
Descubren que la firma de Biden estaba automatizada y podría anular todos sus decretos
El expresidente de los Estados Unidos se encuentra envuelto en un nuevo esquema de fraude y todos sus decretos podrían ser revertidos
Hacia el final de su mandato, el expresidente demócrata Joe Biden se vio envuelto en crecientes críticas sobre su estado de salud, especialmente después de un debate con Donald Trump en 2024, que reveló un deterioro cognitivo evidente.
Esto llevó a muchos a cuestionar si Biden estaba en plena posesión de sus facultades mentales, lo que fue ampliamente reconocido por los demócratas, aunque de forma velada.
Ante esta situación, el Partido Demócrata forzó su renuncia, impulsando a la nefasta Kamala Harris como su sucesora, lo que muchos vieron como una maniobra de dudosa legitimidad.

En este contexto, el Proyecto de Supervisión de la Heritage Foundation ha investigado el uso del "autopen" o máquina de firmar en la presidencia de Biden, descubriendo que la mayoría de los documentos oficiales firmados por él durante su mandato fueron en realidad firmados por esta máquina.
Este hallazgo ha generado serias dudas sobre si Biden estaba realmente al tanto de las decisiones legales y políticas tomadas en su nombre.
El uso del autopen no es nuevo, ya que ha sido empleado por presidentes de Estados Unidos desde la década de 1950, y se considera legal siempre que el presidente haya autorizado la firma.
Sin embargo, el problema radica en si Biden, debido a su evidente deterioro cognitivo, era consciente de las decisiones reflejadas en esos documentos.

El presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, confesó que Biden no recordaba haber firmado una orden ejecutiva relacionada con la detención de las exportaciones de gas natural licuado. Esto sembró dudas sobre la autenticidad de las firmas y si Biden realmente las había aprobado.
El fiscal general de Missouri, Andrew Bailey, ha exigido al Departamento de Justicia que investigue si el deterioro cognitivo de Biden permitió que funcionarios no electos dirigieran el gobierno sin supervisión presidencial. Si se confirma que Biden no estaba tomando las decisiones, todo acto legal firmado en su nombre podría considerarse nulo.
Además, la investigación de la Heritage Foundation reveló que los asesores de Biden intentaron evitar que el presidente se reuniera en persona con otros líderes, limitando su capacidad de tomar decisiones por sí mismo.

Incluso algunos funcionarios del Partido Demócrata han admitido que, en realidad, las decisiones presidenciales estaban siendo tomadas por su personal, su esposa y su hijo criminal, Hunter Biden. Esto refuerza la hipótesis de que el presidente no estaba gobernando de manera efectiva.
Las pruebas de la investigación incluyen múltiples ejemplos de documentos oficiales firmados con el mismo autopen, lo que refuerza la sospecha de que la firma de Biden no reflejaba su consentimiento personal.
Fox News examinó más de 20 órdenes ejecutivas firmadas por Biden entre 2021 y 2024 y encontró que todas tenían la misma firma, mientras que la firma de Biden en el anuncio de su retiro de la contienda presidencial en 2024 era significativamente diferente.
Este hecho se ha interpretado como una evidencia más de que Biden no estaba involucrado directamente en la toma de decisiones importantes.

El uso del autopen ha sido un tema de debate en la política estadounidense, especialmente cuando se combina con preocupaciones sobre la salud mental de un presidente.
En el caso de Biden, las críticas sobre su capacidad mental aumentaron en 2024, tras su desastrosa actuación en el único debate presidencial contra Trump.
Durante este evento, Biden cometió numerosos errores y mostró signos claros de deterioro cognitivo, lo que llevó a muchos, incluidos aliados tradicionales de los demócratas, a pedir que se retirara de la carrera presidencial en favor de una generación más joven.
La situación se complicó aún más cuando, en una reunión con Mike Johnson, Biden no recordó haber firmado una orden ejecutiva que afectaba a las exportaciones de gas natural, lo que dejó a Johnson con serias dudas sobre quién estaba realmente gobernando el país.

Estas inquietudes fueron reforzadas por la carta enviada por el fiscal general Bailey al Departamento de Justicia, en la que solicitaba una investigación sobre si el personal de Biden había estado tomando decisiones políticas radicales sin el conocimiento del presidente.
El Proyecto de Supervisión de la Heritage Foundation ha insistido en que es fundamental determinar quién controlaba el autopen durante la presidencia de Biden y qué mecanismos de control existían para asegurarse de que las decisiones reflejaban la voluntad del presidente.
Dada la situación política y legal, esta cuestión podría tener implicaciones profundas sobre la legitimidad de las decisiones tomadas durante su mandato.
El creciente escepticismo sobre la salud mental de Biden y el uso del autopen para firmar documentos oficiales ha generado una fuerte reacción en redes sociales, especialmente entre los conservadores, que cuestionan correctamente si las órdenes ejecutivas y otras acciones presidenciales fueron realmente aprobadas por Biden o si fueron producto de la intervención de su personal.

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