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Brasil

Encuestas Brasil: Bolsonaro podría ganar la mayoría de los gobiernos estadales en octubre

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Más allá del resultado de las presidenciales, la derecha pisa fuerte a nivel local y se quedaría con 15 de los 26 estados y el distrito federal en las elecciones de fin de año.

El próximo 2 de octubre se celebrarán las elecciones generales en Brasil, donde millones de votantes irán a las urnas para elegir al presidente, diputados, senadores, gobernadores, legisladores y concejales en todo el país.

Más allá de la contienda entre Bolsonaro y Lula, tal vez el choque de ideologías más anticipado de los últimos años, las encuestas indican que la derecha ganaría 15 gobiernos estadales, la izquierda 8 y los partidos de centro 4, de los 26 estados brasileños y el distrito federal.

Basándose en las encuestas realizadas por Real Big Data e IPEC, los resultados serían extremadamente favorables para los candidatos a gobernadores respaldados por Bolsonaro, lo cual dejaría al país con una fuerte influencia de la derecha, gane quien gane las presidenciales.

En los estados de Acre, Roraima, Rondonia, Amapá, Amazonas, Tocantins, Ceará, Sergipe, Mato Grosso, Brasilia, Goiás, Minas Gerais, Santa Catarina, Rio de Janeiro, Paraná lideran las encuestas candidatos de derecha. En 12 de ellos, los candidatos tienen el apoyo explícito de Bolsonaro, mientras que en 3, si bien son de derecha y han sido aliados del presidente en el pasado, han roto con él: Minas Gerais, Goiás y Santa Catarina.

En Minas Gerais arrasaría con un 52% el actual gobernador Romeu Zema, del partido liberal de NOVO, quien por sus políticas liberales aplicadas durante su gestión se ha ganado el apoyo tanto de los votantes de derecha como del centro dejando a Carlos Viana, el candidato apoyado por Bolsonaro, con un ínfimo 5%. Si bien el presidente apoya formalmente a Viana, Zema y Bolsonaro mantienen una buena relación política y son aliados contra el PT.

En Goiás, la situación es un poco más adversa, ya que está liderando el derechista Ronaldo Caiado, el actual gobernador que busca reelección después de que rompió con Bolsonaro en 2020 para imponer una dictadura sanitaria en el estado.

En Santa Catarina tampoco es tan buena la situación, ya que está liderando el actual gobernador derechista Carlos Moisés, a quien se le hizo un impeachment por casos de corrupción con respiradores durante la pandemia. Manteniendo su línea anti-corrupción, Bolsonaro le quitó su apoyo a Moisés.

En el estado Espírito Santo está liderando el actual gobernador, el izquierdista Renato Casagrande, pero interesantemente en este estado Bolsonaro encabeza la intención de voto presidencial y esta situación se debe a que Casagrande se ganó el apoyo de muchos votantes de derecha a ser uno de los estados que apostó por la libertad y no por una dictadura sanitaria durante la pandemia.

La izquierda también lidera en Maranhão, Piauí, Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, y en el estado de Alagoas, donde el candidato izquierdista Paulo Dantas está liderando la encuesta por un ínfimo 2% por encima del ex-presidente liberal Fernado Collor de Mello, actualmente apoyado por Bolsonaro.

Por último, en el estado de São Paulo, ex candidato a presidente del PT, Fernando Haddad, se impondría en primera vuelta contra el popular ministro de obra pública de Bolsonaro, Tarcísio, pero la derecha ganaría en ballotage. Cabe destacar que en Brasil si los candidatos a gobernador no logran superar el 50%, deben ir a segunda vuelta. 

Por su parte, los partidos de centro que actualmente apoyan a Bolsonaro en el Congreso pero que no cuentan con una alianza formal a nivel nacional, lideran en Pará, Matto Groso do Sul, Bahía y en Rio Grande do Sul.

En Matto Groso do Sul, lidera André Puccinelli, del MDB, que apoya a la candidata presidencial Simone Tebet, la llamada “tercera vía” que no apoya ni a Lula ni a Bolsonaro. Sin embargo, a nivel presidencial en el estado se impone Bolsonaro.

Bahía está liderando Antônio Carlos Magalhães Neto, del centro-derechista União Brasil, un candidato muy “tibio” que tiene una relación amor-odio con Bolsonaro. Por su parte, en Rio Grande do Sul lidera Eduardo Leite, un liberal tucano que traicionó a Bolsonaro durante la pandemia.

ACRE
Gladson Cameli (PP-derecha-apoyado por Bolsonaro): 41%
Mara Rocha (MDB-derecha): 17%
Sérgio Petecão (PSD-centro): 14%
Jenilson Leite (Unión Brasil-derecha): 11%
Blanco/Nulo: 9%
No saben/No responden: 8%

(Real Time Big Data – 12 de julio)

RORAIMA
Teresa Surita (MDB-derecha-apoyada por Bolsonaro):  47%
Antônio Denarium (PP-derecha): 36%
Rudson Leite (PV-Izquierda) :1%
Fabio Gonçalves: 1%
Blanco/Nulo: 7%
No saben/No responden:  8%

(Real Time Big Data – 7 de julio)

RONDÔNIA
Marcos Rocha (Unión Brasil-derecha-apoyado por Bolsonaro) : 32%
Marcos Rogério (PL-derecha): 18%
Léo Moraes (Podemos-derecha): 10%
Vinicius Miguel (REDE- izquierda): 7%
Blanco/Nulo:  8%
No saben/No responden: 24%

(Real Time Big Data – 12 de julio)

AMAPÁ
Jaime Nunes (PSD-derecha-apoyado por Bolsonaro):  38,8%
Clécio Luis  (Solidarida-izquierda-apoyado por Lula): 29,8%
Blancos, nulos e indecisos: 26,1%.

(Instituto Doxa – 3 de agosto)

AMAZONAS
Wilson Lima (Unión Brasil-derecha-apoyado por Bolsonaro): 33,3%
Amazoninho (PSOL-izquierda): 30,8%
Eduardo Braga (MDB-izquierda-apoyado por Lula): 16,7%

Blancos, nulos e indecisos: 19,2%

(Instituto Iveritas – 5 de agosto)

PARÁ
Helder Barbalho (MDB-centro-apoyado por Simone Tebet): 62%
Zequinha Marinho (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 10%
Blanco/NUlo: 13%
No saben/No responden: 11%

(Real Time Big Data – 22 de julio)

TOCANTINS
Ronaldo Dimas (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 24%
Wanderlei Barbosa (Republicanos-derecha): 24%
Carlos Amastha (PSB-izquierda): 14%
Paulo Mourão (PT-izquierda-apoyado por Lula): 6%
Blanco/Nulo: 14%
No sabe/No responde: 12%

(Real Time Big Data – 3 de agosto)

MARANHÃO
Carlos Brandão (PDT-izquierda-apoyado por Lula): 30%
Weverton Rocha (PSB-izquierda): 29%
Lahesio Bonfim (PSC-centroderecha): 16%
Edivaldo Holanda Júnior (PSD-centro): 10%
Blanco/Nulo: 4%
No sabe/No responde: 8%

(Instito Exata, 12 de agosto)

PIAUÍ
Rafael Fonteles (PT-izquierda-apoyado por Lula): 52%
Sílvio Mendes (Unión Brasil-derecha): 33,85%
Coronel Diego (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 4,79%

Blancos, nulos e indecisos: 9,36%

(Instituto Amostragem, 16 de agosto)

CEARÁ
Capitán Wagner (União Brasil-derecha-apoyado por Bolsonaro): 40,1%
Roberto Claudio (PDT-izquierda): 22,3%
Elmano de Freitas (PT-izquierda-apoyado por Lula): 17,7%
Blanco/Nulo: 10,6%
No Sabe/No Responde: 8,3%

(Parana Pesquisas, 10 de agosto)

RIO GRANDE DO NORTE
Fátima Bezerra (PT-izquierda-apoyada por Lula): 42,6% 
Styvenson Valentim (Podemos-centroderecha): 17,44%.
Fábio Dantas (Solidaridad-izquierda): 6,49% 
Blanco/Nulo: 19,52%
No sabe/No responde: 8,62%

(Instituto Datavero/98FM – 15 de agosto)

PARAÍBA
João Azevedo (PSB-izquierda-apoya por Lula): 26%
Pedro Cunha Lima (PSDB-centro): 18%
Nilvan Ferreira (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 13%
Veneziano (MDB-izquierda-apoyado por Lula): 2%
No sabe/No responde: 19%

(Instituto Opus – 6 de julio)

PERNAMBUCO
Marília Arraes (Solidariedade-apoyada por Lula): 31,5%
Raquel Lyra (PSDB- centro): 14,3%
Anderson Ferreira (PL-apoyado por Bolsonaro): 13,6%
Danilo Cabral (PSB-izquierda): 7,5%
Blanco/Nulo: 11,4%
No sabe/No responde: 6,7%.

(Parana Pesquisas – 11 de agosto)

ALAGOAS
Paulo Dantas (MDB- apoyado por Lula): 25,1%
Fernando Collor de Mello (PROS-apoyado por Bolsonaro): 22,6%
Rodrigo Cunha (Unión Brasil-centro): 18,1%
Rui Pimenta (PSD-centro): 13,6%
Blanco/Nulo: 11%
No sabe/No responde: 8,6%.

(Parana Pesquisas – 16 agosto)

SERGIPE
Valmir de Francisquinho (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 26%
Rogerio Carvalho (PT-izquierda-apoyado por Lula): 18%
Fábio Mitidieri (PSD- centro): 17%
Alessandro Vieira (PSDB-centro): 7% 
Blanco/Nulo: 18%
No sabe/No responde: 11%

(Real Time Big Data – 8 de agosto)

BAHIA
ACM Neto (União Brasil-centro): 53,5%
Jerônimo Rodrigues (PT-apoyado por Lula): 18,2%
João Roma (PL-apoyado por Bolsonaro): 11,1%
Blanco/Nulo: 9,1%
No sabe/No responde: 6,6%

(Paraná Pesquisas – 15 de agosto)

MATO GROSSO
Mauro Mendes (Unión Brasil-derecha-apoyado por Bolsonaro): 42,8%
Márcia Pinheiro (PV-izquierda-apoyada por Lula): 12,9%
Blanco/Nulo: 28,5%
No sabe/No responde: 0,5%.

(Percent – 2 de agosto)

MATO GROSSO DO SUL
André Puccinelli (MDB-centro-apoyado por Simone Tebet): 23,8%
Marcos Trad (PSD-centro): 17,8%
Eduardo Riedel (PSDB-derecha-apoyado por Bolsonaro): 14,3%
Rose Modesto (Unión Brasil-centro): 14,1%
Capitan Contar (PRTB-derecha): 8%
Blanco/Nulo: 9,2%
No sabe/No responde: 11%

(Instituto Novo Ibrape – 5 de agosto)

BRASILIA DISTRITO FEDERAL
Ibaneis Rocha (MDB-apoyado por Bolsonaro): 38,7%
Paulo Octávio (PSD-centro): 10,9%
Leila do Vôlei (PDT-izquierda): 9,8%
Izalci Lucas (PDSB-centro): 5,4%
Blanco/Nulo: 14,2%
No saben/No responden: 9,4%

(Paraná Pesquisas 17 de agosto)

GOIÁS
Ronaldo Caiado (União Brasil-derecha): 46,1%
Gustavo Mendanha (Patriota-derecha): 24,9%
Victor Hugo (PL-apoyado por Bolsonaro): 13%
Wolmir Amado (PT- apoyado porr Lula): 1,7%
Branco/Nulos: 11,4%
No sabe/No responde: 6,7%

(Parana Pesquisas 10 de agosto)

MINAS GERAIS
Romeu Zema (NOVO-derecha liberal): 40%
Alexandre Kalil  (PSD-centro-apoyado por Lula): 22%
Carlos Viana  (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 5%
Blanco/Nulo: 11%
No sabe/No responde: 15%

(Pesquisa Ipec – 15 de agosto)

ESPÍRITO SANTO
Renato Casagrande (PSB-izquierda-apoyado por Lula): 52%
Manato (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 10%
Audifax (REDE-izquierda): 7%
Guerino Zanon (PSD-centroderecha): 5%
Blanco/Nulo: 11%
No sabe/No responde: 11%

(Ipec, 16 de agosto)

RIO DE JANEIRO
Cláudio Castro (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 21%
Marcelo Freixo (PSB-izquierda-apoyado por Lula): 17%
Rodrigo Neves (PDT-izquierda): 5%
Wilson Witzel (PMB-centroderecha): 4%
Blanco/Nulo: 29%
No sabe/No responde: 10%

(Ipec, 15 de agosto)

SÃO PAULO
Fernando Haddad (PT-izquierda-apoyado por Lula): 33,2%
Tarcísio de Freitas (Republicanos-derecha-apoyado por Bolsonaro): 22,5%
Rodrigo Garcia (PSDB-centro-apoyado por el traidor Doria): 14,0%
Blanco/Nulo: 16,3%
No sabe/No responde: 10%

(Paraná Pesquisas, 28 de julio)

PARANÁ
Ratinho Jr. (PSD-derecha-apoyado por Bolsonaro): 52%
Roberto Requião (PT-izquierda-apoyado por Lula): 18%
Branco/Nulo: 13%
No sabe/No responde: 13%

(Paraná Pesquisas, 28 de julio)

SANTA CATARINA
Carlos Moisés (Republicanos-derecha):18%
Jorginho Mello (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 14%
Gean Loureiro (União Brasil-derecha): 12%
Espiridião Amin (PP-centro): 9%
Décio Lima (PT-izquierda-apoyado por Lula): 9% 

(Real Big Data – 24 de mayo)

RIO GRANDE DO SUL
Eduardo Leite (PSDB-centro): 29%
Onyx Lorenzoni (PL-derecha-apoyado por Bolsonaro): 24%
Edegar Pretto (PT-izquierda-apoyado por Lula): 9%
Pedro Ruas (PSOL-izquierda): 5%
Luis Carlos Heinze (PP-derecha): 4%
Branco/Nulo: 10%
No sabe/No responde: 10%

(Real Big Data- 27 de julio)

Brasil

Lula lanza un masivo aumento del gasto público y prepara todo para eliminar el superávit fiscal heredado de Bolsonaro

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El superávit primario del Gobierno se desplomó casi un 50% en términos reales desde que el socialismo volvó al poder. Se proyecta un fuerte crecimiento de la deuda pública durante los próximos tres años.

La administración de Lula da Silva continúa deteriorando el frente fiscal de Brasil, uno de los aspectos más favorables en la herencia por los cuatro años de gestión de Jair Bolsonaro. El Gobierno federal, incluido el Tesoro y la seguridad social, registró un superávit primario de 15.604 millones de reales en abril de 2023, por lo que se produjo una caída del 48,3% en comparación con el mismo mes del año pasado y en moneda constante.

Asimismo, el saldo superavitario antes de intereses sumó los R$ 47.165 millones en los primeros tres meses del año y tuvo una fuerte reversión del 43% en comparación con el primer trimestre de 2022

Mientras que el superávit primario llegaba a representar el 0,56% del PBI en diciembre de 2022, la cifra se redujo a sólo el 0,22% del producto para abril de este año, nuevamente reflejando que el saldo superavitario se redujo a la mitad.

Finanzas públicas de Brasil desde el año 2014.

El principal factor desequilibrante de las finanzas públicas es el gasto determinado por el Presupuesto 2023, que Lula consiguió aprobar rápidamente en el Congreso tras su victoria electoral. Las erogaciones del Gobierno federal aumentaron un 8,1% interanual en términos reales al cierre de abril, en mayor medida debido a la ampliación del programa Bolsa Familia.

Por otra parte, la recaudación tributaria del Tesoro tuvo una caída real del 1,8% interanual en el cuarto mes del año, vinculada al aumento de la deducción estándar sobre el impuesto a las Ganancias y la postergación de las exenciones impositivas sobre los combustibles. La aplicación de retenciones “temporales” sobre las exportaciones petroleras aún no tuvo un mayo impacto.

Junto con la abultada y creciente factura de intereses de deuda, el déficit financiero total del Gobierno federal se incrementó al 4,61% del PBI en abril, habiendo partido de un 4,35% del producto al término de la gestión de Bolsonaro. Esto es consistente con un fuerte crecimiento de la deuda pública federal para los próximos 3 años según las estimaciones más aceptadas.

El ministro de Hacienda Fernando Haddad prometió llegar a un superávit primario de por lo menos el 0,5% del PBI para fin de año, y para conseguirlo anunció que el Gobierno incrementará la recaudación en 150.000 millones de reales mediante eliminación de exenciones tributarias, la persecución a la evasión y por medio del nuevo impuesto sobre los juegos de azar online.

Pero ningún pronóstico serio respalda la hipótesis de Haddad, ya que para llegar a la cifra que postula alcanzar en diciembre (y dada la trayectoria alcista del gasto) se requerirían de fuertes aumentos impositivos sobre fuentes representativas para los ingresos (como el impuesto a las Ganancias, el IVA, impuestos internos, etc).

El banco de inversión BNP Paribas advirtió que los anuncios de Haddad son completamente insignificantes para llegar a una meta semejante de hasta 150.000 millones de reales en nueva recaudación. En la misma línea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el déficit primario real de Brasil terminará el 2023 con un rojo de casi 2 puntos del PBI, mientras que el financiero llegaría a casi el 9% del PBI.

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Brasil

El Congreso brasileño habilita a Lula a tener déficit fiscal: Dio media sanción a la eliminación del techo de gasto público

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Se pone fin a los lineamientos fiscales trazados por el expresidente Temer. La nueva regla fiscal propuesta por Lula sólo entraría en vigencia a partir del próximo año, por lo que para el período fiscal 2023 se espera un importante aumento del déficit.

El Gobierno de Lula da Silva logró obtener el visto bueno de la Cámara de Diputados para eliminar todos los topes legales al aumento del gasto público, con un total de 372 votos afirmativos contra 108 (principalmente la oposición bolsonarista). La agenda fiscal del socialismo brasileño avanza sin reparos.

De esta manera, se pone fin a la regla fiscal que había trazado Michel Temer en 2016 y aplicada a rajatabla durante la administración de Jair Bolsonaro hasta 2022. Esta normativa indicaba que el gasto público solo podía ser actualizado por inflación, pero no aumentado por sobre el techo de gastos, con el objetivo de garantizar la responsabilidad fiscal.

El proyecto de Lula propone una regla fiscal alternativa: atar el aumento del gasto público a un tope del 70% de la suba nominal de la recaudación fiscal del año anterior. Esta regla no garantiza la disciplina fiscal, y permitirá que Brasil vuelva a tener déficit fiscal después de que Bolsonaro lo eliminara en su mandato.

Pero lo realmente preocupa a la oposición es que la regla fiscal que propone Lula sólo entraría en vigencia a partir del período fiscal 2024, por lo que durante este año prácticamente no habrá ninguna regla fiscal establecida, generando una fuerte presión sobre el equilibrio de las finanzas públicas.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el Gobierno de Brasil perderá el superávit primario heredado de Bolsonaro y registrará un saldo deficitario del 1,95% del PBI para 2023. Asimismo, el resultado financiero incluyendo la factura de intereses marcará un brutal déficit del 8,8% del PBI, el más drástico desde el año 2016 sin contabilizar el shock que generó la pandemia.

El gasto público del Gobierno federal aumentaría del 43,3% del PBI al 44,65% según las previsión del FMI, todo esto a partir de las nuevas erogaciones en programas sociales y subsidios. Pero pese a los impuestos especiales sobre las exportaciones petroleras, la recaudación tributaria retrocedería del 38,7% al 35,9% del PBI en 2023.

Finanzas públicas de Brasil entre 1996 y 2023.

Los mercados reaccionaron negativamente ante la incertidumbre fiscal. La Bolsa de Sao Paulo se desplomó casi un 1% en las primeras horas del miércoles pasado (horas después de la votación en el Congreso), y esta semana inició con una caída del 0,52% hasta los 10.333 puntos.

La idea de un Gobierno “moderado y centrista” fue descartada, y todo indica que Lula no hará más que profundizar los lineamientos de las últimas administraciones del PT, con principios muy alejados a los que se vislumbraban en los primeros años de la década del 2000.

El oficialismo apunta contra la independencia del Banco Central, ya no cree en el superávit fiscal como herramienta de estabilización, se muestra favorable a impuestos extremadamente distorsivos como las retenciones de exportación, y busca dar marcha atrás con la flexibilización de la legislación laboral.

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Brasil

Cumbre de líderes comunistas en Brasil: Lula relanza la Unasur junto al dictador venezolano Nicolás Maduro

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También recibió al dictador boliviano Luis Arce y a los presidentes Gabriel Boric, Gustavo Petro, Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, blanqueó finalmente su estrategia para reincorporar al régimen chavista a las instituciones sudamericanas, invitando al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, a Brasilia para participar de la “Unasur versión 2”, como dijo la Cancillería.

De esta manera, Lula levantó la prohibición que pesaba sobre el sanguinario dictador chavista que impedía su ingreso a Brasil, impuesta en 2019 por el ex presidente Jair Brasileño. Además, ordenó a la Policía Federal no arrestar a Maduro según correspondería dado que pesa sobre él una orden de arresto de la Interpol.

Venezuela siempre ha sido un socio excepcional para Brasil. Pero debido a las contingencias políticas y a los equívocos, el presidente Maduro pasó ocho años sin venir a Brasil“, dijo Lula en una conferencia de prensa después de una reunión en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia.

“Es el inicio del regreso de Maduro al plano regional, y el encuentro con los demás líderes será la vuelta de la integración de América del Sur”, añadió Lula, definiendo el momento de “histórico“.

En el relanzamiento de la Unasur, un organismo de integración latinoamericano fundado por el propio Lula da Silva y el ex dictador difunto Hugo Chávez en el año 2008, también participaron otros mandatarios de la región.

Estuvo presente el también dictador Luis Arce, quien en los últimos dos años ha instaurado un sistema de represión en Bolivia peor que el que actualmente existe en Venezuela, arrestando a toda la oposición, tanto política como cívica, y censurando a los golpes a la oposición en el Poder Legislativo.

Lula también contó con la presencia de Alberto Fernández, presidente de Argentina; de Gustavo Petro, presidente de Colombia; de Gabriel Boric, presidente de Chile; y de Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, quien a pesar de su retórica en contra de aceptar a Maduro en la comunidad interamericana, ha cedido en su postura, probablemente por influencia de Estados Unidos.

El gobierno de Joe Biden ha estado negociando con el régimen de Maduro para permitir que vuelva a ingresar a los organismos regionales además de levantar algunas sanciones a cambio de que el dictador comunista permita la extracción de empresas estadounidenses de sus pozos petroleros.

Esta fue una solución “de emergencia” para aumentar la cantidad de petróleo en Occidente luego de que Rusia cortara el suministro a Europa y Estados Unidos por la guerra en Ucrania.

Desde el comienzo de su mandato a principios de este año, Lula llevó adelante políticas de acercamiento con Venezuela. Uno de los puntos más importantes de esta aproximación se dio con el viaje de su asesor Celso Amorim a Caracas, donde se reunió con altos dirigentes del chavismo para tratar la reapertura de embajadas.

Los entonces presidentes Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñera (Chile), Jair Bolsonaro (Brasil), Jeanine Añez (Bolivia) y el propio Lacalle Pou (Uruguay) se habían sumado entre 2019 y 2020 al intento del ex presidente estadounidense Donald Trump de presionar a Maduro para forzar su salida del poder en Venezuela y su reemplazo por el entonces opositor Juan Guaidó.

Ahora, los vientos han cambiado en el continente americano, y Lula aprovechó la situación para sacar a relucir su amor por el castrochavismo. “¿Cómo un continente que consiguió ejercer la democracia de forma tan plena como cuando creó la Unión Europea, podía aceptar la idea de que un impostor fuese presidente, solo porque no les gustaba el presidente que fue electo?“, se preguntó el mandatario brasileño.

Es inexplicable que un país tenga 900 sanciones porque a otro país no le gusta. Creo que está en tus manos, compañero Maduro, construir tu narrativa y darle la vuelta a este juego para que Venezuela vuelva a ser un pueblo soberano, donde solo su pueblo, a través del voto libre, diga quién va a dirigir el país“, aseguró en un insólito comentario donde ignora la brutal represión a la democracia en el país caribeño.

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