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Estados Unidos

Caos en el Capitolio: El ala derechista del Partido Republicano echó a su propio Presidente de la Cámara y busca ganar poder

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En una votación que culminó 216-210, se aprobó la remoción de Kevin McCarthy como líder de la Cámara de Diputados. Trump, Jim Jordan y Scalise, los nombres que más suenan para tomar control del Congreso.

El pasado martes, unos ocho diputados republicanos, liderados por el diputado del estado de Florida, Matt Gaetz, uno de los líderes del bloque «trumpista» del partido, presentaron una moción para remover al presidente de la Cámara de Diputados, Kevin McCarthy.

Tras una histórica votación donde los demócratas se sumaron al juego y votaron por su destitución junto a los ochos diputados más derechistas, McCarthy fue oficialmente destituido por 216 contra 210 votos, convirtiéndose así en el presidente de la Cámara más corto de la historia.

El diputado californiano nunca fue bien visto por el sector más de derecha del Partido Republicano, e incluso necesitó de 15 rondas de votaciones en el mes de enero para que resultara electo como líder de la mayoría.

En aquél momento, el bloque de Gaetz presionó para que McCarthy fuera electo a cambio de múltiples concesiones. Muchas de ellas las cumplió, como iniciar el procedimiento de impeachment contra Biden, de lanzar una comisión para investigar los crímenes de la familia Biden, de lanzar otra comisión para investigar los manejos de la Casa Blanca con la justicia en contra de Trump, entre otras.

Sin embargo, falló en cumplir otras, como frenar los envíos de enormes sumas de dinero sin auditar a Ucrania, o aprobar un presupuesto sin déficit fiscal. Este último fue la gota que rebalsó el vaso.

Gaetz había estado trabajando para ir a un «government shutdown», un cierre de gobierno, lo cual ocurre en Estados Unidos cuando el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo no acuerdan un presupuesto; básicamente el Gobierno Federal «cierra» y no se eroga gasto público hasta que haya un acuerdo.

Pero la semana pasada, McCarthy negoció con Biden 45 días de gobernabilidad sin presupuesto para evitar un cierre, y Gaetz cerró files y decidió presentar una moción de censura contra el líder republicano.

En primera instancia, Gaetz presentó el proyecto sumando a 11 representantes más quienes votaron a favor de dicha moción, pero McCarthy logró convencer a tres de éstos que no apoyaran la moción, por lo que Gaetz recurrió a la «opción nuclear» y debió presentar su proyecto con el apoyo de sectores demócratas.

Si bien se podría haber votado por un nuevo presidente en la misma sesión que se destituyó a McCarthy, Gaetz pidió un cuarto intermedio y se resumirá la votación la próxima semana. Por el momento, mientras se resuelve la elección de un nuevo líder para la mayoría republicana, el asiento que deja vacante McCarthy será ocupado de forma interina por el representante Patrick McHenry, quien representa al décimo distrito de Carolina del Norte.

McHenry, un alfil de Bush en el Congreso, tomó las riendas de la dirección de la Cámara con extrema rápidez, y en un guiño a los sectores más de derecha, ordenó el desalojo de la antigua líder de la mayoría, la diputada demócrata Nancy Pelosi, de una oficina reservada solamente para los altos cargos de la presidencia del Congreso.

Insólitamente, y dando cuenta de la debilidad de McCarthy, nunca se había preocupado por establecerse en la oficina que le corresponde al presidente de la Cámara, y en su lugar le había permitido a la ex presidente Pelosi quedarse con la importante oficina central.

La respuesta de Pelosi fue violenta y anti-democrática. Aseguró que pelearía por quedarse en dicha oficina y que McHenry no tiene la potestad para tomar dicha decisión. Incluso un asesor de ella le comentó a POLITICO que «destruiría la oficina antes de irse«, pero fueron amenazas vacías, ya que este viernes la prensa captó el momento en el que vació la oficina.

Tras la remoción de McCarthy, distintas figuras empezaron a presentar su nominación para sucederlo. Como había ocurrido cuando fue la votación original, el primer nombre que presentaron los republicanos fue el del propio Donald Trump.

Cabe recordar que a diferencia de otros sistemas republicanos, en Estados Unidos el presidente de la Cámara no tiene que ser un diputado del Congreso, y cualquier ciudadano que esté habilitado para ser electo a una oficina pública puede ser nominado, votado y asumir el cargo.

Cuando fue la elección de McCarthy, Trump desestimó la nominación, pero esta vez se la tomó más en serio. Saliendo de una audiencia judicial en medio de la persecución política de la Casa Blanca, Trump le dijo a la prensa que «no descartaba la oferta».

«Mi prioridad en estos momentos son las elecciones presidenciales, pero si los diputados republicanos me necesitan para poner orden y arreglar esta crisis interna del Partido, no descarto tomar el control del Congreso por un corto periodo«, dejó entrever el ex presidente del país.

Rápidamente, el diputado demócrata de Illinois, Sean Casten, presentó una moción para bloquear la nominación de Trump, subrayando el artículo 26(a) del reglamento estipulado por los propios republicanos que evita que una persona imputada en un crimen federal asuma el cargo.

Si bien los republicanos tienen los suficientes votos para cambiar el reglamento y nominar a Trump de todas maneras, parece que Trump finalmente pondrá a un alfil suyo en vez de tomar control directamente. El nombre que más suena en estos momentos es el de Jim Jordan.

El diputado de Ohio es el presidente del Comité Judicial, ha lanzado una investigación sobre la persecución política de la Casa Blanca de Biden a los seguidores de Trump, y es una de las personas más cercanas al ex presidente en el Congreso.

Jordan lanzó un mensaje unificador y anunció que buscará el consenso de todos los representantes republicanos para la elección de un nuevo líder en el Congreso, ya que no quiere otra votación como la de McCarthy que llevó a un insólito conflicto interno en el partido.

Otro nombre que suena fuerte es el del representante del estado de Louisiana, Steve Scalise, quien fue jefe del bloque republicano durante todo el gobierno de Trump, y quien en el año 2017 se convirtió en un símbolo del trumpismo cuando fue víctima de un atentado de un terrorista de extrema izquierda quien le disparó con un rifle en un partido de béisbol.

Scalise, quien es un hombre cercano a Donald Trump pero bien conectado internamente y quien podría traer estabilidad al partido, posee la desventaja de estar dando batalla contra la leucemia, lo cual lo mantendría alejado de las labores del Congreso durante un tiempo.

Los otros nombres que han entrado a la carrera son los del diputado por el estado de Oklahoma y presidente del Comité de Estudios Republicanos Kevin Hern, el diputado por Minnesota, Tom Emmer, y la representante de Nueva York, Elise Stefanik.

Estados Unidos

Biden firmó un decreto para promover el voto de los presos, que históricamente votan mayoritariamente por los demócratas

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El gobierno de Biden está manteniendo reuniones con ONGs para conseguir movilizar a la población carcelaria para que voten en las elecciones nacionales.

En marzo de 2021, el recientemente asumido presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva titulada “Promoción del acceso al voto”, que presentó como un esfuerzo “no partidista” de todo el gobierno para lograr expandir las maneras de sufragar de los ciudadanos, de manera de “ampliar las oportunidades de los ciudadanos de registrarse para votar y obtener información y participar en el proceso electoral”.

Luego de la firma del decreto, la administración Biden celebró una “sesión de escucha” con varias ONGs para poner en funcionamiento el decreto, el cual, entre otras cosas, faculta a las organizaciones sin fines de lucro a realizar campañas de afiliación y de votación en lugares donde «hay bajos niveles de acceso al voto».

Según una investigación del Oversight Project, que accedió a notas de dicha reunión, los funcionarios hablaron principalmente sobre registrar a los convictos para votar y crear una masa de votantes masiva.

Cabe aclarar que hay más de 5 millones de personas arrestadas o detenidas en Estados Unidos, lo que implica casi un 2% del padrón electoral, que de votar, certeramente lo haría por el Partido Demócrata, que tiene entre sus propuestas reducir las penas y ser más laxo con el crimen.

En una nota particular, un funcionario del Sentencing Project mencionó la importancia de que la Oficina de Prisiones notifique a los “votantes recién elegibles sobre su derecho a votar”. Ese funcionario también sugirió que “la privación del derecho al voto por un delito grave es supresión de votantes”.

Otro funcionario del Campaign Legal Center dijo que quieren que la Oficina de Prisiones implemente un sistema de registro de votantes que informe a los convictos sobre su derecho a votar después de salir de prisión.

Otras notas de la sesión de escucha se centraron en facilitar que los inmigrantes, presumiblemente ciudadanos recién naturalizados, ingresen en las listas de votantes del país.

Cabe aclarar que en Estados Unidos los presos tienen derecho al voto, pero como el sufragio no es obligatorio, la gran mayoría de los reos no lo hacen, y los niveles de participación electoral de la población carcelaria en el país es ínfima.

Un funcionario de Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF) dijo: “Inmigrantes y no ciudadanos: apoyamos los esfuerzos de registro de votantes. Queremos asegurarnos de que se hagan con cuidado. Todos los empleados federales deben recibir capacitación en esto. Hay que promover la necesidad de confiar en que las personas actúan dentro de los límites de la ley. Especialmente cuando hay problemas de idioma”.

Otro funcionario de Asian Americans Advancing Justice dijo que la “información de registro de votantes debería ser obligatoria en las ceremonias de naturalización” y que el sitio web oficial del gobierno para el registro de votantes debería traducirse a muchos idiomas.

El informe que reveló estas reuniones, calificó la medida de Biden como “un esfuerzo partidista de movilización de votantes” que busca “influir en el resultado de futuras elecciones mediante el uso de recursos, infraestructura y alcance federales”.

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Estados Unidos

Trump le saca 6 puntos a Biden en una encuesta de CNN y suenan las alarmas en la campaña demócrata a cinco meses de las elecciones

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El equipo de campaña del Partido Demócrata entró en crisis esta semana tras la publicación de una encuesta del medio ultra-partidario CNN que solía dar a Biden más de diez puntos arriba de Trump, pero ahora reveló al republicano seis puntos por encima.

El expresidente Donald Trump está midiendo a niveles récord de cara a las elecciones presidenciales del mes de noviembre, obteniendo su mayor ventaja jamás registrada en una encuesta de CNN que se realizó esta semana.

Trump, con un 49%, está seis por ciento por delante del 43% de Biden, una diferencia en su favor nunca antes vista en las encuestas, ni siquiera cuando el republicano le ganó a Hillary Clinton en el 2016.

Cabe aclarar que la encuestadora de CNN, la empresa basada en Pensilvania, SSRS Research, suele tener un fuerte sesgo en favor de los demócratas. De hecho, nunca había medido a Trump por encima de un oponente demócrata hasta ahora.

La diferencia de Trump sobre Biden se agranda cuando se agrega a la encuesta candidatos de terceros partidos como el liberal Robert F. Kennedy Jr., la ecologista Jill Stein y el socialista Cornel West, la ventaja de Trump sobre Biden crece a casi dos dígitos.

Dado que todos estos candidatos de partidos menores le quitan votos a Biden, en ese escenario Trump tiene un 42%, Biden tiene un 33%, Kennedy tiene un 16%, West un 4% y Stein un 3%, poniendo al reppublicano nueve puntos por encima de la oferta demócrata.

Este escenario todavía no mide al candidato del Partido Libertario, que suele sacar entre un 2 y un 3 por ciento de los votos, y le suele robar íntegramente votos al Partido Republicano, por lo que se puede esperar que a fin de cuentas la balanza resulte más equilibrada.

De todos modos, esta medición, aunque indica un fuerte clamor popular por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, no asegura su victoria. Las elecciones en Estados Unidos no se ganan por voto poular, si no que se ganan por quien se impone en la mayor cantidad de estados.

De esta manera, es importante mirar la intención de voto en los estados clave: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Georgia, Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Virginia. Trump, para ganar, necesita no solo ganar los estados usualmente republicanos, sino que tiene que ganar en por lo menos 5 de éstos.

Según las últimas encuestas para estos estados, a la fecha y siguiendo el índice promedio de la agregadora de sondeos RCP, Trump se impone en todos los estados clave menos en dos: Minnesota y Virginia.

  • Pensilvania: Trump: 48,3%; Biden: 47,7%; Indecisos: 4,0%.
  • Michigan: Trump: 46,3%, Biden: 45,0%; Indecisos: 8,7%.
  • Wisconsin: Trump: 49,3%; Biden: 47,5%; Indecisos: 3,2%.
  • Minnesota: Trump: 40,7%; Biden: 43,0%; Indecisos: 16,3%.
  • Georgia: Trump: 49,2%; Biden: 45,2%; Indecisos: 5,6%.
  • Arizona: Trump: 49,3%; Biden: 44,3%; Indecisos: 6,4%.
  • Carolina del Norte: Trump: 48,4%; Biden: 43,0%; Indecisos: 8,6%.
  • Nevada: Trump: 48,8%; Biden: 44,0%; Indecisos: 7,2%.
  • Virginia: Trump: 42,0%; Biden: 46,3%; Indecisos: 11,7%.

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Estados Unidos

El Pentágono de Biden anunció el envío a Ucrania de un nuevo paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones

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El jefe del Pentágono afirmó que esta es la asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”, superando toda la ayuda que dio Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció este viernes que se enviará otro paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones para Ucrania, aumentando el acceso del gobierno de Kiev a misiles Patriot y drones que permitan responder a los avances rusos en el frente oriental.

Austin hizo este anuncio en una rueda de prensa al cierre de una reunión del grupo de Ramstein, en el que Estados Unidos confirmó que los primeros US$ 1.000 millones de nueva ayuda militar a Ucrania están en camino.

El jefe del Pentágono confirmó que Estados Unidos enviará con carácter de urgencia a Ucrania munición para baterías HIMARS, que permite atacar posiciones rusas lejos del frente, munición de artillería avanzada de 155 milímetros y sistemas de defensa aérea en vehículos blindados.

Estoy encantado de poder anunciar un compromiso adicional de USD 6.000 millones para la iniciativa de asistencia de seguridad de Ucrania. Eso nos va a permitir procurar nuevas capacidades para Ucrania por parte de la industria estadounidense”, dijo Austin, y aseguró que este es el paquete de asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”.

Esa nueva ayuda militar incluirá baterías de misiles Patriot y defensas tierra-aire, más sistema de defensa contra drones y “un monto significante de munición de artillería, municiones aire-tierra y apoyo de mantenimiento”, indicó Austin.

Según el jefe del Pentágono, la ayuda de los miembros del grupo de Ramstein “ha salvado incontables vidas ucranianas” con compromisos que rondan ya los US$ 95.000 millones y la coalición de estos 50 países se mantiene “fuerte” en su apoyo a Kiev.

Austin también dijo que el grupo trabaja en crear un Ejército ucraniano “autosuficiente” y capaz de contener a Rusia en el largo plazo.

El resultado en Ucrania determinará la trayectoria de nuestros días. Si (Vladimir) Putin permanece y gana en Ucrania las consecuencias serán graves y globales”, aseguró Austin.

Los anuncios hoy de nueva ayuda militar a Ucrania llegan después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, firmara esta semana un ley para dar progresivamente a Ucrania US$ 61.000 millones en asistencia militar y préstamos durante el año.

Estados Unidos ya proporcionó decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar a Kiev desde que Rusia anunció el inicio de su invasión a territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022.

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