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Organizaciones de derecha en Italia lanzan el “Mes del Orgullo de la Familia” en respuesta al “Mes del Orgullo Gay”

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Con la “Manifestación Nacional por la Vida”, organizaciones pro-vida y pro-familia lanzan el “Mes del Orgullo de la Familia”, ante la lluvia de propaganda pro-LGBT.

Con una masiva movilización pro-vida y pro-familia en Roma el pasado 20 de mayo, la organización ProVita E Famiglia lanzó el “Mes del Orgullo de la Familia“, para contrarrestar el masivo “Mes del Orgullo Gay” que se celebra en todo Occidente durante el mes de junio.

Esta organización católica es cercana al partido Fratelli d’Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, quien no se pronunció por el momento sobre esta iniciativa, pero sin dudas cuenta con el apoyo de su agrupación partidaria.

Se calcula que hubo alrededor de 10.000 personas, y además de muchos jóvenes junto a sus familias, se contó con la presencia de párrocos de la diócesis de Viterbo, monjas, y dirigentes políticos, que se juntaron en Piazza della Repubblica y, con los colores rosa y celeste, que en Italia simbolizan a los movimientos pro-vida, se dirigieron a la Piazza San Giovanni, donde se estaba preparando un escenario para un concierto.

A lo largo de toda la recorrida, manifestantes acompañaron con el ruido de tambores, y al final, hubo un concierto de rock “pro-vida” para los más jóvenes.

Ningún renacimiento demográfico será posible si seguimos guardando silencio sobre la verdad sobre el aborto, que no es más que la supresión de un ser humano vivo, inofensivo e inocente en el útero“, declaró ante la prensa Jacopo Coghe, uno de los líderes de ProVita. 

En la manifestación pro-vida también participó el ex alcalde de Roma, el derechista Gianni Alemanno: “Marchar junto a estas personas hoy significa querer dar voz a una comunidad que habla del derecho a la vida, pero que promueve una posición que no puede ser una opción partidista“.

Italia

El primer año de Meloni: Menos subsidios, menos impuestos y récord de puestos de trabajo en Italia

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La administración de Meloni inició el sendero de reformas estructurales que Italia necesita, apuntando a rebajar la presión fiscal y eliminar las barreras para el crecimiento después de casi dos décadas de estancamiento secular. El desempleo se redujo al umbral más bajo de los últimos 14 años.

Este 25 de septiembre se cumple exactamente un año desde el triunfo histórico de Giorgia Meloni en las elecciones generales de 2022, iniciando un camino de reformas estructurales para revertir el estancamiento que sufre la economía italiana desde principios de la década del 2000.

Meloni logró la aprobación de la reforma del sistema tributario para rebajar las alícuotas sobre los ingresos de personas físicas y sociedades. También consiguió el respaldo parlamentario para flexibilizar y modernizar la legislación laboral, y emprendió un ambicioso ajuste al gigantesco “Estado de Bienestar” que asfixia al país.

En vista al año 2024, la Presidenta de Italia prometió abordar los cambios pendientes en el sistema impositivo para continuar con las rebajas sobre la clase media y las empresas, así como desarrollar un combate frontal contra la inmigración legal en el país.

Las reformas que conquistó Meloni en sus primeros meses de gestión

Reforma tributaria

El Gobierno de la “Coalición de centroderecha” consiguió aprobar un total de dos reformas que avanzan en una dirección clara: el objetivo es pasar de un sistema de tasas progresivas sobre los ingresos de personas físicas (sumamente distorsivo) a uno que aplique una tasa unificada y rebajada, lo que se conoce como “flat-tax”

Este sistema fue propuesto en múltiples oportunidades en los países desarrollados, por ejemplo durante las administraciones de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, entre muchos otros. Actualmente tiene vigencia en algunos países, por ejemplo en Rusia desde el año 2002 por iniciativa de Vladimir Putin.

El impuesto sobre la renta IRPF mantenía hasta 5 escalas progresivas en 2021 que iban del 23% al 43% respectivamente. Para el año fiscal 2022 el sistema se redujo a 4 categorías, en las cuales se rebajaron considerablemente las tasas aplicables para los ingresos medios y bajos.

Más tarde la reforma tributaria de 2023, ratificada por el Senado italiano en agosto, nuevamente modificó el sistema para imponer solo 3 categorías. Se estableció una tasa del 23% para ingresos de hasta 15.000 euros anuales, 27% para el umbral de 15.000 a 50.000 euros, y finalmente una tasa marginal superior del 43% para ingresos más elevados. Nuevamente, el alivio fiscal recayó sobre las categorías medias y bajas.

La apuesta para el año fiscal 2024 será volver a profundizar la simplificación del sistema tributario hasta converger, eventualmente, a una tasa unificada. Se apunta a consolidar una tasa única y reducida para el año fiscal 2027. De esta manera, las distorsiones generadas por el impuesto serían virtualmente eliminadas y se estimularía de una mejor manera el crecimiento de la oferta laboral.

Reforma laboral

El Gobierno avanzó con una fuerte desregulación de los contratos de duración determinada. El decreto de Meloni anunciado el día 1° de mayo, el día del trabajador a nivel internacional, dispuso la ampliación de 12 a 24 meses el límite para este tipo de contratos.

Se ampliaron los incentivos fiscales para la contratación de jóvenes menores de 30 años que no estudian ni trabajan, principalmente mediante una reducción de cargas patronales a cargo del empleador. Meloni anunció una histórica reforma sobre la tasa de impuesto de sociedades, aplicable sobre las utilidades no distribuidas.

En Italia se pagaba una tasa media del 24%, pero tras la reforma de Meloni se creó una alícuota preferencial del 15% aplicada para empresas que declaren una ampliación de su planta permanente de personal.

El mercado laboral respondió positivamente a todos los cambios que se fueron acumulando desde octubre del año pasado. La tasa de desocupación retrocedió al 7,6% de la población activa al término de julio, registrando los valores más bajos desde 2009. La tasa de ocupación alcanzó el 61,3% de la población total de referencia, dos puntos porcentuales por encima del nivel que había antes de la pandemia.

Recorte del “Estado de Bienestar”

El ajuste al tamaño del sector público comenzó a través de las onerosas transferencias sociales que el Estado italiano otorgaba para personas que realmente no las necesitaban. El gigantesco peso del “Estado de bienestar” requiere una presión fiscal que resulta incompatible con el crecimiento, por lo que la reestructuración es de suma importancia.

Meloni anunció la quita de subsidios para un total de 202.000 personas entre julio y agosto, todo esto a cuenta del programa “Renta Ciudadana”. En el recorte no fueron incluidas aquellas familias con hijos menores de edad, o con algún integrante en situación de discapacidad que requiere de constante asistencia económica.

Todas las personas que percibieron este subsidio del Estado, en perfectas condiciones de trabajar, pero que rechazaron por lo menos dos ofertas laborales concretas, fueron despojadas de los beneficios. Asimismo, el Gobierno ofreció un Apoyo para la Formación y el Trabajo (SFL por sus siglas en italiano) para facilitar su incorporación al mercado laboral en los próximos meses.

El recorte de estas partidas presupuestarias es fundamental para concretar la meta fiscal del año 2023, que pretende recortar a la mitad el déficit financiero del Gobierno consolidado.

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Italia

La Unión Europea rechaza un bloqueo naval para frenar la ola migratoria y Meloni lanza nuevos centros de detención en Italia

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La líder de la derecha italiana Giorgia Meloni prometió tomar “medidas extraordinarias” para hacer frente a la afluencia de inmigrantes, mientras la Unión Europea rechaza cerrar sus fronteras.

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, anunció “medidas extraordinarias” después de que Lampedusa, una isla italiana cerca del norte de África, se viera invadida la semana pasada por casi 10.000 inmigrantes ilegales africanos en menos de 72 horas.

El gobierno local inmediatamente declaró el estado de emergencia, dado que la isla ya tenía sobrepoblación con 6.000 habitantes, incluso antes de que llegara esta nueva ola migratoria que triplicó la población en cuestión de días.

A pesar de su promesa de campaña de endurecer las políticas migratorias, Meloni ha estado atada de manos por la Unión Europea, la organización supranacional que no solo se encarga de la moneda y las políticas comerciales de los países miembros, si no que también de su política fronteriza.

De esta manera, Meloni le pidió formalmente a la Unión Europea que realice un bloqueo naval en el Mar Mediterráneo, para frenar de cuajo la ola de inmigrantes. Sin embargo, después de una vista en conjunto de Meloni y la presidente del Consejo Europeo, Ursula Von der Leyen, el gobierno con sede en Bruselas rechazó la petición.

Por ley de la Unión Europea, Italia no tiene permitido deportar a estos inmigrantes, quienes al tocar tierra en Lampedusa son considerados refugiados de guerra y tienen permiso a quedarse en Europa y aplicar para la ciudadanía.

Para descongestionar la isla, Meloni ha estado moviendo a los más de 10.000 inmigrantes en ferry de Lampedusa a Sicilia y otros puertos, para así poder trasladarlos a la Italia continental. Pero la movilización es lenta y no hace nada para resolver el problema subyacente: la Unión Europea obliga a Italia a tener fronteras completamente abiertas.

Esperando que sigan llegando inmigrantes africanos a Italia, el gobierno de Meloni lanzó una serie de medidas extraordinarias, entre ellos la extensión del tiempo en que un inmigrante ilegal puede permanecer detenido en Italia, elevándolo de 12 a 18 meses.

También ordenó la inmediata construcción de nuevos centros de detención para retener a todos los nuevos inmigrantes que van llegando, ya que la falta de capacidad siempre ha sido un problema en Italia y esto ha llevado incluso a que gobiernos anteriores tuvieran que dejar a los inmigrantes libres por falta de espacio.

En junio de este año, Meloni estuvo junto a Von der Leyen y el dictador de Túnez, Kais Saied, en la capital del país africano, donde las tres partes firmaron un acuerdo prometiendo ayuda económica a cambio de ayuda para impedir las salidas.

Si bien esto tuvo efectos inmediatos y en julio y agosto bajó la inmigración, septiembre vio la explosión migratoria más grande en años, y el régimen tunecino parece incapaz de detener a sus propios habitantes de arriesgarse a cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa.

Meloni resucitó los llamados de un bloqueo naval total al norte de África para evitar que los traficantes de personas lancen sus barcos de contrabando al Mediterráneo. La realidad es que los inmigrantes le entregan todos sus ahorros a traficantes para que los suban a sus barcos y luego los arrojen en el medio del Mediterráneo.

Esta peligrosa estrategia es recompensada por diferentes ONGs de rescate que se ubican en la zona, muchas veces en connivencia con los traficantes, para inmediatamente rescatarlos del agua, y valiéndose de los tratados de la Unión Europea, los llevan directamente a la isla más cercana, que suele ser Lampedusa, convirtiéndolos automáticamente en refugiados de guerra.

Esta aceitada máquina ha permitido un masivo éxodo de africanos hacia Europa desde que estalló la Primavera Árabe en 2011, cuando surgió el Estado Islámico (ISIS) y cientos de miles de personas de Libia, Túnez, Egipto, Marruecos y Argelia emprendieron el peligroso viaje a Italia.

En 2015, se calculó que hay por lo menos 1 millón de africanos que llegaron de esta manera viviendo en Italia, con el número estimado en ya 2 millones para 2023. Cabe recordar que antes de la Primavera Árabe se contabilizaba en menos de 200.000, por lo que hubo un crecimiento demográfico africano del 900% en la última década en Italia.

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Italia

La llegada de 10.000 inmigrantes africanos a Lampedusa desató la peor crisis migratoria de la historia de Italia

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La pequeña isla italiana tenía 6.000 habitantes antes del arribo de una ola de botes con migrates que triplacaron la población de la ciudad en 72 horas, llevando a un desastre humanitario y violencia.

Unos 10.000 inmigrantes africanos llegaron botes a la isla de Lampedusa en un periodo de 72 horas. En su mayoría hombres de edades entre 18 y 25 años, sin discapacidades ni problemas de salud. Estas personas alegan ser refugiados de guerra debido a los numerosos conflictos en el norte de África.

Sin embargo, tras la masiva ola migratoria que se desató entre 2011 y 2017 debido a la Primavera Árabe y el surgimiento del Estado Islámico (ISIS) en la región, la zona ha alcanzado niveles de paz que no se veían en años, por lo que la excusa de la guerra carece de sentido.

Pero la Unión Europea mantiene todavía su política de fronteras abiertas, y obliga a Italia como estado miembro a aceptar en su totalidad a cualquier inmigrante que llegue a sus fronteras aduciendo ser un refugiado de guerra.

La situación ha desatado una crisis humanitaria en la isla, que hasta la semana tenía una población total de 6.000 personas, y ha triplicado su cantidad de habitantes en cuestión de tres días. No hay espacio físico para tantas personas en una formación isleña de tan solo 20,2 km cuadrados de superficie.

Hace ya más de 10 años que Lampedusa se ha convertido en la primera ciudad a la que llegan los inmigrantes del norte de África, al ser el territorio italiano más cercano al continente africano, y ha servido como un centro de acogida para luego ser redirigidos, por obligación de la UE, a la Italia continental.

Sin embargo, las autoridades de la isla han declarado el estado de emergencia y pedido la ayuda del gobierno italiano de Roma ya que no tienen comida, medicina, ni vivienda para albergar a 10.000 de un día para el otro.

Hoy el Municipio declaró el estado de emergencia. Reclamamos lo que pedimos desde hace meses, que se trate de proteger la isla con naves rada, ayuda y apoyo para una isla que en estos meses sufrió un fuerte estrés”, explicó a los medios el alcalde de la isla, Filippo Mannino.

La primera ministra derechista Giorgia Meloni, que llegó al poder prometiendo como eje de campaña una mejor gestión migratoria y evitar este tipo de olas que destruyen la cohesión social de Italia, se ha visto impedida por las políticas supranacionales de la Unión Europea.

Meloni agarró un país en crisis y el balance fiscal de Italia depende fundamentalmente de los giros de ayuda de la Unión Europea. Por lo que el últimatum de la presidente del Consejo Europeo, Ursula Von der Leyen, que dijo que si Italia cerraba sus fronteras unilateralmente le quitaría toda la ayuda que le corresponde por ser estado miembro, puso un freno a las reformas migratorias que quería impulsar Meloni.

Otros países como Hungría y Polonia, con gobiernos de derecha, se han opuesto desde el principio a las medidas que la Unión Europea, y al día de hoy prácticamente no han recibido fondos de ayuda económica tras la pandemia, e incluso han sido multados gravemente por Bruselas. Pero para Orbán y Morawiecki es más importante controlar las fronteras que recibir ayuda económica de la Unión Europea.

En este sentido, la primera ministra Meloni, hizo un llamamiento este viernes a los países de la Unión Europea para crear una “misión naval europea” con el objetivo de bloquear el Mar Mediterráneo, atajar la crisis migratoria y evitar que esto vuelva a ocurrir.

Lamentablemente, no hay una vía legal para Italia para deportar a los 10.000 inmigrantes que acaban de llegar a Lampedusa. De todos modos, la población de la isla y la población de derecha en todo Italia le exige a Meloni que realice las deportaciones a pesar de cualquier multa que esto pueda convenir.

Meloni también ha invitado a Ursula Von der Leyen, a visitar la isla de Lampedusa, para que vea en primera persona las consecuencias de sus políticas. “He escrito a la presidenta de la Comisión Europea para pedirle que venga conmigo a Lampedusa para que comprenda personalmente la gravedad de la situación a la que nos enfrentamos y acelerar inmediatamente la aplicación del acuerdo con Túnez mediante la transferencia de los recursos acordados“, destacó.

En este sentido, Meloni ha asegurado que “la presión migratoria que Italia experimenta desde principios de este año es insostenible“, una situación que se ha dado debido a la “creciente inestabilidad” en el Sahel y a “los problemas que ya padecían los países africanos“.

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