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Venezuela

Entrevista a Eduardo Bittar: el venezolano que junto a los Bolsonaro lucha contra el chavismo en la región

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Pudimos conversar con el líder de Rumbo Libertad, quien ha estado liderando la lucha en la región contra la influencia de Maduro, el chavismo y la narcopolítica bolivariana.

Eduardo Bittar es coordinador general de la organización “Rumbo Libertad“, un movimiento político resistente al régimen chavista venezolano.

A pesar de haber nacido en Venezuela, actualmente se encuentra radicado en Brasilia trabajando con los Bolsonaro, luego de escaparse de la dictadura de Maduro. Junto al gobierno de Brasil, trabaja en esta cruzada de los sectores de “la nueva derecha” en la defensa de la libertad, el Estado de derecho y la democracia.

La Ing. Candela Sol Silva, columnista de La Derecha Diario y secretaria legislativa de La Libertad Avanza, entrevista en esta oportunidad a uno de los referentes más importante en la batalla política, cultural y social contra la extrema izquierda.


¿Cuál fue tu motivación para estudiar periodismo en Venezuela y cómo fue tu experiencia siendo opositor al régimen chavista?

“En Venezuela, el periodismo es una fábrica de repetidores de narrativas oficiales. No existe una verdadera libertad investigativa, y eso hace que la libertad de expresión sea una ficción. 

Los periodistas son formados para divulgar lo que los dueños de los medios quieran o, lo que el régimen les permita a los dueños de los medios. 

Mi motivación de entrar en el periodismo fue la misma idea de quebrar ese sistema en un campo vital de la vida, que es la búsqueda de la verdad y la comunicación de la misma a los ciudadanos.

Estaba harto de leer, escuchar y ver que la “noticia” o la “información” iba direccionada a atomizar a la población con una banalización de la realidad y que todos esos supuestos medios funcionaran como agencias de propaganda que solo operan para beneficiar al sistema bipartidista de izquierda (MUD-PSUV), además de censurar a aquellos que opinamos diferente y defendemos la libertad”. 

En Venezuela ocurrió un proceso gradual con respecto a la corrupción de las instituciones, medidas intervencionistas en la libertad de las personas, manipulación en los medios de comunicación, etc. En general, cuando un país como Argentina o cualquier otro de la región atraviesa un proceso similar, surge la frase “así empezó todo en Venezuela”, ¿qué opinas al respecto?

“Creo que es un ejercicio mental muy bueno, porque aterrizan la historia del comunismo usando ejemplos cercanos, que han existido relativamente cerca de ellos, y que ahora circulan en su sociedad dada la migración de venezolanos a esos países. 

En el caso de Argentina es mucho más útil precisamente por el asunto de la migración venezolana, y también por los durísimos lazos entre su gobierno y la revolución bolivariana.

 La clave de decir “así empezó todo en Venezuela” es hacer ver, no que hay filas para la comida, o que la inflación está aumentando, sino que hay un intento sostenido, grotesco y agresivo de entregar la soberanía para acabar definitivamente con la libertad.

Si un Estado entrega la soberanía a otro, como pasó en Venezuela con Cuba, o China y Rusia, el ciudadano ya no tiene libertad para decidir sobre los destinos de su nación —ahora bajo control de otro país. Y eso está pasando progresivamente en Argentina con China. 

La agricultura, la infraestructura eléctrica, la tecnología y la banca argentina están siendo ocupadas por empresas chinas. 

Entonces, si ahora son unos extranjeros los que le dicen a usted qué come, cuánta luz merece, si saben en qué lugar se encuentra a través de la tecnología, y qué es lo que hace con su dinero, ¿es usted libre en su propio país?”.

Eduardo Bittar junto a Abascal, Tertsch y Eduardo Bolsonaro.

¿Qué opinión tenés sobre la oposición de Capriles o Guaidó?

“La misma que puede tener cualquier persona con plena consciencia, un mínimo de entendimiento de la realidad y afecto por la dignidad. 

Esos personajes y todos los demás que les acompañan en la coalición de partidos izquierdistas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) o que gravitan alrededor de ella, son unas marionetas producidas por la misma revolución chavista para distraer a la población y eliminar factores auténticamente patriotas que puedan representar un riesgo verdadero a la estabilidad de ese sistema compuesto por el narco-régimen y su oposición controlada. 

Capriles fue financiado por Odebrecht y Guaidó por testaferros del chavismo como Leopoldo Alejandro Betancourt López y Raúl Gorrín; ambos legitimaron al régimen a través de elecciones y a través de uniones reales con sus propios funcionarios (como el caso de Vladimir Padrino López con Capriles, y Hugo “el Pollo” Carvajal, Clíver Alcalá, Luisa Ortega Díaz, Rafael Ramírez y muchos otros con Guaidó). 

Guaidó, sin embargo, fue la mejor ficha de los dos, porque engañó a más gente, incluido el mismísimo Trump y demás países que le dieron reconocimiento a su falsa transición”.

¿Cómo empezó tu relación con los Bolsonaro? 

“Salí de Venezuela el 6 de agosto de 2017 para cumplir con una invitación a reunión con el ex presidente Álvaro Uribe Vélez y donde tenía como meta explicar en Colombia la situación política de mi país y la función que cumple la coalición de partidos izquierdistas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) como escudo protector del chavismo.  

Recién llegado a Colombia, el jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) se pronuncia en cadena de radio y televisión e informa sobre mi orden de captura y notifica sobre la solicitud de activación de Código Rojo ante Interpol en mi contra por supuestos actos de terrorismo en territorio venezolano. 

A partir de ese momento entendí que no podría regresar a Venezuela para continuar con mi lucha y la organización de la Resistencia. 

Estando en Bogotá recibí mensajes de algunos brasileños que acompañaban nuestros pasos por las redes sociales y surgió la invitación para ir hasta Brasilia; viaje que se produce 14 días después de haber comenzado el exilio -sin haberlo planeado- de manera que el 20 de agosto de 2017 llego por primera vez a Brasília, capital de Brasil. 

Allí nos reciben varios brasileños y durante varios días nos llevan al Congreso de Brasil para contar nuestra historia  y en medio de esa agenda nos topamos con Jair Bolsonaro siendo diputado y Eduardo Bolsonaro en su primer mandato como congresista. En medio de las conversaciones en la Comisión de Relaciones Exteriores nos extienden la invitación a su oficina para profundizar en los temas. A partir de ese momento se consolidó una fuerte amistad y un gran trabajo que ya supera los 4 años”. 

Bittar junto a Eduardo Bolsonaro y a Hermann Tertsch.

¿Qué importancia crees que tiene el liderazgo del gobierno de Bolsonaro y su gabinete? ¿Creés que puede ser una gran contención para frenar el avance del castro-chavismo izquierdista en Sudamérica?

“Sin sombra de duda. Ellos son la punta de la lanza, el bastión regional, hasta ahora, contra el castro-chavismo. Y no solo el único como gobierno, sino el mayor, porque entienden que desde aquí salió el gran financiamiento al régimen chavista y la gran articulación geopolítica del Foro de São Paulo, y desde aquí se puede afectar a la estabilidad del castro-chavismo. 

Sin embargo, ellos necesitan resolver primero los problemas internos (directamente relacionados con el movimiento revolucionario) para poder actuar afuera. Creo que limpiando primero Brasil, el gobierno de Bolsonaro puede ayudar increíblemente en su rol como bastión anticomunista”.

Ocurrieron numerosos eventos regionales de desestabilización, como por ejemplo las revueltas en Chile, los días de caos en Colombia, los episodios de violencia en Ecuador, etc. Muchas veces se atribuye una fuerte influencia del régimen cubano en este tipo de sucesos, como también en la misma Venezuela de Maduro. ¿Crees que existe tal influencia?

“No es que lo creo, es que de facto la influencia directa es la venezolana. Fue el régimen venezolano el que infiltró agitadores y agentes de inteligencia en esos países; ellos financiaron y apoyaron las manifestaciones. 

Lo que estos países no comprenden y no se abocan a resolver es que existen miles de agentes de inteligencia venezolanos esparcidos por los diferentes países para recopilar información y organizar células revolucionarias para activarlas cuando sea necesario. 

He sido testigo de cómo el régimen totalitario de Nicolás Maduro maniobra, infiltra y utiliza cualquier mínima información recabada para crear una narrativa propagandística favorable, mientras en paralelo construye diversas redes bien adoctrinadas y pagadas con las que lleva a cabo un proceso metódico de desestabilización.

En este tránsito he sido víctima de amenazas contra mi vida por la frontalidad y la manera de llevar mis ideas y protegerlas de cualquier agente perturbador. Ha sido tan difícil que vivo en un incesante replanteamiento, pero además de esto he tenido que convertirme en un nómada para esquivar el peligro enemigo y evitar la comodidad que luego pudiera llevarme a cuestionar mi falta de patriotismo. 

No puedo negar la realidad y, como lo he dicho en varias ocasiones, salí de mi país a plantear una contrarrevolución que no significa otra cosa que la confrontación a un fenómeno bien pensando, articulado y que fue exportado porque funciona para los fines de la miserable izquierda. Primero  someten a la gente para saquear sin impedimento sus naciones. 

Los países de la región deben aumentar las alertas y las operaciones de inteligencia ante el sistemático proceso de desestabilización que le permite al narco-chavismo generar sofismas o como lo hemos llamado coloquialmente “cortinas de humo” para desviar la dramática situación de hambre, miseria, criminalidad, corrupción, narcotráfico, genocidio y persecución que se vive internamente en Venezuela; sumado al trágico éxodo forzoso de venezolanos por todo el mundo”. 

Bittar junto a Abascal levantando una bandera venezolana.

¿Cómo creés que afectó al régimen de Venezuela el gobierno y la salida de Trump? ¿Qué cambió con Biden en el poder? 

“Trump hizo cosas importantes contra el narco-régimen pero nada de eso pudo tener un final feliz porque fue infiltrado a través de un lobby poderoso que gestionó la falsa oposición (MUD). Una estrategia llevada a cabo principalmente por el partido de Leopoldo López y Juan Guaidó, Voluntad Popular, cuya organización es miembro de la Internacional Socialista. 

La gestión de Trump pensó que estaba dando pasos firmes y ayudando para la liberación de Venezuela y no se percataron que legitimaron un plan que tenía como objetivo, desde el principio, generar una indefinición política con 2 estructuras de poder en varios de sus niveles para estancar y obstaculizar la verdadera solución al conflicto. 

Trump y todos los países que le acompañaron fueron víctimas de este show-distracción llamado también “interinato”. 

El narco-régimen perdió fichas importantes gracias a la administración Trump pero ese esfuerzo se ve diluido en el tiempo tras no tener legitimada del lado venezolano una conducción política real que dé acompañamiento y continuidad al trabajo del Departamento del Tesoro de los EEUU. 

Fue tan descarada la traición que durante la pasada campaña electoral en los EEUU todos los personajes ligados a Guaidó apoyaban públicamente a Biden. Y la explicación a esto es que con Trump fuera del camino podrían continuar junto al chavismo el pacto de convivencia sin presiones y sin rendir cuentas. 

Durante la administración Trump, el mundo rechazaba legitimar al régimen narco-chavista en elecciones pero ahora con la administración Biden eso ha sido tolerado”.

Actualmente están surgiendo nuevos liderazgos: en Argentina Javier Milei y Victoria Villarruel que ya entraron como diputados, María Fernanda Cabal creciendo en Colombia, etc. ¿Está resurgiendo la Nueva Derecha en la región?

“Está surgiendo una nueva derecha, sin duda. Más o menos apartada de lo que fue la operación Cóndor y más alineada con los movimientos soberanistas que se nutren de experiencias como la polaca, la brasileña y la húngara. 

Esto es bueno porque contextualizan mucho mejor su propuesta de país, lo que hace que sus ataques a la izquierda sean más eficaces, que se ha dado a la tarea de estudiar muy bien las sociedades que buscan dominar. Creo que es un muy buen inicio de una nueva etapa en la lucha contra el Foro de Sao Paulo.

Apoyo a Bolsonaro y a María Fernanda Cabal, a quienes tengo el gusto de conocer personalmente. También a Javier Milei a quien espero tener el placer de conocerlo pronto. Con ellos y tantos otros concretaremos la unificación de una derecha fuerte para dar la batalla por la Libertad en nuestra región”. 

¿Cómo ves a los partidos nuevos y disidentes que aparecen también en Europa? 

“Los veo con muy buenos ojos y como próximos aliados. Especialmente en países como Polonia y Hungría que han luchado históricamente contra el comunismo soviético, y a raíz de ello han desarrollado una tradición soberanista con gran consciencia anticomunista. 

Son necesarios este tipo de partidos que hacen un juego propio, y se conciben como unidades soberanas, que trabajan basados en las necesidades de sus propias naciones. Sin duda son una inspiración para nosotros”.

¿Ves factible y necesaria una unión entre los sectores que hoy se les llama “Nueva Derecha” para enfrentar a una socialdemocracia que esconde una fuerte vertiente totalitaria sobre las naciones?

“Definitivamente, pero creo que lo que determinará el éxito de esa unión es que se le dé un peso geopolítico y no meramente ideológico. 

Porque si se desarrolla una visión propia, regional, multifacética, que busque integrar los diferentes potenciales de nuestros países, se puede asegurar una estabilidad que beneficiará a todos y acabará de raíz con el movimiento revolucionario. 

No es lo mismo unirnos discursivamente, a unirnos en una red industrial, comercial, académica, militar, energética e intelectual que ejerza una fuerza inaguantable para el progresismo y el comunismo”.

En relación con la unión entre derechas anteriormente mencionada, el 13 de diciembre Santiago Abascal y Hermann Tertsch visitaron a Jair Bolsonaro y luego realizaron un acto en el cual participaste junto a Eduardo Bolsonaro ¿Qué nos podés comentar sobre ese gran evento llevado a cabo?

“Fue sumamente positivo compartir una experiencia con ellos; sobre todo para que conocieran más de cerca la dinámica hispanoamericana.

Aprovechamos para generar un enlace sólido y hablarles sobre la realidad de Venezuela, con todos los hechos al desnudo. Esto fue fundamental porque nuestros fenómenos políticos están profundamente relacionados. 

Esta experiencia sirvió para unir tres visiones claves en el movimiento soberanista e intercambiar conocimientos. Hacerlo en el estado de Mato Grosso fue también una cuestión realmente simbólica, por ser un estado arropado por la Amazonía, hoy depredado por el globalismo.

Santiago Abascal y Hermann Tertsch han trabajado incansablemente por recuperar la identidad española y por eso hoy VOX está por tomar la delantera en España. No es poca cosa —ni para su país, ni para el movimiento soberanista-. En Rumbo Libertad también hemos emprendido esa batalla de reconquistar nuestra nación y salvar nuestra identidad nacional, y ver que aliados como ellos tienen éxito en sus respectivos países, reafirma fuertemente la convicción que nos inspiró a luchar”.

Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la “paz y estabilidad política, social y económica” en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un “golpe antidemocrático“.

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la “paz política” en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a “valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)“.

A pesar de las “declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración”, la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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