Gildo Garza | Periodista de investigación, abogado especializado en defensa de derechos humanos y de la libertad de expresión.
OPINIÓN

Desliz | “Primero los pobres”… con factura japonesa

Austeridad de discurso, lujo con factura: la 4T presume cifras mientras crecen carencias y se apilan cuentas en yenes.```html <!doctype html> <html lang="es"> <head> <meta charse

Agosto es temporada de propaganda: informes, giras, selfies y cifras que intentan tapar lo incómodo. Esta vez, la narrativa se tropezó con una cuenta que no cabe en ningún discurso: Andrés “Andy” López Beltrán, secretario de Organización de Morena, pasó dos semanas en Tokio alojado en uno de los hoteles más exclusivos. Dijo que voló en comercial y pagó una tarifa razonable por noche. Lo que no contó fueron los extras de lujo: restaurantes, spa, room service, minibar, lavandería y hasta un cobro por “objetos perdidos”.

La tarifa del cuarto puede cuadrar; lo que no cuadra son los consumos que convierten un viaje privado en símbolo público. Entre una y otra factura, la suma alcanza para varios meses de ingreso de una familia promedio. Aquí no se discute si alguien puede vacacionar; se exige coherencia de quien predica austeridad mientras vive como si la consigna fuera otra. “Primero los pobres” no resiste una cena de 47 mil pesos.

No es anécdota: es estilo

El episodio de Tokio no aterriza en pista vacía. Varios cuadros del partido hicieron verano en París, Roma y Madrid justo cuando en casa ardían la violencia, las desapariciones y los escándalos de narco-política. Las reprimendas llegaron tarde: las postales ya habían hecho el daño. El mensaje que queda es simple y demoledor: algunos viven como élite global mientras piden a los demás justa medianía.

Las cifras oficiales presumen que millones “salieron” de la pobreza. Bien por quienes mejoraron su ingreso; es mérito del trabajo de millones y del alza del salario mínimo. Pero la pobreza en México es multidimensional: persisten carencias en salud, educación, vivienda, servicios y alimentación. El número baja en la hoja; la vida no cambia al mismo ritmo. La gente no come promedios ni se cura con discursos.

Cuando la agenda se ensucia —crimen organizado, operadores bajo la lupa, datos grises en seguridad—, el aparato intenta imponer un relato luminoso. Esta vez falló. La cuenta de Tokio, los veranos europeos y los relojes de lujo atravesaron la membrana del eslogan. No hay “guerra sucia” que aguante un ticket.

Lo mínimo exigible

  • Coherencia: si la línea es austeridad, se vive con austeridad. Sin doble vara.
  • Transparencia: comprobantes completos, respuestas puntuales y obligaciones de transparencia al día.
  • Reglas con consecuencias: código de conducta público y sanciones reales cuando se viola.

Conclusión. Menos pobreza en el papel; más carencias en la vida. La 4T celebra un espejismo mientras los de abajo siguen esperando derechos que no llegan. Sin transparencia, contrapesos y política pública que aguante el escrutinio, todo queda en eslogan.

Afuera, México intenta vender la imagen de país sobrio que combate la desigualdad. Adentro, lo que se viraliza son cuentas de lujo, vacaciones de catálogo y una brecha que se ensancha entre discurso y conducta. En la diplomacia de la reputación pesan los hechos, no los lemas: menos pobreza en el papel, más carencias en la vida; menos transparencia en la clase dirigente, más cinismo en la plaza pública. “Primero los pobres” no se predica: se comprueba en el menú, en la factura y en la manera de viajar.

A chambear.

@GildoGarzaMx

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