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Bolivia blanqueó que es una dictadura con el arresto de todos los principales líderes opositores

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Jeanine Añez, Marco Pumari, Rómulo Calvo y ahora Luis Fernando Camacho. Uno y cada uno de los principales líderes de la oposición al MAS fueron arrestados arbitrariamente en el último año.

Por muchos años, Bolivia fue un ejemplo de democracia en Latinoamérica, o al menos eso le hizo creer Evo Morales a la comunidad internacional mientras instauraba una "dictadura en las sombras" que finalmente quedó blanqueada en estos últimos meses.

Evo Morales gobernó el país con puño de hierro por más de una década. Pero todo cambió en 2019, cuando la oposición finalmente se armó de valentía para enfrentarlo. Con el apoyo de Trump desde Estados Unidos y de una OEA alineada en contra del presidente izquierdista, el Tribunal Electoral del país admitió que había sido presionado por Morales para manipular los resultados y evitar así un balotaje entre el mandatario y el líder opositor Carlos Mesa.

Millones de personas salieron a las calles para reclamar el fraude electoral, y cuando las Fuerzas Armadas rechazaron un pedido de represión del mandatario, que aseguraba haber sido reelecto por cuarta vez consecutiva, Evo renunció a su cargo y se escapó a la Argentina.

Sin embargo, no colgó la toalla. La derrota de Donald Trump en Estados Unidos provocó un realineamiento internacional que lo benefició, y tras instalar a Luis Arce como su delfín político, finalmente regresó a Bolivia como dictador consagrado.

Si bien existe una grieta en el MAS, que se divide entre los "radicales" que responden directamente a Evo, y los "arcistas", que responden a quien es formalmente el presidente, Luis Arce, el régimen es uno solo, y ya no esconde más sus métodos.

En el último año, desde que recuperaron el poder, Arce y Evo han ordenado el arresto ilegal de todos los líderes de la oposición, una práctica que se copiaron del nicaragüense Daniel Ortega, quien también convirtió una presidencia democrática en una dictadura socialista.

Primero empezaron con Jeanine Añez, la presidente constitucional que tomó el control del gobierno cuando Evo ordenó la retirada de todo su gabinete. Evo, su vice, y los presidentes del Congreso renunciaron. Añez, como vicepresidente del Senado, asumió por sucesión constitucional la presidencia de la Nación.

Pero a pesar de que la Constitución siempre fue respetada, y la misma Añez, extremadamente ingenua, nunca obstaculizó al MAS de participar en las elecciones, fue imputada por liderar un supuesto golpe de Estado contra Evo Morales y encarcelada en los primeros meses del gobierno arcista.

Añez fue arrestada en su casa, sin una orden de aprehensión previa. No se le dio la posibilidad de entregarse con su abogado. En la cárcel, se le impidió acceder a sus medicamentos (sufre de hipertensión) y ha sido brutalmente golpeada en múltiples ocasiones, según denunció su hija.

Poco después de su detención, los ex ministros Álvaro Coimbra (Justicia) y Rodrigo Guzmán (Energía) fueron arrestados, junto a Gonzalo Terceros, ex comandante de la Fuerza Aérea Boliviana, y Yuri Calderón, ex comandante general de la policía.

Poco después de estos arrestos, detuvieron a Marco Pumari, líder del Comité Cívico de Potosí y ex candidato a vicepresidente. Rómulo Calvo, sucesor de Camacho en el Comité pro Santa Cruz, fue detenido y luego colocado bajo arresto domiciliario. Lo mismo ocurrió luego con Yassir Molina, uno de los líderes del grupo paraestatal Resistencia Juvenil Cochala (RJC), que combate la persecución política del régimen masista.

Casi otros 100 líderes de la oposición han sido arrestados arbitrariamente desde entonces, pero el caso de Luis Fernando Camacho es el más alarmante hasta el momento. No solo cuenta con fueros por ser actualmente el gobernador del departamento de Santa Cruz de la Sierra, la región más importante de Bolivia, si no que es el principal líder de la oposición en contra del MAS.

Abogado de profesión y empresario, Camacho empezó su carrera política en la organización Unión Juvenil Cruceñista y unos años después pasó a liderar el Comité Cívico pro Santa Cruz, un movimiento civil con muchísimo poder en el bastión histórico de la derecha en Bolivia.

Los comités cívicos tienen una enorme importancia en Bolivia, ya que reúnen a diferentes sectores de la sociedad y funcionan como mesas de enlace entre comunidades barriales, el sector empresarial, y los gremios. El bloque de Santa Cruz fue uno de los mayores dolores de cabeza para Morales en sus más de 13 años de mandato, con Camacho siempre a la cabeza.

En 2020, fue candidato a presidente y quedó en tercer lugar, lamentablemente dividiendo el voto con Carlos Mesa, un opositor moderado al socialismo de Evo Morales. En 2021, encabezó una exitosa campaña para instalarse como gobernador de Santa Cruz, desde donde prometió liderar la oposición contra el MAS.

Así lo hizo decretando 36 días de paro durante un conflicto que mantuvo con el régimen socialista por el censo. Hace casi dos décadas que no se realiza un censo en Bolivia, ya que el enorme crecimiento poblacional y económico de Santa Cruz le valdría mayor representación en el Congreso y en la distribución de la coparticipación, algo que Evo Morales no quiere que se materialice.

Su arresto, completamente ilegal, pone a Bolivia en el mismo grupo de países socialistas que han devenido en dictaduras, junto a Venezuela y Nicaragua. Por el momento, la OEA y otros organismos internacionales no se han referido sobre la situación, y tanto Arce como Evo Morales gozan de un blindaje político de parte de Biden gracias a su apoyo en distintos temas regionales.

Hoy la izquierda globalista alineada con los intereses del Partido Demócrata estadounidense, que hace tan solo dos años estaba cerca de la extinción en el continente americano, controla toda la región, de punta a punta.

Desde Argentina y Chile con Sergio Massa y Gabriel Boric, pasando por Brasil, donde ahora vuelve Lula, y Colombia, donde recientemente fue instalado Gustavo Petro, hasta Venezuela donde Nicolás Maduro está activamente en negociaciones con el Departamento de Estado de Washington D.C. para que les levanten las sanciones que hace poco había puesto Trump, la izquierda mantiene el control total de América.

Bolivia

La Derecha Diario tenía razón: Evo Morales admitió que el levantamiento militar fue un autogolpe orquestado por Luis Arce

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El líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) dijo que tiene dudas sobre el levantamiento militar y que la llamada que le hizo el presidente el miércoles durante el alzamiento “fue una mentira”.

El ex presidente de Bolivia y líder del oficialismo, Evo Morales denunció este domingo que el alzamiento militar del destituido jefe militar Juan José Zuñiga contra el gobierno de Luis Arce, fue un “autogolpe” con el objetivo de fortalecer su figura.

Cabe recordar que Arce llegó al poder de la mano de Evo en 2020, pero rápidamente se le dio vuelta y armó su propia línea dentro del gobierno, traicionando a su jefe político. Desde entonces y con una elección en puerta, Arce está buscando las maneras de consolidar su poder en el Ejecutivo, y parece haber encontrado una manera de hacerlo.

"El presidente Luis Arce engañó y mintió al pueblo boliviano y al mundo. Es lamentable que se use un tema tan sensible como la denuncia de un golpe", aseguró Evo en la red social X.

Y agregó: "Frente a esa realidad, debo pedir disculpas a la comunidad internacional por la alarma generada y agradecer por su solidaridad con nuestro país. Es importante que una investigación completa e independiente demuestre la verdad de este hecho".

Evo Morales también transmitió sus preocupaciones durante su programa dominical en la Radio Kawsachún Coca esta mañana. "Yo pensaba que era un golpe, pero ahora estoy confundido: parece un autogolpe", sostuvo.

"Pero siento, no sé si estoy equivocado, que Lucho faltó al respeto, a la verdad; nos engañó, mintió no solo al pueblo boliviano sino al mundo entero", agregó el líder más importante de la política boliviana de este milenio.

El viernes ya el propio Morales había puesto en duda la versión oficial sobre los planes golpistas de Zúñiga, detenido en una cárcel de máxima seguridad, pero esta vez se desmarcó por completo del gobierno de quien fuera su ministro de Finanzas durante los casi 14 años que estuvo en el poder.

Los dos políticos se disputan el liderazgo dentro del oficialismo, con miras a la candidatura para las presidenciales de 2025. Este domingo Morales dijo que por fuentes de un ministerio se enteró que 

Tras el autogolpe, Arce destituyó a Zúñiga y lo reemplazó por el general José Sánchez, enemigo jurado de Evo Morales. Según el expresidente, Arce deja la presidencia en manos de una "junta militar" para evitar que él sea presidente de nuevo.

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Bolivia

La verdad salió a la luz: El presidente socialista de Bolivia, Luis Arce, fabricó un intento de golpe de Estado para mejorar su imagen

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Durante la detención del General Zuñiga, quien realizó el levantamiento militar, admitió que el intento de golpe de Estado fue un show para subirle la popularidad al presidente Luis Arce, por pedido del propio mandatario.

Se terminó el show y la verdad salió a la luz. Después de que el presidente boliviano le tomara juramento a la nueva cúpula de las fuerzas militares, el reemplazante de Zúñiga, José Wilson Sánchez Velásquez, ordenó la detención del General supuestamente golpista.

Al momento de su arresto, el excomandante general relató su versión de los eventos que llevaron al levantamiento que lideró el miércoles por la tarde, el cual culminó con un intento de ingreso de las fuerzas en el palacio presidencial.

"Me reuní unos días atrás con el Presidente y me dijo que la situación está muy jodida, esta semana va a ser crítica. Entonces es necesario preparar algo para levantar mi popularidad. Entonces le pregunto: ‘¿Sacamos los blindados?’ y me dijo: ‘Sacá’.", relató Zúñiga a los medios bolivianos en el momento de su aprehensión. Según su testimonio, "el domingo en la noche los blindados ya empezaban a moverse".

Carlos Sánchez Berzaín, exministro de Gobierno de Bolivia, califica el alzamiento militar ocurrido la tarde del 26 de junio en ese país como "el desorden de una dictadura en crisis", y sostiene que difícilmente servirá para recuperar la libertad y la democracia en esta nación sudamericana, "sometida" a las dictaduras izquierdistas del siglo XXI.

"Esto es un movimiento dentro de un sistema irregular llamado dictadura, que puede ser un autogolpe, una simulación o un ajuste de cuentas interno. En cualquier caso, es muy dudoso que esto ayude a recuperar la libertad y la democracia en Bolivia", expresó el exministro boliviano, quien es refugiado político en EE.UU. y director ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy, con sede en Miami.

Sánchez Berzaín señala que, desde la llegada del líder cocalero Evo Morales al poder en 2006, Bolivia dejó de ser una democracia para convertirse en una "dictadura satélite" de Cuba y Venezuela.

"Han desinstitucionalizado completamente las Fuerzas Armadas. Hace años que las Fuerzas Armadas no son de la nación, sino del régimen", afirma el exministro.

Para él, la sublevación militar reportada este miércoles evidencia el "desorden" y la "crisis" que enfrenta el régimen liderado por el presidente Luis Arce, puesto a dedo por Evo Morales, y que ha llevado al país "a la miseria, a la condición de narcoestado, con más de 300 presos políticos y más de 10.000 exiliados".

El Movimiento Al Socialismo (MAS), partido gobernante en Bolivia, está profundamente dividido entre el presidente Luis Arce y su antiguo aliado, ahora adversario dentro del oficialismo, el expresidente Evo Morales.

Morales, quien ocupó la presidencia entre 2006 y 2019 gracias a reformas constitucionales promovidas por él mismo, se vio forzado a renunciar tras ser acusado de fraude electoral en su intento de obtener un cuarto mandato en el que ni siquiera podía presentarse a la reelección.

A finales de diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional inhabilitó a Morales como candidato presidencial para las elecciones de 2025, argumentando que la reelección indefinida no es un “derecho humano”, contrariando una sentencia previa de 2017.

A pesar de esto, Morales persiste en la búsqueda este año de la nominación presidencial del MAS, mientras que el presidente Arce, en el poder desde 2020, no ha anunciado si buscará la reelección, pero ganas no le faltan.

Por su parte, el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció de inmediato un “golpe de Estado”, incluso antes de que se tuvieran mayores detalles de lo que estaba pasando. “Presidente Lucho Arce, convoque al pueblo, solo el pueblo salva al pueblo. ¡Alerta Bolivia!”, afirmó.

Este falso y armado intento de "golpe de estado" deja en evidencia los intereses oscuros que tienen tanto Arce como Morales, que buscan, en el caso de Arce, ser reelecto y, en el caso de Morales, volver al poder. Para lograr esto, están dispuestos a todo, incluso a inventarse supuestos golpes.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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Militares se levantan contra la dictadura socialista en Bolivia y exigen la liberación de todos los presos políticos

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El presidente de Bolivia destituyó al jefe del Ejército en medio del levantamiento militar y se arroga poderes políticos extraordinarios.

Este miércoles estalló un levantamiento militar en Bolivia, luego de que el comandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zuñiga, tomara la sede del Ejecutivo boliviano con un tanque seguido de más vehículos militares a través de la plaza en la que se ubica la sede del Gobierno en La Paz. 

Los militares reclaman la liberación de los presos políticos, entre ellos el gobernador de Santa Cruz, Luis Camacho, la expresidente Jeanine Áñez y los coroneles y generales que fueron arrestados por el presidente Luis Arce.

Tanques y tropas ocuparon la Plaza Murillo, en el centro de la capital boliviana, donde está la sede presidencial. Un tanqueta intentó tumbar una puerta metálica del palacio presidencial, al cual ingresó posteriormente el general Zúñiga.

El actual mandatario, cuyo gobierno cada vez se parece más al de Nicolás Maduro en Venezuela, viene de una feroz interna con el expresidente Evo Morales, quien lo colocó en su lugar en 2021 luego de que la Corte Suprema determinara que no se podía presentar a un nuevo mandato, pero que lo terminó traicionando y creando su propia línea en el oficialismo.

Evo, por su parte, llamó a un paro general por tiempo indeterminado y al "bloqueo de caminos" para evitar "que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al pueblo".

Arce se acuarteló en la sede del Gobierno y rápidamente los militares afines al oficialismo volvieron a tomar control de la situación. El presidente declaró despedidos a los generales y horas después le tomó juramento a los nuevos altos mandos de las fuerzas militares: José Sánchez Velásquez será el nuevo comandante del Ejército; Gerardo Zabala Álvarez, de la Fuerza Aérea, y Renán Guardia Ramírez, de la Armada.

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