
La administración Trump desbarató un inútil proyecto de Biden sobre energía eólica
El gobierno republicano de los Estados Unidos anunció la detención inmediata de un proyecto de energía eólica que incrementaba el costo energético.
El Departamento del Interior de Estados Unidos (DOI) anunció este viernes que detendrá de manera inmediata toda actividad relacionada con el proyecto eólico marino ''Revolution Wind'', ubicado frente a las costas de Rhode Island y Connecticut.
Esta decisión se alinea con los objetivos energéticos del presidente Donald Trump, que buscan impulsar fuentes de energía confiables y reducir los costos para los ciudadanos estadounidenses.
La Oficina de Gestión de Energía Oceánica (BOEM), una división del DOI, confirmó que la medida responde a la nueva política de la administración Trump, que ha comenzado a revertir muchas de las iniciativas de energía verde promovidas por el expresidente demócrata Joe Biden.
Entre ellas, se incluye la reciente cancelación del proyecto eólico masivo Lava Ridge en el sur de Idaho, aprobado por la administración Biden poco antes del regreso de Trump al poder.

La subsecretaria de prensa del DOI, Aubrie Spady, declaró al DCNF: ''Los estadounidenses merecen una energía asequible, confiable y duradera, no proyectos eólicos experimentales y costosos que ya han demostrado fracasar''.
Añadió que, siguiendo la agenda de ''Dominio Energético'' del presidente Trump, el gobierno está poniendo fin a estas iniciativas para fortalecer el futuro energético del país y reducir los costos para las familias estadounidenses.
El proyecto Revolution Wind había sido aprobado por el gobierno de Biden en 2023 y se desarrollaba en terrenos federales de la Plataforma Continental Exterior. Durante su mandato, Biden promovió agresivamente la energía eólica y solar, otorgando miles de millones de dólares en subsidios, préstamos y subvenciones.

En contraste, Trump ha redirigido el enfoque del país hacia fuentes tradicionales como el gas natural y el petróleo, consideradas por su administración como más confiables y menos costosas.
El pasado 7 de julio, Trump firmó una orden ejecutiva instruyendo al DOI a revisar y eliminar cualquier regulación, guía o política que brinde un trato preferencial a proyectos eólicos o solares.
En sus redes sociales, el presidente ha calificado la promoción de estas tecnologías como ''la estafa del siglo'', criticando el aumento de los costos energéticos en los estados que dependen de la energía eólica y solar, y asegurando que ''los días de la estupidez han terminado en Estados Unidos.''

Además, el 1 de agosto, el gobierno introdujo nuevas trabas burocráticas al proceso de permisos para proyectos de energía verde en tierras públicas. Días después, el secretario del Interior, Doug Burgum, afirmó que los parques eólicos ''son conocidos por matar águilas'', y aseguró que se aplicará estrictamente la Ley de Protección del Águila Calva y del Águila Real para salvaguardar a estas especies.
No es la primera vez que la administración Trump toma medidas contra la energía eólica. En marzo, retiró un permiso para un importante proyecto eólico marino en Nueva Jersey.
La industria eólica ha enfrentado múltiples y duras críticas en los últimos años. En 2024, varias playas cerraron luego de que una turbina rota arrojara escombros al mar frente a Nantucket.
En 2023, crecieron las protestas por la instalación de cables de alta tensión cerca de zonas residenciales, y ambientalistas alertaron sobre la muerte de delfines varados en la costa este, que se atribuyen a las actividades eólicas. Además, pescadores han expresado su oposición, argumentando que los parques eólicos marinos amenazan la viabilidad de su industria.

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