La policía alemana allanó a 170 personas por criticar a políticos en redes sociales

Durante la madrugada de este miércoles, se puso en marcha una amplia operación policial en toda Alemania, dirigida contra cientos de personas acusadas de insultar a políticos o de publicar mensajes considerados como "odio" a través de internet.

Durante este autoritario operativo de gran escala, la policía realizó allanamientos en domicilios de 170 personas, incautando computadoras, teléfonos móviles y otros dispositivos, y efectuando allanamientos en distintas regiones del país.

La acción fue impulsada por la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA), en el marco de la aplicación del nuevo artículo 188 del Código Penal, que permite actuar contra individuos acusados de "incitación al odio" y "expresiones racistas".

El ministro del Interior del estado de Renania del Norte-Westfalia, Herbert Reul (CDU), quien enfrentó un notable incremento del crimen en su jurisdicción, incluidos delitos violentos y ataques con armas blancas protagonizados por inmigrantes ilegales, respaldó enfáticamente la operación contra la libertad de expresión.

“Los pirómanos digitales no deben poder esconderse detrás de sus teléfonos móviles o sus computadoras”, afirmó Reul.

Aunque el número de allanamientos de este tipo ha aumentado notablemente en los últimos años, el crimen violento en Alemania también ha alcanzado niveles récord, en gran medida por culpa de la inmigración ilegal masiva, un dato respaldado por estadísticas oficiales.

No obstante, las autoridades alemanas han enfocado sus recursos en perseguir a usuarios en redes sociales, incluyendo a ciudadanos que expresan preocupación por la relación entre inmigración y delincuencia. Incluso figuras políticas, como Marie-Thérèse Kaiser del partido Alternativa para Alemania (AfD), han sido objeto de investigaciones en este contexto.

Alemania lleva a cabo de manera periódica estos “días de acción” destinados a sancionar a ciudadanos acusados de violar las nuevas y cada vez más autoritarias leyes sobre libertad de expresión. En algunos casos, estas acciones generaron indignación pública cuando se conocen los detalles.

Uno de los más resonantes fue el del jubilado Stefan Niehoff, cuya vivienda fue allanada por llamar “idiota” al exministro de Economía, Robert Habeck.

Tras la polémica, el gobierno retiró finalmente el cargo vinculado al insulto, pero lo imputó por otras publicaciones. Fue condenado por retuitear contenidos, a pesar de que muchos de estos eran explícitamente antinazis y estaban dirigidos contra políticos de izquierda.