
La Unión Europea amenazó con imponer más aranceles a Estados Unidos
Luego de que el presidente Trump anuncie por redes sociales un acuerdo de libre comercio con Reino Unido, la UE profundiza sus amenazas.
La Comisión Europea anunció este jueves la posible imposición de contramedidas sobre importaciones estadounidenses por un valor de hasta 95.000 millones de euros (107.200 millones de dólares), si fracasan las negociaciones con Washington para eliminar una serie de aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Las medidas forman parte de la respuesta del bloque a los aranceles estadounidenses sobre automóviles, acero, aluminio y los llamados aranceles recíprocos del 10% a la mayoría de productos europeos, que podrían aumentar al 20% tras una pausa de 90 días que expira el 8 de julio.
Las contramedidas propuestas por la UE incluyen productos estadounidenses como vino, pescado, aviones, repuestos de automóviles, productos químicos, maquinaria, equipos eléctricos y productos de salud.

Entre ellos destacan 10.500 millones de euros en aeronaves, 10.300 millones en piezas de vehículos y 2.000 millones en automóviles, además de 1.300 millones en bebidas alcohólicas como vino y cerveza.
La Comisión abrirá una consulta pública hasta el 10 de junio para que empresas y Estados miembros expresen sus opiniones antes de tomar una decisión final.
Ursula von der Leyen, presidente de la Comisión, afirmó que la UE sigue comprometida con una solución negociada, pero que debe estar preparada para todos los escenarios.
La Comisión también anunció que iniciará acciones legales en la Organización Mundial del Comercio (OMC), alegando que los aranceles impuestos por Trump violan normas fundamentales del organismo.

Desde abril, la administración Trump impuso un arancel del 20% a los productos europeos, además de mantener una tarifa general del 10% sobre la mayoría de las importaciones de la UE.
En respuesta, la Comisión Europea había aprobado aranceles del 25% sobre 21.000 millones de euros en importaciones estadounidenses, como maíz, trigo, motocicletas y ropa, pero los suspendió temporalmente en espera de un acuerdo durante la tregua de 90 días.
La UE afirma que estas tarifas ya afectan 380.000 millones de euros en exportaciones europeas a Estados Unidos, es decir, el 70% del comercio bilateral de bienes, cifra que podría aumentar al 97% si Estados Unidos extiende sus medidas a productos como medicamentos, semiconductores, minerales críticos y camiones.
No obstante, la UE ha optado por no incluir farmacéuticos ni semiconductores en su lista de contramedidas para evitar una escalada que perjudique a sectores estratégicos.

La Comisión señala que sus contramedidas no alcanzan el mismo volumen que los aranceles estadounidenses, ya que las importaciones europeas desde Estados Unidos son significativamente menores a las exportaciones: en 2024, la UE importó bienes por 335.000 millones de euros frente a exportaciones de 532.000 millones.
No obstante, el bloque busca una respuesta proporcional que no escale innecesariamente el conflicto comercial.
Además, la Comisión evalúa imponer restricciones a exportaciones de chatarra de acero y productos químicos hacia Estados Unidos, valoradas en 4.400 millones de euros. La chatarra, utilizada como insumo en la industria siderúrgica, no está sujeta a aranceles estadounidenses, y preocupa que se reexporte fuera del bloque.

La publicación de la lista de productos afectados y el inicio del proceso en la OMC son vistos como parte de una estrategia de presión de Bruselas mientras continúa el diálogo con Washington.
El vicepresidente estadounidense JD Vance declaró que las conversaciones siguen en curso, pero que Estados Unidos presiona a la UE para que reduzca sus propias barreras comerciales y regulatorias.
En paralelo, Trump se apresta a anunciar un acuerdo comercial con el Reino Unido, lo que añade presión a la UE en un contexto de crecientes tensiones globales en el comercio internacional.
La decisión final de la Comisión Europea sobre los aranceles se espera antes del 8 de julio, fecha en la que expira la pausa estadounidense, y marcará un punto crucial para el futuro de las relaciones comerciales entre ambas potencias económicas.

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