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Italia

La Lega bloquea la aprobación de una "ley contra la homotransfobia" en el Senado de Italia

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Matteo Salvini ha frenado un proyecto conocido como "Ley Zan", que busca establecer duras penas para las personas que cometan o inciten a través de declaraciones públicas la "discriminación contra la comunidad LGBT".

En las últimas semanas el debate político en Italia ha estado totalmente acaparado por la discusión de la denominada "Ley Zan", un proyecto presentado por la izquierda que busca limitar la libertad de expresión de los italianos e implementar medidas contra la "homotransfobia".

La ley parecía que iba a ser aprobada fácilmente debido al apoyo casi unánime de la coalición de gobierno, pero el 30 de junio el líder del partido de derecha Lega, Matteo Salvini, anunció durante una entrevista con la emisora radial Rtl 102.5 que su bloque no apoyaría el proyecto.

El senador italiano declaró que no estaba completamente a favor de todos los aspectos del proyecto de ley "contra la homofobia" conocido en Italia como “DDL Zan”, en honor al diputado italiano y activista LGBT Alessandro Zan, integrante del Partido Demócrata y propulsor de la legislación en el Congreso.

Salvini, quien supo ser vicepresidente y ministro del Interior del gobierno entre 2018 y 2019, sostuvo que se encontraba preocupado que el proyecto de ley restringiera la libertad de pensamiento y expresión. Sin embargo, el líder político expresó que no se opone a penas más duras para quienes cometen actos de violencia concretos contra las personas por sus preferencias sexuales. 

Nome: Ddl. Cognome: Zan - la Repubblica
Alessandro Zan, impulsor de la ley "contra la homotransfobia" en el Congreso

Otro actor importante que expresó su posición con respecto al proyecto de ley fue el Vaticano. Según reveló el diario italiano Il Corriere della Sera, el secretario de Relaciones con los Estados del Vaticano, Paul Gallagher, presentó una carta abierta ante la Embajada Italiana de la Santa Sede, que señala que “algunos contenidos actuales de la propuesta legislativa que se está examinando en el Senado reducen la libertad garantizada a la Iglesia católica por el artículo 2 del acuerdo de revisión del Concordato”. Este acuerdo regula las relaciones entre la Iglesia y el Estado firmado durante el gobierno de Bettino Craxi en 1984.

Puntualmente, el Vaticano ha alzado la voz contra la disposición que prevé que las escuelas católicas privadas serían obligadas a organizar actividades "de concientización de género" durante la futura jornada Nacional contra la Homofobia, pautada para todos los 17 de mayo según este proyecto de ley. Además, la institución liderada por el Papa Francisco considera que el proyecto de ley ataca contra la libertad de pensamiento de los católicos.

Si bien parecía que Salvini solo no podría frenar la aprobación del proyecto -que ya recibió media sanción en la Cámara de Diputados pero espera votación en el Senado- este lunes el bloque de Italia Viva, el partido socialdemócrata de Matteo Renzi, ex primer ministro y uno de los principales líderes opositores, ha adherido a la propuesta de cambiar el texto de la ley Zan.

En caso de aprobarse estas modificaciones en el Senado, se reiniciaría el proceso parlamentario y se debería volver a votar en la Cámara de Diputados.

¿Qué establecería la Ley Zan? 

El actual proyecto de ley pretende modificar una ley de 1993 con la que se castiga la comisión e incitación de la violencia y discriminación por motivos raciales, étnicos, religiosos o de nacionalidad, para incluir “la orientación sexual e identidad de género”. Esta misma ley establece una pena desde los seis meses hasta los 4 años de cárcel.

Los cambios más polémicos en la ley proponen penas incluso por discriminación en el ámbito público, que abarca hasta subir una publicación "homofóbica" a las redes sociales. Además, se establecen actividades obligatorias de promoción de la diversidad sexual en escuelas y centro de menores.

Giorgia Meloni, líder del partido conservador Fratelli D’Italia, luego de la nota enviada por la Santa Sede, sostuvo que la ley Zan plantea una cuestión de “disputa entre dos estados soberanos que tienen un Concordato, que una de las dos partes cree que corre peligro de ser violado y que la más correcto sería suspender el debate”.

El proyecto de ley se encuentra atravesando un terreno sinuoso como consecuencia del “obstruccionismo”, según denunció el Partido Demócrata, ya que se encuentra trabado por el Presidente de la Comisión de Justicia del Senado, Andrea Ostellari, miembro de La Lega, hasta que una mayoría parlamentaria se ponga de acuerdo para votarla o modificarla.


Por Tadeo Pittari, para La Derecha Diario

Italia

Meloni desafía a la Sea Watch que impulsa la llegada de inmigrantes ilegales a Italia: "Detendremos la inmigración ilegal, les guste o no"

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Ante la negativa de Meloni de permitir la entrada de inmigrantes irregulares, Sea Watch llegó a desearles "lo peor desde el fondo de su corazón" a las autoridades italianas.

La primer ministro italiana, Giorgia Meloni, y la ONG alemana Sea Watch están en el centro de una intensa controversia sobre la política migratoria en el Mediterráneo. El conflicto surgió tras la participación de Meloni en el Foro Mediterráneo sobre Migraciones, celebrado en Trípoli, Libia, el 17 de julio.

Sea Watch, una organización dedicada al rescate de inmigrantes ilegales en el mar, criticó severamente la presencia de Meloni en el foro. La ONG acusó a la mandataria italiana y al primer ministro libio, Abdul-Hamid Dbeibeh, de promover una “política migratoria distópica”. En un acto inusual, Sea Watch expresó su deseo de que les ocurriera “lo peor desde el fondo de su corazón” a los participantes del evento.

La respuesta de Meloni fue inmediata. A través de sus redes sociales, la primera ministra italiana cuestionó el “silencio” de Sea Watch respecto a las actividades de los traficantes de personas.

Meloni afirmó: “Sea Watch critica a quienes acudieron a Libia para discutir cómo detener la inmigración ilegal creando desarrollo, pero no dice nada sobre los traficantes que se han enriquecido matando a miles de personas”.

La líder italiana defendió su participación en el foro, argumentando que su propósito era encontrar soluciones para frenar la inmigración ilegal hacia Europa a través del Mediterráneo. Reafirmó la postura de su gobierno: “El Gobierno italiano seguirá trabajando para detener la trata de personas, la inmigración ilegal y las muertes en el mar. Les guste o no”.

Durante su intervención en el foro de Trípoli, Meloni afirmó que “los inmigrantes ilegales son enemigos de los legales”, afirmando que Italia ha cerrado las puertas a la inmigración regular debido al exceso de migrantes irregulares. También criticó a las “organizaciones criminales”, refiriéndose a las ONG que rescatan inmigrantes en el Mediterráneo, que asumen el derecho de decidir “quién tiene derecho a entrar en Italia y quién no”.

El Foro Mediterráneo sobre Migraciones reunió a líderes de Estados y Gobiernos de países europeos y africanos. El encuentro buscó abordar las causas profundas de la migración irregular mediante el desarrollo sostenible, la mejora de la gobernanza y la cooperación internacional.

Este enfrentamiento entre Meloni y Sea Watch pone de manifiesto las tensiones entre el gobierno italiano y las organizaciones de rescate de inmigrantes. Roma ha implementado medidas para limitar las operaciones de estas ONG, incluyendo una ley que obliga a los barcos de rescate a dirigirse inmediatamente a un puerto designado después de recoger migrantes, sin continuar su patrulla en busca de otros náufragos.

La política migratoria de Meloni, caracterizada por su dureza, ha generado críticas de organizaciones humanitarias. Sin embargo, la primera ministra mantiene que estas medidas son necesarias para combatir la inmigración ilegal y prevenir las muertes en el mar.

El debate sobre la gestión de la migración en el Mediterráneo sigue siendo un tema candente en la política europea, con gobiernos como el de Italia abogando por un enfoque más restrictivo, mientras que las ONG y la Unión Europea promueven políticas más globalistas en torno a la inmigración ilegal, dejando entrar a cualquier clase de persona, que luego termina provocando un aumento en los índices de homicidios, robos y violaciones.


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Argentina

A pesar de no formar parte del grupo, Javier Milei asistirá al G7 por invitación personal de Giorgia Meloni

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La primera ministra de Italia extendió la invitación al Presidente de la República Argentina, Javier Milei, para participar en la próxima cumbre del Grupo de los Siete.

El Grupo de los Siete (G7) es el foro político y económico más poderoso del mundo, englobando a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Este año, la cumbre está programada para celebrarse en junio en la región italiana de Apulia.

Si bien Argentina no es parte del grupo, este año los 7 líderes más importantes del mundo estarán acompañados por el presidente Javier Milei, gracias a una invitación personal que le extendió la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, encargada de organizar el evento en esta ocasión.

Este gesto, que ha sido recibido con interés y anticipación, refleja la creciente importancia de Milei en la arena política internacional y destaca la influencia que ha ganado como líder mundial. Y no solo Meloni quiere tenerlo presente en G7, ya que estas invitaciones suelen realizarse en consenso con los demás integrantes.

La invitación formal fue entregada a través de una nota diplomática, transmitida por el embajador italiano en Argentina, Fabrizio Lucentini, y recibida con gratitud por la cnciller Diana Mondino. La confirmación de la participación de Milei en la cumbre del G7 representa un reconocimiento significativo de su papel como figura destacada en la política global y subraya la creciente relevancia de Argentina en el escenario internacional.

Fue así la cuenta oficial de Cancillería la que emitió un comunicado anunciando la invitación de Meloni a Milei para participar en la cumbre más importante del año. El mensaje enfatizó la importancia de fortalecer los lazos bilaterales entre Argentina e Italia y destacó el papel crucial que desempeñará Milei en el diálogo sobre cuestiones de interés mutuo durante la reunión.


De esta manera, Milei le agregará un poco de liberalismo a una cumbre que prometía ser un epicentro de la izquierda mundial, ya que este año coinciden el presidente de EE.UU., Joe Biden; el líder socialista de Alemania, Olaf Scholz; el progresista premier canadiense, Justin Trudeau; el socialdemócrata presidente de Francia, Emmanuel Macron; y el centrista premier inglés, Rishi Sunak.

Por la derecha, solo iban a estar el premier de Japón, Fumio Kishida, y la propia Georgia Meloni. Ahora ambos discutirán con el resto de los integrantes con Milei dando respaldo y su singular visión del mundo.

La participación de Javier Milei en la cumbre del G7 brindará una oportunidad única para que Argentina exprese su visión y perspectivas sobre una serie de temas globales clave, incluyendo la economía mundial, la seguridad internacional y el cambio climático, todos puntos donde la visión del mandatario argentino difiere del establishment del Grupo.

Además, permitirá a Milei establecer contactos con líderes de otros países con quienes todavía no ha tenido la oportunidad de reunirse, y fortalecer los lazos diplomáticos de Argentina en el escenario internacional.

Es importante destacar que la invitación de Meloni a Milei no solo refleja la afinidad ideológica entre ambos líderes, sino también la creciente cooperación entre Italia y Argentina en una variedad de áreas, incluyendo el comercio, la seguridad y la política internacional. Esta colaboración estratégica entre dos naciones democráticas y comprometidas con los valores occidentales conservadores resulta fundamental en el escenario tanto latinoamericano como europeo.

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Economía

Meloni busca privatizar el Servicio Postal y los ferrocarriles en Italia, después de décadas de estar en quiebra

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La venta de activos estatales facilitaría la cancelación de compromisos de deuda y el necesario equilibrio de las finanzas públicas. Las autoridades preparan un drástico ajuste fiscal para 2024.

La Primer Ministra Georgia Meloni anunció recientemente la vocación del Gobierno por la privatización de una gran cantidad de activos estatales. Estas maniobras permitirían dos objetivos principales: se podrían obtener acreencias importantes para cancelar compromisos de deuda a corto plazo, y también se facilitaría el equilibrio de las finanzas públicas.

El Gobierno anunció que buscará lanzar a la venta el 13% del paquete accionario de Correo Italiano. Actualmente el Estado italiano retiene el total del paquete accionario: en un 65% de forma directa, y en un 35% a través del banco de desarrollo Cassa Depositi e Prestiti (del cual el Estado es dueño en un 82%).

Por otra parte, el Gobierno también evalúa la privatización parcial de Ferrocarriles Estatales Italianos (FS), la empresa insignia que tomó especial protagonismo durante los años del fascismo. Se trata de una de las privatizaciones más complejas dentro del prontuario que anunció el oficialismo, por lo que el proceso podría demorar años en consumarse.

“Creo que existe la posibilidad de que particulares participen en acciones minoritarias en empresas que hoy están totalmente bajo control público, y este es el caso de los ferrocarriles”, expresó la Primer Ministra.

Meloni demostró su determinación a favor de las privatizaciones por primera vez en noviembre del año pasado, cuando se concretó la venta del 25% del paquete accionario del histórico Banco Monte dei Paschi di Siena, nada menos que la institución bancaria más antigua del mundo (fundada en el año 1472). Esto dejó una acreencia neta por 920 millones de euros.

El Estado asumió su control mayoritario durante la crisis financiera internacional de 2008, y el Gobierno de Meloni se comprometió a devolverlo a manos privadas. Tras esta primera maniobra, se propone continuar con la venta de acciones hasta desaparecer por completo la participación estatal en el banco.

Se estudiarán nuevos y sucesivos programas de privatización total o parcial de empresas públicas para alcanzar un objetivo de recaudación de al menos 20.000 millones de euros entre 2024 y 2026. Este programa ayudaría a mantener bajo control el crecimiento explosivo del endeudamiento.

El Estado italiano mantiene un stock de deuda pública superior al 143% del PBI, y un margen de deuda neta que representa por lo menos el 132% del producto respectivamente. La delicada situación financiera del sector público limita extremadamente su capacidad para recapitalizar las empresas bajo su control, por lo que la participación del sector privado resulta fundamental para evitar el deterioro general de los servicios prestados.

La apertura de las puertas hacia la privatización también contribuiría a mejorar notablemente el atractivo inversor por parte de capitales extranjeros, algo que fue especialmente relevante para países como Grecia en los últimos años.

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