
Espinoza utilizó niños para hacer propaganda política sin autorización de los padres
Faltan estufas en las escuelas y Espinoza gasta en stickers para rediseñar su logo político con chicos de 6 y 7 años.
En el distrito más populoso de la provincia de Buenos Aires, gobernado históricamente por el kirchnerismo, se encendió una nueva polémica que tiene como protagonista al intendente Fernando Espinoza. Esta vez, no se trata de denuncias o ineficiencia estructural, sino de algo aún más sensible: la exposición no autorizada de niños de primer y segundo grado en redes oficiales del municipio, con fines propagandísticos.
La denuncia comenzó mediante el conductor del exitoso canal de streaming 'Neura', quien expuso los videos donde se ven a los inocentes niños formando parte de este escandaloso rito meramente político.
Espinoza utilizó niños para hacer propaganda política sin autorización de los padres
Todo comenzó con la implementación de un supuesto “proyecto pedagógico” impulsado por la municipalidad de La Matanza, que involucró a alumnos de escuelas públicas y privadas del distrito. La iniciativa consistía en que los estudiantes participaran en el rediseño del logo institucional de la comuna. Se entregó material, stickers y consignas a las escuelas para que los niños dibujaran posibles logotipos, los cuales luego fueron sometidos a votación. Según el sitio web del municipio, la nueva identidad visual fue “elegida por todos los estudiantes de La Matanza”.
La controversia estalló cuando comenzó a circular un video institucional en el Instagram oficial del municipio, mostrando a varios menores participando del proceso creativo en el aula. En las imágenes, se los puede ver sin ningún tipo de resguardo de identidad —ni caras difuminadas ni consentimiento explícito visible— mientras dibujan y expresan frases como “La Matanza avanza”, el mismo eslogan que utiliza el jefe comunal en sus campañas.
Consultada por este medio, una madre de uno de los niños filmados reveló: “Nosotros, a principio de año, desde primer grado, firmamos la autorización para que se suban los videos y material que hagan desde el colegio. Pero esa autorización es para fotos y videos de actos escolares y solamente para subir a las redes del colegio. Lo que hacen esos son los docentes, el que se encarga de las redes o el fotógrafo oficial del colegio. Acá vino gente externa, ajena a la institución, y los padres ni nos enteramos”.
Lo grave no es sólo el uso político de menores de edad en contenido audiovisual distribuido por canales oficiales del Estado, sino la presunta vulneración de derechos básicos. Según pudo saberse, las filmaciones y fotografías no fueron producidas por personal del colegio ni tampoco supervisadas formalmente por los padres. Aun así, el municipio publicó los videos sin editar los rostros de los niños, violando protocolos habituales de protección de identidad.

La municipalidad de La Matanza intentó justificar el operativo diciendo que la actividad fue supervisada por la dirección de educación, y que estuvieron presentes inspectores generales, jefes regionales y supervisores educativos. “Todos se están escudando en que ese día estaban los inspectores supervisando y cuidando a los niños”, comentó el conductor de Media. “Me chupás un huevo si estaban los inspectores. Si el padre no firmó autorización para que su hijo aparezca en la cuenta de Instagram del municipio, no tienen nada que hacer ahí”, refutó indignado.
Mientras se gastan recursos en merchandising, stickers, diseño gráfico y campañas de imagen institucional orientadas a menores, muchos colegios de La Matanza —según testimonios recogidos por este medio— siguen sin contar con calefacción adecuada. “Yo puedo salir ahora, subirme al auto, ir a una escuela de la Matanza y mostrarte que no tienen estufas. Y vos gastás en pelotudeces”, denunció el conductor.
En el video institucional, los niños dicen frases como “Este lo elegí yo” y “Rediseñé el logo”, mientras se los observa completamente identificables y ajenos a cualquier noción crítica del proceso. No hay rastros de orientación pedagógica real: no se convocaron historiadores, docentes de comunicación o profesionales del área que dieran contexto o formación sobre identidad institucional. Lo que hay, lisa y llanamente, es una puesta en escena. Una propaganda burda bajo la fachada de una tarea escolar.
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