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El Gobierno Interino de Juan Guaidó en caída libre, dividido entre la complicidad y la incapacidad

La falta de propuestas, y los acuerdos de partidos progresistas con el régimen de Nicolás Maduro han generado que diversos sectores rechacen formar parte de un "Pacto Unitario" con Juan Guaidó, con miras al proceso electoral de diciembre. 

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El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, se ha reunido con distintos sectores de la oposición para presentarles una propuesta conjunta para unirse y crear un "Pacto Unitario" de cara a las fraudulentas elecciones que pretende realizar el dictador Maduro el 6 de diciembre del 2020.

Con el pacto unitario, Guaidó quiere conformar un Gobierno de Emergencia Nacional que trate de restituir la democracia en el país y lograr unas elecciones libres y justas para los venezolanos.

Los integrantes del denominado "G4″, dónde están los cuatro partidos políticos más importantes y con la mayoría de diputados en la Asamblea Nacional (Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) han acompañado a Guaidó y confirman que no participarán en ninguna farsa electoral que pretenda imponer el régimen de Nicolás Maduro.

Pese al apoyo del G4, Guaidó no ha podido capitalizar los dos pesos pesados de la oposición venezolana, María Corina Machado líder del partido político Vente Venezuela, de ideología liberal, y Enrique Capriles, ex-gobernador de Miranda y candidato a la presidencia de Venezuela en dos oportunidades.

Machado anunció por redes sociales que se reuniría con el Presidente Encargado el día 29 de agosto, pero tan solo unas horas después de la reunión, la líder opositora publicó un vídeo y además una carta escrita donde informó que no logró articular ningún acuerdo con Juan Guaidó.

Expuso que esperaba una propuesta diferente a la que ya ha mantenido el Presidente Encargado en el pasado y lo acusó a Guaidó de no haber logrado nada de lo que realmente planteó cuando asumió el cargo, y que tendría hasta el 5 de enero del 2021 para hacer lo que no hizo en los 18 meses de presidencia interina.

Este comunicado fue un claro revés para Juan Guaidó que tenía la esperanza de lograr un acuerdo con la líder de Vente Venezuela.

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Por otro lado, Henrique Capriles, ha confirmado su intención de participar en las elecciones que pretende hacer la tiranía venezolana, la cuál no cuenta con respaldo nacional ni internacional y todo indica que se hará fraude para legitimar su régimen.

Capriles es fundador de La Fuerza del Cambio, un partido que inscribió ante el Consejo Nacional Electoral en 2018, pese a haberlo fundado en 2013.

Ese mismo año, ante los señalamientos de la prensa venezolana y los cuestionamientos de sectores de oposición, declaró que no tenía ninguna relación con el movimiento y que seguía formando parte del Partido Primero Justicia, otro partido cómplice de la dictadura venezolana. 

En los últimos días, el ex gobernador de Miranda, junto a Stalin González (muy cercano a Juan Guaidó) se reunieron con el régimen de Maduro y el canciller de Turquía para empezar un diálogo.

Este cobarde acto fue totalmente denunciado por los sectores de oposición que acusaron a los dos "opositores" de negociar "a espaldas del pueblo venezolano".

Según informes del medio Caraota Digital, el portal turco Star publicó una rueda de prensa del canciller Çavuşoğlu tras su regreso de una gira por América, quien confirmó que Capriles y los dirigentes opositores exigieron ciertas concesiones para participar en el proceso y Maduro las habría aprobado.

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A través de su cuenta de Twitter, Capriles descartó haberse reunido con funcionarios turcos, sin embargo, aseguró que está dispuesto a hablar "con todo el que sea necesario" para sacar a los venezolanos de la crisis actual, aceptando de manera indirecta su participación en la reunión. 

A su vez, se mostró "agradecido" con el dictador Nicolás Maduro por el indulto concedido a más de un centenar de políticos. 

"Hay quienes se terminan convirtiendo en lo que critican. Conversar y negociar no es lo mismo, salvo que quieras manipular y mentir. No hay negociación entre Turquía y la oposición en Venezuela. Lo que sí corresponde es hablar con todo el que nos acerque a una solución creíble", aseguró Capriles.

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El panorama es sombrío para el gobierno interino de Guaidó. Según la propia constitución venezolana, este año tendrá que realizarse elecciones para renovar al parlamento venezolano que culmina su mandato el 5 de enero del 2021. 

El régimen de Maduro ha realizado diversas maniobras para intentar validar su farsa electoral. Es así que junto a los partidos Primero Justicia (PJ), Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT) y la Causa R (CR) (todos de centro-izquierda) se ha conformado un nuevo Consejo Nacional Electoral en el mes de febrero, 50% controlado por la falsa oposición y 50% controlado por el PSUV chavista.

El problema que enfrenta el Presidente Interino de Venezuela es como renovará su gobierno mientra no hayan elecciones confiables ni libres en el país. 

Tras 18 meses de gobierno interino donde prometió "el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres", la oposición venezolana continúa dividida debido a la las disputas de poder entre sus miembros y a la incapacidad de Juan Guaidó de cumplir sus promesas.

Los venezolanos ya se han dado cuenta que directa o indirectamente, Guaidó ha demostrado ser otro cómplice más del régimen de Nicolás Maduro. 

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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la "paz y estabilidad política, social y económica" en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un "golpe antidemocrático".

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la "paz política" en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a "valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)".

A pesar de las "declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración", la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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