajo (SFL por sus siglas en italiano) para facilitar su incorporación al mercado laboral en los próximos meses.
El recorte de estas partidas presupuestarias es fundamental para concretar la meta fiscal del año 2023, que pretende recortar a la mitad el déficit financiero del Gobierno consolidado.
Economía
Italia creó 523.000 puestos de trabajo desde que Meloni llegó al poder, y la tasa de desocupación cayó al nivel más bajo en 15 años
El desempleo se desplomó al 7,3% en el mes de agosto, marcando el registro más bajo observado desde diciembre de 2008. La caída es cada vez más fuerte desde el lanzamiento de la reforma laboral, y solamente en agosto se crearon 59.000 puestos de trabajo formales.

La economía italiana sigue mostrando indicios de un sólido mercado laboral, potenciado por las políticas de liberalización regulatoria impulsadas desde el Gobierno de Giorgia Meloni. De hecho, aunque el país todavía no logra recuperar el nivel de actividad previo a la crisis de 2008, el mercado laboral muestra los mejores resultados desde aquel entonces.
Solamente en agosto se crearon un total de 59.000 puestos de trabajo formales, y en lo que va de la administración de la derecha italiana totalizan 523.000. La tasa de ocupación batió un nuevo récord y llegó hasta el 61,5% de la población de referencia en el mes de agosto, el registro más alto de la historia desde el comienzo de las mediciones estadísticas a partir del 2004.
La tasa de desocupación cayó al 7,28% al término de agosto, y es oficialmente la cifra más baja observada desde diciembre de 2008. La creación de puestos de trabajo fue tan importante, que la tasa de desempleo logró bajar incluso en un contexto en donde aumenta la población económicamente activa (que llegó al 66,4% de la población total en agosto de 2023).
La tasa de desempleo juvenil retrocedió al 22%, nuevamente marcando el registro más percudido en 14 años. Italia se acerca cada vez más a los parámetros de la zona Euro, que mantiene una tasa de desocupación en torno al 6,4% respectivamente.
Para poder lograr estos resultados Meloni llevó a cabo una serie de reformas, entre las más importantes la reforma del sistema tributario (desde finales del año pasado) y la reforma laboral, decretada a partir de mayo de 2023.
Tras la aprobación de la reforma laboral de Meloni, se profundizaron los recortes impositivos que habían sido anunciados hace un año: un recorte de la carga fiscal del 7% para ingresos de hasta 25.000 euros anuales, y del 6% para ingresos de entre 25.000 y 35.000. Esto permitió incentivar el crecimiento de la oferta laboral (la población activa) para favorecer el crecimiento.
Por otra parte, la reforma laboral avanzó fuertemente con la flexibilización de la legislación italiana. Se ampliaron las posibilidades legales para prorrogar todos los contratos de índole temporal hasta un año adicional de lo que regía anteriormente, y se establecieron incentivos fiscales para la contratación de personas menores de 30 años.
También se anunció una alícuota diferencial y reducida del 15%, que será percibida por un cierto tiempo, para las empresas que declaren una ampliación de su planta permanente de personal.
El tercer pilar de la reforma es la eliminación progresiva del programa “Renta Ciudadana” para todas las personas que están en condiciones de trabajar. La medida apunta, otra vez, a dinamizar la oferta laboral de Italia y reducir el gasto público elefantiásico. Este programa será finalmente liquidado a partir de 2024, y pasará a sustituirse por el “Cheque de Inclusión” con un carácter mucho más selectivo.
África
Italia y Libia reanudan los vuelos comerciales tras 10 años: Se había cortado por la Guerra Civil
Un vuelo MT522, operado por la aerolínea libia Medsky Airways, partió del Aeropuerto Internacional de Mitiga en Trípoli hacia el Aeropuerto Leonardo da Vinci-Fiumicino de Roma. Un vuelo de regreso estaba programado para aterrizar en Trípoli el sábado por la tarde.

Italia y Libia, país devastado por la guerra, reanudaron el sábado los vuelos comerciales por primera vez en una década, confirmaron las autoridades de la capital libia. Habrá un vuelo de ida y vuelta entre las capitales libia e italiana los sábados y miércoles, según el anuncio del aeropuerto de Mitiga.
El vuelo MT522, operado por la aerolínea libia Medsky Airways, partió del Aeropuerto Internacional de Mitiga en Trípoli hacia el Aeropuerto Leonardo da Vinci-Fiumicino de Roma. Un vuelo de regreso estaba programado para aterrizar en Trípoli el sábado por la tarde, según el Aeropuerto Internacional de Mitiga.
El gobierno del primer ministro Abdul-Hamid Dbeibah en Trípoli elogió la reanudación de los vuelos, teniendo en cuenta que Italia y otras naciones occidentales prohibieron los vuelos desde el país norafricano en un contexto en el que Libia se sumió en levantamientos populares en el marco de la Primavera Árabe en 2011, lo cual dio pie a una intervención militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que acabó con la vida del dictador Muammar Gadafi.
En este tiempo, Libia sólo ha tenido vuelos directos a destinos limitados, incluidas ciudades en Egipto, Túnez y Jordania.
Todo terminaría en una guerra civil entre el Este y el Oeste del país que, en uno u otro sentido, continúa hoy en día. Cada bando está respaldado por milicias armadas y gobiernos extranjeros. Desde entonces, Libia está dividida entre dos gobiernos rivales.
Uno de ellos tiene su sede en el este del país y está respaldado por Khalifa Haftar. En el oeste, el gobierno liderado por el empresario Abdel Hamid Dbeibah se estableció en 2021 bajo un acuerdo mediado por las Naciones Unidas (ONU).

Esta última administración debió celebrar elecciones presidenciales y legislativas, supuestamente para reunir a todas las instituciones libias, que han estado divididas desde la caída de Gadafi en octubre de 2011. Aunque planeadas para diciembre de 2021 y enero de 2022, las elecciones se retrasaron indefinidamente debido a los desacuerdos entre las facciones occidental y oriental.
En este contexto, en marzo de 2022, el parlamento con sede en el este de Libia nombró a un nuevo gobierno y un nuevo primer ministro, Fathi Bashagha, quien posteriormente fue suspendido de su cargo en mayo de 2023. Así las cosas, el país sigue estancado.
Se supone que una nueva iniciativa de la ONU permitirá la celebración de elecciones simultáneas antes de finales de 2023. Sin embargo, Jalel Harchaoui, investigador de RUSI, un think tank británico especializado en defensa y seguridad, advierte que las elecciones podrían retrasarse por la tragedia en Derna, al este del país.
El paso de la Tormenta Daniel, la cual generó una serie de inundaciones en el este de Libia, ha hecho aún más compleja la vida diaria de los civiles libios y ha provocado grandes cuestionamientos sobre la infraestructura del país devastado por la guerra.
Las represas en Derna, en el este de Libia, no se han mantenido durante más de dos décadas, ha afirmado Ahmed Madroud, vicealcalde de la ciudad; quien también agregó que la destrucción de la tormenta Daniel en Derna será difícil de reparar.
La tormenta Daniel “es ilustrativa del tipo de inundación devastadora que podemos esperar cada vez más en el futuro” a medida que el mundo se calienta, dijo Lizzie Kendon, profesora de ciencias del clima en la Universidad de Bristol.

El servicio de monitoreo climático de la Unión Europea, Copernicus, aseguró que el aumento de las temperaturas globales de la superficie del mar estaba impulsando niveles récord de calor en todo el mundo.
Italia
La Unión Europea rechaza un bloqueo naval para frenar la ola migratoria y Meloni lanza nuevos centros de detención en Italia
La líder de la derecha italiana Giorgia Meloni prometió tomar “medidas extraordinarias” para hacer frente a la afluencia de inmigrantes, mientras la Unión Europea rechaza cerrar sus fronteras.

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, anunció “medidas extraordinarias” después de que Lampedusa, una isla italiana cerca del norte de África, se viera invadida la semana pasada por casi 10.000 inmigrantes ilegales africanos en menos de 72 horas.
El gobierno local inmediatamente declaró el estado de emergencia, dado que la isla ya tenía sobrepoblación con 6.000 habitantes, incluso antes de que llegara esta nueva ola migratoria que triplicó la población en cuestión de días.
A pesar de su promesa de campaña de endurecer las políticas migratorias, Meloni ha estado atada de manos por la Unión Europea, la organización supranacional que no solo se encarga de la moneda y las políticas comerciales de los países miembros, si no que también de su política fronteriza.
De esta manera, Meloni le pidió formalmente a la Unión Europea que realice un bloqueo naval en el Mar Mediterráneo, para frenar de cuajo la ola de inmigrantes. Sin embargo, después de una vista en conjunto de Meloni y la presidente del Consejo Europeo, Ursula Von der Leyen, el gobierno con sede en Bruselas rechazó la petición.
Por ley de la Unión Europea, Italia no tiene permitido deportar a estos inmigrantes, quienes al tocar tierra en Lampedusa son considerados refugiados de guerra y tienen permiso a quedarse en Europa y aplicar para la ciudadanía.
Para descongestionar la isla, Meloni ha estado moviendo a los más de 10.000 inmigrantes en ferry de Lampedusa a Sicilia y otros puertos, para así poder trasladarlos a la Italia continental. Pero la movilización es lenta y no hace nada para resolver el problema subyacente: la Unión Europea obliga a Italia a tener fronteras completamente abiertas.
Esperando que sigan llegando inmigrantes africanos a Italia, el gobierno de Meloni lanzó una serie de medidas extraordinarias, entre ellos la extensión del tiempo en que un inmigrante ilegal puede permanecer detenido en Italia, elevándolo de 12 a 18 meses.
También ordenó la inmediata construcción de nuevos centros de detención para retener a todos los nuevos inmigrantes que van llegando, ya que la falta de capacidad siempre ha sido un problema en Italia y esto ha llevado incluso a que gobiernos anteriores tuvieran que dejar a los inmigrantes libres por falta de espacio.
En junio de este año, Meloni estuvo junto a Von der Leyen y el dictador de Túnez, Kais Saied, en la capital del país africano, donde las tres partes firmaron un acuerdo prometiendo ayuda económica a cambio de ayuda para impedir las salidas.
Si bien esto tuvo efectos inmediatos y en julio y agosto bajó la inmigración, septiembre vio la explosión migratoria más grande en años, y el régimen tunecino parece incapaz de detener a sus propios habitantes de arriesgarse a cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa.
Meloni resucitó los llamados de un bloqueo naval total al norte de África para evitar que los traficantes de personas lancen sus barcos de contrabando al Mediterráneo. La realidad es que los inmigrantes le entregan todos sus ahorros a traficantes para que los suban a sus barcos y luego los arrojen en el medio del Mediterráneo.
Esta peligrosa estrategia es recompensada por diferentes ONGs de rescate que se ubican en la zona, muchas veces en connivencia con los traficantes, para inmediatamente rescatarlos del agua, y valiéndose de los tratados de la Unión Europea, los llevan directamente a la isla más cercana, que suele ser Lampedusa, convirtiéndolos automáticamente en refugiados de guerra.
Esta aceitada máquina ha permitido un masivo éxodo de africanos hacia Europa desde que estalló la Primavera Árabe en 2011, cuando surgió el Estado Islámico (ISIS) y cientos de miles de personas de Libia, Túnez, Egipto, Marruecos y Argelia emprendieron el peligroso viaje a Italia.
En 2015, se calculó que hay por lo menos 1 millón de africanos que llegaron de esta manera viviendo en Italia, con el número estimado en ya 2 millones para 2023. Cabe recordar que antes de la Primavera Árabe se contabilizaba en menos de 200.000, por lo que hubo un crecimiento demográfico africano del 900% en la última década en Italia.
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