
Israel atacó a la cúpula de Hamas refugiada en Catar
Los líderes de la organización terrorista están asilados en ese país desde hace años
El Ejército israelí (IDF) y el Shin Bet confirmaron este martes la ejecución de un ataque selectivo en Doha, Catar, dirigido contra la cúpula de Hamás, incluidos líderes señalados como responsables directos de la masacre del 7 de octubre de 2023, en la que murieron unas 1,200 personas en el sur de Israel.
Según fuentes oficiales, uno de los principales blancos fue Khalil al-Hayya, alto dirigente de Hamás. Aunque su eliminación aún no ha sido confirmada, Israel sostiene que la operación se llevó a cabo con información de inteligencia precisa y municiones diseñadas para minimizar daños colaterales.
Un funcionario israelí aseguró que Estados Unidos estaba al tanto de la operación y que dio luz verde a la acción. De hecho, la embajada estadounidense en Doha emitió una orden de confinamiento para sus ciudadanos tras conocerse el ataque.

La respuesta de Doha fue inmediata. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Majed al-Ansari, calificó el ataque como “cobarde” y una “violación flagrante del derecho internacional”, advirtiendo que supone “una seria amenaza a la seguridad de Catar y sus residentes”.
Catar acusó a Israel de socavar los esfuerzos de mediación y prolongar la guerra, en un momento en que se discutían nuevas propuestas de alto el fuego y liberación de rehenes.
La operación marca una nueva fase en la estrategia israelí contra Hamás. Tradicionalmente, asesinatos selectivos en el extranjero han sido atribuidos al Mossad, como en el caso de Ismail Haniyeh, abatido en Teherán en julio de 2024.
En esta ocasión, sin embargo, la acción fue reconocida abiertamente por la Fuerza Aérea y el Shin Bet, lo que refleja un cambio en la táctica y un mensaje directo sobre la responsabilidad de estos líderes en la guerra en curso.
Israel sostiene que los altos mandos de Hamás no solo fueron los arquitectos de la masacre del 7 de octubre, sino que también han dirigido durante años la maquinaria terrorista de la organización.
La eliminación de figuras centrales plantea interrogantes sobre quién quedará a cargo de las negociaciones, en un momento en que la comunidad internacional —con Washington presionando a ambas partes— busca un acuerdo que ponga fin a los combates y permita el retorno de los rehenes.
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