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Jeanine Añez es víctima de crímenes de lesa humanidad como presa política de Evo Morales

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La ex presidente trató de quitarse la vida luego de ser imputada por genocidio en una causa que busca aplacar a la oposición del régimen socialista del MAS.

El pasado 17 de agosto, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), presentó el informe final encargado por la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre los hechos posteriores a la renuncia de Evo Morales en noviembre de 2019 y la suba al poder de Jeanine Añez, actualmente detenida en el penal de Miraflores por el régimen socialista.

El informe señala en sus páginas que, durante el periodo anterior y posterior a la llega de Añez al poder, se cometieron violaciones a los derechos humanos, uso indiscriminado de la fuerza y masacres en Bolivia.

El informe cuestiona el accionar de las fuerzas del orden y del Ejército que contuvieron a grupos patrocinados por Evo Morales que planeaban explotar una planta de gas en La Paz, y volar un puente en Cochabamba (Senkata y Sacaba).

Sin embargo, el mismo informe arroja enunciados que expresan que en el epílogo del gobierno de Morales también se cometieron abusos, entre los sucesos señalan a los enfrentamientos en Montero (Santa Cruz), donde perdieron la vida dos personas ligadas al Comité Pro Santa Cruz, entonces liderado por el derechista Luis Fernando Camacho. 

De la misma forma, también denuncia actos de violencia contra una caravana de jóvenes que se dirigían a La Paz el día de la renuncia de Morales, cuyos integrantes fueron emboscados, y en el caso de las mujeres, abusadas sexualmente.

El informe continúa y expresa rotundamente que los hechos de violencia, crisis política, y la convulsión social se origina en el irrespeto al referéndum constitucional para habilitar a Morales a una cuarta reelección y la emisión de la sentencia constitucional que lo habilitaba.

De todos modos, el GIEI aclara que el informe no es vinculante y que no debe ser utilizado para hacer persecución política de las personas nombradas, ni los de Añez ni los de Morales

Sin embargo, la fiscalía de Bolivia decidió ignorar todas las partes del informe que condena a Evo Morales y tomar las partes que involucran a Jeanine Añez e iniciar los mecanismos para llevarla a un juicio en el parlamento por genocidio, de donde puede salir con una condena de 20 años de cárcel, omitiendo la recomendación de GIEI.

Con esta nueva acusación fiscal, la ex mandataria tiene sobre ella cargos por al menos 7 delitos: resoluciones contrarias a la constitución y las leyes, sedición, terrorismo, conspiración, y ahora genocidio, lesiones graves y gravísimas y lesiones seguidas de muerte.

Fruto de estas investigaciones, y de las 2 detenciones preventivas que pesan en contra de la ex mandataria, su salud se ha visto drásticamente afectada, tanto física como mentalmente. Durante los últimos meses, ha sido aislada de su entorno familiar, se le ha negado el acceso visitas y se le ha otorgado una precaria atención médica, pese a que tiene patologías de hipertensión y el antecedente de haber tenido COVID-19 el año pasado.

Sus abogados han interpuesto al menos cuatro acciones judiciales para que salga de la cárcel y se defienda en libertad, las cuales han sido rechazadas. Paralelamente, su hija, Carolina Ribera, también ha denunciado que no se le informa nada sobre el estado de salud de su madre, ni se le informa sobre los fármacos que le suministran las autoridades de la cárcel.

Este sábado, la prensa local informó que Añez intentó quitarse la vida en su celda. El ministro de gobierno, Carlos del Castillo, en conferencia informó que se trasladó a la ex presidente para recibir atención médica y psicológica, puesto que tiene lesiones en las muñecas y antebrazos realizadas con un material plástico, que evidencian la intencionalidad suicida de sus actos.

Esta noticia causó un revuelo en el panorama político. Los ex presidentes Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Jaime Paz emitieron un pronunciamiento en repudio a las arbitrariedades del proceso, y solicitaron salvaguardar sus derechos fundamentales a la vida, integridad y el debido proceso.

Añez actualmente atraviesa una de las peores situaciones a las que se puede someter a un ser humano: está tirada en una celda, sin atención médica, probablemente torturada por los agentes del régimen, siendo despojada de todos sus derechos humanos, mientras en Latinoamérica todos los países hacen oído sordo a la situación, a excepción de Jair Bolsonaro en Brasil.

Mientras mandatarios de izquierda como Alberto Fernández o López Obrador han hablado toda su carrera política de las violaciones de los derechos humanos en las dictaduras latinoamericanas, ahora aplauden con esmero a la brutal persecución política y crímenes de lesa humanidad contra quienes gobernaron Bolivia constitucionalmente hasta hace algunos meses.

Pronunciamiento de los ex presidentes de Bolivia.

Igualmente, tras conocer los intentos de quitarse la vida, su equipo de abogados interpuso nuevas acciones para que salga de la cárcel y al menos consiga un arresto domiciliario, sin exito hasta ahora.

De igual forma, periodistas, médicos y analistas observan que la tortura judicial a la que es sometida Jeanine Añez busca acabar con su vida. Puesto que fue detenida arbitrariamente sin que se inicien investigaciones, se ordenó su detención en cárcel pese a que no existían riesgos de fuga ni obstrucción a la justicia, y finalmente, se le ha suministrado fármacos que le pueden estar alterando la conciencia.

En definitiva, el régimen de Evo Morales a través del gobierno de Luis Arce se aleja de su retórica de reconciliación, y se coloca firmemente en la ya conocida práctica del Socialismo del Siglo XXI, lejano del respeto a los derechos humanos, cercano a las intenciones de eliminar a quienes no se alineen a su agenda.


Por Diego Salvatierra, para La Derecha Diario.

Bolivia

Crisis en Bolivia: El Banco Central informó las reservas más baja de la historia y el Riesgo País se disparó a los 2.140 puntos

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La prima de riesgo no deja de aumentar y ya supera a la de Argentina y Ecuador, en temor a una inminente devaluación del tipo de cambio que podría revaluar el costo de las deudas en dólares. Solo quedan US$ 2.147 millones en reservas netas en la autoridad monetaria boliviana, y el Gobierno socialista podría apostar por un cepo cambiario.

La crisis de divisas se hace cada vez más aguda en Bolivia, a medida que el Gobierno no toma medidas de corrección fiscal y el tipo de cambio fijo se hace imposible de mantener. El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el saldo de reservas netas correspondiente al mes de agosto fue de tan solo US$ 2.147 millones, la cifra más baja por lo menos en el último medio siglo.

La autoridad monetaria no tiene forma de mantener el tipo de cambio nominal sin alteración, a menos que el Gobierno socialista presidido por Luis Arce decida recurrir a un cepo cambiario similar al que aplica Argentina, pero esta maniobra pondría fin al régimen implementado en 2008.

De este cómputo informado, un total de US$ 1.629 millones se corresponden con las tenencias de oro, existe una posición de US$ 45 millones en Derechos Especiales de Giro (DEGs), y finalmente la tenencia estrictamente nominada en divisas (principalmente dólares) sólo alcanza los US$ 437,9 millones al cierre de agosto. Se estima que estas cifras no hicieron más que disminuir hasta el día de hoy.

Estas escalofriantes cifras precipitaron una disparada suba del Riesgo País, que alcanzó y superó los 2.140 puntos básicos según la medición de la firma JP Morgan. Es la segunda prima de riesgo más alta de la región latinoamérica, únicamente por detrás de los 18.000 puntos básicos que registra la dictadura chavista de Nicolás Maduro.

De hecho, la prima de riesgo de Bolivia ya supera a Ecuador (2.000 puntos) y a la Argentina (1.890 puntos), dos países que históricamente secundaron a Venezuela en los últimos años. También se encuentra muy por encima del riesgo de El Salvador, que se desplomó a sólo 700 puntos básicos tras la revaluación de reservas por la suba del Bitcoin y la consolidación de las finanzas públicas.

La tasa de Riesgo País tiene dos componentes principales, el más conocido es el riesgo por un incumplimiento (default), pero también existe el riesgo de devaluación que implica la revaluación automática de todas las obligaciones nominadas en divisas (tanto para el Estado como para el sector privado).

Este último componente es el que está detrás del aumento del riesgo crediticio de Bolivia, ya que el régimen cambiario parece a todas luces insostenible. La introducción de un cepo cambiario sólo afianzaría todavía más el aumento del riesgo, debido a que el Gobierno podría intervenir deliberadamente el giro de divisas para pagos al exterior (como ocurrió en la Argentina en los últimos 4 años).

Asimismo, el cepo cambiario podría abortar completamente el tenue crecimiento que todavía mantenía la economía boliviana, pese a ser el más acotado de los últimos 22 años. Por la vía de la devaluación (una posibilidad cada vez más cercana), el cambio de precios relativos podría volver a inclinar la balanza comercial hacia el superávit y la acumulación de divisas, pero el shock sobre la demanda interna podría provocar una recesión. 

En cualquier caso, el “milagro boliviano” de los últimos 20 años parece próximo a llegar a su fin. El socialismo del siglo XXI destruyó los cimientos fundamentales que habían dejado las reservas pro-mercado efectuadas entre la década de 1980 y 1990. La implosión del socialismo ante la lucha de poder entre Arce y Morales tampoco ayuda a alinear las expectativas con vista al futuro.

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Bolivia al borde del estallido: El Riesgo País se disparó por encima de los 2.000 puntos y se registra el crecimiento más bajo en 22 años

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La prima de riesgo en la economía boliviana no deja de crecer ante las expectativas de devaluación y el abultado déficit fiscal. La actividad económica comenzó a resentirse en la segunda mitad del año, y el 2023 podría finalizar con la expansión más baja observada desde 2001.

La implosión del Gobierno socialista de Luis Arce, como parte de una lucha interna con el exdictador Evo Morales, desencadenó una oleada de expectativas negativas que ya comienzan a repercutir en los mercados financieros.

La prima de Riesgo País elaborada por JP Morgan Stanley escaló por encima de los 2.000 puntos básicos, oficialmente la segunda tasa de riesgo más elevada de América Latina sólo por detrás de Venezuela. Bolivia superó a Ecuador y a Argentina en riesgo crediticio, un indicador que mide la diferencia con respecto al bono soberano del Tesoro estadounidense.

Para entender el por qué de esta situación es necesario considerar que el Riesgo País se compone de dos grandes pilares: el riesgo asociado a la devaluación de la moneda local, que llevaría a la revaluación automática de todas las deudas nominadas en dólares, y el riesgo que se explica por la posibilidad de default de la deuda. Desde ambas perspectivas, la situación del país andino es crítica.

El sistema cambiario de Bolivia es insostenible a través del tiempo: el Banco Central perdió la mayor parte de sus reservas (con la excepción de la posición de oro), y la balanza energética del país, principal componente de la balanza comercial boliviana, se torna cada vez menos favorable por la histórica reducción en la producción de gas estatal.

El tipo de cambio nominal lleva fijado (sin mayores alteraciones) desde el año 2008. El sistema permitió anclar la demanda de pesos a pesar de la emisión sin respaldo para financiar al fisco, pero solo a costa de dilapidar completamente las reservas internacionales durante años. Sin reservas, no hay posibilidad de sostener indefinidamente el tipo de cambio.

Por otra parte, el Gobierno socialista de Luis Arce no logró llevar a cabo los ajustes fiscales necesarios como para mitigar el riesgo de un incumplimiento crediticio. El déficit primario de Bolivia supera el 3,6% del PBI según las estadísticas del FMI, y el rojo financiero supera el 5,1% del producto.

El Gobierno trata de tapar la brecha fiscal por la vía del endeudamiento externo e interno, pero el stock de deuda pública total ya supera el 80% del PBI, y no parece sostenible si la prima de riesgo (que denota la confianza de los inversores) es la segunda más alta de la región.

Arce prometió una reforma tributaria para el 2024 con la mira puesta en trasladar el ajuste al sector privado, pero los mercados descreen de la magnitud en la corrección fiscal que pueda llegar a ser explicada por esta reforma.

Por otra parte, los bonos bolivianos sufren una volatilidad adicional asociada al riesgo político por la implosión del socialismo y el enfrentamiento de Arce y Morales por el poder en 2025. Desde el punto de vista de los inversores, el riesgo por suscribir títulos soberanos de Bolivia es cada vez mayor ante el posible regreso de una versión radicalizada de Evo Morales al poder.

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Bolivia

El eje del mal: Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Israel, Colombia y Chile retiran sus embajadores y Argentina presenta repudio

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El gobierno del socialista Luis Arce decidió romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, y el presidente del MAS pidió incluso "declarar a Israel como un Estado terrorista".

En medio de la ofensiva terrestre israelí sobre la Franja de Gaza en respuesta al ataque terrorista de Hamas del pasado 7 de octubre, Bolivia decidió romper relaciones con Israel, mientras que Colombia y Chile llamaron a consultas a sus respectivos embajadores, y la Argentina presentó un repudio formal contra el Estado judío.

En primer lugar, Bolivia anunció la ruptura total de relaciones diplomáticas con Israel este martes, producto de la “agresiva y desproporcionada ofensiva militar” contra la Franja de Gaza, la cual considera una amenaza de la paz y la seguridad internacionales.

En un comunicado oficial, el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani Machaca, indicó que su Gobierno “ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza”.

Vamos a comunicar de manera oficial por los canales diplomáticos establecidos entre ambos países precisamente esta comunicación consecuente con los principios y propósitos de la carta de Naciones Unidas”, anunció el vicecanciller en conferencia de prensa.

Asimismo, Bolivia ha exigido “el cese de los ataques contra el pueblo palestino” y rechaza el “hostil” trato de Israel hacia las organizaciones internacionales encargadas de distribuir ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, señaló el vicecanciller.

Por su parte, María Nela Prada, ministra de la Presidencia y canciller interina, convocó a los “países hermanos” de Bolivia a “producir una acción colectiva” para lograr la pacificación en la región y “evitar un genocidio”. Esto, debido a los “crímenes de les humanidad contra el pueblo palestino” de los que acusa a Israel.

Un día antes, el presidente de Bolivia, Luis Arce, había pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que evite un “genocidio del pueblo palestino y allane una solución definitiva para que Palestina ejerza su derecho a la autodeterminación, a su territorio sin ocupaciones ilegales y consolide su propio Estado libre e independiente”.

En este sentido, el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira, que actualmente preside el órgano, se mostró muy crítico con la actuación del Consejo de Seguridad: “Desde el 7 de octubre nos hemos reunido varias veces y hemos votado cuatro resoluciones. Sin embargo, seguimos estancados, debido a desacuerdos internos, sobre todo entre los miembros permanentes”, afirmó el canciller de Brasil; y agregó que “Todo el mundo está viendo nuestra incapacidad para unirnos y responder a una crisis que nos desafía”.

Las autoridades bolivianas anunciaron la ruptura con Israel tras una reunión entre el presidente Luis Arce y el embajador palestino en Bolivia, Mahmoud Elalwani. El mandatario boliviano “rechazó los crímenes de guerra que se cometen en Gaza” y contó que le expresó su solidaridad al embajador y a todo el pueblo boliviano.

Por su parte, Hamas festejó en un comunicado el martes el anuncio de Bolivia expresando su "gran estima" por la decisión que tomó frente al gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, e instó "a los países árabes que han normalizado sus relaciones" con Israel a hacer lo mismo.

Tras el anuncio de Bolivia, Chile y Colombia tomaron cartas en el asunto y llamaron a consultas a sus embajadores en Israel como muestra de rechazo a la ofensiva terrestre israelí, la cual es producto del ataque terrorista que Hamas lanzó el pasado 7 de octubre, y que acabó con la muertes de más de 1.400 personas en Israel, y dio pie al secuestro de, por lo menos, otras 230.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, informó a través de su cuenta de X que llamó a su embajadora a consultas alegando que, “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino, no podemos estar allá”. La llamada a consultas, dentro del ámbito diplomático, representa una señal de protesta más dura que una simple declaración oficial.

Por su parte, Gabriel Boric, presidente de Chile, escribió en su cuenta de X que, “Ante las inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido Israel en la franja de Gaza, como Gobierno de Chile hemos resuelto llamar en consultas a Santiago al embajador de Chile en Israel, Jorge Carvajal”.

El presidente chileno agregó que “Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares -que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza- no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional, como lo demuestran las más de ocho mil víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños”.

Cabe recordar que Bolivia expulsó al embajador israelí en 2009 durante la presidencia de Evo Morales con motivos de otro conflicto entre Israel y Hamas; y que las relaciones fueron recién restablecidas durante el gobierno de Jeanine Áñez entre 2019 y 2020.

En este sentido, el expresidente Evo Morales ha pedido a Luis Arce una condena más firme contra Israel. Sin embargo, tras la decisión del gobierno actual, Morales sentenció que la ruptura de relaciones “no es suficiente”. Bolivia “Debe declarar al estado de Israel como un estado terrorista”, escribió en su cuenta de X.

Por su parte, la Cancillería de Argentina se sumó a la posición de Boric y Petro, y a través de un comunicado firmado por el gobierno de Alberto Fernández y Sergio Massa, condenaron la respuesta israelí al ataque terrorista de Hamás.

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