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Europa

Quién es Klaus Schwab, el fundador del Foro Económico de Davos y autor de "El Gran Reseteo"

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Con una nueva entrega del Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos, su oscuro director y fundador, Klaus Schwab, sale de las sombras para hablar de sus peligrosas propuestas para el futuro.

Existe una gran cantidad de conspiranoia entorno a la figura de Klaus Schwab, el economista suizo-alemán que fundó el Foro Económico Mundial de Davos y ha aparecido vestido con ropas extravagantes que muchos vinculan a la masonería.

Si bien muchas de ellas han sido refutadas, por ejemplo la túnica negra la usó para aceptar un premio en una universidad de Lituania donde todos los profesores se visten así, la realidad en este caso supera la ficción.

Tras fundar el Foro Económico Europeo en 1971, Schwab fue una de las principales fuerzas que colaboró en la creación de la Unión Europea, y cuando cumplió con este objetivo, expandió su horizonte y convirtió su organización en el Foro Económico Mundial, con el objetivo expreso de instalar una Unión Global, un solo gobierno que tenga jurisdicción en todos los rincones del planeta.

Esto no lo oculta y lo ha repetido en reiteradas ocasiones. Lo menciona en todos los libros de su autoría y lo dice cada vez que le ponen una cámara en frente. Incluso, su conferencia en el Foro de Davos se llama "World Government Summit" ("Cumbre del Gobierno Mundial").

El Foro sostiene que "un mundo globalizado se gestiona mejor mediante una coalición de corporaciones multinacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil", y que los períodos de inestabilidad global, como la crisis financiera del 2008 y la pandemia del coronavirus son ventanas de oportunidad para intensificar sus esfuerzos programáticos.

Schwab defiende desde el podio del Foro de Davos una serie de ideas muy peligrosas, relacionadas con el control poblacional, la promoción del aborto como método anticonceptivo, ponerle un fuerte freno a la producción mundial de alimentos para combatir el cambio climático, redistribución de la riqueza, y otros conceptos que propone en sus libros: "La Cuarta Revolución Industrial" y "COVID-19: El Gran Reseteo".

Este último, el más infame, es una tesis en la que expone "las graves fallas del capitalismo", y llama a un gran reseteo del modelo socio-económico que generó la mayor prosperidad en la historia de la humanidad.

"Las cuarentenas por COVID-19 pueden estar disminuyendo gradualmente, pero la ansiedad sobre las perspectivas sociales y económicas del mundo solo se están intensificando. Hay buenas razones para preocuparse: ya ha comenzado una fuerte recesión económica y podríamos estar enfrentando la peor depresión desde la década de 1930. Pero, si bien este resultado es probable, no es inevitable", explica en su reseña.

"Para lograr un mejor resultado, el mundo debe actuar de forma conjunta y rápida para renovar todos los aspectos de nuestras sociedades y economías, desde la educación hasta los contratos sociales y las condiciones de trabajo. Todos los países, desde Estados Unidos hasta China, deben participar, y todas las industrias, desde el petróleo y el gas hasta la tecnología, deben transformarse. En resumen, necesitamos un “Gran Reinicio” del capitalismo", concluye.

A lo largo del libro, Schwab explica que la pandemia demostró que este tipo de cambios radicales son posibles, aunque no dice en qué se basa, ya que las restricciones sanitarias han sido extremadamente impopulares y prácticamente todos los gobiernos del mundo que las aplicaron perdieron las siguientes elecciones.

Schwab asegura: "El nivel de cooperación y ambición que esto implica no tiene precedentes. Pero no es un sueño imposible. De hecho, un aspecto positivo de la pandemia es que ha demostrado lo rápido que podemos hacer cambios radicales en nuestro estilo de vida. Casi instantáneamente, la crisis obligó a empresas e individuos a abandonar prácticas que durante mucho tiempo se consideraron esenciales, desde viajar en avión con frecuencia hasta trabajar en una oficina".

"Claramente, la voluntad de construir una sociedad mejor sí existe. Debemos usarlo para asegurar el Gran Reinicio que tanto necesitamos. Eso requerirá gobiernos más fuertes y efectivos, y exigirá la participación del sector privado en cada paso del camino", remarca.

Da una hoja de ruta para este "gran reseteo", que incluye justicia social, más impuestos y más restricciones. Schwab explica que "la agenda del Gran Reinicio tendría tres componentes principales. El primero dirigiría el mercado hacia resultados más justos. Con este fin, los gobiernos deben mejorar la coordinación (por ejemplo, en la política tributaria, regulatoria y fiscal), mejorar los acuerdos comerciales y crear las condiciones para una economía de partes interesadas”

"Además, los gobiernos deben implementar reformas que se han retrasado mucho y que promuevan resultados más equitativos. Según el país, estos pueden incluir cambios en los impuestos sobre el patrimonio, el retiro de los subsidios a los combustibles fósiles y nuevas reglas que rigen la propiedad intelectual, el comercio y la competencia", escribe.

"El segundo componente de una agenda del Gran Reinicio garantizaría que las inversiones promuevan objetivos compartidos, como la igualdad y la sostenibilidad. Aquí, los programas de gasto a gran escala que muchos gobiernos están implementando representan una gran oportunidad para el progreso", dice con orgullo. "Esto significa, por ejemplo, construir infraestructura urbana "verde" y crear incentivos para que las industrias mejoren su historial en métricas ambientales, sociales y de gobernanza".

Y por último, en su tesis, propone implementar nuevas tecnologías para llevar a cabo este reseteo. La tercera y última prioridad de una agenda de Gran Reinicio es aprovechar las innovaciones de la Cuarta Revolución Industrial para apoyar el bien público, especialmente al abordar los desafíos sociales y de salud. Durante la crisis del COVID-19, empresas, universidades y otros se han unido para desarrollar diagnósticos, terapias y posibles vacunas; establecer centros de prueba; crear mecanismos para rastrear infecciones; y ofrecer telemedicina. Imagine lo que podría ser posible si se hicieran esfuerzos concertados similares en todos los sectores".

Pero no es necesario imaginarse tanto. Toda esta agenda coincide en gran parte con el modelo socio-económico chino. Schwab es un gran defensor de Xi Jinping, el dictador comunista de China, y lo ha usado en reiteradas ocasiones como modelo a seguir.

Claro, en China la tecnología está al servicio del control policial del Estado, y los chinos están adoctrinados desde su nacimiento a dar la vida si así lo dispone el tirano de turno. Todas consecuencias directas de lo que propone Schwab.

El suizo-alemán invita año a año a Xi al Foro de Davos, en donde el dictador chino ha hablado extensivamente sobre su "estrecha amistad" con Schwab, quien incluso lo trata como "su excelencia".

Tal vez Schwab sea la figura del globalismo posmoderno que mejor encuadra como el "supervillano" de este siglo, y como todos los malos, tiene un origen digno de una película.

Su padre, Eugen Wilhelm Schwab, un suizo con estrechas amistades con Adolf Hitler, se mudó a Alemania en pleno auge del nazismo, y se instaló en Ravensburg, donde en 1938 nació Klaus Schwab.

En Alemania, Eugen Schwab asumió como director de la filial alemana de la multinacional Escher Wyss AG, la líder de la industria que proveyó a la Alemania Nazi de turbinas de la más alta calidad ingenieril para los aviones de combate, y abasteció a todo el ejército de lanzallamas durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero cuando decimos que la realidad supera la ficción no estamos exagernado. Eugen Schwab era parte del círculo rojo de ingenieros de Hitler a los que el Fuhrer les había encomendado la construcción de la bomba atómica.

Entre 1942 y 1944, Escher Wyss AG proveyó las turbinas para fabricar agua pesada, necesario para el desarrollo de los componentes de la bomba nuclear. Afortunadamente para el mundo, los Aliados vencieron al Eje antes de que la Alemania Nazi construyera su primera bomba, y el planeta se salvó de una catástrofe.

Este es el entorno en el que se crió Klaus Schwab. Sus primeros 8 años de vida se dieron en las clases altas de la sociedad nazi, y luego hizo su educación escolar en la Alemania Occidental, donde "llegó a conocer lo mejor y lo peor del capitalismo", según explica en sus propios libros.

En la década del ’50 volvió a Suiza, donde se recibió de ingeniero mecánico en 1961 de la prestigiosa ETH Zurich y luego de economista en la Universidad de Fribourg. Luego, en vez de volver a Alemania, se fue a vivir a Estados Unidos, donde se doctoró en administración pública en Harvard.

Con menos de 30 años, Schwab había sido parte de la élite nazi, se había codeado con las mentes más brillantes de Europa estudiando en Zurich y con el establishment demócrata en Harvard. Rápidamente se convirtió en director de varios grupos, entre ellos el Grupo Swatch (relojes), Grupo Daily Mail (medio británico), Vontobel (sector financiero) y el Grupo Bilderberg, precursos del Foro Económico que fundaría algunos años después.

Desde entonces ha extendido su red de influencia a todo el mundo, y ha sido el cerebro y la billetera de múltiples gobiernos a lo largo de la historia, los casos más recientes, Angela Merkel en Alemania y Emmanuel Macron en Francia.

Francia

Tras la reunión de Macron con Scholz y Tusk, Putin asegura que "ya hay franceses" peleando en Ucrania

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El portavoz Dmitry Peskov dijo que Francia ya está peleando la guerra en Ucrania de manera indirecta habiendo donado todo su equipamiento, pero que también identificaron soldados franceses en el área beligerante.

Este viernes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunió con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el nuevo primer ministro de Polonia, Donald Tusk, en la inauguración de una nueva alianza europa apodada como el Triángulo de Weimar.

Los tres países afirmaron estar "unidos" en su objetivo de "no dejar nunca ganar a Rusia y apoyar al pueblo ucraniano hasta el final", según dijo luego a la prensa Macron, quien lidera este grupo y, en medio de un colapso de su imagen, busca en Ucrania una salida fácil a su debilitada postura interna.

Macron prometió que seguirían enviando ayuda al gobierno de Kiev "siempre que sea necesario" y se negó a descartar envío de tropas francesas sobre el territorio en disputa en Ucrania.

Estos comentarios le ligaron una respuesta directamente del Kremlin ruso, a través del portavoz, Dmitry Peskov, quien afirmó que "Francia ya está luchando contra Rusia en Ucrania" dado que los ucranianos usan armas y vehículos franceses, pero que además "ya hay franceses peleando".

En una conferencia de prensa en Moscú, Peskov dijo que a París "no le importa" aumentar el nivel de su participación en la guerra en Ucrania, y que, si bien no pudieron vincular todavía a estos soldados con el Ejército del gobierno francés, "no hay dudas que hay franceses involucrados en el campo de batalla".

"Es obvio que Francia considera a Rusia como un oponente, porque Francia ya está involucrada en la guerra en Ucrania. De hecho, participa en esta guerra y, a juzgar por las declaraciones del señor presidente, no les importa aumentar el grado de participación", afirmó Peskov.

En una entrevista con la televisión francesa el jueves, Macron afirmó que la derrota de Ucrania en el conflicto no traerá la paz y que París "estará lista" para tomar las medidas necesarias para impedir la victoria de Rusia, a cuyas autoridades considera un "oponente".

Al comentar sobre los intentos de los grupos de sabotaje ucranianos de penetrar en territorio ruso, el portavoz dijo que uno de sus objetivos era desestabilizar la situación antes de las elecciones presidenciales de tres días en Rusia, que comenzaron hoy.

Peskov dijo que la CIA ha estado llevando a cabo actividades debilitantes en Rusia durante años. "No excluyo que las agencias de inteligencia estadounidenses hayan estado involucradas en una práctica similar en China", dijo.

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Alemania

En el aniversario de su muerte, el pasado oscuro, violento y acomodado del padre del comunismo, Karl Marx

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Desde su turbulenta juventud hasta su legado de opresión y violencia, las ideas de Marx sembraron el caos y la miseria en nombre de la igualdad, dejando un rastro de destrucción a su paso.

Un 14 de marzo de 1883 fallecía el periodista y filósofo alemán Karl Marx. Moría prácticamente desconocido si se compara su fama en aquél entonces con el renombre que tiene hoy en día. Moría odiado por su familia, pelado a muerte con su amigo más cercano, y dejando un legado que llevaría a la muerte de más de 1.000 millones de seres humanos.

Los que reflotaron las ideas de Marx en la otra punta del continente casi medio siglo después, se aseguraron de ocultar un pasado oscuro pasado plagado de contradicciones y excesos que desafían su propia doctrina.

Desde sus días de estudiante hasta sus tumultuosos años de matrimonio, Marx se sumergió en una vida de derroche, escándalos y deslealtades, desafiando su imagen de líder proletario que posteriormente se quiso dar.

En su juventud, lejos de dedicarse al estudio, Marx frecuentaba tabernas y burdeles, desatando la ira de las autoridades universitarias. Su expulsión de la Universidad de Bonn por "desorden nocturno en la vía pública y embriaguez" solo era el comienzo de una vida marcada por la indisciplina y el desenfreno, de una persona que nunca tendría un trabajo en toda su vida.

A pesar de provenir de una familia acomodada, Marx derrochaba el dinero de sus padres que le enviaban para su manutención, incluso excediendo el gasto de jóvenes millonarios de su época. Sus desmesuradas deudas y sus escandalosos excesos, como encarcelamientos por alborotos y duelos, pintan un retrato muy distinto del supuesto líder proletario que proclamaba luchar contra la opresión económica.

El posterior matrimonio con Jenny von Westphalen, una aristócrata que sacrificó para estar con él, no detuvo sus derroches. Marx no dudó en exigirle a su esposa que pagara sus deudas de juventud, mientras dilapidaba la dote matrimonial en noches de desenfreno.

Como nunca trabajó en su vida, ya entrado en su madurez, Marx dependía de la generosidad de amigos como Friedrich Engels para mantener su lujoso estilo de vida, mientras su familia luchaba por sobrevivir en Londres, con quienes no compartía una sola moneda.

Mientras escribía el Manifiesto Comunista, y llamaba a todas las clases oprimidas del mundo a rebelarse, Marx mantenía una criada sin remuneración, a quien explotaba tanto laboral como sexualmente.

Helene Demuth, la criada de toda su vida, soportaba las tareas domésticas y la crianza de sus hijos sin recibir salario alguno. Además, Marx mantuvo una relación extramatrimonial con ella, incluso llegando a engendrar un hijo que atribuyó falsamente a Engels, su amigo, coautor y benefactor.

Las sombras de Marx también oscurecen su legado familiar. De sus siete hijos, solo tres sobrevivieron la niñez. A pesar de que tenía el dinero que le daba su familia y amigos, Marz descuidaba de ellos y no les daba alimentos como correspondía para que mantengan buena salud.

Dos de los que llegaron a la adultez, terminaron sus vidas trágicamente por razones relacionadas con la desesperación y la traición. Laura Marx y su esposo, Paul Lafargue, pactaron un suicidio que llevaron a cabo cuando su salud empeoró, mientras que Eleanor Marx se envenenó al descubrir la infidelidad de su compañero. Estos trágicos eventos revelan la dura crianza que tuvieron, y el despiado de un hombre que predicaba la solidaridad y la igualdad, pero que no lo aplicaba en su propio hogar.

Detrás del ícono revolucionario se esconde un hombre marcado por sus propias contradicciones y una vida plagada de egoísmo, deslealtad y desenfreno, despojando su legado de cualquier aura de virtud o justicia. Al igual que su ideología, que deshumaniza al hombre y está plagada de contradicciones, la vida de Marx es un fiel reflejo de lo que profesa el comunismo.

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Portugal

La derecha arrasa en Portugal y Chega podría llegar al poder en coalición con la Alianza Democrática

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Los conservadores de Portugal ganan las elecciones mientras aumenta la derecha populista. El partido Chega cuadriplicó su número de escaños.

La Alianza Democrática (AD), de centroderecha, ganó las elecciones generales del domingo en Portugal, con el 29,5% de los votos y quedándose con 79 de 230 bancas en el Parlamento, convirtiéndose en la primera fuerza.

Luis Montenegro será el próximo Primer Ministro, destronando al socialista António Costa, que gobierna Portugal hace más de 8 años. Aunque permanece la gran incógnita sobre si Montenegro podrá gobernar en soledad o deberá aliarse a otras fuerzas.

Si bien no tiene mayoría propia, fácilmente podrá gobernar si decide unirse al derechista Chega, el partido de André Ventura, aliado de VOX en España y apodado el "Trump portugués". Obtuvo el cuádruple de votos que en la última elección, 18,1%, y obtuvo un total de 48 bancas.

También podría unirse en coalición con el minoritario partido Iniciativa Liberal, liderado por Rui Rocha, también de centroderecha, que obtuvo el 5,1% de los votos y 8 bancas. Entre las tres fuerzas, tendrían 135 bancas, una super-mayoría que permitiría pasar todas las reformas.

El Partido Socialista (PS), histórica fuerza de izquierda que gobernó 15 de los últimos 20 años y que disputaba la reelección, obtuvo una derrota aplastante. Consiguió solamente el 28,6% de los votos y pudo renovar solo 77 bancas. Actualmente tiene 120 diputados, por lo que significó una pérdida de 43 escaños.

El resultado subraya una inclinación política hacia la derecha en toda Europa, como ya se vio en Italia, en Holanda, en Noruega, y en menor medida, en España. Portugal había sido considerado durante mucho tiempo "inmune" al ascenso del populismo de derecha en todo el continente, con el socialismo ganando múltiples elecciones desde la irrupción de este movimiento en 2015.

Los minoritarios Bloque Izquierdista y la Coalición Democrática Unitaria (CDU) obtuvieron 4,5% de los votos (5 bancas) y 3,3% (4 bancas) respectivamente; ambas coaliciones de partidos comunistas marginales que también se desplomaron en las urnas.

El líder de Pedro Nuno Santos, admitió su derrota luego de que los resultados arrojaran que ni toda la conjunción de partidos de izquierda pudiera formar gobierno, y descartó un gobierno de coalición con la AD.

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