
El parlamento ucraniano ratificó el acuerdo de minerales con Estados Unidos
El poder legislativo de Ucrania, finalmente aprobó el acuerdo que anunciaron Trump y Zelenski con la totalidad del parlamento votando a favor.
El Parlamento ucraniano, la Verkhovna Rada, ratificó el grandioso acuerdo de inversión en minerales estratégicos con Estados Unidos, tras recibir el respaldo de 338 diputados.
El acuerdo, firmado el 30 de abril por representantes de los presidentes Volodímir Zelensky y Donald Trump, establece un fondo conjunto denominado Fondo de Inversión para la Reconstrucción que dará a Estados Unidos acceso preferencial a proyectos de desarrollo de recursos naturales en Ucrania.
El nuevo fondo será gestionado bajo una sociedad igualitaria, con aportes económicos de ambas partes. Aunque los detalles técnicos del funcionamiento del fondo no se han hecho públicos, se sabe que las contribuciones incluirán ingresos provenientes de sectores como la minería y la energía.

El primer ministro ucraniano Denys Shmyhal ha señalado que la futura ayuda militar estadounidense podría considerarse una contribución al fondo, pero la asistencia ya entregada no será tomada en cuenta.
Este acuerdo económico llega tras meses de negociaciones difíciles, marcadas por un fuerte desacuerdo entre Zelensky y Trump en la Casa Blanca que pospuso la firma prevista originalmente para febrero.
A pesar de las tensiones, el pacto fue finalmente suavizado respecto a versiones anteriores que, según expertos, eran demasiado favorables para Estados Unidos y explotaban los recursos ucranianos sin ofrecer beneficios equitativos.

La ratificación del acuerdo fue precedida por intensos debates en el Parlamento. Legisladores de la oposición expresaron preocupación por la supuesta falta de transparencia, especialmente por la ausencia de los dos acuerdos técnicos complementarios que definirán la gestión operativa del fondo.
La vice primer ministro Yulia Svyrydenko argumentó que estos documentos aún no están listos y que se tratarán como pactos comerciales independientes que firmarán la Agencia de Asociación Público-Privada de Ucrania y la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (DFC).
Durante las discusiones parlamentarias, los legisladores ucranianos introdujeron enmiendas clave al acuerdo. Estas incluyen una cláusula que especifica que el pacto cubre todos los territorios de Ucrania, incluso los actualmente ocupados por Rusia. Otra enmienda establece que la ratificación del acuerdo principal no implica aprobación automática de los acuerdos técnicos aún no revelados.

El pacto otorga a Estados Unidos derechos preferenciales para explotar los recursos minerales de Ucrania, especialmente aquellos esenciales para tecnologías avanzadas como baterías, vehículos eléctricos y defensa. A cambio, Estados Unidos contribuirá al esfuerzo de reconstrucción del país, devastado tras más de tres años de guerra a gran escala con Rusia.
A pesar del contenido económico, el acuerdo también tiene una dimensión política importante. La administración Trump busca presentar este pacto como una muestra de apoyo a Ucrania sin comprometerse a ofrecer garantías de seguridad formales.
Según Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, el acuerdo simboliza un compromiso de prosperidad compartida con Ucrania y una forma indirecta de apoyo estratégico, en un contexto donde crece el escepticismo interno en Estados Unidos sobre la financiación continua del conflicto.

Aunque Ucrania originalmente aspiraba a obtener garantías de seguridad a cambio de su riqueza mineral, finalmente se acordó una relación sin endeudamiento, con inversiones en forma de capital compartido, y la posibilidad de nuevas ventas de armamento, pero sin compromisos explícitos de defensa.
Con esta ratificación, Ucrania busca restablecer su relación con Washington tras varios meses de tensiones diplomáticas. El gobierno espera que el acuerdo represente una nueva etapa de cooperación económica y política, crucial tanto para la reconstrucción del país como para su posicionamiento geo estratégico frente a Rusia.
Sin embargo, la falta de transparencia en algunos aspectos del acuerdo y la ausencia de garantías militares concretas plantean dudas sobre los beneficios a largo plazo.
La implementación efectiva del fondo y los acuerdos técnicos pendientes serán claves para evaluar si realmente se trata de una asociación equitativa o si Ucrania corre el riesgo de ceder demasiado a cambio de estabilidad económica temporal.

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